11

Afortunadamente la pequeña reunión había ido bien, fue una sorpresa para Jungkook y Hoseok ver a Yoongi disfrutar con una sonrisa de oreja a oreja su cumpleaños cuando años anteriores los echaba de su casa justo después de comer.
Taehyung y Jimin se trataron como completos extraños, pero Jimin no se sintió cómodo con la mirada del castaño sobre él, esperaba que se perdiera y no lo molestara nunca más.

A Jimin le gustaría culpar libremente a Taehyung por los duros meses de soledad que tuvo que soportar, sobre todo los primeros meses donde tenía un montón de náuseas y malestares y se sentía expuesto al peligro de la calle, vivir sin un techo fue una lección dura, sin embargo, Jimin aceptaba que no podía culpar de todo al castaño por más que le tuviera rencor, después de todo él también tuvo la culpa, se enamoró y confío a ciegas en alguien que solo lo lastimaba.

Quizás si no hubiera sido tan tonto, quizás si hubiera sido un poco más listo, quizás si no hubiera sido un doncel, quizas si las cosas hubieran sido diferentes.

— Hola. —Saludo al mayor desde el marco de la puerta del dormitorio.

— Hola. —Contestó con una pequeña sonrisa— Ven aquí. —Palmeó el lugar junto a él.

Jimin gustoso se sentó en la cama junto a Yoongi.

— Jimin, gracias, todo fue maravilloso. —Abrazo repentinamente al menor.

— Pero yo no hice nada Yoongi.

— Claro que lo hiciste, tu simple presencia iluminó la noche y ni hablar del pastel, un manjar. —Sonrió.

— No fue nada hyung, por cierto quería darte un pequeño detalle.

Le dio una caja de regalo, la cual contenía una camisa color lila y un brazalete tejido a mano.

— Veamos. —Dijo abriendo aquella caja— Vaya, Jimin no sé qué decir.

— Lo siento. —Susurro el menor.

— No, no ¿por qué te disculpas?

— Sé que tengo que mejorar mis gustos a la hora de comprar, de verdad lamento haberte hecho un regalo tan horrible. —Intento quitarle la caja, pero el pelinegro lo evitó tomándole ligeramente la mano.

— ¿Quién dijo que es horrible? —Enarco una ceja— Jimin, esto es tan maravilloso, tan maravilloso que me he quedado sin palabras.

— ¿De verdad?

— Por Dios, claro que lo es, dame un momento iré a probarme esto. —Dijo y desapareció por la puerta del baño.

Minutos más tarde apareció nuevamente en la habitación. Tenía puestas ambas cosas, la camisa y el brazalete, se veía fantástico.

— ¿Me veo guapo? —Preguntó y camino hacia el espejo de cuerpo completo de la habitación.

— Sí, te ves muy guapo Yoongi.

— Muchas gracias, Jimin.

— Vi que no tenías camisas lilas y el lila es un color muy bonito, entonces por eso la elegí. —Explicó con emoción— Y el brazalete lo hice yo.

— ¿La hiciste tú? —Preguntó asombrado.

— Sí, ya que no me dieron el empleo que te dije la vez pasada y quería regalarte algo, se me ocurrió vender pasteles esta semana a tus vecinos, sorprendente fue un éxito y cuando fui a entregarle unos muffins a Lisa, ella se ofreció a enseñarme a tejer brazaletes, entonces me enseñó y ayudo a hacerlo.

— Eso es tan increíble. —Hablo sorprendido por todo lo que le acababa de contar el rubio — Eres maravilloso, jamás dejas de sorprenderme.

— Y de hecho tiene o más bien intenté ilustrar un alerce, es tu flor de nacimiento, creí que sería lindo. —Dijo tomando la muñeca del mayor para mostrarle.

Yoongi sonrió, era una sonrisa sincera, tenía tantos sentimientos encontrados que comenzó a llorar, eran lágrimas de emoción y felicidad, hace tanto tiempo que no se sentía completo y ahora que el rubio estaba junto a él pudo sentirse así nuevamente.

— Pero hyung, ¿por qué lloras? Pensé que te había gustado. —Dijo levantándose para estar a la altura de Yoongi

— Lloro por eso Jimin, porque en este momento soy muy feliz.

Jimin no dijo nada, limpio las lágrimas del mayor con sus pulgares y lo abrazo frotando su espalda delicadamente.

— Shhh, tranquilo, todo está bien. —Susurraba una y otra vez en el oído de Yoongi.

— Gracias por todo Jimin. —Dijo envolviendo también al menor en sus brazos.

— El que debería agradecer soy yo, después de todo tú fuiste mi ángel.

Yoongi no era alguien que lloraba con facilidad, pero hace tanto tiempo que no se sentía especial para alguien que hasta el más mínimo gesto lo podía hacer llorar.
Durante años Yoongi se había concentrado tanto en ayudar a los demás que se había olvidado en ayudar a la persona más importante de su vida, él mismo. Se había olvidado tanto de él que ni siquiera recordaba la última vez que sonrió de manera sincera o la última vez que disfruto un momento como su cumpleaños.
Se había convertido en una máquina de trabajo, pasaba día y noche en el hospital, solo se preocupaba por los demás hasta que llego Jimin, comenzaba a pensar que ambos eran la medicina del otro. Agradecía tanto tenerlo en su vida.

— ¿Vas a hablar? No tengo todo el día. —Habló Young Hoon.

— ¿Tienes prisa? Porque yo no creo que vayas a ninguna parte.

— Tengo un vuelo que tomar en 2 horas, así que sí, tengo mucha prisa, más te vale que hables ahora. —Golpeó con el puño cerrado el escritorio.

— ¿Intentas intimidarme? —Soltó una carcajada— ¿Piensas que voy a hablar así como si nada? Quiero algo a cambio.

— No trates de manipularme. —Hablo entre dientes.

— Aprendí del mejor, padre. —Se acercó intimidante— Si no obtengo lo que quiero, no dire nada.

Camino y se sentó en la gran silla ejecutiva, recargándose en ella cómodamente mientras observaba el espectáculo, le encantaba ver como el viejo hombre se convertía en furia.

— Necesitamos eliminar a los Park para adueñarnos de empresas Park, tendremos más poder, piénsalo Taehyung, solo tienes que decirme donde se encuentra ese chiquillo y yo me encargaré del resto. —Hablo el hombre sentándose frente a Taehyung— Los Kim dominaremos el mundo empresarial, todos estarán a nuestros pies.

— Elimina a Park Seung, en fin de cuentas para la sociedad Park Jimin ya está muerto.

— No lo entiendes, sigues siendo un chiquillo tonto. —Grito con furia— Si Seung muere primero Jimin podría aprovechar y quitarnos todo.

— ¿Piensas que soy un imbécil? Sé que si digo la ubicación exacta de Park Jimin no me darás nada a cambio y seguiré siendo tu maldito empleado. —Trono sus dedos y lo miro fijamente— Quiero acciones de la empresa.

— Para todo el mundo tienes poder, te dejo hacer lo que quieres en esta maldita empresa ¿aun así pides más?

— Lo que hago es tu maldito trabajo sin recibir ningún maldito beneficio, por años lo he hecho y estoy harto, ¿alguna vez te preguntaste si quería dirigir tu maldita empresa?

— Estudiar para productor musical no te iba a dejar nada, ni un solo centavo, ser CEO del Grupo Kim es lo mejor que te pudo pasar. —Habló— Tienes todo lo que necesitas, tu sueldo es muy bueno, no necesitas tener acciones.

— ¿CEO? ¿De verdad te atreves a llamarme CEO cuando no hay ni un solo papel que lo afirme? Padre, estoy cansando de ser tu marioneta. —Exclamó— No voy a dejarte las cosas tan fáciles esta vez.

— Perro imbécil. —Se levantó furioso de su asiento— Así sea a golpes te voy a sacar la información.

— ¡Hazlo! ¡Golpéame! —Lo alentó— Te recuerdo que hay cámaras por todo el lugar, la prensa amaría una nota así.

— Eres un idiota que nunca debió nacer. —Alzó la voz.

— Me lo recuerdas cada día, padre, no es una novedad.

— Tengo que irme, pero esto no se queda así, eres un Kim, solo recuerda eso. —Dijo y salió a paso rápido de la oficina.

Los Kim avariciosos por naturaleza, siempre buscan más, siempre buscan sobresalir en la sociedad.
Kim Taehyung amaba la idea de poder, de ser alabado, de ser mejor que otros, sabía que podrían llegar más lejos en el mercado cuando se adueñaron de empresas Park, con una línea de productos de belleza y cuidado personal y una revista de alta gama, eso los posicionaría como una de las mejores empresas, dando a conocer el nombre de Grupo Kim de forma global.

Pero para poder tener todo eso debía primero eliminar a la competencia, incluyendo a su propio padre, pues no estaba dispuesto a compartir el poder ni siquiera con su propia sangre, después de todo, había aprendido lo mejor de él.

Jimin era el último de su lista, sabía que el rubio no era tan inteligente como para tomar las riendas de empresas Park. Así que lo dejaría disfrutar de su fantasía un poco más, ya después se desharía de él.

— Ah, Jimin, te extraño. —Rio de manera burlona ante su propio comentario.

— Tae, ¿crees que un día pueda estar en la portada de una revista? —Dijo con ilusión mirando las modelos de la revista que se encontraba hojeando— Mi madre dijo que tenía bonitos ojos.

— No. —Dijo seco con la vista fija en la computadora.

— ¿Por qué no? Mamá dijo qu–

— Jimin no importa lo que haya dicho tu madre, no puedes porque eres demasiado gordo para eso, cualquier lugar te rechazaría.

— Mis facciones son bonitas.

— Pero tu cuerpo no. —Dijo Taehyung.

Y sin decir nada Jimin salió de la oficina de Taehyung, el castaño no le tomó importancia y siguió trabajando, media hora después el rubio entró con un café, un té verde y un panecillo.

— Es hora del almuerzo. —Dijo dejando el café y el panecillo a un lado de Taehyung.

— Qué sorpresa que esta vez no te hayas comprado una malteada. —Dijo Taehyung mordiendo el panecillo.

— Escuché que el té ayuda a adelgazar, entonces opte por un pequeño cambio.

— Bien por ti.

Jimin se emocionó después de escuchar la última frase del mayor eso significaba que lo apoyaba y felicitaba ahora que había decidido bajar de peso, Jimin sentía que iba por buen camino.

— ¿Ya casi nos vamos a casa? —Preguntó el menor tomando su insípido té.

— Puedes irte a casa, nadie te pidió que te quedarás aquí.

— Es que me aburro solo y prefiero hacerte compañía.

— Solo molestas. —Dijo con fastidio.

— Solo dices eso por estrés, me quieres y te quiero, te daré un masaje para que te relajes.

Jimin se acercó al castaño, pero Taehyung en un rápido movimiento quito las manos del menor de su hombro, lo que provocó que el café cayera por accidente derramándose en el suelo.

— Eres un idiota.

— Oh Dios, lo siento tanto, llamaré a alguien de limpieza para que venga. —Dijo separándose del mayor

Cuando el mayor quiso correr a la puerta Taehyung lo sujeto del brazo.

— Lo vas a limpiar tú, zorra. —Apretó su brazo con la intención de lastimarlo.

— Me estás lastimando. —Jimin estaba asustado no le gustaba cuando Taehyung se ponía violento.

— ¡Límpialo! —Exigió y soltó a Jimin, el cual fue por papel— Límpialo con la lengua. —Habló una vez más.

— P-Pero el piso está sucio. —Tartamudeo por el miedo al ver a Taehyung así.

— Lo limpias por las buenas o por las malas. —Dijo firme.

Jimin se arrodilló lentamente, sus lágrimas comenzaban a empapar sus mejillas, miró el charco por unos segundos antes de inclinarse y comenzar a lamer el piso.
Mientras tanto Taehyung disfrutaba del espectáculo.

— Muy bien, se una buena perra para Tae, limpia bien. —Hablo acariciando la cabeza del rubio como un perro.

No iba a mentir a Taehyung le ponía ver a Jimin en esa posición, disfrutaba la imagen mental que estaba teniendo y claro que no se iba a quedar con las ganas.
Se acercó y le comenzó a acariciar el culo, Jimin al sentir aquel tacto se puso tenso y se detuvo.

— Sigue lamiendo. —Dijo y le dio una nalgada— Te cargas un gran culo Jimin y ¿sabes qué es lo mejor? Qué es solo mío.

Jimin seguía llorando y lamiendo el piso, se sentía avergonzado por aquella humillación.

— ¿Sabes? El ser humano tiene necesidades y Tae Tae te necesita ahora. —Dijo acariciándolo sin descaro— De rodillas, ¡ahora!

Jimin obedeció y es que cuando una persona le hablaba en un tono tan fuerte era difícil para él llevar la contraria, su cuerpo se congelaba y simplemente obedecía.

— Muy bien, parece que aprendes rápido. —Lo felicitó Taehyung— Ahora ayudarás a Tae Tae con su problemita ¿entendido?

— Tae nos pueden escuchar, hay personas trabajando afuera, n-no creo que s-sea buena idea. —Habló.

— ¿Crees que a mí me importa si nos escuchan?

— Es vergonzoso.

— ¿Vergonzoso que ellos escuchen lo que no tienen y no pueden hacer? Mal ahí Jimin. —Chasqueo la lengua y negó con la cabeza

— Realmente no quiero hacerlo aquí Tae. —Rogó el menor— Podemos hacerlo en la noche cuantas veces quieras pero no aquí.

— Pensé que me querías. —Dijo mientras caminaba a la puerta para ponerle seguro— Después de tantos años con actitudes como esta, a veces dudo que me quieras.

— Lo hago. —Susurró.

— Entonces vas a ayudarme y si tanto te avergüenza te quedas callado. —Se acercó al menor y lo tomó de la barbilla— Si no quieres hacerlo sabes que Yoona, mi secretaria, está detrás de mí, sirve que ves como lo hace una mujer de verdad, porque te aseguro que ella me complace más que tú, ¿quieres vernos?

— No. —Susurró.

— ¿No qué? —Apretó su agarre.

— Yo lo hago.

— Sabía que me amabas lo suficiente. —Dijo soltándolo.

Taehyung comenzó a quitarse su cinturón y a desabrochar su pantalón, no tardó mucho en sacar su duro miembro de su bóxer.

— Chupa —Le ordenó  acercando su pene a los esponjosos labios del menor.

Jimin lo hizo sin rechistar, sentía asco en ese momento, pero lo habían amenazado tanto con remplazarlo que temía que eso sucediera, así que para evitarlo y tener contento a su amado obedecía hasta la más horrible petición.

— Oh mi, eres tan bueno en esto. —Gimió acariciando los cabellos rubios.

Taehyung estaba en el mismísimo cielo, Jimin parecía un experto en dar placer, su lengua era irreal, sentía que en cualquier momento se vendría.
Apretó la cabeza del menor contra su cadera aumentando las estocadas haciendo que el menor comenzará a asfixiarse, pero a Taehyung poco le importaba los golpes que recibía en su muslo.

Con un jalón de cabellos separó la boca de Jimin de su pene, la imagen que tenía del rubio era hermosa, sus ojitos llenos de lágrimas, sus labios rojizos y llenos de saliva, su cabello despeinado, Jimin era muy bonito así.

Jimin tosía en busca de oxígeno, pero Taehyung no le dio tiempo cuando de un momento a otro lo levantó jalándolo de su suéter color rosa.

— Qué zorra tan bonita. —Lo tomó nuevamente de la barbilla, no mentía, Taehyung moría por besar esos labios, pero le parecía asqueroso hacerlo en ese momento.

Con un rápido movimiento lo tiro al sofá, al final comprar ese sofá para su oficina a petición de Jimin había sido una buena idea.

El menor cayó boca abajo, Taehyung comenzó a desabrochar su camisa.

— Taehyung no, por favor. —Suplicó en susurro Jimin aún boca abajo.

— Son las cosas que se hacen por amor pequeño, dijiste que me amabas. —Metió su mano por debajo del pantalón de mezclilla de Jimin— No sabes lo mucho que me pone verte llorar. —Sin previo aviso metió un dedo haciendo que el menor chillara— Tan vulnerable, tan inocente y solo mío. —Se acercó y lamió el oído del menor, provocándole una sensación desagradable a Jimin.

Quiso ser bueno con él y prepararlo un poco, pero ya no podía aguantar más, así que sacó la mano y le quito el pantalón de un jalón, dejando el trasero del rubio al descubierto. Taehyung sin mucho cuidado alzo la cintura del menor para facilitar el acto, Jimin como si fuera un muñeco de trapo se dejó hacer.

De una sola estocada el castaño entró, Jimin se tragó su grito pues aquello le había dolido.

— Tan estrecho. —Jadeo— Dios, que buen culo te cargas.

Taehyung comenzó a aumentar la velocidad de sus estocadas, preocupándose solo por su propio placer, sus manos se paseaban por el cuerpo del rubio, Jimin solo sentía ardor por la brusquedad del chico.

— Sí, sí, sí, sí. —Repitió a causa del placer— Vamos Jiminnie, gime para mí, sé que te está gustando tanto como a mí.

Salió de Jimin y con brusquedad lo giro teniéndolo cara a cara, Jimin sintió un gran alivio al ya no tenerlo dentro, pensó que ya había terminado, claramente el rubio estaba equivocado porque segundos después Taehyung volvió a entrar en él.

— ¡Gime! Vas a gemir para mí. —Le exigió.

En busca de que los dulces gemidos de Jimin llenarán sus oídos aumentó sus estocadas, para fortuna de Kim no paso mucho cuando Jimin comenzó a gemir, sin embargo, no eran gemidos de placer, eran de dolor.

— Estoy cerca Jiminnie. —Anunció llevando sus manos al cuello del menor.

Taehyung estaba llegando a su clímax, el placer le nublaba la vista, el interior cálido y estrecho del rubio lo estaba llevando al paraíso. Solo se escuchaban gemidos y jadeos de Taehyung en aquella oficina.

Jimin sintió como Taehyung lo soltó y se recostó sobre él.

— Eso fue fantástico. —Dijo con respiración agitada. Taehyung había terminado.

Se quedó un par de minutos dentro del rubio, necesitaba recuperar el aliento.
Una vez que se recuperó salió de Jimin y admiro su obra maestra, le encantaba ver como su semen y algo de sangre salían de la entrada del menor.

— Si hicimos el amor significa que me amas ¿verdad?

— Jiminnie, Tae te ama mucho. —Habló

— ¿De verdad? —Dijo con la voz quebrada pues aún le era inevitable dejar de llorar.

— Claro y esta es la prueba más grande de amor que puedes hacer. —Ayudó a sentarse al rubio.

— Te amo y siempre voy a hacer lo que me pidas, así es el amor. —Abrazo a Tae por el cuello

— Mi novio es un buen chico. —Frotó la espalda del menor suavemente— Ahora ponte los pantalones Jiminnie, tengo mucho trabajo que hacer.

Taehyung se levantó abrochando su camisa y buscando sus pantalones, sin mirar al rubio el cual con mucho dolor se comenzó a vestir.

— Yo... Iré a mi casa. —Dijo tembloroso, después del acto sentía que muy apenas podía mantenerse de pie— Necesito un baño.

— Haz lo que quieras. —Contestó Taehyung sentándose nuevamente en su escritorio como si nada hubiera pasado.

— Bien, nos vemos en la noche.

«Cojea, que ternura» Pensó Taehyung cuando vio a Jimin caminar hacia la puerta.

— Jimin. —Lo llamó— Ve directo a casa, nada de verte con otros hombres, recuerda que eres solo mío. —Advirtió.

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