I am Nothing
ー¿Qué estás haciendo?, Kacchan en serio...ー Intento inútilmente persuadirlo una última vez, al escuchar el sonido del cierre de su pantalón al bajar ーEsto no es buena, ¡ah!
ーBaja un poco el ruido, que no vine solo.
ー ¡¿Tus amigos están aquí?! ーpregunto alarmado porque nos vean así, encerrados sospechosamente en el mismo baño.
ー ¿Tienes turnos extra esta semana? ー devuelve la pregunta mirándome con ese gesto seductor que siempre me doblega.
ーSí, pero... ー No alcanzo a dar explicaciones cuando su mirada, ardiente como ella sola, me paraliza por completo. Sus ojos rubíes relampagean de deseo, tanto así, que aunque me parece una locura, termino por ceder.
Solo ruego que no nos vean.
Estamos en el último de los baños y mientras un camino de besos recorren mi cuello, nublándome la razón, intento concentrarme en el ruido de la puerta de entrada. Sus manos me acarician hábilmente de esa forma un tanto brusca a la que ya me acostumbré, e incluso podría decir que me gusta.
En los meses que llevábamos en esto del "sexo casual", había notado una cosa importante: A Kacchan, le gusta dominar. En todos los sentidos de su vida, los que incluyen la cama.
Gustaba de inmovilizarme mientras me tomaba, deleitándose con como mi cuerpo se retorcía de placer bajo él. Me torturaba en largas caricias previas hasta que agotado le terminara pidiendo entre jadeos que entrara de una vez, concediendo mi petición con un fervor insaciable.
Las veces que más disfrutaba, eran cuando sin darse cuenta, entrelazaba mis manos con las suyas, jadeando contra mi oído que seguía en espera de que en algún momento, susurrara las palabras que tanto anhelaba.
Y es que no he perdido la esperanza de que se enamore de mí.
El "me gustas" ya se había quedado corto y las locas ganas de dejar escapar un "te amo" entre embestidas me comían día tras día. Cosa que claramente no haría, sería un grave error el cual arrunaría mi ya retorcida "relación", si es que así podía llamársele.
Desde aquella vez, no dije palabras de afecto nunca más. Hasta hoy, donde aunque me doliera que mi amigo estuviera lastimado, su ataque infantil de celos había vuelto a dar una luz de esperanza a mi confundido corazón.
La gente no regala lo que aprecia y Kacchan actuaba muchas veces como un niño mimado. Sus celos eran demasiado obvios, en cierta forma era algo tierno, como un animal salvaje al que no puedes adiestrar, pero que de todas formas te sigue.
...
ーDeku...ー susurra ronco contra mi oído, claramente excitado. A lo que cerrando los ojos, termino por dejarme hacer. En el fondo lo deseo, entre sus brazos siempre me siento bien.
En menos de un segundo, mis pantalones y calzoncillos caen hasta la altura de mis rodillas y el agitado ídolo de mi infancia, en un rápido movimiento, me voltea, dejándome con el vientre rozando contra la grafiteada pared.
Siento su hombría clavada entre mis nalgas y jadeo gustoso, sin poder evitar contornearme, incitándole a entrar. Tantea con sus dedos mi entrada y un gemido se estrangula en mi garganta. Me he vuelto muy sensible al calor de sus manos y ya ni siquiera necesito real preparación. Lo noto buscar en su bolsillo y soltar un gruñido angustiado a lo que, sonriendo ante lo que no es primera vez que sucede, extraigo de uno de mis bolsillos el condón que asumo buscaba.
ー Eres una caja de sorpresas. Mírate la cara de mojigato que tienes y llevando condones... ー susurra contra mi oído de manera ardiente y siento su sonrisa cuando recibe el pequeño sobre, el que abre rápidamente con los dientes.
ー Siempre listo ー digo con mi sonrisa de mejor niño explorador de la tropa. La que rápidamente se desvanece al notar la obvia expresión de celos en mi acompañante ー Que no me acuesto con Todoroki... Ni con nadie más ー aclaro antes que empiece nuevamente con su rabieta, arruinándome el momento.
ー¿Entonces para qué los queremos?
ー¿Qué cosa?ー pregunto distraído con sus atrevidas manos ya hurgando entremedio de mis nalgas.
ー Los condones, yo estoy sano y tu no has estado con nadie más.
(...)
ー ¿Estás seguro? ー pregunto sin poder ocultar la alegría en mis palabras. Me sonaba a lo que haría una pareja y no puedo evitar emocionarme.
ー ¿Me engañas con Shouto?ーinquiere y juro que deseo darme un cabezazo contra la metálica pared frente a mi.
ー ¿Y vuelves con eso? ー replico ya molesto ーKacchan, ¿cómo se te ocurre? En serio no- ¡Ngh!ー un gemido agudo escapa entre mis labios, cuando sin previo aviso, le siento entrar. El calor de su carne desnuda me invade. Ya no dolía como al principio, apesar de ello fue brusco y mi mirada resentida no se deja esperar.
Dolió.
Y bastante.
ー Está bien, te creo... ー susurra ronco y me estremezco. Si pensaba que lo que amaba eran sus canciones me equivoqué. Amo su voz, especialmente cuando me habla así, ronco, durante nuestros indecentes encuentros ー ¿Estás bien? ー pregunta y asiento avergonzado de mis propios pensamientos.
Sus labios se curvan hacia arriba en una sonrisa perversa y se comienza a mover con suma lentitud. Sé que no debería, pero lo adoro. Adoro tener con esa lanza ardiente y desnuda atravesándome como una daga de fuego, destruyendo cada célula de mi cuerpo hasta volverme nada.
Porque eso soy,
soy nada cuando estás dentro de mí.
Cuando besa mi nuca intentando que me relaje, sonrío. Tarea realmente difícil en un lugar público con sus amigos cerca y en un espacio tan reducido, que mi vientre y rostro se estaban estampando contra la pared.
Nervioso pero excitado por nuestro primer encuentro piel con piel, muevo mi cadera suavemente. En aquella señal que indicaba que obrara a libertad. Este la entiende al instante y comienza a acelerar, tomando ese ritmo que tanto le gusta y a mí me desvanece.
Jadeando ronco contra mi oído continúa embistiendo con más fuerza, ido por completo en ese laberinto sin salida que llamamos placer. No puedo sino deleitarme en él. El roce de su carne más el de mis pezones expuestos, rozando contra la fría pared, derrotan cualquier defensa y entonces... Olvido donde estoy.
No existo,
otra vez.
ーShh...ー susurra al sentir como mis jadeos salen descontrolados de mi boca, mientras mis manos, sin saber de dónde sujetarse, golpean suave contra la pared cada vez que su cuerpo arremete vigorosamente sobre mí.
ー Mas despacio, Kacchan... ー pido y cometo aquel error: Mirar hacia atrás. Terminando por encontrarme con su rostro.
Mi respiración se agita.
Su acalorado rostro de excitada expresión está muy cerca.
Nuestros alientos se rozan.
Las cosas serían mucho mas fáciles de poder desahogarme aquella boca que desde esa primera noche llena de alcohol, nunca volví a poder probar. Sus labios tiemblan y aprietan formando una línea recta antes de que esconda su rostro en el hueco de mi hombro, acelerando el ritmo. Lo tomo como un castigo. Este no era mi primer intento, de verdad quiero besarlo, muero por ello.
ー Kacchan... ー jadeo bajo, casi en un murmullo, preocupado porque alguien nos fuera a escuchar. Aquel gesto parece incitarlo, ya que sale de mi interior para voltearme, dejando caer mis ropas al suelo antes de tomarme firmemente por debajo de los muslos, levantándome y volviendo a clavarme en él. Mis piernas temblorosas cruzan por sobre sus caderas y mi corazón late como loco cuando comienza a embestir con un ritmo lento, casi romántico, tan delirante que hace estremecer cada parte de mi ser.
En el tiempo que llevamos juntos, nunca ha hecho algo así y menos de frente, donde puedo deleitarme con su gesto de placer y esos ojos rojizos que parecen arder en la oscuridad de los baños, iluminados por tan solo luces de neón.
No sé si esto es una prueba o una tortura para ver si me atrevo a besarlo, pero no. Ya decidí que yo no haría eso. Lo juré ante mi reflejo tantas veces, en una promesa conmigo mismo que no estaba dispuesto a romper.
Decido no apartar la vista y memorizar sus gestos, para los momentos en los que no los pueda ver, cuando vuelva a desviar la mirada o esconderla en alguna zona de mi cuerpo. Sus caderas se mueven embistiendo hasta llegar a lo más profundo de mi ser, en ese punto placentero al que me había hecho adicto, justo al fondo de mis entrañas. Lo abrazo por sobre los hombros dejando que bese mi cuello y miro hacia el techo donde una luz parpadeante me acompaña en el intenso clímax que se avecina. Sus caderas embisten con más fuerza y me tengo que morder los labios para ahogar los gemidos que de desean salir de mi boca. Mi vista se nubla y comienzo a sentir como me pierdo, ya no puedo sentir nada que no sea la sensación de su duro miembro, golpeando sin piedad contra mi próstata.
ー Yo- ー intento advertir con el fin de no ensuciar su ropa. Parece entender ya que toma mi miembro por la punta, cubriéndolo y alejando un poco su cuerpo sin dejar de embestir a un ritmo cada vez más intenso, el cual ya no puedo soportar.
Arqueo la espalda antes de derramarme copiosamente, dejando mi cuerpo laxo por el intenso éxtasis caer muerto sobre el duro metal. Siendo sostenido solo por las manos de quien aún en sus últimas embestidas, gime ronco, susurrando contra mi oído.
ーDeku, Deku, Deku...ー jadea juntando su frente con la mía y acariciando mi rostro, cerrando los ojos antes de viajar a su paraíso personal. Su escencia llena mi interior y mi cuerpo se contrae, nuevamente chocando contra la sonora pared.
ー Kacchan... ー jadeo acariciando su rostro que me observa aún agitado.
Me responde con una mediosonrisa de esas que me hacen estallar el corazón y mis labios tiemblan por decir lo que deseo.
Decirle que lo amo, que es la cosa que me hace más feliz en el mundo y que mi único deseo es estar junto a él. Que quiero mucho más que esto.
ー Hay que arreglarnos, los chicos deben estar preguntándose dónde estoy... ー Sus palabras me detienen nuevamente, como un muro impenetrable.
ー S-sí.ー respondo sonrojándome por la ilusa idea de que me diga algo romántico. No le entiendo.
Lo que veo en tus ojos no coincide con lo que sale de tu boca,
me confundes.
Rápidamente nos arreglamos, limpiándonos y saliendo del baño como si nada. No era la primera vez que hacíamos algo así, a pesar de ello siempre me aterraba.
ー¿Cómo te irás a casa?ーpregunta lavándose las manos y mojando su cabello y rostro aún acalorado.
ーPediré un taxi ー respondo con timidez, mirándome al espejo.
Estoy hecho un desastre, mis labios están enrojecidos, mis mejillas arden y tengo el cabello como si me hubiera pasado un huracán.
ー Ok, hablamos, cuídate ー se despide y asiento decepcionado.
Suspirando, me humedezco el cabello, suponiendo que ya se fue, mas no es así. Volteo la vista al sentirme observado y lo noto aún en la entrada, mirándome con las manos en los bolsillos y el ceño fruncido, mordiéndose levemente los labios en ese gesto que hace siempre al pensar.
ー¿Pasa algo?ー pregunto al ver la duda en sus ojos.
ーNo, no es nada... Adiós. ー niega volteando y abriendo la puerta ー Avísame al llegar a casa. ー dice antes de desaparecer.
ーEstá bien ー respondo algo confundido, aún con su silueta yéndose en mis recuerdos.
.
.
A veces te observo y me siento como un ave tratando de llegar hacia el ardiente sol, aunque este le vaya a quemar.
.
.
________________
"Ngh Kacchan... ¡Ah!"
Ya con sus 19 años bien plantados, el joven músico estaba seguro de saber cómo una chica solía gemir.
Eso no sonaba como una.
Sin dar crédito a ello y esperando sea su imaginación jugando con él, avanza sigilosamente hasta el último cubículo de los oscuros baños.
Ahoga un grito de espanto al encontrarse con el asomo de una cabellera rubia y una verde en él, ambos en su propio mundo, gimiendo entrecortadamente de forma que apenas se puede oír.
¡Pero se puede, carajo! ¡Se puede!
Nervioso y aún sin creer la situación, decide mejor ir a mear fuera, no podía seguir ahí. O esa chica gemía como hombre o... No, no podía ser. Dios santo.
¿Será aquella... Izuka?
Se pregunta tomando una decisión fatal, una que si bien se salta su código de amistad, es necesaria para no morir en la aquella retorcida idea que cruza su mente.
Recordaba una cabellera verde y suda frío de tan solo pensar en su portador.
El chico de la noche en la que Bakugou desapareció.
Armándose de valor y discúlpandose mentalmente con su amigo por la invasión de privacidad, busca un ángulo que le permita ver por la pequeña entrada de luz que se formaba entre la puerta pésimamente hecha.
. . .
Lo que alcanza a ver y oír ahí, lo deja sin palabras.
Y es que la compañía de su amigo en definitiva no era mujer. Su amigo se estaba follando con todo a el chico del café.
.
.
______________
ー¡Oh, por Dios!
ー ¿Qué pasa? ー pregunta Denki, mirándolo extrañado. Eijirou se sujetaba la cabeza con ambas manos fuera del club.
Alzando una ceja ante aquel extraño comportamiento, bota la colilla del cigarro que estaba fumando y se acerca a verlo, preocupado.
ーNada...ー responde con cara de que se va a desmayar. Está realmente pálido.
ー¿Quieres ir al baño?ーpregunta el rubio, pensando que este bebió demás y quiere vomitar.
ー¡No!ー grita abriendo los ojos asustado, como si hubiera visto un muerto ー Tan solo, vámonos... ー pide desesperado, sujetándolo de un brazo para que no le dejara solo con esas turbias imágenes.
ー ¿Y la chica con la que andabas?ー pregunta ocultando su molestia.
ー No importa, quiero irme. ¿Me acompañas?
Pocas veces había visto a Eijirou así, tan alterado y frágil que las ganas de cometer un acto estúpido y declararse de una maldita vez, lo volvían loco.
No sabía cuánto tiempo más iba a poder aguantar así.
ー ¿Te parece ir a mi casa?ー ofrece a lo que el pelirrojo sonríe levemente, agradecido.
ー Por favor.
.
.
ー ¿Qué opinas de los gay?ーes la pregunta casual que lanza el pelirrojo ya al parecer más recuperado, luego de su quinta botella de cerveza.
El rubio casi vomita la suya.
ー ¿Por qué me preguntas eso? ー pregunta sintiéndose atacado.
Llevaba años cultivando su relación amistosa sagradamente como para tener que confesarse así.
El pelirrojo se rasca la cabeza sin saber que decir, era un tema incómodo y vergonzoso pero necesitaba hablar con alguien de ello. Denki era la unica persona en la que podía confiar algo así ー Hoy vi a dos chicos cogiendo en el club ー confiesa sonrojándose de tan solo recordarlo.
No delataría quiénes fueron porque de seguro este creería que estaba haciendo una muy mala broma.
Kacchan y su "novia".
La que al parecer, resultó venir con sorpresa.
El rubio suelta una risa aliviada.
ーYa entiendo, jajajajajaja...ー se ríe sin parar, avergonzando al pelirrojo quien lo observa molesto.
ー ¡Estoy hablando en serio! ¡Fue traumático!
ーYa ya...ー el tecladista se calma, tomando aire para hablar en serio del tema ー ¿Acaso eres homofóbo?ー pregunta bebiéndose sorprendentemente rápido el contenido de su cerveza.
ーNoー la verdad no tenía nada en contra de los gays pero nunca había conocido a ninguno y menos pensaba que sería uno de sus mejores amigos.
¿Por qué lo ocultaba? ¿ya no confiaba en él?, preguntas similares sacuden su mente agobiada antes de agregar ーTan solo, me sorprendió. No soy homofa... ¡Esa cosa!
El rubio juega con la lata de su cerveza no sabiendo si hablar, era una oportunidad realmente única de dar una leve insinuación de sus verdaderos sentimientos.
ー Es normal... No sé si apoyo el sexo público, pero son personas que se quieren. Creo que no deberías complicarte demasiado con elloー responde sintiéndose ya muy ebrio para ese tipo de conversación.
El pelirrojo asiente sintiéndose más aliviado. Tenía razón, no tenía porqué complicarse por si era hombre o mujer, lo que dolía era que le hubiera mentido, pero asumiría que tendría sus razones.
ー Igual debe ser extraño digo, es un agujero así ー el pelirrojo hace un gesto con la mano ー ¡Eso debe doler una mierda! De solo pensarlo me da escalofríos...
ー Si lo haces bien no duele tanto.
El pelirrojo asiente, luego analizando realmente la oración ー ¿Qué? ー pregunta confundido ante la inesperada repuesta.
ーQue hay... "Formas" ー explica el rubio haciendo un gesto de comillas con los dedos. Tumbado en la pared ya ebrio hasta las cejas.
ー ¿Y cómo sabes tú eso?ーpregunta éste, dejando su cerveza de lado sumergido en la intriga.
No sabe si esto es una charla de borrachos o qué, pero le resulta interesante.
ー Sólo lo sé... Dicen que se siente bienー aventura en su ebriedad, aprovechando de lanzarle un anzuelo.
ー ¿Qué tan bien?
El cual parece enganchar.
.
.
.
_________
+Notas de la autora:
Buenas noches mis sucias lectoras(?
Espero disculpen la demora, tengo mucho que hacer y editar no es tan sencillo como parece.
Un abrazo a la distancia a todos los que leen esto por primera vez, o que se dan el tiempo de releerlo.
La verdad recomiendo releer. Estoy agregando detalles menores, pero que hacen entender mejor la historia.
He notado vacíos argumentales mientras edito.
En fin, gracias como siempre por su infinito amor y apoyo. Amo escribir y poder compartir con ustedes estas historias.
A los que les guste favor de no olvidar votar y comentar, es una retribución al autor que aunque no crean, este aprecia mucho.
Nos estamos leyendo~
Canción: Knuckles -Moose blood.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top