💙11💙
-Force -gritó Adam desde el pasillo-. El bus está a punto de irse, ¡trae tu patético cu.lo abajo!
-Mierda -murmuró por lo bajo.
Levantó la cabeza para mirarla, sorprendido al ver sus labios temblar y sus ojos aguados. Una lágrima solitaria se deslizó por la esquina de su ojo y bajó por su suave mejilla. Lo abrazó y hundió su rostro en su cuello.
-Termina -susurró.
-¿Qué pasa?
Negó con la cabeza.
-No estoy lista para dejarte ir. Lo siento. Sabía que esto vendría; solo no esperaba que doliera.
Se apartó para poder besar sus lágrimas, besar sus labios, besar su adorable rostro mientras lentamente se empujaba dentro de su acogedora calidez. Ya no la estaba folla.ndo, se dio cuenta, le estaba haciendo el amor. No solo sintió el placer que le proveía su cuerpo, sino el alivio que le ofrecía su alma.
-Nos vamos a volver a ver -prometió.
Se aferró a sus hombros y asintió.
-Eso es lo que quiero. Tú. Te quiero a ti. NamJoon.
Un fuerte espasmo agarró la base de su po.lla, y su boca se abrió con maravilla mientras reclamaba su liberación dentro de ella. Ella acarició la piel de su espalda mientras se estremecía. Su toque era tan tierno. Tan amoroso. Exactamente lo que necesitaba. Incluso si la dulzura de ello rasgaba su corazón en dos.
Su cuerpo quedó exhausto, y ella envolvió sus brazos a su alrededor. Volteó el rostro hacia su garganta e inhaló profundamente.
Se quedaron así por unos momentos, entrelazados debido a su unión.
-¿NamJoon? -susurró.
-¿Hmm?
-Creo que me quiero hacer un tatuaje. ¿Me acompañarías a hacérmelo?
Levantó la cabeza y la miró, enmarcando su hermoso rostro con las manos enredadas en su cabello.
-Pensé que no te gustaban los tatuajes.
Tragó y evitó su mirada.
-En realidad, estaba algo así como asustada de ellos. Yo... cuando tenía 13 años, cuatro motociclistas me arrinconaron y dijeron todo tipo de cosas insinuantes. Solía tener pesadillas acerca de esos cuerpos tatuados y voces bruscas rodeándome. Atrapándome contra la pared. No logrando escapar.
Le besó la mejilla.
-Debiste habérmelo dicho antes. Me habría dejado puesta la camisa.
Sus ojos brillaron.
-Ni de coña. Amo tu cuerpo -inclinó la cabeza para besar su clavícula-. Incluyendo tus tatuajes -deslizó sus pequeñas manos por su espalda y por el tatuaje de fénix que decoraba su piel allí-¿Por qué todos son de animales?
Frunció el ceño, sin saber que responder.
-No sé. Nadie me había preguntado eso antes.
-¿También eres un fanático de la naturaleza? -preguntó con una sonrisa.
Se rió.
-De pronto. Será mejor que esto quedé entre tú y yo.
Ella sonrió.
-Me gusta aprender todos tus secretos. Dime más.
La besó.
-La próxima vez -prometió-. Quiero mantenerte de regreso a mí.
Sus brazos se apretaron alrededor de él.
-Siempre y cuando estés seguro de que habrá una próxima vez.
-Te lo garantizo.
NamJoon subió los escalones del autobús de viaje, caminó por el pasillo, y puso su bolsa de dormir sobre su litera. Owen y Kelly ya estaban tirados en la sección de asientos colocados en semicírculo con el color de los caramelos en el frente del autobús, donde no había señal alguna ni de Jimin, ni de Adam. NamJoon sacó el celular de su bolsillo, y revisó sus mensajes. Él tenía unos cuantos de sus amigos de Austin y un mensaje de voz de su madre preguntándole cuándo llegaría a la ciudad. Ella decía que tenía a una chica linda que quería presentarle. NamJoon estaba seguro de que su madre pensaba que era su trabajo buscarle una mujer o nunca sería abuela. Él se preguntó qué pensaría de Hazel . ¿Contaría ella como una chica linda incluso cuando tenía un lado deliciosamente travieso?
-No te atrevas a llamarle, amigo -dijo Jimin mientras tiraba su bolsa en el piso junto a su litera- Ella sabrá que tus pelotas le pertenecen.
-No iba a llamarla -insistió NamJoon.
Al menos no por los siguientes treinta minutos o algo así. Secretamente estaba esperando que le llamara más o menos por ahora. Realmente extrañaba su voz. mierda, Jimin tenía razón. Él odiaba cuando Jimin estaba en lo correcto.
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