04
— ¿Tenemos que venir a esta hora? Es muy tarde hyung. —Jungkook se quejaba desde el asiento del copiloto.
— Tenemos que hacerlo ahora, no sabemos cuánto tiempo esté con nosotros la señora Choi, además, se lo prometí. —Hablo el pelinegro.
— Este lugar luce tenebroso a estas horas ¿y si nos asaltan? —Jungkook observaba el parque frente al vecindario de la señora Choi a través de la ventanilla del auto.
— No seas imbécil, madura, será rápido, solo necesitamos tocar un par de casas y preguntar por un tal Jimin, la señora Choi menciono que vivía cerca de ella, debió referirse a algún vecino —El pelinegro bajo del auto y observó aquel barrió sin saber por dónde comenzar a buscar.
— Bien, yo buscaré en el sur y tu irás por... —Guardo silencio un momento— Por el otro lado.
— ¿El oeste?
— Sí, ese.
— Entonces buscamos a alguien rubio y pequeño como usted, ¿cierto hyung?
— ¿Cómo puedes bromear en un momento como este?
— Solo trataba de aligerar el ambiente.
Min solo le dedicó una mala mirada y comenzó a caminar.
Las horas pasaron, después de ser echado en algunas casas e ignorado en otras cuantas, Jungkook se comenzaba a rendir y a perder la esperanza, esperaba que su hyung tuviera más suerte que él.
— Esto no funciona, solo nos ignoran, y cada vez hace más frío, ¿qué debo hacer? Ni siquiera sé dónde está hyung. —Dijo Jungkook— ¡Qué frío! Debí de traer un suéter.
El castaño decidió sentarse en una de las bancas del parque, esperaría a su mayor ahí, esperaba que él sí tuviera buenas noticias
— ¡Tengo frío! Hyung no tardes por favor.
— ¿Tienes frío? —Un pequeño rubio había llegado a su lado sin que él se diera cuenta.
— Eh, sí. ¿Tú de dónde saliste? – Preguntó extrañado viendo al rubio.
— He estado aquí desde que ustedes llegaron —Contestó el rubio con una sonrisa— ¿Tienes frío? Te puedo compartir de mi cobija en lo que tu hermano llega.
El castaño solo se le quedaba mirando estupefacto, no había visto al chico cuando llego al lugar.
— ¡Oh! No está sucia, lo prometo, la acabo de encontrar en la caja de objetos perdidos y parecía limpia, sé que mi aspecto no es el mejor, si quieres ten, tómala, úsala en lo que llega tu hermano —Dijo mientras le extendía la cobija— yo estaré en la banca de por allá, cuando te vayas solo déjala aquí y vendré por ella.
Al ver que el castaño no tomaba la cobija decidió dejársela a un lado en la banca e irse.
— ¡No! Espera, no te vayas, podemos compartirla, solo que me impresionó el hecho de que no te había visto antes, siéntate aquí —Apuntó el espacio a su lado.
— ¿De verdad?
— Claro, ven aquí —Sonrió ante la ternura que desprendía aquel desconocido— Por cierto, soy Jungkook.
— Me llamo Jimin, mucho gusto.
— J-Jimin, ¿dijiste Jimin?
— Sí, mi nombre es Ji–
— ¡Hyung lo encontré! ¡Lo encontré! —Jungkook gritaba a todo pulmón importándole poco si despertaba a las personas que dormían en las casas a su alrededor— Espera, no te vayas a mover, ¡no te muevas! —Fue lo último que dijo antes de salir corriendo.
Jimin desconcertado por la situación no pudo decir nada antes de que el chico saliera corriendo.
— ¡Hyung! ¡Hyung! —Jungkook no tenía idea de donde se encontraba el mayor, pero sabía que no podía estar muy lejos.
— ¿Jungkook? ¿Estás bien? —desconcertado Yoongi le pregunta.
— Yo lo encontré ¡hyung! Está justo allá.
— ¿Qué? —Logró decir antes de que el castaño lo jalara.
— Está justo allí —Cuando llegaron al lugar no había nadie en aquella banca— Le juro que estaba allí, ¡hyung! Lo había encontrado, él se acercó a mí.
— Pequeño mentiroso, este no es un juego, debemos encontrar al chico antes de que suceda algo con la señora Choi.
— Per–
— ¿La señora Choi? —Una voz interrumpió su discusión— ¿Ustedes saben algo de la señora Choi?
— ¡Aquí estás! Te dije que no te movieras —Dijo mientras se acercaba al rubio— Hyung, no mentía.
— Tú, ¿tu nombre es Jimin? —Preguntó el azabache.
— Yo... ¿Vienen de parte de mi padre? ¿Quieren matarme? —Su temor y nerviosismo se podía observar a simple vista.
— ¿Qué? —Dos miradas desconcertadas se dirigieron al rubio.
— ¿Matarte? —Está vez hablo Yoongi— No, no es así, me presentó, Soy Min Yoongi médico del hospital central de Busan y este es Jeon Jungkook un simple pasante de medicina.
— Oye, no soy un simple pasante.
— Como sea, ¿conoces a la señora Choi? Ella pidió verte, está en el hospital, ¿eres su vecino?
— ¿Hospital? ¿Qué le paso? —El temor se esfumó convirtiéndose en preocupación.
— Su estado de salud es delicado, es por eso que te pido que vengas conmigo, por favor.
El rubio no dudó en aceptar y siguió a ambos chicos, no sabía si le tendían una trampa y se estaba metiendo en terreno peligroso, ambos eran totalmente desconocidos para él, pero se arriesgaría, si los chicos no mentían, no abandonaría a la señora Choi por nada en el mundo, ella nunca lo hizo cuando Jimin más la necesitaba, así que él no lo haría.
Subió al auto solo con una cobija en mano como su única pertenecía, el camino era silencioso, Jimin se dedicaba a ver las luces de los faroles que pasaban por el camino.
♡
— Mamá, ¿por qué esos palos brillan tanto? No me gustan —Preguntó el menor mientras arrugaba la nariz
— Bebé, se llaman faroles y sirven para iluminar el camino, sin ellos ¿Cómo veríamos de noche?
— Me gusta más la oscuridad
— Jimin, cariño, de verdad que tienes un gustó muy particular para alguien de tu edad
— Tengo 5 años, soy grande como papá, no le temo a nada.
— Lo sé cariño, lo sé.
♡
— Oye, llegamos —Un ligero movimiento en su hombro lo trajo a la actualidad— Vamos, ya llegamos, sígueme por favor.
Salió del auto y siguió al doctor Min dentro del hospital, solo podía observar a un montón de médicos y enfermeras caminando de un lado a otro, hasta que pararon en una habitación vacía.
El doctor Min salió corriendo de la habitación, recorrió los mismos pasillos hasta llegar a recepción nuevamente, Jimin no entendía que estaba pasando solo lo seguía en silencio.
— Hani me puedes dar información sobre la paciente de la 255.
— Sí doctor Min, un momento por favor.
— Oye, tranquilo todo estará bien. —El doctor Jeon le dijo al doctor Min, pero, ¿por qué? ¿Qué estaba pasando? ¿Y qué tenía que ver todo esto con la señora Choi?
— Fue trasladada a cuidados intensivos hace media hora.
— Gracias Hani, ven sígueme —Le dijo para seguir caminando nuevamente en los pasillos.
— Hani, ¿Sabes algo del paciente de la 378? —Escucho como el doctor Jeon se quedaba en recepción
— Bien, para entrar a esta área necesito que te pongas este traje y uses el cubrebocas, solo tienes 15 minutos para hablar con la señora Choi y tienes que salir.
— ¿Ella está aquí? —Los ojos del doctor Min transmitían tristeza como si él supiera algo que el rubio no.
— Sí, vamos chico, entra.
En aquella habitación había muchas camas, todas parecían estar vacías a excepción de una. Él sabía a dónde dirigirse.
— ¿Hola? ¿Señora Choi?
— Mi niño, que bueno que llegaste.
Jimin no pudo evitar que la tristeza inundara su ser, ver a la persona que lo ayudó atada a una cama con el cuerpo lleno de cables, luchando por su vida.
— Señora Choi. —Susurró.
— No llores mi niño, le hará mal al bebé, tranquilo.
Las palabras no salían, nunca se imaginó a la señora Choi en esa situación.
— Escucha mi niño, no me queda mucho tiempo, solo quería verte por última vez. —La señora Choi se esforzaba por hablar, cada vez respirar le era más difícil— Sé que eres fuerte, has llegado hasta aquí tú solito, sé que serás un gran padre, lamento tanto no haberte dado un techo, ni mostrarte el gran aprecio que te tenía. Perdóname por no darte lo que necesitabas, mi hijo se enojara conmigo muchacho, cometí un error por miedo, perdóname.
— No hacía falta, con sus acciones me demostraba todo señora Choi, yo sé que aún le queda mucho que vivir, no diga cosas sin sentido por favor.
La cara pálida y delgada de la señora Choi decía otra cosa, pero Jimin se negaba a aceptar la pérdida de la única persona que trató de ayudarlo cuando estaba más perdido.
— No Jimin, sabes que no es así, tienes que ser fuerte y salir adelante, muchacho, la vida no es fácil. Prométeme que cuando me vaya serás fuerte y saldrás adelante con tu bebé —La mano de la señora Choi se colocó en el vientre del rubio, acariciándolo con delicadeza— Él o ella te necesita, promete que lo harás.
— Yo...
La máquina comenzó a hacer un escándalo, el cuerpo de Jimin se paralizó, no reaccionó hasta que lo empujaron fuera de aquella habitación.
— Yo... Yo se lo prometo, pero no me deje por favor, no me deje, usted no lo haga, por favor.
Jimin se quedó sentado en el suelo junto a la puerta de aquella habitación.
El miedo de perder a alguien es horrible, aunque no estaba siempre al lado de la señora Choi no quería sentirse solo, no de nuevo.
Ella siempre había sido buena con él, a pesar de que solo le ayudaba con algunas tareas a cambio de dinero o alguna prenda, la señora Choi le había dado ese cariño que tanto estaba necesitando.
¿Por qué a las mejores personas siempre les pasa las peores cosas? ¿Por qué estaba pasando esto?
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