Capítulo 24: Akatsuki
Road To Ninja: Choque de mundos
Capítulo 24: Akatsuki
Disclaimer correspondiente.
¡Actualización sorpresa!
Tres días antes...
—¡Itachi! Cuéntanos ya.
—Tobi concuerda con Deidara-senpai. ¡Tobi quiere saber más!
El Uchiha, por más que intentara ignorar olímpicamente a la parda de idiotas que descansaba detrás suyo, le era imposible. Llevaban toda la mañana insistiéndole en revelar avances de su vida amorosa.
Ni en sueños les contaba que Izumi aceptó ser su novia, no sin antes reclamarle que se tardó demasiado en pedírselo. Y que estaba a punto de buscar a alguien más. Pero claro, terminó por besarlo y después pellizcar su brazo derecho.
Esa mujer estaba loca. Pero así la amaba.
—Cuantas veces les he dicho que estamos en medio de una misión importante —farfullo—. Atrapar al Hotaru que se coló de la otra dimensión es nuestra máxima prioridad. No mi vida amorosa.
En estos momentos, deseaba con todas sus fuerzas que Pain y Konan estuvieran ahí y no en una misión de reconocimiento en la aldea continua. ¿Por qué votó para los dos fueran a investigar? Si hubiese sabido que sus compañeros lo iban a hostigar con preguntas sobre su relación con Izumi, no lo habría pensado dos veces para alejarse de ellos.
—Pero, Itachi —Deidara se acercó a su lado de un salto. No le importo que el Uchiha le mirara de forma asesina al apartar los dangos que degustaba. Incluso alzó sus manos cuyas bocas le mostraron la lengua de forma infantil para molestarlo—. Tu vida amorosa es una misión de clase S que no debe ser ignorada.
—Él es a quien ignoran a menudo —se burló serenamente Sasori del otro lado de la mesa, apoyaba su quijada en su palma. Sonrió de lado al escuchar un insulto emerger de los labios contrarios—. No lo negó, así que es cierto.
—¿Quieres coserte la boca? —pidió irónicamente el azabache.
Traducción: ¿Quieres callarte?
—Ni que fueras mi madre —Sasori contempló la molestia recorrer el rostro de su amigo.
—Ni madre tienes, estúpido.
—Pero tengo abuela.
—Eres un...
—Ya cállense par de inútiles, malgastan el tiempo que vale oro —Kakuzu gruño desde el otro lado. Mortificado de perder su oportunidad de ganar dinero por estar ahí con Itachi. Este le miró de forma asesina— con este engreído que no quiere decir nada.
—¿¡Ves!? ¡Hasta el tacaño quiere saberlo! —el rubio lo apuntó con el dedo logrando que el aludido agitara su mano con desagrado—. A su manera... —murmuró— ¡pero lo desea!
—¡Yo no deseo saber detalles del fiasco amoroso de Itachi!
—¿Dijo fiasco amoroso? —susurró lúgubre el aludido. A su lado, Kisame se rió entre dientes mientras asentía con la cabeza, concordando con sus camaradas.
—¡Oh vamos! Todos aquí queremos saber si nuestro querido Uchiha se casara pronto —aseveró Deidara con seriedad.
—A mi me importa un comino si se casa o no.
—¡Ah! ¡Deberán casarse bajo la bendición de Jashin! —interrumpió Hidan recordando a su supuesto dios.
—Hidan, no importa cómo o con que se casen, porque al final, tendrá que dejar Akatsuki y relevar el puesto a su hermano menor —apuntó Deidara con cierto recelo, sin embargo, su rostro expresó alegría.
Itachi se tensó en su lugar al recordar el futuro que le esperaba a su querido hermano si él dejaba su puesto en Akatsuki. Por tal motivo tampoco había hecho mucho esfuerzo por atraer la atención de Izumi o cualquier otra mujer.
Aunque lo inevitable sucedió, Izumi y él en un noviazgo que jamás podría llegar a ser matrimonio.
Retenía con todas sus fuerzas el deseo por una mujer, porque le sobreponía su amor fraternal, que era más fuerte cualquier otra cosa. E Izumi estaba consciente de ello. Sin embargo, llegará el día que no lo soportará y terminará por dejarlo.
No culpaba a su hermano. Para nada. Sabía con adelanto que, si el día de mañana dejaba su puesto en Akatsuki, Charasuke, aunque estuviese en contra de tomar el puesto, lo haría. ¿Y por qué? Para enorgullecer a Fugaku, dejar bien al Clan Uchiha ante el Consejo que seguían sospechando de ellos.
Solo por las órdenes.
¿Y dejar atrás lo que ha construido con Sakura-hime?
Por eso mismo lo incito a dejar ANBU, para que siguiera luchando por su amor, no por la aldea. Bien, podría ser por motivos a lealtad y servicio que lo hacía. Pero ¿dónde quedaba su corazón, aquello que lo hacía humano?
Él se había resistido, e ignorando las normas de Akatsuki, iba y venía de Konoha como si fueran misiones normales, aún sabiendo, muy en el fondo que cada vez que salía de su casa, corría el riesgo de jamás volver.
Como todo Ninja en la aldea.
Pero con el riesgo de que supieran su identidad, y con ello, la de su familia pudieran hacerles daño.
No pudo separarse completamente de sus padres y hermano, y sabía que era egoísta al exponerlos de tal manera, a una muerte segura. Incluso la Hokage se lo prohibió.
Sin embargo, fue altanero y soltó todo lo que pensaba, incluso amenazo al consejo de revelar sus secretos más oscuros si no le permitían estar con su familia. Gracias a ellos puso al clan Uchiha en una situación –más— difícil por un tiempo. El Clan lo apoyo por el hijo del Jefe y un chico prodigo. Al igual para proteger a Charasuke, y cualquier otro Uchiha.
A pesar de ello, algún día llegará el tiempo que tendrá que irse sin decirles adiós. Y nunca más volverá a la aldea, a su hogar, con su familia.
Porqué ser parte de Akatsuki no era un juego.
Porqué pertenecer ahí olvidabas por completo tu humanidad.
Porqué estar bajo las órdenes de los demás te comía la lealtad.
Porqué vivir con ese estilo de vida no era fácil.
Si no un tormento.
La organización no era lo que parecía. Se escondía bajo la capa de la indiferencia y lealtad.
Eran asesinos de sangre fría, agitando armas sin remordimiento alguno, olvidando que eran personas. Masacraban aldeas enteras cuales incluía personas inocentes, entre ellas, mujeres y niños...
Niños... criaturas inocentes que no pidieron venir al mundo. Las más puras que podrían existir.
Y ellos las más viles que han pisado la tierra.
—Eso jamás sucederá —aseguró Itachi poniéndose de pie, provocando silencio entre sus camaradas que pudieron vislumbrar la amargura en sus ojos al imaginar el posible futuro de Charasuke en la organización—, no mientras yo sigua con vida.
—Vaya, esto de pronto se puso muy melancólico —opinó Sasori desde su lugar, admirando el cielo azul, esperando ver algo más que un sueño roto—. Por lo menos tú eres afortunado y puedes ver a tu familia. Eh...
—¿Qué? ¿Llorarás como un bebé por tu abuela? —se burló Hidan.
Sasori sonrió sardónico.
—A esa anciana de seguro le caducaron los años. Ya ni llorar duele —dijo ocultando que extrañaba con todas sus fuerzas a la mujer que lo crío de niño.
—Dejando nuestros asuntos familiares de lado, Pain y Konan no regresan —Deidara se frotó la quijada, pensativo.
—¡Oh no! Tobi piensa que les sucedió algo malo —Tobi llevó las manos a los costados de su máscara.
—Bah, ese par es inmortal —Kisame, que había permanecido en silencio, se acomodo entre las bancas para relajarse—. De seguro pasaron por ahí a perder el tiempo.
—Situación que dudo —dijo Itachi tras bajar la mano que había llevado a la oreja, apretando el comunicador—. No responden por la línea.
https://youtu.be/juoher-JQsg
De pronto Deidara levantó la cabeza alertando al equipo, puesto que enderezó su cuerpo y apartó su flequillo dejando ver el lente que utilizaba para anticiparse a sus enemigos.
—Una de mis hormigas explotó. A dos kilómetros al sur de aquí —aseguró.
—Hidan, Kakuzu, vayan a investigar —ordenó Itachi sin apartar la vista de dicho lugar.
Ambos compusieron una mueca de despreció al recibir indicaciones del Uchiha quien estaba al mando cuando no se encontraba Pain. Resoplando, cada quien recogió su arma y se adentraron rápidamente al bosque para regresar lo más pronto posible.
—¿Crees que tenga que ver con que esos dos estén tardando demasiado? —preguntó Sasori acercándose a Itachi. Este mantenía el Sharingan activado y no apartaba la mirada del bosque, intentando encontrar algo más que árboles.
Antes de poder responder, el pelinegro recibió aviso del par.
—¡Que desperdició! Sólo se trata de una maldita ardilla —se quejó Hidan.
—Tks, hemos desperdiciado tiempo valioso —dijo enojado el otro Akatsuki.
—Regresen.
Itachi se giró a Sasori.
—Ahí tienes tu respuesta.
Un sonido agudo se activo en los comunicadores de todos obligándolos a llevarse la mano a la oreja emitiendo quejidos de molestia.
Parecían gritos.
—¡Hidan! ¡Kakuzu! ¿¡Qué sucedió!? —exigió saber Itachi un poco alterado.
—¡Mierda! Es una emboscada Itachi —advirtió Hidan.
El Uchiha se giró a los demás miembros y les ordeno avanzar hacía al bosque donde se encontraban.
Corrieron entre los árboles, cruzaron caminos desiertos. El viento se volvió intenso a medida que seguían avanzando. Inevitablemente se preguntaron el cambio drástico de la situación, porque de un momento a otro, ninguno de los dos Akatsuki atendía sus llamados por la línea.
Itachi fijó su vista más allá, observando varios puntos vitales de personas diferentes haciéndole saber que se trataba de un grupo extenso.
Fuertes ventiscas de viento fueron dirigidos a su dirección. Se obligaron a descender al suelo para ir contra corriente. Y a medida que se acercaban al punto, pudieron apreciar un grupo pequeño de forasteros, con capas y capuchas oscuras.
No había señales de Hidan y Kakuzu.
Detuvieron su andar tan pronto como llegaron, mirando desafiantes a los forasteros, Deidara metió las manos en las bolsas de los costados; Sasori extendió los dedos preparando sus hilos de chakra; Tobi se mantuvo callado mientras tomaba posición de defensa; Kisame alargó su brazo para tomar el mango de Samehada; e Itachi se adelantó unos pasos.
—¡Mira nada más quienes nos visitan! —dijo le hombre más alto con un toque de sarcasmo en su voz. Elevó su mirada dejando ver unos ojos rojos como la sangre. Miró directamente a Itachi sin temor alguno—. Akatsuki.
—Hotaru —habló Sasori al identificar al de su mundo, la cicatriz en su quijada lo delataba.
—¿Tan obvio fui? —preguntó el aludido aproximando su mano a la capucha para dejarla caer y exponer su rostro cuya boca expresaba una sonrisa grutesca—. Pensé que sería un disfraz perfecto.
—¿Dónde se encuentran los demás? —preguntó Itachi sin rodeos.
—¿Los demás? —aparentando no saber nada, el hombre se cruzo de brazos y soltó un monosílabo mientras "pensaba"—. ¡Ah! ¿te refieres a esos dos débiles? No debes preocuparte por ellos, están en buenas manos —aseguró sonriendo.
Itachi no se movió de su lugar, de soslayo, intercepto la mirada de Sasori y asintió con la cabeza. Tratarían de persuadirlo para que se acercará más y así poder atraparlo con los hilos de Sasori. Claro que habrá una pelea, pero de esa forma resultaba más rápida. Luego volvió con el enemigo.
—Dejemos las bromas de lado. Te diré porque estamos aquí...
—... por órdenes de la Hokage para que me atrapen, bla, bla, bla —hizo un movimiento con su mano derecha y luego negó con la cabeza—. Ah... querido Itachi. Dejé de ser fiel a Konoha desde que Danzo me abandonó en Iwagakure, y aprendí que servirle a una aldea desperdicia tu vida y humanidad. Entonces, ¿para que seguir bajos sus órdenes? —cuestionó retóricamente.
—¿Por rebeldía? —Tobi se mostró curioso.
—No, amigo, es más complicado de lo que crees —indicó sonriendo de lado. Su mirada se desvió al cielo azul del medio día, entrecerró los ojos y luego bajo la mirada—. Oh, ¿Dónde están mis modales? No les he presentando a mi pequeño amigo —fingió modestia y alzó su mano para hacer un ademan.
Los Akatsukis observaron detenidamente como una figura, más pequeña que el resto, pero no enana, que se adelantó entre los encapuchados para quedar alado del hombre, este bajo la mano y retiro la capucha del desconocido revelando una cara similar a la suya, pero más joven.
Expresaron desconcierto y sorpresa, sobre todo porque ese panorama no estaba previsto entre sus planes.
Los dos Hotarus ya se habían aliado.
—Les presento a mi contraparte, es muy estoico y serio —alegó el hombre retirando su brazo para palmear la espalda de Hotaru, este solo bufo por debajo hastiado de tanto teatro. Pero no dijo nada, este plan era del hombre, solo así podía hacerle saber que el suyo era más eficiente.
—Joder —murmuró Deidara.
—¿Qué? ¿te inspiró miedo el otro Hotaru? De seguro sabes que eres tan débil que jamás vencerás, ¿a ese extremo no confían en si mismos? —los ojos del hombre brillaron momentáneamente esperando su respuesta.
La que marcaría el inicio de todo.
—¿Débil nosotros? —Deidara infló sus mejillas y lo apuntó con el dedo—. ¡Somos más fuertes y eficientes que ustedes! Mi arte jamás será vencido.
—¡Es cierto! ¡Tobi apoya a Deidara-senpai! —agregó el de la máscara con fervor.
¿Qué trama ese imbécil? Se preguntó Sasori sospechando de la sonrisa ladina del hombre. Tan confiado de la situación, como si no estuviera en ningún problema.
Más bien, como si ellos fueran los que estarían en un tremendo problema.
—¿Arte? O querrás decir, ¿intento de basura? —se burló despiadado el hombre.
—¡Suficiente! ¡Nadie se burla de mí y sale vivo! —gritó Deidara fuera de sí.
Sin tener autorización de Itachi, se adelanto a una distancia prudente del hombre. Sacó las manos del interior de sus bolsillos para revelar dos pájaros blancos cuyo objetivo era la cabeza del hombre que le ofendió.
—¡Deidara, eres un idiota! —exclamó Sasori. De igual manera, Itachi lo maldijo por ser impulsivo.
Para evitar cualquier catástrofe, miró directamente a los ojos del joven Hotaru, que desvió rápidamente sus ojos, evitando su mirada a sabiendas de las consecuencias. Después, la dirigió al hombre de la cicatriz, que sí le devolvió espontáneamente su mirada, de una forma desafiante.
Creyó que caería en el Genjutsu.
Empero, no todos los planes salían a la perfección.
El hombre de la cicatriz sonrió por debajo apartando sus ojos de la mirada estupefacta de Itachi, alegre de que el rubio cayera en su engaño. Lo miró directamente a los ojos de una forma extraña para el ojiazul, que terminó por ahogarse entre su propia saliva y su conciencia fue rebotada hasta lo más profundo de su ser.
De una forma tan rápida e inesperada.
Su andar fue disminuyendo lentamente, pero de forma inmediata, logrando que Kisame, Tobi, Sasori e Itachi se preguntaran la causa del repentino movimiento de Deidara.
El rubio se detuvo por completo al estar a unos centímetros de ambos Hotarus.
—¿Deidara-senpai? —inquirió Tobi desde su lugar.
El aludido se irguió completamente. Posteriormente fue girando su cuerpo para quedar frente a sus camaradas con la mirada vacía, enfocaba un punto en la nada, su cuerpo se encontraba tenso y su rostro sin expresión alguna. La ira ya no recorría sus facciones.
Itachi frunció el ceño al adelantarse un paso.
—Te has de preguntar que le hice al rubio, pero no tengo tiempo que perder con esto —suspiro.
Alzó su mano para después bajarla, en ese instante, desde arriba aterrizaron Hidan y Kakuzu, al parecer estaban esperando entre las ramas de los árboles. Portaban la misma expresión y posición que Deidara.
Ahora Kisame y Sasori tensaron sus cuerpos al ver a los tres Akatasukis frente suyo, deduciendo que se encontraban en una especie de Genjutsu porque, por más que Itachi los mirara fijamente y realizara el sello de liberación, no había cambio alguno.
Seguían indiferentes.
Como marionetas.
—Si me disculpan, tengo una aldea que atacar —al revelarlo, se topó con la mirada furiosa de Itachi, y se atrevió a sonreírle de lado—. ¡Ups! ¿No te agrada la idea de pelar con tus amigos? ¿Tan falto de confianza estás de ganarle?
Itachi le gruñó:
—Te mataré por lo que harás.
—Créeme, no eres el único que lo deseará —mostró su dentadura blanca recordando el plan principal el cual iría a Konoha.
Para atrapar a Sakura-hime y destrozar a Charasuke.
Se giró al joven Hotaru que permanecía estático en su lugar, no dejaba de evaluar a Itachi y compañía.
—Tienen órdenes de acabar con los cuatro. Encárgate de ellos mientras tanto —pidió amablemente.
El joven ni siquiera lo miró, sólo asintió con la cabeza. Su semblante sereno no perdió de vista del cómo Hidan movía su gran arma en la espera de una víctima, y las expresiones de "estamos en serios problemas" por parte de los Akatsukis restantes.
—Cuando termine aquí iré al punto de encuentro —notifico el joven hundiéndose alejando un poco su capa para alzar la pierna.
—Muf. Traeré unos dulces de camino.
Entonces, mientras se alejaba del lugar, Hotaru dejo caer su pierna en el suelo liberando diversos picos de hielo dirigidos a los Akatsukis que fueron obligados a moverse de su posición para esquivar el ataque.
Así se desato la verdadera batalla.
—... al final, Itachi terminó por luchar contra Deidara. Gracias al Susanoo, logró escapar antes de que la onda explosiva de la técnica suicida de Deidara lo alcanzará. Su invocación lo acerco a las afueras de Konoha donde fue hallado moribundo —terminó de explicar Charasuke a los presentes. A su lado, Sasuke continuó hablando.
—Descubrimos que, efectivamente, se trata de un Doujustu.
Las exclamaciones de sorpresa no se hicieron esperar. Los ancianos del Consejo se miraron unos a otros sorprendido y preocupados, la Hokage suspiro al confirmar sus sospechas.
—¿Por qué estás tan seguro? —inquirió Tsunade.
—Él mismo me lo dijo —afirmó Charasuke.
Sasuke remoto el recuerdo sin ningún esfuerzo. El escalofrío no llegó, porque él se reflejaba en esos ojos vacíos con deseos de venganza.
—Tengo la teoría de que no basta con el contacto visual, si no más específico: el oído —aportó Sasuke sin moverse, Charasuke lo apoyó con un asentimiento de cabeza—. Hotaru hace preguntas relacionadas a la debilidad y la respuesta que des es la decisiva.
—Tiene algo que ver con... —Charasuke fue interrumpido por Sakura-hime.
—Con la debilidad del corazón. Indaga si estas seguro de tu fuerza. Si dudas, te controla —dijo la chica suspirando. Se acomodo en la molestosa silla de ruedas. Se había negado rotundamente a que los altos mando fueran hasta su habitación del hospital, por lo que la sentaron en una de esas cosas tormentosas—. No te somete a una ilusión, si no que intercepta con su flujo de chakra las señales mandadas al cerebro. Controla cada movimiento, y lo peor... es que estás consciente de lo que haces —murmuró abatida.
Sakura que se encontraba de pie detrás de ella, le frotó el hombro con delicadeza, para después sonreírle. Hime le agradeció el gesto con una mirada.
—Con todo lo informado, necesitamos analizar la situación y tomar una decisión inmediata —informó Danzo dejando caer los brazos en el escritorio. Miró directamente a los dos Uchihas y Harunos. Además de ellos, se encontraba Naruto y Menma—. Por lo pronto, nuestros visitantes permanecerán en el hospital hasta que atrapemos y matemos a los dos prófugos.
—Perdón, Danzo-sama, pero considero que ellos deberían estar al tanto de lo que sucede al igual que nosotros —intervino Charasuke inconforme de que los excluyeran del asunto que también les concierne—. Tienen el derecho...
—Para empezar, ellos trajeron el enemigo a nuestra dimensión, y gracias a ello, se alió con el de aquí para atacar la aldea —expresó molesta Koharu— y tengan por seguro que lo intentarán de nuevo.
—Esperen, en un principio nosotros íbamos a atraparlo, pero ustedes insistieron que era su trabajo porque estábamos en su mundo —Sakura salió a la defensiva, frustrada a que los excluyeran de esa forma.
—Fueron ustedes que trajeron esta amenaza a la aldea —objeto Danzo desde su lugar haciéndola enfurecer—. Por otro lado, se le dio la autorización a Uchiha Itachi para informar y hacer actuar a Akatsuki de esto, y miren el resultado, estamos más hundidos que nunca.
—Ya no podemos confiar en que hagan bien su trabajo —apoyo Koharu.
En ese instante, Charasuke frunció el ceño enojado por las indirectas dirigidas al Clan Uchiha. De ante mano se sabía que el consejo no le tenía confianza en ellos desde el ataque del Kyuubi donde murió Kizashi, el Héroe de Konoha. Las sospechas de que ellos lanzaron el ataque aún prevalecían en la aldea.
Sus ojos cambiaron a escarlata.
—¿Insinúa que por culpa de Itachi-san ambos Hotarus siguen prófugos? —está vez inquirió Sakura-hime con voz de terciopelo apoyando las manos su regazo. Su mirada verdosa no daba entrada a la afirmación.
—No pudiste haberlo dicho mejor —rebatió Danzo.
Para Sasuke, ver al anciano que fue una de las principales causas de la caída de los Uchiha en su mundo, y no poder matarlo, le carcomía por dentro. Tal vez él ya expió cada uno de sus pecados, y sabía que la venganza no era buena.
Pero con ese hombre... todo se iba por la borda.
Apretó su única mano al cerrar los ojos, después los abrió dejando entre ver el rojo del Sharingan y el morado del Rinnegan.
—Por favor, no nos alteremos —pidió Tsunade al ver la reacción de los jóvenes. Levantándose de su lugar hizo ademanes para que los consejeros retomaran su lugar y, a la vez, mantener a raya a los jóvenes azabaches.
—Sasuke-kun, tranquilízate.
El aludido gruñó al escuchar la dulce voz de su novia, suspiro a regañadientes y desactivo sus ojos al cerrarlos para contener sus impulsos sanguinarios.
—Sasuke —la propia Sakura-hime tomó la mano de Charasuke para que se calmara.
Charasuke desvió la mirada, furioso de no tener voz y decirles sus verdades.
—Ancianos, tengan en cuenta que no fue culpa de nuestros visitantes que cayeran en esta dimensión. Y cuando ellos intentaron volver, Hotaru se coló por su cuenta —aseveró la Hokage desafiándolos con la mirada para ver si argumentaban en su contra. Al no ver indicios, se sentó de nuevo en la silla y entrelazó sus dedos—. Y con Akatsuki, fue inevitable porque ellos no contaban con la información que ahorita poseemos. Pelearon entre ellos, y son lo mejor de lo mejor. Apenas pudieron salir con vida —hizo ver severa, los ancianos se reusaron a mirarla. Ahora la rubia se dirigió a los jóvenes Ninjas—. Concuerdo con una parte del consejo: estarán en el hospital hasta que decidamos cual será nuestro próximo movimiento. Y SI —miró de soslayo a los ancianos al recalcar la palabra— se les mantendrá informados y serán considerados para las misiones.
—Pero Tsunade... —intentó hablar Homura.
—¿QUEDO CLARO? –la rubia elevó su voz y su mirada amenazadora se dejo entrever detrás de los lentes.
Los ancianos no replicaron, ni siquiera Danzo, que de por sí no estaba conforme con la situación y los visitantes. Lo expresó discretamente mirando a ambos Uchiha con infinito odio que claramente interceptaron y le sostuvieron la mirada con orgullo.
—Malditos ancianos de... —murmuraba Charasuke caminando a paso rápido por el pasillo.
Por detrás, Sasuke lo seguía de cerca con Sakura a la par que empujaba la silla de ruedas donde Sakura-hime ignoraba el berrinche de su novio. Después, Naruto y Menma caminaban con prisas.
—¿Cómo se atrevieron a insinuar que fue su culpa por la cual Hotaru atacó Konoha? Más bien, es por nosotros como aldea. Y, además, ¿de Itachi? ¿¡Acaso no ven que está luchando por su vida tras defender la aldea!?—exaltado, terminó por patear una camilla vacía que se encontraba en medio del pasillo.
El metal chocó en el suelo con todo y las herramientas que se esparcieron por el suelo, el estrepitoso sonido hizo eco en las paredes al igual que su respiración acelerada. El escarlata asomaba sus ojos sin remordimiento y la ira recorría su cuerpo. El ruido llamó la atención de varias enfermeras, que, tras ver sus ojos, huían asustadas.
—Carajo —escupió.
—Charasuke, pateando camillas no solucionara nuestros problemas —Sakura-hime suspiró al ver que el joven negó con la cabeza.
—Perdón gatita, me alteré —confesó suspirando.
En eso, recibió un tremendo zape que lo mando al suelo, no previó aquello y menos los de su alrededor. Puesto que la situación no se ameritaba para terminar de esa forma.
—¿¡Pero que demonios!? —gritó girando la cabeza sorprendiéndose de ver a su contraparte bajar la mano dando indicio de que fue él quien lo golpeo.
—Deja de actuar como un niño y recibe el regaño con dignidad... —a los presentes les brillaron los ojos de admiración a que Sasuke tomara lucidez de la situación—... luego podremos vengarnos como es debido —lo último hizo que toda seriedad de sus palabras dejara de tener impacto en la dos kunoichis que pensaron que él sería el que hiciera entrar en razón a Charasuke. No que lo apoyaría.
Sin levantarse, el joven Policía se quejó e hizo pataletas importándole poco si parecía infantil, ahogo un grito en el mosaico.
—¡Pero, es que me repugnan! —lloriqueo.
—Charasuke, te ves patético ahí en el suelo —murmuró Sakura-hime sintiendo pena ajena.
—Pero así te gusto —dijo sentándose y le lanzó un beso sonoro. La joven se sonrojo ligeramente y le murmuro un insulto—. Dejando de lado mi berrinche —dijo como si nada levantándose, y luego miro a Sasuke con seriedad—. Te haré caso amargado, dejare esto pasar porque sé que no terminará de la mejor manera y afectare más a mi clan.
—No debes preocuparte por eso, los ancianos están locos dattebayo —comentó Naruto despreocupado, sonrió radiante al rascarse la barbilla—. Consuélate al saber que Sasuke-teme mató al Danzo en nuestro mundo, y de una forma muy sádica, ¡hubieras visto cómo se reía de forma maniática!
—Maravilloso, eso me reconforta —afirmó Charasuke. Tal hecho le levantó el ánimo, sonrió radiantes y apaciguo sus demonios—. Bien, veamos que es lo que decidirán.
—Y dependiendo de su decisión, actuaremos a nuestra forma —sentenció Sasuke sereno, recibiendo el apoyo de su equipo que sonrieron socarrones y se miraron entre sí, estando de acuerdo con el Uchiha—. A partir de hoy, se acabó la cordialidad.
Myakaka
Me imagine una escena bien bandass en la última parte.
xd
Ahora ya sabemos cómo es que Itachi, o más bien, Akatsuki termino de esta forma. Para los que se confundieron, sí: Deidara murió :((( pero ni modos, ¡la vida sigue!
Chicas, chicas, nuevas noticias.
¡Actualizaré esta misma semana! kyaaaa estoy planeando acabar con este fic a principios de febrero o mediados, ya para no tenerlas esperando y yo seguir con los demás. ¡Pero no preocupeshion! no será algo forzado, a su tiempo, lento. cx
¡Feliz años nuevo, atrasado un mes cx!
Ya ya ya, las quiero chicas :v recuerden que sin ustedes esto no es posible.
Casi llegamos a lo 60k!!!
Gracias por su apoyo y la espera.
No olviden dejar su estrellita y comentario.
Alela-chan fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top