❤️✨🎬Robert Downey Jr🎬✨❤️+18

"Más allá del set" (parte 2)

Dedicado a: Manosmagicas221

El gran día de la premiere de Avengers: End Game había llegado. Robert se encontraba en mi casa, esperándome en la sala a que terminara de arreglarme, ya que llegaríamos juntos al evento.

Estaba frente al espejo, colocándome unos pendientes cuando escuché los pasos de Robert subiendo las escaleras hasta mi habitación. Ya que tenía la puerta abierta, lo vi por el rabillo del ojo parado en el umbral de la puerta de mi habitación, mirándome de pies a cabeza. Luego, soltó un silbido juntando sus labios, haciéndome reír.

-Te ves hermosa con ese vestido lila, aunque, ¿sabes algo? -preguntó levantando una ceja mientras mordía su labio.

-¿Qué cosa? -pregunté intrigada observándolo de mejor manera.

-Te verías mejor sin él. -exclamó guiñándome un ojo y comencé a reír. Me acerqué a mi cama para tomar una almohada y se la lancé. Robert, al instante la atrapó sin problema y también comenzó a reír- Es que es la verdad, no sé por qué me lanzas cosas. -dijo haciendo un puchero con sus labios mientras abrazaba la almohada.

Solo negué con una sonrisa mientras veía la hora en mi reloj. -Ya casi es la hora, no quieres que lleguemos tarde. -le dije tratando de buscar en mi mesa de noche un collar que me iba a poner.

Robert sonrió de lado, dejó la almohada en mi cama y se acercó a mí, colocándose detrás de mi espalda. -¿Buscas esto? -me preguntó al oído. Cuando levanté mi vista, a través del espejo, vi que sostenía el collar que me iba a colocar. Abrí los ojos sorprendida.

-¿De dónde lo tomaste y cuándo lo tomaste? -pregunté incrédula.

-Es magia. -Robert sonrió mientras levantaba un poco mi cabello, pasando el collar por mi cuello para poderlo abrochar detrás de mí nuca- No puedo creer que aún lo tengas. -me dijo tomándome por los hombros mientras ambos nos veíamos por el espejo.

-¿Qué cosa? ¿El collar? -pregunté y él asintió- Bueno, -reí tocando la perla que el collar llevaba por dije- jamás podría deshacerme de él, tú me lo obsequiaste en mi cumpleaños, luego de habernos conocido. -sonreí con melancolía, agachando mi mirada para poder observar el dije sin dejarlo de tocar. Escuché a Robert suspirar.

-Ese collar, representa desde qué momento nació mi amor por ti. -me dijo dándome un beso en el hombro que no cubría la tela de mi vestido.

-¿Desde ese entonces? -pregunté con mucha ilusión en mi voz. Levanté mi vista y vi a Robert todavía observándome por el espejo y vi como sus ojos amielados brillaban.

-Desde entonces. -sonrió dulcemente dándome un beso en la mejilla y luego se alejó un poco- ¿Nos vamos? -me preguntó arqueando una ceja.

-Nos vamos. -dije alegre y Robert se colocó sus gafas.

Luego los dos salimos de mi casa para subir al auto de Robert y dirigirnos al tan nombrado y esperado evento.

***

El convertible negro de Robert llamó la atención de los presentes en el evento y sobre todo, de los medios. Mucho más cuando al estacionar el auto, Robert bajó de éste dando un salto, apoyando su mano en la puerta del auto y pasando sus piernas sobre esta. Al instante, todo el lugar estalló en gritos y éxtasis y sonidos de cámaras tomando fotografías y videos más deslumbrantes luces que se hicieron presentes. Yo solo negué sonriendo y mientras Robert hacía señas de amor y paz a todo el mundo, rodeó su auto para llegar hasta mi puerta, la abrió y ofreciéndome su mano que tomé gustosa, me ayudó a descender de este.

Pasamos por la gran alfombra roja y mientras más avanzábamos, más gritos estruendosos se escuchaban de parte de las personas detrás de los barrotes. Todos pedían autógrafos, fotos y saludos al hombre que llevaba su mano entrelazada con la mía y él, sonriente y despampanante, se acercaba a las personas que podía para cumplir sus deseos. Incluso a mí me llamaron para algunas firmas y fotos, lo que me sorprendió bastante pero lo hice contenta.

Cuando al fin llegamos a donde se encontraban nuestros compañeros, pudimos divisar también a los hermanos Russo, todos nos miraban con una gran sonrisa mientras nos acercábamos.

-Ahora entiendo por qué el estruendo de más atrás. -dijo Evans cuando nos vio llegar a ambos- Llegó la diva Downey. -comentó divertido y el sarcasmo de Robert no se hizo esperar.

-¿Qué esperabas, Evans? Quiero decir, ¿quién es el aparece más grande en el cartel promocional de la película? -preguntó observándolo arqueando una ceja y los demás presentes comenzaron a reír al igual que yo.

-Tiene razón, Evans. -afirmé mientras afianzaba más el agarré de las mano de Robert y mía.

-Y sí, la tiene. -comentó pasando su mano por su cabello, luego bajó la mirada y sus ojos se posaron en nuestras manos- ¿Y eso? -preguntó con media sonrisa.

-¿No es obvio? -le contestó Robert en respuesta, desconcertando un poco a Evans.

-Por eso pregunto. -comentó tratando de comprender hasta que Scarlett intervino.

-Vaya que eres tan inocente y despistado como Steve Rogers, Chris. -dijo negando mientras se llevaba al ojiazul con ella- Luego nos tienen que platicar todo y con lujo de detalles. -nos dijo mientras nos guiñaba un ojo y Robert y yo sonreímos mientras asentíamos.

Luego de un llamado por parte de los hermanos Russo, todos fuimos a reunirnos con ellos cerca de las personas presentes. Evans, Hemswort, Jeremmy, Benedict, Scarlett, Mark, Robert, yo y los demás estábamos justo a sus espaldas, al instante, comenzaron a hablar.

-Buenas noches, hoy estamos gratamente complacidos por estar aquí con ustedes y mostrarles un proyecto que, a pesar de que nos ha llevado mucho tiempo, nos sentimos orgullosos de él. -comentó uno de los hermanos llamando la atención de todos los espectadores que estaban ansiosos. Luego, el otro hermano tomó la palabra.

-Ahora, queremos presentar ante ustedes a nuestro elenco de estrellas que han hecho que esto sea posible. -exclamó orgulloso- Démosles la bienvenida con un aplauso. -dijo y al instante, incesantes aplausos de hicieron presentes en el lugar.

De uno a uno, fuimos pasando frente a todos, hasta quedar junto a los hermanos Russo. Cuando llegó el turno de Robert, hizo una de sus características y extravagantes entradas, cautivando a todo el mundo. Cuando llegó mi turno, pase frente a todos y mientras me recibían con aplausos y silbidos, llegué al lado de Robert, que no tardó ni un segundo en volver a entrelazar su mano con la mía cuando estuvimos juntos de nuevo. Más de una de las personas del público ya se habría dado cuenta de lo que pasaba entre nosotros dos pero ahora sí, fue más que evidente para nuestros compañeros que, nos miraban detenidamente con una sonrisa de oreja a oreja.

Uno de los hermanos Russo volvió a tomar la palabra. -Bueno, como ya saben, esta mujer -exclamó señalándome- interpreta a la hermana menor de Tony Stark. ¿Saben cómo se llama? -preguntó de forma insinuadora para hacer que las personas participaran.

-¡Hannah Stark! -se escuchó al unísono del parte del público y todos sonreímos aunque, yo no pude evitar sonrojarme un poco, lo cual no pasó desapercibido por Robert, ya que me dio un pequeño beso en la mejilla. Solo lo miré y ambos sonreímos.

-Bien, pues Hannah tiene una sorpresa para ustedes. -comentó emocionado- Pero, si quieren descubrirlo, tendrán que ver qué sucede. ¡Bienvenidos a la premiere de Avengers: End Game! ¡Qué disfruten la película!

En ese instante, las luces se apagaron y mientras nosotros aplaudíamos, los presentes tomaron asiento en las sillas que tenían a sus espaldas, mientras que nosotros, íbamos a nuestros lugares, un poco más lejos de la multitud.

Luego de unas horas, apareció aquella escena que habíamos logrado grabar después de diez intentos, dónde Hannah se sacrifica por Tony para salvar a todos pero al final, todo termina bien. Era increíble sentir las reacciones de la gente, su emoción y cómo nos la transmitían a nosotros. Al final de la película, las luces se encendieron y los gritos, silbidos y aplausos estruendosos de los fans se hicieron presentes. Nosotros agradecimos felices, tanto trabajo había valido la pena. Había sido una premiere exitosa.

***

Cuando abandonamos el lugar, Evans y Hemsworth, junto con Scarlett, Benedict, Jeremmy y Mark nos dijeron a Robert y a mí que nos esperaban en la fiesta de la compañía para celebrar y bueno, sobra decir que no nos negamos.

Robert condujo hasta llegar a una linda mansión, propiedad de uno de los productores de Marvel. Al bajar del auto y pasar por el amplio jardín para llegar adentro, Robert y yo nos encontramos con nuestros amigos y compañeros de trabajo, que ya se encontraban disfrutando del festejo.

El lugar era hermoso. La mansión alumbrada con candelabros de cristal, las paredes recubiertas con un fino y elegante papel tapiz, había mesas dispuestas para los invitados, meseros llevando y trayendo bocadillos y copas de vino y champagne, música al fondo y el ambiente que se sentía era perfecto para un festejo. Robert y yo nos miramos y sonreímos. Luego de tanto trabajo, estábamos dispuestos a disfrutar y relajarnos.

En una mesa al fondo, se encontraban Evans y Hemsworth, junto con Benedict, Scarlett, Jeremmy y Mark, los cuales al vernos pasar junto a ellos, nos indicaron que podíamos quedarnos ahí y sin dudarlo aceptamos.

Justo cuando nos habíamos sentado, comenzó a sonar una canción que a Robert y a mí nos encantaba, era una canción romántica. Robert al instante, me miró colocando su barbilla sobre su mentón y sonrió.

-¿Bailas conmigo, ____________? Esa es, nuestra canción. -dijo sonriendo mientras movía su cabeza para escuchar mejor.

-Esa canción. -suspiré y cerré los ojos al recordar- Y, claro que quiero bailar.

Robert me llevó hasta la pista de baile y entre algunas parejas que también habían salido a la pista, comenzamos a movernos.

-Fue la primera canción que bailamos juntos aquella noche cuando te quedaste en mi casa porque tu auto ya no funcionaba y ye era muy tarde. -le dije a Robert mientras me recargaba en su pecho.

-Así es, ahí descubrí que estaba enamorado de ti. -comentó levantando mi brazo para hacer que diera un giro, luego, me tomó por la cintura y acercó sus labios a los míos- Y siempre lo estaré. -dijo en un susurro sobre mi boca, para luego besarme.

-Ah, ¿entonces era eso? -preguntó Evans, observando la escena desde su silla.

-Sí, Chris. -replicó Scarlett, chocando su mano contra su frente ante el despiste de su amigo.

***

Las horas pasaban y entre bailes, comida y algunas bebidas, no me di cuenta que ya eran cerca de las 2:00 de la mañana. De pronto me sentí un poco mareada.

-Necesito tomar un poco de aire. -comenté levantándome de la mesa.

-¿Estás bien? -me preguntó Robert con un rastro de preocupación en su voz.

-Sí, no es nada. Solo necesito aire fresco. -sonreí

Luego de disculparme con los presentes en la mesa, subí las escaleras de la mansión hasta llegar al piso de arriba. Noté que Robert solo me siguió con la mirada. Ya habíamos estado aquí antes, ya que en otras ocasiones, también habían hecho algunas fiestas aquí. Caminé hasta una habitación que sabía que tenía un balcón enorme y al abrir la puerta de esta, me encontré que, para mi buena suerte, la habitación estaba sola.

A paso rápido, fui hasta el balcón y la brisa fresca me recibió, la disfruté bastante porque en verdad la necesitaba. El viento movía mi cabello y chocaba contra mi cara, lo cual me causó cierta gracia. Fui a recargarme en el balcón y vi que la luna se veía hermosa, suspiré, pensando en Robert.

-Ay, Rob. En verdad te amo tanto. -dije recargando mi brazo en el balcón y mi rostro sobre mi mano. Luego, escuché una voz que me hizo sentir derretir.

-¿En verdad me amas tanto? -preguntó aquella voz que ya conocía de sobras. Me giré y ahí estaba parado aquel hombre de ojos de avellana que me había robado el corazón con tan solo una sonrisa.

-¿Cuánto tiempo llevas ahí? -pregunté mirándolo fijamente con media sonrisa.

-No, no cambies el tema, amor. -me dijo acercándose a mí, son sus manos en los bolsillos de su traje- Pero, contestando a tu pregunta, llevo aquí lo suficiente como para ver cómo la brisa hacía mover tu cabello y verte reír por eso, lo que por cierto, me pareció adorable. -dijo sonriente y yo pasé saliva al notar que ya estaba a escasos centímetros de mí- Ahora, ¿puedes contestar mi pregunta? -arqueó una ceja con una sonrisa llena de intriga- ¿En verdad me amas tanto? -sus manos estaban colocadas sobre el balcón de piedra, de nuevo me tenía acorralada entre sus brazos y otra vez su aroma exquisito me estaba comenzando a embriagar.

-Sí, te amo demasiado. -contesté acercándome más a sus labios y Robert cerró sus ojos soltando un suspiro.

Sus manos habían pasado del balcón hasta mi cadera, sosteniéndola. Delicadamente, sus dedos delineaban el camino de mi cadera hasta mi espalda mientras juntaba sus labios con los míos. Ahora su boca sabía vino y menta. Sus manos viajaron desde mi espalda hasta mi rostro, el cual sostuvo con delicadeza haciendo que nuestro beso fuera más profundo.

-Sé mía entonces. -me dijo sobre mis labios y sin abrir sus ojos- Sé mía como hace años, pero, solo mía. -dijo suavemente y sentí un escalofrío recorrerme entera. En ese momento, mi mente se puso en blanco, ya no importaba donde estaba, con quiénes estaba ni qué estaba haciendo, solo importaba que estaba ahí, con Robert, solo eso.

En respuesta a su petición, mordí su labio. -Siempre he sido tuya, solo tuya.

Seguíamos en el balcón, tanto el viento como sus besos hacían que mi piel se estremeciera pero al mismo tiempo, el cuerpo de Robert irradiaba un calor inmenso que me daba una agradable sensación de calidez.

Nuestros rostros habían tomado un suave tono carmesí debido al ambiente que nos rodeaba. Mi cabello se revolvía con el suyo y la ventisca hacía que su colonia se esparciera por todo el lugar.

Amaba a este hombre con mi vida y si él quería me entregara a él, lo haría sin pensarlo, una vez más y para siempre.

Nuestra habitación estaba completamente vacía, a excepción de nosotros dos. En apenas unos segundos, nuestros pasos acompañados de interminables besos, nos habían guiado a la cama situada al centro del cuarto y en un instante, me encontraba sentada sobre su regazo devorando su boca con voracidad. Sus labios habían comenzado rozando los míos lenta y delicadamente, pasando su lengua sobre estos y dejando mordidas a su paso que carecían de tacto, lo que me hizo comprender que ambos queríamos lo mismo. Mi lengua se abrió paso por su boca, saboreando cada rincón de esta, ese sabor de menta y vino ahora impregnaba a ambos, besar su boca era como disfrutar de un rico dulce.

Sus manos viajaron por mi espalda hasta llegar directo a mi trasero, el cual manoseo y apretó sin pudor. Solté un jadeo que fue ahogado con su boca. Mis manos se posaron sobre la orilla de su saco negro y tiré de las orillas para acercarlo más a mí y hacer más profundo el beso. Mi cuerpo estaba despertando, las sensaciones estaban comenzando a aparecer y no las iba a poder contener.

Con lentitud y suavidad deslizó el tirante de mi vestido por mi hombro al mismo tiempo que yo iba desabotonando su camisa. Cuando sentí que una de sus manos ya había abierto el cierre del vestido, yo ya me había soltado todos sus botones El vestido cayó al piso dejándome solo en ropa interior, Robert gruñó al verme de esa manera y al ver su reacción, terminé de quitarle la camisa que ya solo le cubría la espalda, la lancé a alguna parte de la habitación. Al verlo con su torso desnudo, me acerqué a él y pasé uno de mis brazos por su cuello para poder acercarlo a mí y volver a besarlo. Con mi mano libre acariciaba su abdomen y lentamente fui bajando hasta llegar a su pantalón donde pude sentir que su erección estaba comenzado a cobrar vida. Por instinto acerqué más mi cuerpo a él y Robert jadeo. Se despegó de mis labios no sin antes dejarme una mordida en mi labio inferior, lo cual me hizo soltar un gemido.

-Shhhhh, amor, no vayas a hacer que suban y nos descubran. -rió.

-Es un riesgo que tendré que tomar. -dije con las respiración entrecortada, causando que una adorable carcajada saliera de la boca de Robert.

Su boca pasó a mi mejilla y, mientras iba dejando un camino de besos fue descendiendo hasta mi cuello y luego, a mi pecho donde se detuvo solo para verme mientras desabrochaba mi sostén y lo lanzaba a alguna parte de la habitación. Cuando me miró, soltó un suspiro y yo me sentí bastante sonrojada. No era la primera vez que me veía de esa manera, pero aún así, no podía evitar que mis mejillas se tornaran carmesí. En realidad, habían pasado ya varios años.

De nuevo sus labios estaban sobre los míos. Nuestras lenguas danzaban a la par en un salvaje y apasionante beso. Algo en mí comenzaba a palpitar, era increíble que solo con besarme ya lograra excitarme. Me separé un poco y me di cuenta de que él aún tenía puesto su pantalón. Sonreí de lado y me mordí el labio.

-Eres un tramposo. -le dije al mismo tiempo que mis manos iban desabrochando su cinturón.

-Tal vez, ______. Pero es que, quiero el mayor tiempo posible para poder admirar tu infinita belleza. -me dijo con la respiración entrecortada.

-No eres el único que piensa de esa manera. -le dije en el oído mientras mordía el lóbulo de su oreja y él soltó un gemido- Oh cariño, si te van a escuchar, que sea hasta que me estés haciendo que te pida más. -Robert me tomó de los hombros y para ese entonces su pantalón y bóxer, habían desaparecido- ¿Tú lo que quieres es jugar con fuego, no es así, corazón? -me preguntó y sus ojos brillaban.

-Puede ser, Downey. -me relamí los labios.

-Oh, cielo, definitivamente quieres jugar con fuego. -me dijo tomándome de la cintura, pegándome a él mientras me besaba.

Podía sentir su prominente erección en mi entrepierna y por inercia, comencé a mover mis caderas de adentro hacia a fuera para poderlo sentir mejor. Robert gimió cerca de mi oído al mismo tiempo que sus manos se posaban en mi trasero, el cual volvía a masajear y estrujar sin ningún recato. Cuando su erección rozó de nuevo mi entrepierna, me dio una nalgada, la cual yo respondí con un agudo gemido que él cayó con un beso. Luego, su boca pasó a uno de mis senos y mientras lo masajeaba, lograba hacer que mi cuerpo comenzara a excitarse cada vez más. Su lengua comenzó a moverse en círculos sobre unos de mis pezones mientras movía más su cadera, rozando su erección contra mi entrada, haciéndome delirar. Gemí cuando su boca pasó de nuevo a mi cuello, dejando unas cuantas mordidas en él.

-Por favor, gime hasta que esté en ti, si todos te van a escuchar, que te escuchen bien.

-Lo que tú digas, Downey. -le respondí con dificultad debido a las sensaciones que estaban empezando a recorrer mi cuerpo.

-Así me gusta, mi amor. -me dijo con una voz grave, separándose un poco de mí para al fin descartar su propia ropa interior, tuve un momento para apreciar cada parte de su cuerpo, el verlo así frente a mí era indescriptible, podía provocar los pensamientos más salvajes en mi mente con solo mirar su cuerpo- Te he extrañado tanto... -susurró con una sonrisa.

-Ya basta de juegos. -le dije con la voz entrecortada- Te necesito ahora Rob... -supliqué acariciando su rostro, solo para que sus manos bajaran a mi vientre haciéndome casi desfallecer- Por favor... -agregué en un hilo de voz.

-Así me gusta, que supliques pequeña. -respondió él, era un completo cínico y torturador... y yo... estaba amando cada segundo de ello.

Fue entonces que al fin entró en mí, mi piel se erizó por completo y me perdí al instante en la sensación de éxtasis absoluto que me provocó, solo él me hacía sentir tan bien. La habitación no tardó en llenarse de nada más que gemidos, gruñidos y palabras obscenas, mientras que él cada vez aceleraba más el paso. Yo estaba perdida en su voz, en sus caricias, en su cuerpo... En él. Sus estocadas que habían comenzado lentas, ahora iban en aumento y con más velocidad, era increíble que solo él me hiciera sentir tan plena. Él entraba y salía de mí a placer, haciéndome vibrar hasta que alcancé el clímax por completo sintiendo que moría y revivía directamente en sus brazos. Con un gemido de mi nombre entre sus labios, su cuerpo también colapsó sobre el mío batallando por recuperar la respiración.

Luego de unos minutos pude volver a la realidad aun intentando calmar mis palpitaciones que estaban a mil, Robert se acomodó a mi lado rodeándome con sus brazos.

-No tengo palabras...yo... -iba a decirle pero él me interrumpió.

-Eres perfecta ______. -me dijo completamente perdido en mis ojos, acercándome más a él para que me recostara en su pecho.

-Solo tú puedes hacerme sentir algo así. -confesé jugando con su cabello rizado mientras lo miraba, así completamente vulnerable junto a mí.

-Tú eres la única con la que puedo entregarme así. -respondió él y luego me dio un cálido beso en la frente, ambos nos quedamos en silencio un rato, mirando el techo decorado de la habitación, cubiertos por las sábanas de algodón, uno junto al otro.

-Creo que, deberíamos bajar antes de que sospechen que nos estamos tardando demasiado. -reí- Además, lo acabamos de hacer en la mansión de uno de los productores de Marvel.

-Eso es lo de menos, cielo. -dijo riendo también- Fue... Hermoso. Y quiero que sepas que, deseo poder ya que todos sepan que estamos juntos, no puedo ocultarlo más, te amo demasiado, ¿cómo escondo eso?

-Estoy muy de acuerdo, con todo. -sonreí y luego volví a besarlo- Te amo. -exclamé abrazándolo y pude sentir los latidos de su corazón palpitar con fuerza.

***

Buenas noches, lectores hermosos. Espero les haya gustado este OS de dos partes. A pesar de que está dedicado, quiero que sepan que lo hice con mucho cariño para que todos pudieran disfrutarlo.

Manosmagicas221 espero te haya gustado y espero haber cumplido tus expectativas con este OS. X3 La verdad es que, disfrute mucho de escribirlo.

Recuerden que los amo 3000 y nos estamos leyendo pronto. ¡Abrazo!

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