15
Jimin vertía la mezcla de pastel cuidadosamente en el molde bajo la mirada atenta de Hoseok, el castaño había pasado la tarde con él "cuidándole" aunque realmente su comportamiento era un poco extraño.
— Se ve riquísimo. —Comentó Hoseok mojando sus labios con su lengua.
— Lástima que no es para ti. —Bromeó Jimin— Si tengo tiempo quizás te pueda hacer uno rápido.
— No hay problema Jimin, toma tu tiempo, se ve que adoras tu trabajo.
— Creo que encontré una pasión secreta por hornear, realmente lo disfruto. —Dijo mientras sacaba unas galletas de chispas de chocolate del horno.
El pequeño negocio de Jimin últimamente se había hecho popular en el vecindario de Yoongi, Jimin no había parado de trabajar, tenía pedidos nuevos para cada día, el rubio amaba su nuevo pasatiempo, amaba los halagos de las personas hacia sus creaciones, era muy grato saber que mucha gente disfrutaba de sus postres.
— ¿Cómo te hace sentir está nueva etapa de tu vida? Pareces feliz. —Preguntó Hoseok.
— ¿Cómo me hace sentir? Pues realmente amo esto, siento que ahora puedo mantener mi mente distraída de ciertos asuntos, además de que estoy comenzando a ganar mi propio dinero, dejaré de ser una carga para Yoongi pronto, comencé a ahorrar.
— Sabes que no eres una carga para él, no lo molestas en lo más mínimo, ama tenerte aquí.
— No puedo depender de Yoongi para siempre.
— Si pudieras describir tu vida en este momento con una sola palabra, ¿cuál sería? —Hoseok desvío la plática.
— No lo sé, ¿libertad? —Respondió Jimin extrañado.
— ¿Por qué libertad?
— ¿Qué clases de preguntas son esas? —Frunció el ceño mirando a Hoseok.
— Curiosidad. —Se excusó.
— Bueno, durante toda mi niñez y adolescencia me sentí atrapado y ahora simplemente me siento libre, como un pájaro que vivió toda su vida en una jaula y pudo escapar. —Jimin se dedicaba a acomodar las galletas en cajas de cartón color rosa claro, alistando todo para entregarlas.
— ¿Tus padres solían ser muy estrictos contigo?
— ¿Te gusta el chisme cierto? —Rio suavemente— No eran estrictos, diría que criaban a su manera, mi niñez fue un sueño, mis padres fueron muy buenos conmigo, no me puedo quejar, estuvieron para mí cada que los necesitaba, pero mi adolescencia fue totalmente diferente, me quitaron todo lo que me dieron en mi niñez incluso su amor, yo... —Jimin mordió ligeramente su labio al darse cuenta de que había hablado de más.
— Continúa, no pasa nada, te escucho sin juzgar, nada saldrá de mi boca Jimin. —Dijo Hoseok.
— Creo que hable demasiado.
— Si necesitas ser escuchado puedes hablar, pero no te voy a obligar. —Le dio una sonrisa reconfortante.
Jimin lleno sus pulmones de aire y lo sacó lentamente, quería ser escuchado.
— Durante mi adolescencia crecí en soledad, creo que mis padres me comenzaron a odiar, nunca supe la razón exacta, quizás fue por ser diferente, tú sabes, soy un bicho raro, un hombre que se puede embarazar. —Suspiro al recordar— Después de que ellos se enteraron de que era diferente las cosas en casa cambiaron, mi padre dejó de hablarme, dejó de llevarme a lugares públicos, me quedaba encerrado en casa a menos de que mi padre tuviera un evento muy importante en el que yo tuviera que aparecer, pero nunca se veía cómodo con mi presencia.
— ¿Antes de saber que eras un doncel solías pasar más tiempo con tu padre?
— Durante mi niñez era inseparable de papá, era el niño de sus ojos, hasta que llegó ese maldito dolor de estómago cuando tenía 12, era un dolor tan insoportable que mis padres me llevaron al hospital, ahí fue cuando se enteraron y cambiaron conmigo.
— ¿Te gustaría cambiar algo de ti? —Interrogó suavemente Hoseok.
— En este momento no, creo que he logrado aceptarme a mi mismo, pero si estuvieras hablando con Jimin de 15 años probablemente sí, el rechazo de mis padres dolió tanto que me odie a mi mismo por muchos años. Fueron tiempos difíciles, intenté de todo para que todo volviera a ser como antes, pero no funcionaba nada, obedecía todo, cumplía las estúpidas reglas, nunca tuve oposición a los castigos que merecía y nunca logré nada, volví a sentir cariño hasta que conocí a alguien cuando tenía 20 años. —Habló decaído.
— ¿Reglas? ¿Castigos?
Hoseok sabía que algo estaba mal, el rubio comenzaba a verse ansioso y triste, sabía que debía dejar de preguntar, pero quería averiguar más de Jimin.
— Sí, tú sabes, las personas como yo debemos de seguir ciertas reglas si queremos ser aceptados. —Inconscientemente cerró el puño enterrándose las uñas en la palma de la mano— Si no cumplimos o cometemos un error somos castigados.
— ¿Puedes hablarme un poco de eso Jimin?
— Seguía una dieta muy estricta, mi cuerpo almacena grasa muy fácilmente y a la gente le desagrada eso, aunque casi siempre fallaba en esto y era castigado. —Jimin odiaba recordar todo eso.
— ¿Cómo eran los castigos?
— Los castigos cambiaban mucho en realidad, a veces papá me quitaba la comida por dos días para que aprendiera a valorar mi dieta, otras veces, cuando mi error era más grande me golpeaba, lo merecía. —Habló sin mirar a Hoseok, no tenía el valor de mirarle— Una de las reglas más importantes era ser sumiso y obedecer, cuando eres doncel sueles ser más débil que un hombre normal, papá decía que ser sumiso me salvaría la vida, si desobedecía o elevaba la voz a mi marido o alguien más, corría el riesgo de ser golpeado hasta la muerte debido a la furia que podía provocar y como soy débil no me podría defender.
— Dios... —Susurró Hoseok.
— Está bien Hobi, hubo cosas mucho peores, una vez papá mandó a que me quemaran las plantas de los pies.
Hoseok trago saliva al escuchar las palabras del rubio.
— Yo no tenía permitido salir al jardín después del atardecer, pero alguien a quien yo amaba mucho en ese entonces me invitó a salir a ver las estrellas, papá me descubrió, pero aunque le explique la situación no le importo, recibí mi castigo y no pude pararme sin llorar por semanas. —La primera lágrima salió de sus ojos.
— ¿Qué pasó con la otra persona? —Murmuró.
Por unos segundos solo hubo silencio, Hoseok solo podía escuchar a Jimin sollozar bajito.
— Con Tae... —Susurró limpiando sus lágrimas agresivamente— Con él no pasó nada, después de todo él no rompió ni una regla. ¿Ahora ves la razón por la cual odiaría que mi bebé sea como yo? Él no merece nada de esto. —Sollozó con dolor— Creo que he aprendido a no romper reglas, en casa de Yoongi no he roto ninguna, no me ha castigado, he intentado ser bueno, lo prometo.
— El mundo ha cambiado, las reglas y castigos se usaban en el siglo pasado cuando la sociedad veía a mujeres y donceles como objetos, cuando no había derechos para ellos, todo ha cambiado Jimin. —Habló, pero Jimin parecía no escucharle.
— Jimin ha sido bueno, Jimin no ha hecho nada malo. —El rubio comenzó a rascarse de forma brusca los brazos provocándose daño— Yo no soy malo.
Hoseok se dio cuenta de que Jimin estaba teniendo una crisis, producto de recordar su pasado, un evento traumático para el menor.
— Jimin, escúchame, vamos a respirar juntos, ¿está bien?
— No soy malo Hobi. —Susurró.
— Lo sé, Mimi no es malo, es muy bueno. —Tomó las manos de Jimin evitando que se continuará haciendo daño— Ahora inhalemos juntos, ¿bien?
— No puedo. —Dijo lloriqueando.
Jimin comenzaba a sentir que le faltaba el aire, intentaba soltarse del agarre de Hoseok, pero le era imposible.
— Sí puedes, vamos inhala, concéntrate en mí, no hay nada más, respira conmigo.
Hoseok logró que Jimin lo siguiera en su ejercicio de respiración.
— Suelta el aire lentamente, exhala.
— Ya no quiero más castigos, no soy malo. —Dijo con desesperación— Solo quiero que me quieran.
— Vamos a respirar de nuevo, inhala. —Dijo mirando que Jimin le seguía el ejercicio— Eso es, mantén por 5 segundos y exhala.
Y así continuaron hasta que Jimin se calmó, solo lloraba en silencio.
Sus ojos estaban hinchados y de su boca solo salían pequeños hipidos a causa del llanto.
— Lo siento. —Balbuceó— No sé que me pasó.
— Está bien, tranquilo, tuviste una pequeña crisis, es normal, todo está bien. —Dijo con suavidad apoyando su mano en el hombro del menor.
— L-lo siento. —Dijo el menor tocándose el pecho, le había quedado un dolor.
— Lo mejor para estos casos es descansar un poco, ve a tu habitación y duerme un poco, sigue haciendo los ejercicios de respiración, ayudan mucho.
— No puedo, tengo que continuar con los pedidos, son para hoy. —Dijo tomando con las manos temblorosas el molde que previamente tenía con mezcla de pastel— Debo de seguir trabajando.
— Deja, yo me encargo, necesitas descanso y no quiero escuchar un pero. —Le quitó suavemente el molde de las manos— Al menos ve a recostarte 30 minutos.
Jimin obedeció y en silencio se fue a la habitación, Hoseok se encargó de hornear y entregar los pedidos restantes, quería dejar libre al menor, el castaño se sentía culpable por la crisis de Jimin, sabía que debió dejar de preguntar cuando el chico comenzó a mostrarse ansioso, sin embargo, continuó.
Después de terminar de limpiar la cocina, Hoseok fue a echarle un ojo a Jimin quien descansaba plácidamente en la cama matrimonial, el rubio se había quedado dormido.
Dejando el dinero de la venta y una nota en la cocina decidió salir del departamento, esperaba que Jimin no despertará en ese momento.
Su destino era el hospital, necesitaba hablar con Yoongi, no le importaba si el pelinegro estaba ocupado, necesitaba hablar con él.
Sin preguntar o detenerse en recepción, una vez que llegó al hospital pasó directamente al consultorio de Yoongi.
— ¿Te han enseñado a avisar que vienes? ¿Y si hubiera estado con un paciente? —Se quejó Yoongi al ver entrar a Hoseok sin tocar.
— Es casi tu hora de salida, Yoongi, te conozco perfectamente bien como para asegurar que nunca agendas citas a esta hora.
— Buen punto, justo estaba guardando todo para ir a casa, pensé que estarías allá con Jimin.
— Hablando de ello, necesitamos hablar. —Dijo sentándose en una de las sillas.
— ¿Pasa algo? —Cuestionó Yoongi imitando al castaño.
— No te puedo seguir ayudando de esta forma, hoy Jimin tuvo lo que pareció ser una crisis emocional. —Suspiró— Sé que me pediste ayuda para averiguar sobre él, necesitamos saber quien realmente es, pero Jimin necesita ayuda, él está roto aunque no lo demuestre.
— ¿Cuál fue la razón de su crisis?
— Sabes que no puedo corromper mis valores éticos, ya lo hice por ayudarte, pero no puedo hacerlo más, lo siento. —Negó con la cabeza.
— Es Jimin, es importante que me digas, todo de él es importante.
— Tú más que nadie como médico sabes que no puedo romper mi ética. —Habló serenamente— Solo te diré que tiene que ver con el pasado de Jimin, ya rompí suficiente mi ética con lo que hice antes por ti, no puedo decirte más, te recomiendo que lleves a Jimin al consultorio.
El plan original era que Hoseok se hiciera amigo de Jimin y solo así quizás averiguar un poco de Jimin, encontrar a su familia.
— Jimin necesita ayuda, si después de hablar con un profesional Jimin decide contarte, perfecto, pero yo no puedo. —Agregó con voz severa.
— El chico se ha convertido en alguien importante para mí, estoy cayendo por él. —Aludió Yoongi.
Ambos se pararon de su asiento tomando sus cosas, era hora de irse.
— Creo que lo más sensato si realmente lo quieres es olvidar su pasado y ayudarlo a vivir su presente. —Hoseok lo miró— Olvídate de averiguar sobre él, Jimin es alguien bueno, no merece más daño.
— Cuando pasó lo de Taehyung me di cuenta de mis sentimientos por Jimin, me di cuenta de que haría cualquier cosa por él, quizás me estoy enamorando.
— Deja de ser tan cobarde y declárate. —Lo animó.
— Es probable que sea amor unilateral, no me quiero arriesgar y tampoco quiero incomodarlo.
— Jamás lo sabrás si no te arriesgas. Yoongi el amor es el sentimiento más maravilloso que puede existir.
Jeon Jungkook se volvió huérfano a la edad de los 12 años cuando su madre murió de cáncer y su padre no pudo soportar vivir sin su esposa, quedó a cuidado de su abuela hasta que ella murió por causas naturales 6 años más tarde.
Jungkook quedó solo a la edad de 18 años, no tenía a nadie que le cuidara, nadie con quien hablar, no tenía amigos porque aunque lo intentara le era incapaz sostener una amistad, le agobiaba y asustaba hablar con alguien, quizás temía que también lo dejaran.
Después de considerar muchas veces abandonar la vida, Jungkook quiso intentar vivir una última vez.
Fue así como con 19 años decidió estudiar medicina, quería salvar vidas, las mismas vidas de su familia que no pudo salvar, al principio para Jungkook fue difícil, luchaba contra la depresión y soledad, estudiaba hasta 20 horas seguidas, descuidando su salud, sin embargo, a pesar de todo su esfuerzo siempre veía un maldito 6 en sus notas, cada día solo recibía reclamos de profesores por no prestar atención.
Conoció a Min Yoongi gracias al programa de mentorías de la universidad, el mayor ya cursaba su cuarto año de carrera y accedió a ayudar a Jungkook con sus estudios.
Ambos se volvieron muy unidos, Jungkook tuvo una gran mejoría académica con la ayuda de Yoongi, pero algo aún fallaba, aunque Yoongi y el recién graduado Seokjin intentaban cuidar del menor ambos podían notar que algo estaba mal.
Con el paso de los años siguieron cuidando de Jungkook, siendo buenos amigos y una familia para el menor, fue en el cumpleaños número 24 de Jungkook cuando las cosas empeoraron.
Una noche después del trabajo, Yoongi había decidido llevarle algo de cenar al menor, el pelinegro no esperaba encontrarse con la puerta principal abierta, ni mucho menos con un gran charco de agua que comenzaba a formarse dentro del departamento, por instinto corrió a la puerta del baño, de dónde salía el agua, Yoongi nunca imagino encontrarse con aquella escena.
Jungkook estaba inconsciente en la bañera, sangre salía de sus muñecas, el menor había decidido terminar con su vida, Yoongi actuó de inmediato llamando a emergencias, estaba conmocionado.
Por el agua fue deshecha aquella nota que Yoongi nunca leyó la cual decía: "Solo quiero estar con mamá."
Después de aquel evento Yoongi se aseguró de cuidar al menor, le brindó todo el apoyo posible asegurándose de que Jungkook volviera a brillar.
— Hyung, no quiero entrar, realmente no lo necesito, estoy bien. —Dijo Jungkook asustado.
— Es un buen tipo, te ayudará, entra, yo te esperaré aquí.
— Hyung, tengo miedo, no quiero. —Habló con los ojos cristalizados.
— Todo estará bien Jungkook, eres muy valiente y noble, sé que tú puedes.
Jungkook tomó un respiro profundo antes de darle la espalda al mayor y entrar al consultorio, dónde se encontró con un chico de cabello castaño quien ya lo estaba esperando.
— Hola, soy Jeon Jungkook —Saludó tímido.
— Buenas tardes Jungkook, mi nombre es Jung Hoseok y seré tu psiquiatra, bienvenido a tu primera sesión. —Le sonrió amablemente.
Jungkook con el tiempo y ayuda profesional pudo sanar sus heridas, pudo volver a brillar.
Jungkook consideraba que sin Yoongi no hubiera salido de aquel hoyo oscuro en el que se encontraba, el menor admiraba a quien era su modelo a seguir, a quien lo ayudó sin importar, Jungkook admiraba a Yoongi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top