Double Express
Mi nombre es Aizawa Shouta y trabajo en la industria musical desde hace más de una década. He cooperado con una gran cantidad de bandas, algunas surgieron, otras no. Es una industria compleja que requiere más que una cara bonita. Y debo decir, que soy bastante exigente.
Tanto así, que a veces tiendo a perder la fé. Llegué a un punto donde ya estaba harto de ver la misma basura de música día tras día.
El trabajo se había vuelto una enfermiza rutina de atender patéticas bandas cliché.
Hasta que los vi.
Un grupo de mocosos desgarbados, que si me hubieran preguntado, ni audiencia les habría dado. Más, bastaron tan solo unos segundos de oírlos tocar, en ese horrible antro tan enérgicamente y con tanta fuerza que, luego de que se me erizara cada vello de los brazos, tuve que levantarme y correr a buscarlos.
Quien pensaría que en un lugar de tal perdición, encontraría finalmente lo que estaba buscando...
Una voz con real fuerza y extrañamente armoniosa, tan intensa que no podías evitar quererla escuchar.
Pero como todos los artistas y humanos, tenías que tener un punto débil.
Tu carácter.
Pobre chico ese...
____ ¤ ____
Días atrás.
ー¡Señor!, ¡señor!
ー¿Sí?ーresponde el mayor a los insistentes llamados a su espalda.
ーSé que no debería pero, usted es el mánager, ¿no?...ー Pregunta el desconocido, haciendo una pausa para tembloroso, sacar un sobre de su bolsilloー T-tengo una carta para Bakugou, ¿podría entregársela?
ー¿Eres algo en particular de él?ー Pregunta curioso al nervioso joven de ojos verdes y cabello del mismo color, que extendía un elegante sobre.
ー¡No! Nada de eso, sólo un fanーcorrige, negando con una mano. Al parecer, avergonzado al notar la confundida expresión del mayor.
ーEsta bien... "Fan"ー lo recibe alzando una ceja, incrédulo. Era la primera carta que recibía de un hombre. Así que saltándose el protocolo usual, la acepta.
Ver la molesta cara de su cantante estrella al leerla, sería el momento que coronaría su día.
Llega a la sala de ensayos, recibiendo al instante esa mirada molesta y agresiva. No está seguro de si esta vez, el iracundo rubio está tratando de golpear a Denki, a Eijirou o a ambos.
Un día normal en la sala de ensayos...
Deja los regalos que le alcanzaron los brazos para recibir en la mesa, consolando como siempre al pobre pelirrojo que luchaba día a día por destacar.
Cosa difícil con un vocalista atractivo, con la mala tendencia de quitarse las camisetas luego del concierto, y un bajista que, a pesar de lo serio y amargado, parecía modelo.
ーYa llegarán cosas para tí... Luego me estarás pidiendo que no te reciba nadaー consuela a su decaído integrante.
ー Sí, hermano. Hay fans dementes que te pueden seguir hasta tu casa... Y pararse en tu ventana para vigilarte mientras duermes...ー Habla con voz tétrica su rubio amigo desde el teclado, recibiendo una mirada aterrada por parte del de dientes afilados.
Soltando un suspiro ante la animada plática de ambos, Aizawa toma su oportunidad y saca con disimulo la carta de su bolsillo. Tiene muy claro que su problemático cantante nunca lee nada.
Apenas entrega las cartas y regalos estas van directo a la basura.
Pero esta no.
Suprimiendo una perversa sonrisa, aprovecha la discusión típica de los tres para, acercándose al bolso de su víctima, depositarla en él y alejarse disimuladamente.
Nunca pensó en las consecuencias de ello, pero era divertido, así que no se arrepiente.
El rostro enfurecido del Bakugou al otro día, interrogando cuál pandillero de cada uno de sus compañeros de banda, fue de lo más satisfactorio. Por un momento, llega hasta a sentir intriga de qué tanto había escrito ese joven, para alterarlo así.
ー Vamos, ¡¿quién de ustedes imbéciles escribió esta mierda?, sé que fué uno de ustedes!
ー¡Ya te dijimos que no fuimos, debió caerse en tu bolso!ー gritan alarmados el par de amigos, refugiados con caras de espanto en un rincón de la sala. Mientras el silencioso integrante, de mestizo aspecto, tan solo observa la escena como si le valiera una mierda.
Lo más probable es que en efecto,
le valiera mierda.
ー¡Las cartas no se meten por si solas en los bolsos, idiotas!
ー ¡Suficiente!ー ya harto de su pelea, el mayor les interrumpe, su voz grave suena por toda la habitación. La paciencia de Aizawa tiene un límite y lo han superado.
En menos de un segundo toma al iracundo rubio de un brazo, lanzándolo al suelo para colocar una rodilla sobre su espalda y aplicarle una llave. No es la primera vez que tiene que hacer esto, su pupilo tiene un carácter más que difícil de llevar.
Por suerte antes de ser mánager, fue encargado de seguridad. Cosa bastante útil para lidiar con el demonio de vocalista que se carga.
ーEres un completo desastre... Cantarás muy bien, pero tienes que mejorar tu carácter ¡Deja de comportarte como un niño y madura de una buena vez! ー le regaña, recibiendo la mirada asesina que ya esperabaーSi recibes una carta, deberías sentirte agradecido de que alguien quiera entregarte su apoyoー vuelve a insistir, a lo que solo le escucha soltar un gruñido. Más que humano, a veces su pupilo parecía un perro con rabia.
Increíblemente no fue solo una carta, a la semana siguiente recibí del mismo joven otra, y luego otra...
Las entregué todas de igual forma.
.
.
Este es tu castigo por aún no madurar.
__________
Capítulo 2. "Un expreso doble".
.
.
Una semana había pasado desde la última carta, en la que me hiciste esa extraña invitación. Luego de ello, no enviaste nada.
Si bien tus escritos me generaban real desagrado, debo admitir que me causó sorpresa no ver ninguno en la última entrega. No sé si es por un asunto de ego, pero me alteró (tampoco es que sea especial, todo me altera).
Ya me había acostumbrado a leer tus largos y emocionados textos con perfecta ortografía, que me provocaban entre gracia y vergüenza ajena.
No sé que clase de hombre puede escribirle a otro palabras así, sin vacilación alguna. Debías de ser un real ñoño patético con problemas de autoestima para alabar a alguien así. Lo más probable era que ante mi constante rechazo a todas tus cartas, te hayas terminado aburriendo o cayendo en depresión.
Tal vez eras de esos mocosos suicidas... A todo esto, no sé ni tu edad, podrías tener quince años y ser un pobre niño bulleado, que escribe cartas para salir de su triste burbuja.
Tal vez te moriste o peor aún, te mataste.
A medida que avanzan mis pensamientos, me comienzo a preocupar.
(...)
Siempre antes de un concierto reviso todo. Las luces, la calidad del audio, el espacio y la acústica del lugar.
Al parecer, los dioses te favorecen y he decidido apiadarme de ti y pasar al lugar de mierda al que me invitaste. No soy un maldito demonio como para romper el pobre corazón de un niño con posibles tendencias suicidas.
Aprovechando el día libre tomo un taxi hasta el Shibuya-AX, el gran salón de conciertos en Tokio donde haría mi siguiente presentación. Al llegar, busco con la mirada el pequeño negocio que debía ser tu tienda familiar, mas lo que veo no es lo que imaginaba.
ー¿Qué rayos es esto?ー pregunto al aire cuando me encuentro con un gran edificio de dos pisos, mucho más elegante de lo que esperaba.
Tiene grandes ventanales de vidrio y elegantes muebles de aspecto inglés. Hay una cantidad considerable de mesas. Se ve limpio y ordenado.
Todos los empleados llevan un armado traje que parece de mayordomo. Van en negro y blanco, llevando grandes bandejas de pequeños pasteles y grandes jarras de café. El aroma a granos tostados inunda mis sentidos y sin darme cuenta, termino por entrar.
Ya en el local, me siento totalmente fuera de lugar, mi ropa no encaja en este ambiente tan refinado.
ーBienvenido se...
Escucho hablar a la joven mesera que lleva su usual delantal de lo que calificaría como "Maid", quedando con la palabra en la boca. Al parecer nota quien soy. Le lanzo una sonrisa seductora, teniendo que reprimir una risa burlona cuando la veo colocarse un pañuelo en la nariz y salir huyendo de la entrada como toda una estúpida.
Otra babosa, quien probablemente ni sepa que tipo de música toco.
Tomo asiento en la primera mesa que encuentro y veo la mayoría de las miradas, tanto de clientes como de trabajadores, posadas en mí. Tal vez debí ponerme gafas y no ir con el rostro descubierto y mi típica ropa negra y chaqueta de cuero.
El lugar es elegante. No sé cómo no supe de el antes, es un sitio agradable.
Aunque sería mucho mejor si alguien se dignara a atenderme.
ーBuenas tardes señor, ¿qué desea ordenar?
Escucho una voz y alzo la vista encontrándome con los ojos verdes de un chico, al parecer de mi edad. Tiene un extraño cabello que combina con estos y me sonríe con total normalidad.
Luego de unos segundos en los que no sé porqué no reacciono, torpemente tomo la carta pidiendo lo único que entiendo de ella.
ーUn expreso... Y que sea dobleー. Ordeno, a lo que este asiente, aún con esa nostálgica sonrisa en su rostro.
ー"Lo atiende el jefe, ¿lo viste?"
Oigo a las meseras cuchichear mientras me lanzan miradas tímidas en sus paseos a través de las mesas.
ー"Sí, ¿a que es guapo?"
Estaba ya acostumbrado a oír eso, las mujeres son muy poco disimuladas a la hora de expresar sus intenciones. Me desagradan la mayoría del tiempo.
ーUn expreso doble y una tarta de nuez.
Concentrado en la tonta charla de las mujeres, no noto cuando el mesero regresa ya con mi pedido, o parte de él.
ーYo no pedí una tartaー aclaro mirando el dulce, que si bien no se veía mal, ni lo había visto en la carta.
ーEs de parte de la casa, es la nueva especialidad. Puede comerlo si gustaー responde dejando ambas cosas frente a mí, antes de dar media vuelta e irse.
ー¡Alto ahí, espera!
Llamo y volteas sorprendido hacia mí y ya no sé qué decir, las palabras tan solo escaparon de mis labios cuando esa terrible duda surgió entre mis pensamientos.
ーDígame, señorー se acerca nuevamente con la bandeja entre sus manos, al parecer sin entender el porqué no digo nada.
¿Qué tan difícil era hacer una puta pregunta? Siempre he sido decidido e impulsivo, no soy de este tipo de cobardías.
ー¿Eres... Tú? ーpregunto, como si me estuviera encontrando con mi cita a ciegas, la que no se ve en absoluto como creí.
Posa su mirada sobre la mía y sus labios finalmente se curvan hacia arriba, haciendo que se me coloquen los pelos de punta. Nunca me habían sonreído así.
Al menos no,
desde hace mucho tiempo.
Le veo titubear antes de asentir y doy un suspiro de alivio. No estoy haciendo escándalo por nada, realmente eres él.
Para mi alivio, al menos no parecías ser un adolescente suicida.
Una preocupación menos.
ーYa veo...ー Respondo, sin saber que más decir. No sé el porqué, pero tu mirada me pone nervioso. Aunque tal vez sí lo sé.
Pones tu mano gentilmente sobre la mía y comienzo a dudar de tus intenciones.
¡Kirishima tenía razón!
ーMuchas gracias por venir, realmente quería conocerte...ー dice sonriente, retirando su mano. Me tomó un leve momento para analizar su pálido rostro, no había rasgo de perversión alguna.
Un sentimiento de vacío me invade cuando le veo simplemente voltear e irse a atender la siguiente mesa. De alguna forma, espero más. Este no es el tipo de atención que esperaba. Normalmente esperaría a que lloraras y gritaras de emoción como el patético ser que creí eras.
Pero no eres así...
Me tomo mi taza de café y, a pesar de mí poco gusto por el dulce, termino comiéndome casi por completo el pastel. Una vez pagado no sé que hacer, no te veo por ninguna parte y aún debo hablar contigo.
Esto no ha terminado aún.
ーOye tú, ¿dónde se fue el tipo raro de cabello verde?ー pregunto a una mesera quien, soltando una risa nerviosa, responde:
ー¿Habla del señor Midoriya? Tuvo que retirarse por asuntos de negocios, pero si quiere verlo, está aquí todas las mañanas hasta más menos esta misma horaー me informa, mirando su reloj de muñeca y haciendo una señal a una de sus compañerasー ¿Desea qué le deje algún mensaje de su parte?
ーNo, no será necesarioー respondo levantándome de la mesa y retirándome del local. Una vez afuera, aprieto los puños irritado. Esto no salió como esperaba.
El muy bastardo ni siquiera se despidió, ¿quién se ha creído que es?
Prendo un cigarro y le doy una buena calada antes de molesto, emprender camino arrastrando los pies hacia el salón de conciertos. La presentación es en dos días y aún tengo mucho trabajo por hacer.
Espérate tranquilo maldito,
Volveré.
.
.
.
____________
+ Notas de la autora:
Estoy muy emocionada editando este fic.
No tengo mucho que decir en este cap, mas que agradecer a los que lo han leído y comentado. Sé que se siente un poco vacío sin los comentarios en el texto, pero están todos abajo en la casilla, no se han perdido. Aún los atesoro.
Un saludo y nos estamos leyendo <3
Canción: Make Damn Sure- Taking Back Sunday
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top