16
Después de regresar a casa Yoongi intentó hablar con Jimin esa noche y aunque el menor se comportó reacio a la idea de visitar un psicólogo, al final Yoongi había conseguido que accediera a ir.
Yoongi no le había dicho la razón por la que quería llevarlo, le había dicho que es necesario revisar que la salud mental estuviera bien aunque sea una vez al año, Jimin le creyó y decidió no preguntar más.
— Primero iremos con Seokjin para revisar al bebé y después pasaremos al piso 5 para ir con el doctor Jung. —Dijo Yoongi al entrar al hospital.
— ¡Sabes que no puedo! ¡Soy defectuoso! —Se escuchaban gritos afuera del consultorio de Seokjin.
— Tú mismo has sido testigo de este tipo de milagros. —Una voz masculina contestó de vuelta.
— Mis pacientes y yo somos totalmente diferentes. —Habló Seokjin— Después de tanto dolor y pérdidas, ¿aún quieres intentarlo?
— Puede que está vez sea diferente, cariño, hemos planeado esto desde que nos casamos.
— Yo ya no quiero ilusionarme Namjoon, no quiero llorar nuevamente cuando mi cuerpo rechace al feto.
— Planeamos formar una familia. —Murmuró mirando a Seokjin llorar en silencio— Es nuestro sueño.
— No puedo ayudarte a cumplir tu sueño.
— Intentemos una última vez, será la última. —Suplicó Namjoon.
— Quizás lo mejor sería que buscaras a alguien que si puedas cumplir tu sueño. —Sentenció mirándole.
— No... —Namjoon trago saliva— Jin escúchame.
— Doctor Kim Namjoon le invitó a retirarse de mi consultorio.
— Jin, mi amor. —Namjoon intentó acercarse, pero Seokjin dio un paso para atrás antes de que pudiera tocarlo.
— Tengo pacientes que atender, por favor retírate.
Namjoon suspiró y asintió
— Lo hablaremos en casa.
Cuando Namjoon salió se encontró con Jimin y Yoongi esperando afuera, sin embargo, no saludo y simplemente se fue.
A los minutos Seokjin salió con los ojos e hinchados.
— Hola, chicos. —Saludo con voz débil— Pasen al consultorio, tomen asiento, en un momento estaré con ustedes, solo iré rápido al baño primero.
Seokjin a paso rápido se dirigió al tocador.
— ¿Qué habrá pasado? —Murmuró Jimin después de ver a Seokjin irse.
— Espero que nada grave, vamos, entremos. —Dijo Yoongi.
Pasaron unos minutos y Seokjin no regresaba, Jimin ya se había comenzado a preocupar, para controlar sus nervios comenzó a jugar con los dedos de Yoongi, al pelinegro este acto me pareció tan tierno que le fue inevitable sonreír.
— Lo siento, ya llegué. —Entró Seokjin luciendo como si nada hubiera pasado— Un gusto volver a verte Jimin.
— ¿Estás bien Jin? —Se atrevió a preguntar Jimin.
— Estoy perfecto. —Le sonrió— 6 meses, que rápido pasa el tiempo, solo nos faltan 3 meses para conocer a tu bebé, ¿emocionado?
— Diría asustado. —Contestó Jimin.
— ¿Por qué? No deberías estar asustado, todo saldrá bien, estás en buenas manos. —Le aseguró.
— No Jin, no me refiero eso, me da miedo ser un mal padre. —Acarició su vientre.
— No lo serás, quítate eso de la cabeza. —Habló Yoongi.
— Yoongi tiene razón, deja de pensar así Jimin. —Dijo Seokjin mientras sacaba algunos papeles del cajón de su escritorio— Muy bien, volviendo a la consulta, ¿has estado tomando el ácido fólico y vitaminas que te receté? Es muy importante que sigas todo al pie de la letra, tu embarazo es un poco más delicado que uno normal.
Jimin asintió ante la pregunta de Seokjin.
— ¿Qué hay de tu dieta? —Preguntó Seokjin— ¿Consumes suficientes frutas y verduras?
— Y mucha comida chatarra. —Lo acusó Yoongi.
— Yo... Los antojos de cosas no saludables no me dejan dormir últimamente.
— Oye no mires a Jimin así. —Habló Yoongi— También soy cómplice, Jimin quiere comer sano, pero como negarle los antojos a alguien tan bonito como Jimin, ni tú te resistirías.
«Dijo que soy bonito» Pensó Jimin después de escuchar a Yoongi.
— No digo que esté mal, yo también amo la comida chatarra, es solo qué Jimin está algo bajo de peso, necesito que para el momento del parto este fuerte, es por eso que necesita comer saludable, su cuerpo necesita muchos nutrientes tanto ahora como en el parto, nutrientes que la comida chatarra no proporciona. —Dijo Seokjin— Veamos a ese bebé, por favor Jimin, recuestate en la camilla para hacerte un ultrasonido.
La cita médica había ido de maravilla, el bebé estaba perfecto, Jimin estaba muy feliz por lo dicho por Seokjin.
— Muy bien, ahora vamos a psiquiatra y psicología en el piso 5. —Anunció Yoongi tomando la mano de Jimin.
— Yoongi, ¿de verdad crees que esto es necesario? —Preguntó Jimin— Yo estoy perfectamente bien.
— A veces es bueno cerrar heridas del pasado, incluso si no las ves o están ocultas. —Acarició con cariño la mejilla de Jimin— Sé que tienes miedo, pero también sé que eres muy fuerte y lo puedes hacer, solo será una vez y si no quieres regresar está bien.
— ¿Puedes entrar conmigo? —Preguntó mientras ambos entraban al elevador.
— No, no puedo acompañarte, pero estaré contigo fuera del consultorio. —Le sonrió.
Cuando el elevador llegó al piso 5, ambos caminaron acercándose a la pequeña sala de espera que había ahí, encontrándose con Hoseok quien bebía café.
— ¿Hoseok también es médico? —Preguntó el rubio.
— Es un psiquiatra muy reconocido en Busan.
— ¿Él será mi doctor? —Preguntó Jimin a lo que Yoongi simplemente negó con la cabeza.
— ¡Yoongi, Jimin, me da gusto verlos aquí! —Saludó Hoseok con alegría.
¿La razón por la que Jimin estaba ahí era porque Hoseok le había dicho todo a Yoongi?
Hoseok no había guardado su secreto, ¿lo habría hablado con muchas personas?
¿Querían encerrar a Jimin como un loco para deshacerse de él?
— Buenas tardes Hope. —Saludó Yoongi.
— N-No me van a medicar, ¿cierto? —Tartamudeo.
— No Mimi, solo será una plática, imagina que es una vieja amiga. —Respondió Hoseok— La doctora Park Roseanne te está esperando.
Jimin miró a Yoongi quien solo asintió con la cabeza, le dio una sonrisa y lo empujó con suavidad animándolo a ir.
— No te vayas, por favor. —Pidió.
— Aquí te estaré esperando.
Yoongi vio entrar a Jimin temeroso al consultorio.
— Tranquilo hombre, todo saldrá bien. —Dijo Hoseok mientras metía sus manos a los bolsillos de su pantalón— Siento tus nervios hasta acá.
— Me preocupa que tenga un impacto negativo, Jimin es alguien muy delicado, necesito protegerlo. —Se sentó en uno de los sillones del lugar.
— Ir a terapia con un psicólogo jamás tendrá un impacto negativo, al contrario le ayudará a Jimin a ser mucho más fuerte. Toma. —Le extendió una barra de chocolate.
— ¿Qué? —Preguntó confundido.
— No es para ti, es para Jimin, el chocolate siempre ayuda. Me tengo que ir, mi paciente está por llegar, paso a tu consultorio más tarde.
— Hoy no trabajo, moví todo para próximas fechas, quería pasar el día con Jimin y no en el hospital.
— Pensé que hoy tenías tu cita importante del mes, tú sabes, con la señora Sandara. —Hizo una mueca.
— Ella me cancelo, es mejor así, no tengo ánimos para ver la cara de su esposo aquí. —Rechistó.
— ¿No es gracioso que la persona que más odias se apellida Park y la que más amas también? ¿Los Park no tenían un hijo? ¿Qué tal si...? —Hoseok arrugó el entrecejo.
— ¿Jimin hijo de los Park? —Yoongi soltó una pequeña carcajada— Es un apellido común Hoseok, es prácticamente imposible que Jimin esté relacionado con Park Seung.
— Tienes razón, no todos los Park son familia. —Habló relajando su rostro— Bueno tengo que seguir trabajando, nos vemos.
Yoongi espero por 30 minutos más hasta que salió un Jimin con los ojos y nariz rojos, señal de que había llorado.
— ¿Listo? ¿Todo bien? —Preguntó Yoongi preocupado por el menor— Vamos al auto.
Jimin solo asintió, no quería hablar pues soltaría el llanto nuevamente.
— Todo está bien, llorar está bien, tranquilo corazón. —Susurró el pelinegro.
Yoongi lo envolvió entre sus brazos susurrando suavemente una y otra vez lo mismo hasta que sintió más tranquilo a Jimin.
Cuando el menor se tranquilizó caminaron juntos hacia la salida.
Una vez dentro del auto Jimin habló.
— ¿Podemos volver la próxima semana? —Balbuceó— Me gustó hablar con Rosé.
— Claro que sí bebé, todas las veces que quieras. —Yoongi comenzó a conducir.
— Me dejó una tarea. —Comentó Jimin— En una hoja tengo que escribir 10 cualidades de mí que me gusten y 10 cualidades que no me gusten.
— ¡Qué maravilloso! Tienes muchas cualidades buenas cariño, esa parte será pan comido, lo difícil será encontrar las malas.
— ¿De verdad lo piensas así?
— Sí.
— Yoongi te pasaste, este no es el camino a casa, era en la calle anterior.
— No vamos a casa.
— ¿A dónde vamos? —Cuestionó Jimin.
— Es una sorpresa, por cierto, cariño, ¿puedes meter la mano en el bolsillo de chaqueta?
— ¿Un chocolate? —Preguntó emocionado, Jimin amaba el chocolate.
— Es de parte de Hobi, un regalo por ser tan valiente, cómelo.
Ver de reojo a Jimin disfrutar de aquel chocolate era todo lo que Yoongi necesitaba para ser feliz, amaba sus expresiones y como había recuperado ese brillo en sus ojos al sentir el sabor en su boca, ver a Jimin lo hacía sonreír.
Pronto habían llegado a su destino, Yoongi se estacionó y se deshizo de su chaqueta quedando simplemente con su camiseta de manga corta color celeste y sus shorts negros, mientras que Jimin usaba unos pantalones largos blancos y una camisa de algodón amarillo pastel.
— ¿La playa? Nunca me dijiste que veníamos acá.
— Era una sorpresa, las sorpresas jamás se dicen. —Sonrió mirándole— Tendremos un pícnic y miraremos el atardecer como te lo prometí ese día. —Dijo saliendo del auto.
— Podría haber ayudado a algo. —Habló Jimin siguiéndolo.
— Aún puedes ayudar. —Le tendió una manta— Ve a buscar un lugar bonito para sentarnos en lo que yo bajo lo demás, estas a cargo de la parte más importante.
Jimin con una bonita sonrisa en el rostro se dirigió a la arena, tenía que buscar un lindo lugar, no tardó en ver un gran sitio a un lado de unas rocas gigantes, no estaba cercas ni lejos de la orilla del mar, un gran sitio, la marea no los alcanzaría cuando subiera.
El océano parecía tranquilo, para Jimin era una de sus cosas favoritas, tan relajante, a pesar de vivir en Busan, contadas eran las veces que había visitado el océano, cada visita era especial, Jimin amaba sentir la brisa rozar su rostro, el océano era libre tan libre como ahora lo era él.
— ¡Es muy lindo aquí! Bien hecho Jimin. —Dijo Yoongi mientras ponía las cosas sobre la manta ya extendida— No soy el mejor cocinero así que compre comida.
— ¿Pollo frito?
— Pollo frito y tteokbokki tus favoritos. —Dijo sacando las cosas de la mochila— Y fresas de postre.
Jimin sonrió, junto a Yoongi todo era simplemente perfecto.
Ambos se sentaron y comenzaron a hablar sobre diversos temas, sobre el nacimiento del bebé, nombres que ponerle, sobre comida y demás.
— ¿Debería ponerle Yoongi? —Preguntó Jimin bebiendo un poco de agua.
— ¿Quieres sentenciar al bebé? Es de mala suerte ponerle nombres de conocidos a los bebés.
— Mala suerte si lo llamará como quien donó el esperma. —Hizo una mueca— ¿Sabes? Hablar con Rosé me hizo darme cuenta de muchas cosas.
— Hablar ayuda a aliviar el dolor del alma, el único dolor para el que no existe medicina.
— Siempre me preguntaba sobre cómo sería mi vida si nada hubiera cambiado, atrapado en una relación tan tóxica. —Jimin trago saliva— Taehyung fue mi novio, mi primer amor como muchos le llaman. Siempre creí que el amor había llegado a mi puerta tarde, tenía 20 años cuando lo conocí, no fue como en las películas que solía ver, todo fue tan rápido, comenzamos una relación sin siquiera conocernos, al principio creí que así era el amor, que llegaba cuando menos lo esperabas y tomaba todo de ti. —Yoongi le escuchaba atentamente sin interrumpirlo— Caí en su trampa y fui su muñeco de trapo, pensé que eso era amor, jamás nadie antes me había hecho sentir querido cómo él, fui un tonto.
— No fuiste un tonto, le entregaste tu corazón y el idiota lo hizo trizas, no lo valoró, muchos morirían por tener tu corazón. —Habló Yoongi— El amor si llega cuando menos te lo esperas, lo que él te dio no fue amor.
— Después de que terminamos e incluso me aleje de mis padres todo se siente diferente, ahora soy libre, mi corazón es libre. —Jimin dudó un poco antes de hablar— Cuando hablé con Rosé le dije que me sentía roto, ella me contestó que tenía que concentrarme en lo que me hace feliz, que eso me ayudaría a juntar las piezas rotas dentro de mí. —Jimin suspiró y miró al pelinegro— Tú eres lo que me hace feliz Yoongi.
El sol se comenzaba a ocultar dejando colores naranjas, amarillos y rosados a su paso, el hermoso atardecer apareció frente los ojos de los chicos.
— Es muy bonito. —Susurró Jimin observando como el sol se ocultaba tras las olas— Me gusta mucho.
— Jimin, tú me gustas. —Soltó de repente Yoongi— No te pido una oportunidad porque sé que probablemente te cueste confiar tu corazón a cualquier persona.
— Creo que también me gustas Yoongi. —Murmuró Jimin aún mirando el atardecer— Quisiera darte mi corazón, pero tengo miedo, no quiero que vuelvan a jugar con mis sentimientos. Tú... ¿cuidarías de mi corazón?
— Sería mi tesoro más preciado. —Dijo Yoongi apreciando el bonito perfil de Jimin— Lo guardaría en una caja de cristal bajo llave para que nadie pueda lastimarlo, ni siquiera yo.
Miró a Jimin en silencio, no decía nada pero su semblante era de duda.
— Quizás podamos intentarlo, podemos intentar conocernos más y puede que funcionemos juntos. —Miró a Yoongi— Solo te pido paciencia y que me quieras, no quiero más lágrimas, ni más heridas en el alma.
— Te ayudaré a sanar cada una de las heridas que tienes, te prometo que serás muy feliz, mi única prioridad serás tú.
— Yoongi te quiero. —Dijo mirándole a los ojos.
— Yo te quiero más Jimin.
Ambos se acercaron, Yoongi acarició suavemente la mejilla del rubio, acercando su rostro, ambos podían sentir sus respiraciones chocar y sucedió, sus labios se juntaron en un beso, un tierno y dulce beso.
Jimin dejaría su corazón sin protección, arriesgándose al dolor, quizás con Yoongi si conozca el verdadero significado del amor.
Cuando se separaron Yoongi pudo apreciar a un sonrojado Jimin, se veía tan lindo.
— Yoongi. —Habló tímido su corazón latía con rapidez— ¿Me puedes dar otro besito?
Esas simples palabras hicieron sonreír a Yoongi como un idiota enamorado.
— Claro que sí, te puedo dar 1000 besitos. —Dijo con una sonrisa antes de volver a juntar sus labios.
El inicio de una bella historia de amor.
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