Damn Freckles

.

Un calor abrazador recorre cada parte de mi ser, es placentero y adictivo. Me ahoga y me aturde a tal punto, que mi cuerpo se comienza a entumecer.

Un mar de nuevas e intensas sensaciones me embargan, cada vez que tus cálidas manos se deslizan hábilmente sobre mi piel, es casi como si supieran qué camino recorrer, sin que diga nada.

Tus movimientos a pesar de ser bruscos, son compensados a través de esos roncos sonidos de placer, que escapan entre tus labios hasta recaer en uno de mis oídos.

Siento la punta de tu nariz rozar mi nuca y me sujeto firmemente desde donde puedo.
Mi cuerpo perlado de sudor cede ante cada uno de tus movimientos, esos donde vienes y vas dentro de mí, haciéndome soltar esos vergonzosos sonidos que se mezclan con el golpeteo del respaldo contra la pared.

Siento tanto placer y tanto dolor, eres tan brusco y a la vez tan cálido.

━¿Te due-le? ━ Preguntas contra mi oído y no me atrevo a voltear. Tus movimientos se vuelven más suaves y me estremezco al notar tus manos, acariciando mis muslos con sumo deseo.

━ No, estoy bien. ━ Miento mirando la pared, intentando no pensar en nada. Creo que de hacerlo, olvidaré respirar y moriré espontáneamente ━ ...A-Ah ━ suelto un quejido al sentir como entras nuevamente, esta vez con más fuerza.

El resto de los sonidos que salen de mi boca ya no son de dolor, encontraste un punto que elimina cualquier angustia.

No sé cómo llegamos a esto, pero estoy perfectamente consciente de ello, perdí la ultima gota de alcohol en mi cuerpo cuando te lanzaste sobre mí...

Cuando finalmente me hiciste entender, mis verdaderos deseos.

.

.

______________

Capítulo 7. "Malditas pecas".
.
.

No hablamos durante todo el trayecto y ni idea qué hago aquí. Tan sólo recuerdo que al despertar estaba en un silencioso taxi del que ni siquiera conozco el rumbo.

No alcanzo a orientarme cuando llegamos a un gran edificio de departamentos y siento una mano ayudarme a salir.
Miro hacia todos lados confundido, me demoro en notar que estamos solos. No sé si es por el "shock" de notar una de tus manos tomando la mía, pero avanzo en silencio sepulcral.

Subimos al ascensor y aún mareado me recargo en la pared, mientras el techo da vueltas alrededor de mi cabeza.

Sin soltar mi mano, me dedicas una corta mirada, tus ojos me hacen ruborizar. Son pequeños, rasgados y oscuros, de un tono carmín que me gusta. Es atrapante, casi hipnótico.

El ascensor sube en eterno silencio.

━ ¡Con cuidado, idiota! ━ Me regañas apenas entramos al departamento y casi tropiezo con el borde de la alfombra, por suerte lograste atajarme antes de caer estrepitosamente al suelo.

Asumo que es tu casa de tan sólo ver la decoración. Es simple, ordenada y está llena de pósters de bandas, tus discos y tu vieja guitarra en un rincón. Emocionado, intento memorizar cada parte de esta, mientras internamente agradezco el ya no estar tan ebrio como para no recordar nada.

Entonces siento la mano con la que me salvaste de caer apretar mi cadera y finalmente noto la posición en la que estoy.

Estás detrás mí y nuestros cuerpos de rozan, provocándome un extraño hormigueo en el vientre.

Sin entender el porqué no me has soltado, giro la vista hacia ti. Apenas te encuentro me topo con una mirada extraña, la que al instante cambias por una cabreada.

Asustado, me termino por separar.
Parece que te he hecho enojar.

━ Lo siento ━ murmuro avergonzado, pues creo que he terminado siendo una carga para ti.

No respondes, tan sólo frunces el ceño y con notable molestia en tu rostro me indicas que me siente en el sofá.
Aún con ese indescifrable hormigueo en mi vientre, obedezco.

Estoy bajo los efectos del alcohol, pero me siento bastante mejor. Todavía tengo el gusto a cerveza en mis labios, mas siento que pienso con mayor claridad.

Superando mi miedo y en busca de respuestas, te busco temeroso con la mirada.
La encuentro fija en mí.

No sé si sigues enojado, estás algo lejos y no haz prendido la luz.
No puedo distinguir tus expresiones mas a pesar de ello, nada me impide notar el sutil brillo en tus ojos rojizos.

Tu cuerpo iluminado por la luz de los focos exteriores que iluminan el gran ventanal del departamento, parece tenso.

No sé qué hacer.

Me quedo simplemente observándote mientras sostienes la mirada breves segundos hasta desviarla e irte a otra habitación.
Parece ser la cocina pues regresas con un vaso de agua, el que bebes hasta el fondo para luego quedarte en silencio otra vez, ahora contemplando la nada.

━ ¿Sigues ebrio?━ Preguntas, tomando asiento junto a mí y apoyando tu brazo en el respaldo, pasándolo casualmente por detrás de mi cuello. La repentina cercanía me deja fuera de lugar y comienzo a ponerme realmente nervioso.

Estoy en casa del ídolo de toda mi juventud y ahora lo tengo sentado junto a mí, casi abrazándome.

Empiezo a pensar que sigo muy ebrio y esto es una alucinación.

A todo esto, ¿qué hago aquí?
Tengo por desgracia, recuerdos muy vagos de mi estadía en el club. Siempre he sido mal bebedor y de los nervios creo que me he excedido.

━ Un poco, ¿y tú?━ Respondo con sinceridad, la cabeza aún me daba vueltas y tenía el rostro ardiente.

Aunque de lo último no sé si culpar al alcohol, estás muy cerca.

━ Creo que también, un poco━ respondes encogiéndote de hombros.

Ahora creo no estar muy seguro de lo que está pasando.
No lo quiero mal interpretar.

Te quedas viéndome en silencio, tus ojos color fuego parecen analizarme detalladamente. Recordaba esta mirada, también la vi en el club.

Un recuerdo vago llega a mi mente y prefiero pensar que es sólo mi imaginación, en él tu rostro se encuentra tan cerca del mío como ahora.

Dejándome llevar quizás por lo que queda de alcohol en mi sistema, me entrego a la curiosidad y con los nervios a flor de piel, me aproximo acercando mi rostro.

No te alejas, tan sólo sigues mirándome con detenimiento, tanto así que tus ojos carmesí apenas parpadean.

Me acerco un poco más y noto como mi respiración y la tuya comienzan a volverse pesadas, tanto así, que puedo oírlas claramente. El ambiente se vuelve cálido y embriagante, y bien si tu cuerpo no se mueve, siento su tensión y la rigidez de tus puños al abriste y cerrar ansiosamente.

Un escalofrío me recorre cuando finalmente logro rozar tus labios, son cálidos y ásperos.

Dudo en continuar.

Nunca he realizado un intento tan descarado con alguien y estoy a punto de sufrir un ataque.

Mis labios tiemblan y mi pulso se acelera cuando siento como una de tus manos se desliza, escurriéndose bajo mi chaqueta hasta llegar a mi cintura de la que te afirmas mordiéndote levemente los labios.

Y entonces, sucede.

Mi mente queda en blanco al notar como te acercas hasta unir tus labios con los míos, en un beso tan ardiente que me corta la respiración.

El sonido de tu boca contra la mía resuena en mi cabeza, mientras intento seguir el ritmo de tus ávidos labios que no se detienen. Tu fragancia masculina invade mis sentidos, mientras tu lengua curiosa se desliza por doquier.
Tienes aún ese leve sabor amargo a cerveza y aún así, definitivamente no me quiero detener. No puedo pensar, estoy ido en un mar de emociones reprimidas que acaban de simplemente estallar.

Temblando de pies a cabeza, instintivamente te abrazo por detrás del cuello. Tus manos se deslizan por mi cintura hacia mis caderas, presionándolas a medida que el beso se vuelve más intenso, llegando a un punto donde es casi frenético. Sin dejar de besarme, me empujas haciéndome caer de espaldas contra el sillón, te acomodas sobre mí y ahogo una exclamación placentera al sentir el roce de tu miembro contra mi intimidad.

Estás completamente duro y no puedo evitar emocionarme al pensar que es por mí, aunque por otro lado siento pánico, pues el sentimiento de idealismo que tengo por ti es tan grande que nunca me detuve a pensar esta tan obvia posibilidad.

Estoy estúpidamente enamorado de ti y finalmente, muchas cosas toman sentido.

Mi necesidad de hablar contigo, de verte, el querer saber cada cosa acerca de ti.

Entonces tus besos se detienen y vuelves a clavar esa extraña mirada en mi rostro. Esta vez logro leer a través de ella, entendiendo la petición silenciosa que intentas hacer.

Asiento, sin apartar la vista para luego, con vergüenza, incorporarme levemente y quitarme la chaqueta.

Pareces tomarlo como una aceptación pues sonríes seductoramente, acariciando curiosamente mi pecho por sobre la camisa, en un camino ascendente que me hace soltar un jadeante suspiro.

Me voy a desmayar.

Aprietas tu mano libre contra el respaldo del mullido sillón, deteniendo la otra en hebilla de mi cinturón con el cual juegas antes de dedicarme otra mirada cargada de lujuria. El sonido metálico llega a mis oídos y no me muevo, apenas puedo respirar.

Lames sutilmente tus labios y chasqueas la lengua, antes de quitarme la camisa lanzándola a cualquier parte.
Creo que esto es una mala idea, ya muy tarde y espero no tener problemas cardíacos o estoy seguro que me vas a matar. Mi pecho se contrae y mi piel arde en cada zona que osas a tocar.

━ ¿Has hecho esto antes? ━ Preguntas jadeante y mirándome con genuina curiosidad.

Asumo que te refieres a sexo entre hombres y avergonzado respondo a duras penas un tímido "no".

Asientes y me relajo al ver que no te molesta.

La verdad es que no sólo no he tenido relaciones con hombres. No he tenido relaciones sexuales de ningún tipo y empiezo a preocuparme por no saber qué hacer.

Pensamientos que se esfuman cuando te veo sacarte la chaqueta y la musculosa negra que llevabas, exponiendo tu torso desnudo ante mí.
Creo que la sola visión de ello, me quita todo el alcohol que tengo en mi sistema.

Los colores se me suben al rostro e instintivamente intento cubrir mi cuerpo con mis manos. Tu abdomen y pecho son marcados y pálidos.

Me pregunto cómo se sentirá tocarlos.
...

━ No hagas eso... ━ susurras quitando mis manos de mi pecho. Mirando hacia otra parte cedo, exponiéndome sin mayores prejuicios.

Tengo muchas dudas, pero estoy seguro de una cosa:

Realmente deseo esto.

Las cosas que me haces luego de aquello, simplemente no las puedo narrar.

El inicio de esta extraña relación, de la que no puedo ni quiero escapar.
.

.

______________

Observo con detenimiento tu pálido cuerpo, deteniéndome en las pequeñas pecas que surcan tu cuello, también salpicando tu pecho.

Ahí están las muy desgraciadas.

Con una mezcla de ansiedad y deseo me quito la ropa también. Te ves nervioso y siento que aquello podría ayudar.

Mismas condiciones, ¿no?

Por desgracia, parece tener el efecto contrario. Ya que sonrojado al instante te comienzas a intentar tapar.

Molesto te detengo en el acto.

Ya traspasé demasiados límites de mi cordura como para ahora venir a parar.
Nunca sentí deseo alguno por un hombre, pero heme aquí, lanzándome sobre uno de mis fanáticos al que apenas conozco.

Todo súper normal.

Intentando calmar mis extraños deseos, quito la vista de tu cuerpo un segundo para dirigirla a tu rostro. Tus ojos esmeraldas me obsevan curiosos, atentos a cada movimiento que doy.

Con tus pecosas mejillas cubiertas de un fuerte rubor, te muerdes los labios en un gesto al parecer inconsciente, regalándome un cuadro lascivo que termina por sacarme de control.

Te deseo, te deseo tanto y no entiendo el porqué.

Confundido, decido no afanarme en ello.
Lo tendré que pensar luego, una vez que logre sacar de mí estos extraños deseos.

Decidido a ello me acerco lentamente y cargando mi cuerpo sobre el tuyo vuelvo a unir nuestros labios en un beso pausado, el que sin poder evitarlo termina por volverse brutal. Eres bastante provocador al besar y ni siquiera lo notas.

Tu boca es dulce, suave y adictiva.
Sigue la mía en perfecta sincronía.

━ Unhmn...━ Mascullas sobre mis labios cuando nuestros miembros se rozan. Tu cuerpo da un respingo y sonrío al notar como tus muslos se entreabren, invitándome a pasar.

Entonces acomodándome entre tus piernas, comienzo a aún con la ropa puesta a frotar mi miembro despierto contra el tuyo con brusquedad.
Me mantengo en ello varios segundos en los que tus jadeos y los míos se unen, llenando de sonidos obscenos la habitación.

Queriendo oír más de estos, llevo mis manos a tu pantalón, desabrochándolo.
Al instante siento tu cuerpo ponerse rígido y el cómo tus manos temblorosas y vacilantes intentan detenernos.

━ ¿Quieres?━ Pregunto, dudando de aceptar un simple no.

Para mi alivio, respondes un "sí" más firme de lo que esperaba.

Conforme continuó con gusto. No soy un abusador y si es que no querías te iba a convencer.
Puedo ser muy persuasivo cuando quiero.

━ Ngh... ━ se te escapa un pequeño gemido cuando libero tu miembro, exponiéndolo ante mí.

Aquí ya crucé la línea, por lo que entrando en terreno desconocido trago saliva también desabrochándome los pantalones.

Para este momento ya tenía una completa tienda de acampar en estos que me dolía un carajo.

Libero mi erección y vuelvo a ejercer el mismo movimiento, esta vez menos brusco. El roce de tu intimidad con la mía me enciende de sobremanera e ignorando mis antiguos principios, tanteo tu entrada presionando con uno de mis dedos.

Por como se estremece tu cuerpo asumo a que en efecto, ahí estoy.

Intento abrir más tus piernas con dificultad, el espacio es muy estrecho para lo que quiero realizar.
Ya no puedo con ese puto sillón, estoy demasiado incómodo.

━ Ven ━ digo contra tus labios, tomándote por los hombros para levantarte y de una mano arrastrarte hacia mi habitación, en el camino mis pantalones caen y simplemente me los quito a patadas.

Volteo a verte, estás sonrojado mirando la habitación. Tus pantalones cayeron en el trayecto y caminas graciosamente tapando tu intimidad con una mano.

━ No la tapes como si no la fuera a ver, idiota ━ te molesto, quitando tus manos de ahí y haciéndote una seña para que te termines de quitar lo que te queda.
Tomo tus dos manos y te jalo caminando de espaldas, hasta chocar con el colchón. Me siento en él y me dedico a recorrer tu desnuda anatomía.

Tu espalda es amplia pero tu figura es esbelta, tu piel es pálida y está adornada por esos pequeños puntos oscuros que no sé si adorar u odiar. Estoy claramente viendo el cuerpo de un hombre y para mi sorpresa, este tiene gran efecto en mí.

Me calienta.
Y bastante.

━ Siéntate en mis piernas ━ pido casi en una orden, tomándote por las caderas y ayudándote a acomodar.

Ya contigo cómodamente sentado sobre mis muslos, muevo mi pelvis contra la tuya, jadeas y deslizo nuevamente una de mis manos hacia esa pequeña entrada entre tus nalgas, introduciendo un dedo con suavidad.

Sueltas un pequeño quejido y beso tu mejilla, tu nariz, tus labios... intentando ser lo más delicado posible cuando comienzo a retirarlo y volver a ingresar.

Tus quejidos comienzan de a poco a volverse sonidos bastante indecentes, que definitivamente no me ayudan a poder esperar.

Un dedo, dos dedos...Y con dificultad, un tercero.

Ya sin poder más en mi deseo de tomarte, te ayudo a alzar la cadera para acomodarme y poder entrar.

Logro ingresar tan sólo la mitad, reprimiendo un gemido extasiado.
Tu interior es tan cálido y apretado que no sé si de esta forma podré lograr mi cometido.

━ Mejor recuéstate sobre la cama ━ cambio mi plan, acariciando tu pecoso y cálido rostro con ansiedad.
Está sonrojado y tus rosados labios están muy hinchados, y es desgraciadamente la cosa más sucia y perfecta que he visto.

Obedientemente te incorporas liberando mi miembro para luego, desplomarte boca arriba sobre el colchón.

━ Así no ━ corrijo tomándote por las caderas y de un giro, volteándote hacia abajo, dándome una vista mucho mejor.

Alzo tu cadera y acaricio tus redondas nalgas, mordiéndome los labios antes de volver a intentar entrar. 
Tu rostro cuerpo tiembla ante mi tacto y sonrío de manera perversa.

Me gusta mucho esta visión y el cómo jadeas cada vez que te toco.

Intento nuevamente siendo mucho mejor recibido esta vez, logrando ahondar en tu cuerpo plenamente.

Tus manos arrugan las sábanas y decido calmarme e intentar esperar, entreteniéndome mordiendo tu espalda en espera a que tu cuerpo rígido deje de apretarme.

Tu respiración entrecortada se calma y noto tu cuerpo ceder.

━ Me moveré... ━ susurro contra tu oído por cortesía, la cual no sé de dónde saqué.
Creo que no he sido nunca tan amable, ni siquiera con una mujer.

Asientes débilmente y apoyas tus manos en el respaldo de la cama, quedando con ambas rodillas sobre el colchón. En una posición de entrega tal que me hace perder la maldita cabeza.

Entonces sujetándote por las caderas comienzo a moverme lentamente, dejando escapar un gemido ronco cuando el ritmo de tu pelvis me comienza a seguir. En esa danza enloquecedora que me lleva a pensamientos y deseos tan inapropiados como seductores.

━¿Te due-le?

Pregunto mientras mantengo un ritmo tortuosamente lento, y de tu boca tan sólo escucho salir sonidos raros que no sé si son de placer o dolor.

No, estoy bien...

Respondes a lo que besando y lamiendo tu hombro acelero.

Y entonces, tus quejidos que parecían de dolor se van transformando en un nuevo sonido que comienza a gustarme más de lo que debería.

«Qué erótico

Pienso, mientras un sentimiento extraño se aloja en mi pecho al oír tu nueva entonación, logrando que embista con más fuerza.

La verdad es que tan excitado y me siento tan bien, que aunque me lo pidieras no podría parar. Me encuentro poseído por un depravado y apremiante deseo:

Devorarte.

Quiero devorarte por completo y que no pares de hacer el ruido que estás haciendo.

Intentando borrar mi urgente deseo, doy un suave mordisco sobre uno de tus hombros, besándote la nuca y deslizando mis manos hacia tus pezones, los que jalo y aprieto recibiendo esos gemidos agudos y fuertes que resuenan en mis oídos, opacando cualquier otro sonido en la habitación.

Me cargo más sobre ti y una descarga eléctrica azota mi espalda, seguida de una ola de calor invade todo mi cuerpo mientras acelero mis embestidas, eliminando ya cualquier rastro de delicadeza.

Tu cuerpo arde entre mis manos cual fuego y tu interior se contrae, llenándome de un placer que nunca antes pensé conocer.

Me apego tanto a ti que tu vientre choca contra el respaldo de la cama mientras te penetro, cada vez con más fuerza, incitado por tus adictivos sonidos de placer.

Tu cuerpo es tan sensible...
Tiembla adosándose al mío, jadeando y gimiendo sin pudor alguno ante el mero roce.

Finalmente, luego de varios minutos donde me desconozco realmente, tu interior se contrae abruptamente y soltando un gemido ronco derramo mi escencia por completo dentro de ti.

Cansado como nunca antes, me separo y te dejo desplomarte, caes agotado sobre en el colchón y entonces...
Logro finalmente a recapacitar sobre mis actos.

¿Cómo pasó todo esto?

━ ¿Estás bien? ━ Pregunto pensando que tal vez me sobrepasé, nunca había sido tan rudo.
No sé qué demonios me pasó ni en qué momento me entusiasmé tanto.

━ Sí... Me duele un poco la cadera ━ confiesas sin quitar tu vista de la pared. Tu respiración aún está agitada y tu nuca sigue tiernamente sonrojada.

━ Si quieres... puedes quedarte ━ ofrezco mientras observo la ventana de la habitación. El sol ya está comenzando a asomarse.

Asientes y te acomodas en la cama, sin siquiera reparar en el líquido que se derrama por entre tus muslos.
Pareces realmente agotado.

Te cubro con una frazada y recostándome de lado, me quedo observándote mientras intento conciliar el sueño, sin resultado alguno.

Tengo un ensayo en pocas horas y la verdad no decido todavía qué hacer.

Qué demonios debo hacer, con estos sentimientos.

.

.

_______

+ Notas de la autora:

Estuve editando esto en mis pocos ratos libres por como dos días. Dios santo había bastante que arreglar.

Un abrazo a todos los que leen esta cosita que escribo jeje~
Muchas gracias!

Canción: No Vacancy-Nigthly

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top