26

— Creí que ya no estarías aquí. —Dijo Seokjin al ver a Yoongi sentado en la sala de espera.

— ¿Cómo está el bebé? —Preguntó sin dudar al ver a Seokjin.

— Ahora el embarazo de Jimin es alto de riesgo, cualquier movimiento en falso puede hacer que tenga un parto prematuro.

Yoongi golpeó la pared a su lado, se sentía culpable, después de todo el bebé no tenía la culpa de nada.

— Necesitas aprender a controlar tu ira Min. —Dijo Seokjin— Sé que te sientes culpable, me alegra que sea así, porque tuviste la culpa de todo, te conté antes lo delicado que era este tipo de embarazo y aun así vas y haces ese tipo de escenas, si algo le pasa a Jimin o a ese bebé es tu culpa.

— Jin, él es un Park, esa maldita familia se ha empeñado a hacerme la vida imposible desde niño, su padre fue un hijo de perra con mi familia.

— No tenías que reaccionar de esa manera, puede que Jimin lleve la sangre de personas tan nefastas, sé de tu historia, me la has contado, pero eso no justifica que hayas tratado de esa manera a Jimin.

— Quiso burlarse de mí, es como ellos, pero no le voy a dar el gusto, no le voy a rogar.

— Estoy seguro de que estás equivocado Min.

— Jimin mando a matar a mi madre, él era el único que sabía que ella era uno de mis puntos débiles, esa familia lo sabía. —Yoongi apretó su mandíbula.

— ¿Tienes pruebas de que él lo hizo? —Dijo a la vez que negaba con la cabeza ligeramente.

— No, pero–

— ¿Te estás escuchando Min? Te has vuelto loco. —Seokjin alzó la voz— Estás juzgando a un inocente solo por compartir un maldito apellido. No todo gira alrededor de ti Yoongi, estás dañando a Jimin.

— Tú no sabes de lo que ellos son capaz.

— Dime, si tu tonta teoría fuera cierta, si fuera así, ¿por qué Jimin arriesgaría su vida viviendo en un maldito parque? ¿O te tengo que recordar cómo y dónde lo encontraste? Yoongi, cuando conocí a Jimin estaba en los huesos y le temía a todo, era callado, tan diferente al Jimin de ahora, y no me vengas con que estaba actuando, porque ambos sabemos que si fuera así no hubiera ni siquiera aceptado ir con Rosé, además ella ya habría sabido que algo andaba mal, tú mismo me contaste lo feliz que estabas porque Jimin se veía mejor después de cada cita con la psicóloga, tienes muchas pruebas a tu alrededor, pruebas donde claramente puedes ver que Jimin no es así, si él te hubiera querido dañar no habría desperdiciado tanto tiempo a tu lado, por favor abre los ojos.

Yoongi se quedó sin palabras, no podía decir nada, tenía las piezas de un rompecabezas que no sabía cómo armar.

— Jimin se quedará internado hasta que el bebé nazca, estará en constante revisión, no te preocupes por él, yo me haré cargo y estaré a su lado en todo lo que necesite, y si solo buscas alterar su salud, te tendré que pedir que te retires, compermiso. —Agregó Seokjin antes de irse.

Jimin quería irse a casa, odiaba ver las blancas paredes del hospital, cada minuto se le hacía eterno, aunque suponía que ya no tenía un hogar, quizás en cuanto pusiera un pie dentro del departamento Yoongi lo echaría, no sabía a dónde ir o que hacer.

Había hablado con Rosé, le contó todo con lujo de detalle, más allá de la tristeza que le inundaba por el reciente comportamiento de Yoongi, su psicóloga le había recomendado resolver el tema legal, es decir, arreglar su falsa muerte y darle lugar a su hijo.

— Yo estoy de acuerdo con lo que te dijo Rosé, deberías intentar arreglar el tema legal, con la muerte de ese señor las cosas se pueden volver difíciles. —Dijo Seokjin.

— No quiero hacerlo, si se descubre que estoy vivo eso significaría que tengo que volver a ese mundo, eso significaría que mi hijo tiene que pasar por todo lo mismo que pase de joven.

— No tienes que adentrarte en el negocio, pero creo que si es necesario que todos sepan que Park Jimin está vivo.

— Ahí no te preguntan, te obligan, ahora que no está mi padre, estoy seguro de que uno de sus socios me obligará, además, yo prometí que la vida de este niño no sería como la mía, el sí sería feliz. —Jimin cubrió su rostro con sus manos— Y lo peor no es manejar la empresa, las pocas veces que mi padre me llevó cuando era chico fueron un infierno, estar ahí es cargar con todos los malos tratos de los hombres que se creen superiores ahí, es fingir ser siempre perfecto, es ser alguien que no eres día y noche, eres como un muñeco de plástico, no les importa tus sentimientos.

— Jimin, ahora nadie te podrá hacer daño, la gente mala ya no está, nadie te va a obligar a hacer cosas que no quieres y es necesario que hagas esto, tendrás nuestro apoyo en todo momento, ¿bien? No te estreses, todo saldrá bien, volveré mañana, es mejor que descanses, es cerca de la media noche y mañana será un lindo día. —Anunció 

— Jin... ¿Qué pasa si todo va mal cuando reclame lo que legalmente me pertenece? ¿Qué pasa si le obligan a vivir mi vida de antes?

— Eso no pasará, tú confía, todo saldrá bien. —Dijo Seokjin antes de irse.

Cuando el pelinegro abrió la puerta, le fue inevitable chocar con otra persona, la cual parecía estar escuchando a escondidas la conversación.

— Doctor Min, ¿no le han enseñado que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación? —Dijo Seokjin al verlo.

— Solo pasaba por aquí, no me incumben asuntos que no tienen que ver conmigo.

Seokjin negó serio al ver con decepción el comportamiento del pelinegro, sin decir nada más pasó a su lado para continuar con su camino.

— Jin... —Lo llamó— Sé de un buen abogado que podría ayudar, te enviaré su contacto por mensaje. —Yoongi trago saliva— No le digas a Jimin que tuve que ver, por favor.

Y sin esperar confirmación del mayor comenzó a caminar en dirección contraría, alejándose.

Habían pasado nueve días desde que Jimin había sido internado en el hospital, a pesar de que recibía visitas constantes de Hoseok y Seokjin, se sentía incompleto, no había visto ni hablado con Yoongi desde aquella ocasión, y aunque quería salir de aquel cuarto y buscar a Yoongi para explicar todo, no podía, Seokjin le decía que era importante tenerlo bajo revisión para cuidar de la salud de su bebé.

Había intentado contar las estrellas cada noche, asegurándose de que ninguna había dejado de brillar, admirando desde la ventana de la habitación la estrella más brillante, preguntándose si se trataba del amor de Yoongi, ¿lo había dejado de querer? ¿Ya lo había olvidado?

El rubio camino con lentitud hacia la cama de hospital, miró de reojo la bandeja con comida sobre la pequeña mesita de madera que había en el cuarto, sabía que sería regañado una vez más por las enfermeras y por Seokjin, solo había comido los chocolates que Seokjin le dejaba sin falta cada día en la mesita, sabía que no era lo correcto, pero no sentía la necesidad de comer, tenía ganas de dormir, a pesar de no sentirse cansado solo quería dormir por mucho tiempo.

Se recostó en la dura cama y se cobijó con una suave manta color rosa, cerrando sus ojos, no pasó mucho tiempo antes de que alguien abriera la puerta de la habitación, Jimin sabía que se trataba de alguna enfermera que venía a recoger la bandeja de la comida o quizás era Seokjin, para evitar algún reclamo por no comer decidió que lo mejor era fingir dormir, no tardaría en irse la persona que entro.
O eso pensaba hasta que sintió como alguien se sentaba en la silla de al lado de la cama, un suspiró llegó a sus oídos antes de sentir caricias en su vientre.

— Hola Muffin, ¿cómo está mi pequeño? —Susurró una voz que Jimin perfectamente conocía— Oh cariño, lamento que no hayas escuchado mi voz estos días, papá tuvo que trabajar mucho.

Jimin quiso sonreír en ese momento, nunca había escuchado a Yoongi autonombrarse como padre de su bebé y era realmente tierno que lo hiciera a pesar de todo lo sucedido.

— Mi Muffin, ¿cuánto tendré que esperar para conocerte? No te apresures, te podría esperar por mil años más. —Susurró Yoongi— Aunque te tengo malas noticias, no te soltaré después de que nazcas, estarás en mis brazos, estaré ocupado llenándote de besos y cariño, solo espero que no te espantes, no soy tan bonito como lo es tu otro papi, estoy seguro de que herederas su belleza. Me gustaría quedarme un poco más, pero me temo que no será posible, sé que le pides mucho chocolate a papi, así que traje unos cuantos más. —Dijo Yoongi al dejar 5 chocolates pequeños sobre la mesita.

Yoongi hizo una mueca de disgusto al ver toda la comida completa, aún con el plástico puesto.

— Este será nuestro pequeño secreto. —Murmuró el pelinegro, deseaba quedarse un poco más, pero no podía arriesgarse a que alguien entrará y lo viera ahí.

Con una suave caricia en el vientre del menor se despidió de Muffin y se levantó, listo para salir de la habitación.

— Yoongi... —Escuchó una suave voz a sus espaldas.

— Señor Park. —Hablar con dureza le destruía el corazón, pero no podía hacerlo de otra forma— Lamento despertarle, me enviaron a revisar sus signos vitales.

— Yoongi... Yo, de verdad lamento todo lo que paso antes, pero–

— Señor Park, no sé de qué me habla, si me disculpa tengo pacientes que atender, no puedo perder el tiempo aquí. Mandaré a alguien para recoger aquella bandeja, espero que tenga suficiente dinero para pagar las multas, en el hospital no se desperdicia la comida, se le multa por este acto, sea responsable y pague en caja por favor.

Y se retiró de la blanca habitación antes de que Jimin pudiera decirle algo.

— ¿Consiguió las escrituras de las propiedades? ¿Dónde tengo que firmar? —Habló un sonriente Taehyung.

— Me temo que usted no puede adueñarse de empresas Park. —Habló el abogado.

— ¿Qué? Todo lo que a Park Seung le pertenecía debe pasar a mis manos, tiene deudas con el grupo Kim.

— Según la ley, la deuda se pasará al heredero legítimo de los Park, él se encargará de saldar cualquier deuda con el grupo Kim.

— Sandara. —Murmuró Taehyung.

— Está equivocado, después del fallecimiento del señor Park no pudimos comunicarnos con su esposa, quien se hará cargo será Park Jimin, su único heredero. —Sentenció el abogado.

— Es imposible, él fue reportado muerto meses atrás.

— Parece ser que fue una noticia falsa, el señor Park Jimin está vivo.

— No puede tomar el lugar, es un doncel, es imposible, sigo siendo el único que puede manejar ambas empresas.

— Señor Kim, ya no estamos en los años 70 donde los derechos de mujeres y donceles eran pocos, cualquier humano capacitado puede llevar una empresa en estos días, además, si el señor Park quisiera declinar la idea de hacerse cargo de empresas Park y dejar a un representante en su lugar, el único dueño seguiría siendo él y la única persona a la que él podría cederle los derechos sería a su hijo. El heredero Park.

— Salga de mi oficina.

— Señor Kim, aún puede hacer buenos tratos con los Park, es seguro que su pasado con Park Jimin le ayudará, no hay pérdidas, solo ganancias.

— Lárguese de mi oficina ahora mismo si no quiere perder su maldito empleo. —Taehyung apretó la mandíbula.

— Lo siento señor Kim, no hay nada que yo pueda hacer.

— Buenos días Jimin, ¿qué tal pasaste la noche? —Preguntó Seokjin feliz— Mes 8, que maravilloso, tendremos que dar una visita rápida a mi consultorio para saber como está ese pequeño.

— Me siento bien, quizás podría ir a casa, hablar con Yoongi, aclarar todo.

— Me temo que salir de aquí será imposible, tenemos que vigilarte hasta el nacimiento, no podemos confiarnos. —Habló Seokjin— Por cierto, estoy muy orgulloso de ti, te has terminado toda tu comida los últimos días, eso es bueno, era preocupante ver que no probabas nada.

— ¿Has estado pagando tú las multas Jin? Dios, ¿cuánto te debo? —Jimin recordó las palabras de Yoongi— Por cierto, gracias por la manta, es muy cálida.

— ¿Multas? ¿Manta? Jimin yo no te traje ninguna manta.

— ¿No fuiste tú?

Seokjin negó con la cabeza serio.

— ¿Alguien te multó? ¿De qué hablas? 

— Yoongi me dijo que en el hospital se multaba a quien no se terminaba el alimento, Jin no intentes ser amable, de verdad puedo pagarte.

— ¿El doctor Min te ha visitado?

— En realidad fue una visita médica, no me dejó hablarle de nada, solo tomo mis datos y se fue. —Habló desanimado omitiendo algunas cosas.

— Jimin, la multa por dejar comida en el plato no existe, pero me alegra que hayas estado comiendo todo, recuerda que lo más importante es tu bebé. —Dijo Seokjin— Por otro lado, el doctor Min no tiene por qué venir a tomar tus datos o signos vitales, ni siquiera es su área, él no tiene nada que ver aquí. —Jin no pudo soltar una tímida sonrisa debido al comportamiento de su amigo— Iré por una silla de ruedas para llevarte al consultorio, no te muevas y termina tu desayuno o haré que de verdad esas multas existan, ya vuelvo.

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