0 7 ; Lazo

"Los alfas y omegas tienen la capacidad de formar un lazo que los une como compañeros. El nombre completo que toma es el de "lazo de compañeros" y es una conexión basada en un alfa mordiendo al omega hasta dejar una herida sobre una de sus glándulas productoras de feromonas [localizadas en su cuello], la cual dejará una marca al cicatrizarse. Esto significa que el omega ha sido reclamado, y que ahora está incondicionalmente unido al alfa.

Esta unión permite a un omega no deber tomar la precaución constante de suprimir su aroma o estar a la defensiva de alfas en busca de parejas, ya que su aroma será uno específico de un omega reclamado, lo cual alejará a aquellos que busquen formar un lazo con su propio omega.

Estos lazos duran para siempre, pero existe la capacidad de romper el lazo debido a varios factores como la muerte de alguno de los dos, abandono, o porque el alfa decide acabar con el.

Hay que tomar en cuenta que no hay lazo entre un beta y un omega o alfa, entre dos alfas o entre dos omegas, ya que esta 'marca' se apega a algo más biológico- lo que no significa que no pueda haber uniones sentimentales entre dichas razas."

No sabía cuánto tiempo había pasado, ni siquiera supo si ya era otro día o el sol seguía perdiéndose entre las montañas. Lo único que escuchaba eran los lejanos jadeos de Bakugou haciendo cosquillas en su nuca, por su parte el dolor ya se había ido pero la sensación tampoco resultaba satisfactoria.

No recordaba la cantidad de veces que Katsuki eyaculó en su interior, o cuántas veces él había terminado, pero el cobertor estaba lleno de semen, llegando a apestar. Revisó su cuerpo con lo poco que le permitía girar su cuello mal herido, confirmando sus sospechas; su piel color canela estaba cubierta por marcas, ya sea de chupetones o mordidas, no había espacio en blanco en todo su cuerpo. Sería muy difícil ocultar todas las marcas con lo liberador que era su traje de héroe.

— ¿Ya terminaste? — preguntó al sentir la esencia de Bakugou llenar su interior otra vez; el alfa no dijo nada, pero obtuvo respuesta cuando cambiaron de posición

Kirishima estaba recostado de lado mientras el rubio sujetaba su pierna para tener un mejor acceso a su entrada.

— ¿Qué diablos con tus posiciones? — apretó la manta entre sus manos sintiendo como su pene se endurecía en cada estocada a su punto dulce — ¿Acaso te leíste un libro Kama Sutra?

El contrario no respondía, hace ya varias horas que actuaba de esa forma, solo soltaba gruñidos y jadeos pareciéndose a un animal. Una nueva mordida en su nuca, aunque esta fue hecha con mayor fuerza sacándole un chillido al pelirrojo quien para ese punto ya estaba furioso.

— ¡Basta de morderme! ¡Es doloroso! — le pegó en el pecho unas cuantas veces, más Bakugou no se inmutaba

— Te amo — fue lo único que dijo — Te amo mucho

— ¿Qué cosas dices, hombre?

El corazón de Kirishima se derritió ante eso; Bakugou no era alguien que expresara sus sentimientos abiertamente y aquellas palabras eran nuevas para él. Sabía de sobra que el alfa lo amaba más que cualquier cosa en el mundo, con cada poro de su piel, y no necesitaba decirlo pues con cada pequeña acción lo demostraba. Aunque a veces el pelirrojo quisiera que su pareja le dijera directamente cuanto lo quería, le bastaba con que nunca lo dejara solo, siempre regresara a casa y avisara, cada que tenía una misión algo alejada de la ciudad hicieran video llamada cada día sin falta, o que siempre que Red Riot completaba una misión exitosamente llegara a casa con un pequeño pastel de fresas para celebrar. Esos pequeños pero significativos detalles eran los que cautivaban más al pequeño dientes de tiburón.

— Te amo, mi omega

— ¿Qué dijiste? — preguntó quedito, tenía miedo de que lo volviese a repetir pero quería sacarse las dudas

— Mi omega — se dejó llevar por el placer, anudándolo por segunda vez

— ¡Ah!

Se retorció bajo el cuerpo del activo, esto era demasiado, en cuanto se bajara el pene de Bakugou correría al baño, no importaba cuan doloroso podría ser correr en su estado, no importaba si sus piernas flaqueaban rogando por un descanso. Le inyectaría el supresor al rubio para acabar con toda esa mierda.

— Quiero más — murmuró Katsuki entre dientes, sus ojos siempre brillantes se dirigieron a la nuca de Kirishima

Planeaba marcar cada parte del beta sin dejar zona limpia, ansiaba hacerlo, tanto que sus caninos dolían y la única forma de aliviar la presión en sus colmillos era mordiendo la piel tersa de su compañero. Quería llegar a lo más profundo del pelirrojo, dejar una parte de él en la mente de Kirishima para siempre estar presente aunque no esté ahí; hacerse uno con el beta era su anhelo. Y sabía que su petición se solucionaría de una sola forma.

Era bien conocedor que el moverse al momento de anudar resultaba doloroso para ambas partes, pero esto poco le importó cuando ya estaba moviendo sus caderas con cuidado de no lastimar a su pareja.

— ¡¿Qué mierda?! — Eijiro estaba por vomitar en cualquier momento, le resultaba intenso en extremo — ¡No te muevas, carajo! ¡Me vas a partir en dos!

Bakugou haciendo caso omiso aumento el ritmo de la penetración, al mismo tiempo en que Kirishima maldecía y lloraba de la tortura que estaba sufriendo, llegando a rasguñar la espalda alfa con su quirk activado sin importarle que llegara a dejar cicatrices.

— Duele, maldita sea — fue puesto boca abajo antes de reanudar las embestidas salvajes

Estaba por darle un derechazo con su codo al rubio cuando sintió un soplo en el cuello causándole escalofríos. El nudo bajo pudiéndose separar de Katsuki, ya no se dejaría follar, pelearía a puño limpio si fuera necesario.

Optó por una pose de pelea, por si Bakugou se atrevía a algo; sin embargo se vio sorprendido por un fuerte agarre a su mentón y seguido los labios del contrario estamparse con los suyos en un dulce beso, lloró ante eso, era algo que verdaderamente necesitaba después del infierno por el cual pasó.

La mirada asustada y nerviosa de Kirishima se relajó, permitiéndose disfrutar aquel beso; juntando frentes con su novio al terminar.

— Tenias razón Blasty, es peligroso que pasemos juntos tu rut — rió limpiando el rastro de lágrimas — Fue un error confiarme siendo un beta que no es capaz de calmar el celo de un alfa, quiero que me digas ¿estoy haciendo un buen trabajo, Blasty? A pesar de ser un beta ¿soy lo suficientemente bueno como para que te sientas excitado por mí? Quisiera que me digas si soy mejor que cualquier otro omega

El silencio del alfa fue suficiente para quebrarlo, ¿cómo demonios pensaba compararse con un mega? Con aquellos seres frágiles y delicados que eran superiores a los betas en cuanto a relaciones se trataba, ellos eran capaces de traer vida, de formar su propia familia. Como diablos lograría ser la mitad de bueno que eran los omegas; él, un beta fornido y musculoso, para nada atractivo a la vista de los alfas, sin aroma, celo, o útero capaz de procrear. Tal vez Katsuki quisiese que fuera un omega y por eso repetía constantemente la palabra

Un nuevo beso se plantó en sus labios, sacándolo de su ensoñación, Bakugou repartía pequeños besos en su cara causándole cosquillas.

— Eres mejor que cualquier otra persona, Kirishima

Le alegraba saberlo. Con una sonrisa en labios cerró lentamente los ojos, estaba cansado y necesitaba dormir, tener sexo como animales desenfrenados no era divertido después de todo. Bakugou tenía razón, en ese estado le estaba haciendo daño, y no solo físicamente.

— Por favor Eijiro, sé mío para siempre — aun cuando sintió el par de dientes clavarse en su cuello no abrió los ojos, degustando de un descanso

Perdiéndose entre sueños.

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