01
El rubio preparaba todo con sumo cuidado, quería sorprender a su pareja, el castaño llegaría pronto por lo tanto Jimin tenía que darse prisa.
— Jimin cariño, ya estoy aquí. —Dijo el castaño al entrar a la casa— ¿Para qué me citaste temprano? Sabes que tengo muchas cosas que hacer, no quiero perder mi tiempo.
— Quería invitarte a almorzar e incluso preparé tu postre favorito, pastel de chocolate, ven, vamos al jardín, preparé un pÍcnic afuera. —Contestó queriendo guiar al castaño al jardín.
— ¿Tus padres están en casa? —Preguntó con su ronca voz— Tal vez, podría almorzar otra cosa.
— No, pero–
— Entonces vamos a tu habitación. —Interrumpiendo al rubio lo comenzó a jalar escaleras arriba.
— Pero necesitamos hablar.
— Podemos hablar después.
— Pero Tae, de verdad necesito hablar contigo, es importante.
— También lo mío es importante, estoy estresado por el trabajo, ¿sabes? Manejar una empresa no es fácil y que mejor que quitarme el estrés que con el hermoso culo de mi novio. —Explicó mientras dejaba un pequeño beso en los esponjosos labios del rubio.
— Amor, de verdad es importante, muy importante, no puede esperar.
— Está bien, te escucharé, pero tendrás que recompensarme por hacerlo, sabes a lo que me refiero.
— Bien, espera aquí —El castaño solo atinó a asentir— Yo... tengo esto —El rubio le entrego una pequeña cajita— Ábrelo es para ti.
— ¿Es otra de tus cursilerías? Jimin, ¿por qué metes una carta dentro de una caja? —Cuestionó mientras abría aquel regalo— No tiene lógica, ¿eres estúpido?
— No es solo eso, pero puedes abrir primero la carta, si así lo deseas.
— ¿Son boletos de avión? ¿Nos iremos de vacaciones? —Hablo con los ojos llenos de emoción— ¿Qué es esto?
— Léelo. —En ese momento, Jimin era un manojo de nervios, el miedo por la posible reacción de su novio recorría su piel— Dentro de la caja hay otra cosa.
El castaño dirigió su vista nuevamente a la caja.
— ¿Una prueba de embarazo? ¿Estás hablando enserio? —Su voz era una mezcla de sorpresa, despreció y enfadó.
— Sí, vamos a ser padres ¿no te emociona? —El ambiente era denso, al igual que la mirada sin expresión de Taehyung— ¿Tae? Bebé, por fin seremos una familia, ¿no te emociona?
— ¿Con cuántos? —El castaño tiró todo lo que tenía en las manos haciendo que el pequeño rubio saltará con el estruendo.
— ¿Qué?
— Dime, ¿con cuántos?
— ¿Qué? Tae, amor, no entiendo de que hablas.
— No te hagas el desentendido, sabes perfectamente de que hablo, ¿con cuántos te metiste? ¿Desde cuándo me engañas?
— Tae yo no– —Su voz sonaba dolida, ¿cómo era posible que pensará algo así? Habían estado juntos por 5 años.
— No tienes que ocultarlo más, siempre has sido una putita.
— Tae ¡para! Por favor, deja de hablar así ¿acaso no me tienes confianza? ¿Acaso no me amas?
— Jimin desde el primer momento que te vi supe que eras una puta fácil, eres feo, nadie quiere estar contigo por las buenas, solo mírate, lo único que tienes de bueno es el culo, bueno, ahora ya ni eso tendrás, te pondrás gordo como una vaca y yo no estaré aquí para cuándo eso pase.
— Pero nuestro bebé. —Su voz estaba rota, su corazón también lo estaba, ya no podía controlar las lágrimas que caían de sus ojos.
— ¿Nuestro bebé? Es tu bebé, no sé quién es el padre, eso te pasa por andar de puta.
— Te amo, yo nunca estuve con nadie más que contigo.
— ¿Piensas que te voy a creer? Cariño, lo nuestro solo fue un arreglo, tu padre quería que su empresa no se fuera a la ruina, yo quería a alguien con quien follar, gran acuerdo ¿no? —El castaño soltó una falsa carcajada— Nunca te amé, ni si quiera te quise, eras algo así como mi puta personal.
— Tae... —Su corazón dolía tanto, ¿es posible que alguien mienta por 5 años?
— Ahora sabes todo, por fin me podré librar de ti, ya no veré tu feo rostro todos los días ¿no es esto grandioso?
— Nuestro bebé no merece esto, él te necesita, no tiene la culpa, si no quieres seguir conmigo, está bien, pero él... —Jimin apenas podía hablar, el nudo en su garganta apresaba sus palabras.
— Ese feto no es mío, yo no me haré cargo de él, ve y abórtalo si quieres, pero no me incluyas en esto, yo no te mande a andar de fácil. —Contesto el castaño.
— Tae, por favor.
— ¿Qué está pasando aquí? Se escucha hasta afuera su discusión. —Los señores Park habían llegado a casa.
— Jimin, ¿por qué no le dices a tus padres que eres una zorra embarazada que me engaño con cuanto se le cruzara en el camino? Vamos Jimin, diles la verdad.
— ¿Es eso verdad Jimin? —La mirada amenazante del señor Park daba escalofríos.
— No papá.
— Jimin, ya no mientas más, diles cómo me querías engatusar para que me hiciera cargo de ese niño.
El señor Park estaba hecho una furia, mientras que a la señora Park se le notaba consternada, sin saber qué hacer.
— Señor, si me permite, me retiraré, ese niño no es mío y no me haré cargo de él. —Comentó antes de dirigirse a la salida de aquel hogar— Oh, vaya, casi lo olvido, me apiadaré de usted señor Park, le dejaré continuar con nuestro trato, sin embargo, ya no quiero volver a ver nunca más a Park Jimin, ¿comprende? —Miró de reojo a Jimin por última vez y salió de la mansión Park.
El señor Park se limitó a asentir, la furia recorría sus venas, su único hijo, Park Jimin, había arruinado todos sus planes, al casarse con el primogénito de los Kim, ellos podrían tener muchos beneficios de esa unión, con su mente nublada por la furia se acercó al rubio dispuesto a hacerlo pagar.
El primer golpe llegó, la mejilla de Jimin comenzó a doler, su padre jamás le había puesto una mano encima, ¿por qué lo trata así ahora? No le dio más tiempo para pensar cuando fue aventado contra el suelo, otro golpe más fue recibido está vez a la altura de su mandíbula.
— Seung ¡para! Por favor ¡para ya! —La señora Park intentaba separar a su marido de su hijo.
— ¿No te das cuenta de lo que ha pasado? Ese mocoso ha manchado nuestro apellido.
— Podemos encontrar una solución para esto, no te alteres. —Contestó la señora Park mientras le ayudaba a levantarse a su hijo.
— Yo ya tengo la solución —Dijo intentando acercarse a Jimin nuevamente— Sandara quítate de mi camino.
Ante la imponente voz de su marido, la señora Park no tuvo más remedio que hacerse a un lado y dejar que Park Seung siguiera su camino y tomara por el codo a Jimin.
— Seung ¿qué haces? ¿Qué vas a hacer?
Sandara corría detrás de su esposo e hijo tratando de seguirles el paso.
— Algo que debí hacer hace mucho tiempo.
Las mejillas de Jimin estaban húmedas por las lágrimas que aún no paraban de salir, el miedo incrementaba cada vez más en su ser al ver que era arrastrado fuera de su casa.
— Te quedas aquí. —Dijo mientras lo echaba fuera de la propiedad— Y tú, no lo vuelvas a dejar entrar nunca más o serás despedido. —Esta vez se dirigió hacia el guardia de seguridad.
— Papá, por favor.
— No soy tu padre, no me llames así, tú ya no eres más un Park.
— Si algo hice mal te pido perdón, pero papá no hagas esto.
— Es tu castigo, tú arruinaste todo, ¿sabes lo difícil que fue encontrar a alguien dispuesto a casarse contigo? Para que después nos hicieras esto.
La señora Park se limitaba a observar a distancia mientras silenciosas lágrimas caían por sus mejillas, Jimin buscaba con desespero la mirada de su madre, esperaba que interviniera y lo ayudará sin embargo eso no paso.
— Quiero que escuches claro, no lo repetiré dos veces, desde este momento, mi hijo, Park Jimin, está muerto para mí, tú estás muerto para tu madre y para mí, el pequeño que alguna vez tuvimos murió. —Sin más que decir dio media vuelta y se fue, dejándolo solo.
Jimin solo pudo ver como su padre tomaba la mano de su madre, llevándola dentro del que era su hogar.
— ¡PAPÁ! ¡ESPERA! Tal vez podamos hablar. —El rubio intento seguirle, pero no pudo llegar lejos.
— Joven, usted no puede pasar, son órdenes del señor Park.
—Por favor déjame pasar, me conoces desde que era un niño, déjame pasar, necesito hablar con mi padre. —Contestó desesperado, buscando alguna forma de esquivar al guardia y entrar.
— Joven, le pido que se retire o llamaré a la policía, por favor, aléjese de la propiedad.
Con lágrimas en los ojos, no le quedó más remedio que comenzar a caminar sin rumbo fijo, intentaría volver más tarde, tal vez, para ese entonces, todo estaría más calmado y pueda hablar con su padre y solucionar todo.
— No te preocupes bebé, todo estará bien, ya lo verás. —Mencionó mientras acariciaba su plano estómago.
Con un nudo en la garganta y un enorme dolor en el corazón, Jimin continuó caminando, intentando su mente distraer.
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