↷ ✦ ; stay. ❞

escuchó unos pasos de tacones resonar por toda la casa, aunque tuviera la puerta cerrada, sintió aproximarse el monstruo en cualquier momento irrumpirá en su....

"no vas." su madre azotó la puerta al abrirla por completo, con un tono amenazante y mirando a su hijo cocer unas cuentas a un saco.

"¿qué?" minho se picó su dedo con la aguja por el espanto, empezando a sangrar levemente. "ugh, mira lo que ocasionas."

"lo que ocasionas tú, jovencito; ¿cómo está eso que te escapaste? ¡escaparte!" minho suspiró, ahora sabía a lo que se refería.

"sí bueno... no tengo una buena excusa, simplemente lo hice." se encogió levemente de hombros, dejando las telas de lado para así levantarse de su silla y caminar hacia su mamá. "estoy haciendo un proyecto muy importante así que..."

"no te quito todas tus telas solo porque con eso trabajas, pero estás castigado, ¿oíste bien? no iras a ningún lado, ninguna fiesta, nada; jeongin me dijo que querías ir a esa fiesta de changbin, pues ya no vas."

"¡mamá!"

"silencio, silencio, hasta luego." y se fue de nuevo azotando la puerta, debería ser una broma de muy pero muy mal gusto.

"¿y ahora?" minjeong, entró lentamente. "mamá casi nunca azota puertas, ¿qué hiciste?"

"una tontería, realmente." suspiró, volviendo a intentar concentrarse en su trabajo, aunque, ¿para qué lo seguía?

se alejó de su mesa de trabajo, mirando que la prenda estaba casi lista, le había costado hacer algo desde cero ya que no sabía las medidas de jisung así que tuvo que comprar cosas del centro comercial para el atuendo.

"vaya, espero que lo puedas resolver muy pronto, solo venía porque yena está aquí y me dijo que te dijera que estas muy lindo hoy." minho volteó a verle con una sonrisa de sorna en sus labios.

"¿eso te dijo?" intentaba no reírse, total, eran niñas de dieciséis años apenas. ¿qué hacen? enamorarse, hablar de bandas y fanatismo, pijamadas... esperen. "minjeong, ¿no te apetece hacer una pijamada pasado mañana? podrían usar mi habitación que es más grande."

su hermana levantó ambas cejas sorprendida, era la primera vez que su hermano decía algo de ese estilo. "uh... no lo sé, tengo que preguntarles a mis amigas."

"con tres que vengan." insistió minho, mordiendo la uña de su pulgar.

"está bien, bien, deja les pregunto." y con eso la muchacha salió de la gran habitación.

después de estar un poco pensativo, regresó su atención al atuendo que consistía en un saco negro de fondo y fuera, con cristales tornasol desde la esquina del hombro izquierdo y se desvanecía hacia el centro y la esquina inferior derecha repetía el mismo patrón; junto a algunos parches de bandas de punk y pop que sabía que a jisung le gustaba, porque claro que había chequeado su instagram. después la camisa que tendría por debajo, sería una camisa blanca un poco transparente a botones, en la que se había encargado personalmente de coser un dragón enorme a color hueso que todavía no terminaba.

también planeaba deshacerse de los primeros tres botones de la camisa para que jisung no los abrochara y así llamar más la atención. la parte inferior consistía en unos pantalones elegantes del mismo tono de negro que del saco, en el que planeaba ponerle parches de cuero brillante y con eso hacer la figura de la cola del dragón, que el diseño envolvería toda la pierna del menor.

cómo le rogaba a todos los dioses para que ese pantalón le quedase apretado...

en el pantalón iba muy, muy, atrasado; ni siquiera había recortado pequeños parches de cuero para así coserlos al pantalón. pero tenía tiempo, lo iba a terminar sí porque sí.

✦

"mamá sí me dejó." habló minjeong, entrando de forma discreta al cuarto de su hermano mayor, mirándole todavía cosiendo. "¿nunca te aburres acaso?"

"jamás, esto es mi vida." dejó el pantalón de lado para mirar a la chica con felicidad. "gracias en serio, te debo un vestido."

"que sea negro con azul, sería para mi graduación." la chica habló una vez más y salió el mismo sigilo que con el que entró.

"necesitas dieciocho para graduarte..." susurró divertido, volviendo su atención al pantalón.

estaba quedando más que perfecto, esto lo ganaba porque lo ganaba. el maniquí que tenía como modelo se veía espectacular y sabía que en jisung se vería ocho veces mejor.

su celular vibró y le miró por encima, hablando del rey de Roma.

atendió y lo puso en altavoz. "¿listo para perder mañana?"

"asómate en tu ventana."

"¿qué?" minho dejó la aguja a un lado y tomó mejor el celular.

"apúrate que en cualquier momento se rompe la rama está de mierda." escuchó con un poco de interferencia y que jisung estuviera susurrando no ayudaba.

"han jisung..." habló quedito, acercándose rápido a una de sus grandes ventanas que daban vista a la calle. "¿qué?"

cuando abrió las persianas de su habitación se topó con un chico batallando para mantener el equilibrio. rápidamente abrió la ventana.

"buenas noches, señorita." con una voz temblorosa, paso casi con un brinco dentro de la habitación de minho, soltando un suspiro de alivio al pisar tierra firme.

"¡¿qué haces aquí?!" minho con un tono alarmante, pero sin elevar mucho la voz intentó llamar la atención de jisung.

"oh, nada, vine a verte porque... wow." jisung desvió sus ojos hacia el maniquí, quedando impresionado. "te odio. esto está quedando..."

"increíble. mi hermano es el mejor." una tercera voz masculina se unió a la conversación, exaltando a ambos chicos.

"¡jeongin, mierda!" el mayor de los tres tomó su pecho en un mal intento de regularizar su respiración que se aceleró con tan solo escucharlo.

"ugh, no puede ser." unos pequeños momentos que a jisung le gustaría olvidar vinieron a su cabeza y evitó en todo momento mirarle a la cara.

"¿qué pasa? es que no están haciendo nada malo, ¿o me tengo que preocupar?" el menor se cruzó de brazos, caminando desde el umbral de la puerta hacia el frente de ambas personas.

"se comporta como mejor hermano mayor que tú, eh." jisung le susurró, sintiéndose un poco intimidado por los ojos de jeongin.

"cállate, ya lo sé. ¿qué se te apetece, jeongin?" minho aclaró su garganta y le sonrió con tranquilidad.

"sabes, me ha interesado mucho esa fiesta de la que ustedes dos han estado hablando, la de changbin..."

"nop, no irás." antes de que siguiera hablando el hermano mayor se adelantó.

"¡mamá, minho metió a la ca...!" jisung tomó la nuca de jeongin para acercarlo y tapar su boca de forma brusca.

"cállate niño, que si minho cae, yo caigo con él, no ves que tus papás adoran a los míos por alguna extraña razón." cuando los ojos de jeongin demostraron un poco de terror, lo soltó. grave error.

"¡mamá, mamá, mamá!" jeongin siguió gritando.

"¡grita lo que quieras, no vas!" minho gritó de vuelta, pero su corazón volvió a acelerarse cuando unos tacones resonaron por el gran pasillo. "métete debajo de la cama, joder, métete."

jisung hizo caso, pero le costó. "mi culo no cabe, dios voy a llorar, ¿estoy gordo?"

"¡no pienses eso ahora justo cuando estamos a punto de morir los dos con jeongin enfrente!" levantó un poco su cama y así jisung se escondió al momento exacto que su madre entró.

"¿qué pasa, jeongin? deja el griterío." la madre de ambos entró comiendo una manzana.

"nada, solo estábamos peleando un jeongin no aguanta nada." se adelantó a hablar antes que sus hermanos para que así su madre le restara importancia a la situación.

"mamá, ¿me dejas salir mañana por la noche?"

"claro." su madre terminó por salir de la habitación y ahora jeongin era quien tenía una sonrisa orgullosa.

"¡fuera!" gritó alto minho, espantando hasta a jisung que seguía escondido debajo.

jeongin salió casi corriendo de la gran habitación, y con el lugar, supuestamente, vacía olvidó por completo todo lo que pasaba a su alrededor y se lanzó a su cama.

"¡idiota, sigo aquí!" jisung intentó no gritar y con eso bastó para que el mayor se bajara de nuevo de su cama y levantara esta misma, saliendo jisung de allí. "tienes que limpiar allí abajo, eh."

limpió sus cabellos de polvos y suspiró, notando que el ajeno se volvía a lanzar a su cama. "aprovecha jisung, aprovecha." pensó y se alentó a sí mismo. sonrió de lado y con cuidado se lanzó a un lado de minho.

éste no reaccionó y solo lo dejó ser. "ey, ¿a qué viniste?"

"a dejarte tu atuendo para mañana, ya lo terminé." minho le miró expectante. "¿lo quieres ver o lo miras mañana?"

jisung ahora se había apoyado en su codo para poder ver mejor a su mayor, intentando no burlarse de su cara de impresión. "yo... todavía no termino el tuyo, mgh, y no creo ir, por escaparme de la universidad no me dejaron y bueno."

"¿y?" jisung levantó una ceja con desdén, esperando una buena respuesta.

"¿cómo qué 'y'? ¡no puedo ir!" minho ahora se acomodó boca arriba, soltando un largo suspiro. "tal vez puedas lucir tú mismo tu traje."

"lo hice a tu perfecta medida, minho." okay, tal vez había dado una información que no debía. "eh, el punto; vas por qué vas, si quieres vengo por ti mañana por la noche. ¿o si quieres decirle a uno de tus amigos que estarás con ellos y ahí te escapas a la fiesta?"

"mi mamá sabe que felix y hyunjin van, y la verdad no me gusta tener otros amigos. todos son mis enemigos." declaró, dirigiendo unos segundos su vista al menor.

"está bien, bien; mañana me iré de casa para venir así cómo hoy, ¿bien?" minho lo dudó, lo dudó demasiado, pero no tenía tiempo, era de noche, su familia probablemente estaba abajo en el comedor y en cualquier momento mandarían a alguien para avisarle que ya era la hora de comer.

"joder, ¿en qué me has convertido, han jisung? yo era un niño bien..." tragó en seco, sentándose en su propia cama para así ver la sonrisa victoriosa y brillante del chico enfrente suyo.

"siempre fuiste así, solo que ahora tienes a alguien con quien demostrarlo." se encogió de hombros divertido, levantándose de la cama para así caminar alrededor de la habitación, tomar del piso la mochila que había traído consigo que dentro tenía el atuendo que hizo y lo dejó encima de la mesa. "me iré ya, a andar por ahí en las calles, porque estas ojeras" se apuntó a sí mismo. "no se hacen solas."

con un saludo militar, se acercó a la ventana e intentó salir, pero justo antes de poner todo su peso en la rama, ésta se partió; respiró profundo, intentando simular el miedo que había crecido en su estómago.

"¿por qué no te quedas?"

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