Capítulo 22: Estar a su lado
Road To Ninja: Choque de mundos
Capítulo 22: Estar a su lado
Disclaimer correspondiente.
Naruto no creía lo que sus oídos captaron en su momento. Cerró los ojos negando ligeramente con la cabeza tratando de despejar todos sus pensamientos y volvió a abrirlos para reflejar incredulidad y cierta sorpresa.
—¿Q-Qué dijiste Hinata-chan? —preguntó en murmullo el rubio.
La Hyuuga, llena de seguridad, tomó la mano de su prometido y la poso en su vientre. Le sonrió con delicadeza al mirarlo sin temor, y esbozando una gran sonrisa.
—Serás papá Naruto-kun, estoy embarazada —repitió feliz la joven.
El rubio contuvo la respiración, maravillado, soltó a su novia y dio vueltas en su lugar aún sin creérselo, se giró a Kakashi.
—¿Seré papá? —cuestionó agarrándolo por los hombros.
—Eso parece —indicó el Hokage feliz sonriendo bajo su máscara.
—¿Parezco uno? —ahora Naruto hizo lo mismo con Sasuke.
Este entrecerró los ojos.
—¿Qué me importa...? —murmuró por debajo. Él solo quería regresar con Sakura, el día para abrir el portal ya había pasado.
—¿En verdad lo seré? —interrogó de nuevo Naruto acercándose a Hinata.
La joven volvió a reír.
—Si, formaremos una familia —indicó Hinata sin dejar de sonreír.
—Waaa voy a llorar —dijo Naruto con los ojos llenos de lágrimas, se pasó una mano por el rostro sin variar de expresión—. Todavía no me creo como lo hice.
—Si quieres te explicó el proceso con mucho gusto —afirmó Kakashi empezando a sacar su libro de "Icha Icha".
—¡No es necesario saberlo! —exclamaron ambos varones con el rostro rojo porque habían leído sus ninfómanas, Naruto por gusto y Sasuke por curiosidad.
—Ahora con más razón deberán adelantar la boda. Imagina que Hiashi se enteré de su embarazo —habló como si nada el Hokage logrando tensar a Naruto, y preocupar a Hinata.
A Sasuke se le iluminó —literalmente— el rostro. El imaginar al patriarca persiguiendo a Naruto por toda la aldea no tenía precio. Estaría en el hospital por unos largos días, cuales no lo dejaría en paz.
—Creo que la haré una visita a Hiashi —tanteó Sasuke caminando hasta la puerta de la oficina.
—¡No, espera Sasuke-teme! —Naruto prácticamente lo aprensó de la capa y lo arrastró de vuelta al escritorio—. Sé que deseas vengarte de mí por retenerte en Ichiraku y terminar lavando los platos por no llevar dinero...
—Gracias por recordármelo dobe, ahora con más razón quiero ir —Sasuke sonrió de lado.
Mientras tanto Kakashi reía divertido.
—No debes preocuparte por nada Hinata, guardaremos el secreto hasta que ustedes lo revelen —prometió el Hokage, y Hinata pudo suspirar aliviada.
Kakashi suspiró acomodándose en su silla. No quería despejar el ambiente agradable pero debía hacerlo. Pasó a un semblante serio y estricto.
—Siento mal dejar este momento de lado chicos, pero deben regresar por Sakura y asegurarse de que todo salió bien.
—¡Vendremos en unas horas! —aseguró Naruto mostrando una sonrisa jovial. Posteriormente se giró a Hinata para tomarla de las manos—. No te preocupes Hinata-chan, en verdad estoy feliz por la noticia. Pero... es importante asegurar a ese criminal para que no pueda hacerle daño a nadie más. Solo tardaré unas horas y volveré contigo.
—Ve sin cuidado Naruto-kun. Entiendo que la misión es primero —comprensiva, Hinata lo abrazo con amor, y Naruto no tardo en contestarle.
—Que tiernos —dijo Kakashi sonriendo al contagiarse por la felicidad del rubio.
Son muy melosos, pensó Sasuke recordando a su dulce pelirrosa.
Charasuke entró al hospital pateando la puerta. Por su puesto que atrajo la atención de todas, especialmente de una doctora cuyos ojos verdes se alarmaron al verlo con Sakura-hime en brazos y la sangre escurriendo; no dudo pedir una camilla a gritos y acercarse a él sin dudarlo.
Le dio gracias al cielo de que ella estuviera ahí, sabía que era la mejor doctora del país, incluso del mundo se atrevía a decir.
—¿Qué pasó? —preguntó horrorizada Sakura, no esperó una invitación y empezó a guiar al joven por el pasillo. Puso las manos sobre el estomago de su contraparte para evaluar la herida, no tenía tiempo que perder.
Por supuesto que él no portaba el mejor rostro del mundo. Desesperado y con ganas de gritar, la miro suplicante mientras que, prácticamente corrían; no se atrevió a bajar el rostro y ver la herida de su chica. No entendía... solamente fue una herida menor pero estaba sangrando a borbotones, escurría entre sus manos, manchaba su vestimenta, se impregnaba en su mente.
—Una espada atravesó su estómago...
—Está perdiendo mucha sangre —informó Sakura alarmada. Agradeció que la camilla llegará a tiempo—. Ponla con delicadeza —pidió a Charasuke deteniéndose—. Preparen el quirófano.
El joven depositó a la pelirrosa en la camilla, sus ojos negros la enfocaron con miedo al soltarla. Sus manos manchadas de su sangre temblaron al pensar que... tal vez no la volvería a ver. Estiró una mano ante el miedo que asaltó su pecho al ver la camilla partir por el pasillo. Intentó seguirla pero las enfermeras lo detuvieron.
—Quiero ir con ella —pidió suplicante, sin fuerzas.
—Sabemos que desea estar a su lado, pero por ahora los doctores la curarán —dijo una de las enfermeras posando una mano en su torso.
El joven no siguió a regañadientes.
—Sakura, salva a mi novia, ¡te lo ruego! —gritó Charasuke taladrándola con los ojos. Logrando que la chica sintiera un nudo en la garganta y la necesidad de ponerle algo que tal vez no cumpliría.
—La salvaré, te prometo que lo haré —aseguró Sakura determinada. Le regaló una sonrisa compasiva para tranquilizarlo y siguió corriendo con la camilla hasta el quirófano desapareciendo de la vista atormentada de él.
Por un segundo el Uchiha quedó sin aliento y sus ojos se oscurecieron al recordar a Hotaru. Unas irremediables ganas de matarlo le llegaron al alma. Como una oscura mancha extendiéndose sobre su cuerpo, en su mente, marcando su corazón. Sin duda alguna disfrutaría el momento a llegar, lo torturaría sin piedad.
—Sasuke-san, es mejor que vaya a la sala de espera... —habló una de las enfermeras, preocupada por la repentina actitud ausente del joven.
Ni siquiera la escuchó. Charasuke volvió sobre sus pasos sin mirarlas, la posaba en un punto en la nada, en el vació, imaginándose un centenar de luces y a la vez nada. Sofocado, se jalo los cabellos y reprimió un lamento de agonía.
Su rostro angustioso rayaba, a la vez, la indiferencia y serenidad. Cualquiera que pasara a su lado y viera la sangre en sus vestimentas, crearía que sostuvo una batalla, y al alzar la vista y visualizar su rostro, asegurarían que no tuvo compasión de nadie; que no le tomaba importancia a nada, que su visita allí solamente se basaba entre especulaciones y mentiras, nada en especial.
Cuando era todo lo contrario. Ardía por dentro y sentía una enfermiza tranquilidad. Quería arrancarse los ojos y ver las manijas del reloj avanzar. Caer al vacío moverse de un lado a otro. Gritar y callarse. Morir y vivir. ¿Ironía? Para nada, todo era muy confuso.
—¡Sasuke! —alguien llegó corriendo al hospital.
El aludido alzó la cabeza y su semblante cambio radicalmente a uno sorpresivo. Frente a él se encontraba Menma con la respiración agitada, más lo que le impresionó fue verlo fatigado y con heridas de batalla.
—Estoy intentando contactarte, ¿en qué tanto pierdes tu tiempo? Afuera hay graves problemas —protestó Menma, luego reparo por la sangre impregnada en las ropas del Uchiha—. ¿De quién es la sangre?
El Uchiha lo miró serio al apretar las manos y responderle:
—De Sakura.
Menma abrió los ojos de par en par.
—¿Te refieres a la otra... o a la nuestra?
Charasuke prefirió omitir el recuerdo de su novia casi muerta, y que estaba en el quirófano batallando entre la vida y la muerte. El tan solo pensarlo le dolía la cabeza y quería entrar a ese lugar para estar a su lado. Pero lo mejor que podía hacer era esperar.
—¡Maldición Sasuke! ¿Dónde estás? Necesitamos tu ayuda en la plaza, nos están atacando —bramó furioso su padre por el comunicador.
Los ojos de Charasuke brillaron instantáneamente, un instinto asesino repentinamente marcó su rostro. Reclamaba sangre, responsables, muerte.
—Voy para allá —reportó.
No le importó la reacción de Menma y salió disparado del hospital, ni siquiera lo esperó o escuchó sus gritos. La furia que tenía dentro empezaba a bullir y tenía que dejarla salir de una u otra forma. Y que mejor que luchando.
Corrió por los tejados y empleando su velocidad llegó en unos cuantos segundos. Se encontró con un panorama poco común: varios Policías luchando en contra de unos ninjas renegados. Algunos parecían tener las pupilas dilatadas y sospecho de su estado. Más, lo que le sorprendió fue ver cierta cifra. ¿Cómo se colaron en la aldea?
Aterrizó alado frente a sus compañeros que hacían frente. Enderezándose se topó con su padre y su mirada dura. Pocas veces lo veía así, eso quería decir que la situación es más grave.
—Llegas tarde —dijo Fugaku.
—Tuve contratiempos —Charasuke movió los hombros y estiro los brazos. Sus ojos rojos enfocaron al grupo de enemigos. Su oportunidad perfecta—. Lo importante es que llegue con ganas de aplastar escoria como nunca. Mataré a todos y dejaré limpia la aldea.
No recibió la aceptación de su padre cuando el Susanoo se alzó impotente ante ojos de todos, con impotencia y una luz morada que dejaba anonadado a cualquiera. Como espero, sus enemigos no mostraron miedo ni pavor. Nadie podía salir ileso ante el Susanoo. Ningún alma quedaría después de todo el desastre.
Mostró una sonrisa siniestra. No estaba bien desquitarse con esas personas que de seguro no tenían la culpa de nada. Sin embargo, reconocía que eran ninjas de otras naciones, por lo tanto, también eran enemigos. Otro punto a favor es que ellos intentarían matarlo. Y él no lo permitiría. No quería pensar a fondo, si lo hacía, se volvería loco.
Mató sin compasión, nadie lo detuvo ya que mostró su lado más oscuro a sus enemigos que osaron en atacar su hogar y herir a su amada. Embistió contra todos y alargó la agonía de otros. Fue un monstruo en un lapso donde se enfocaba en matarlos, no sin antes ver sus recuerdos y recabar información importante.
En algún punto de la masacre, se detuvo solo para ver sin expresión al hombre que yacía de pie en unos de los techos de las casas. Hotaru de esa dimensión lo miraba con rabia contenida. De seguro todos sus planes fracasaron.
Y le deleito saber que había frustrado sus planes.
Al descender el sol por las montañas, el rostro de Hotaru más joven contemplaba desde lo alto de una copa de un árbol la lejana Konoha y el fuego que se abría paso, pero fue imaginario, lo idealizó destruida. Él quería que la aldea que ardiera fuera la de su mundo, no ese.
Pronto...
Su rostro fue bañado por la luz naranja del acaso. Apartó la mirada.
Ahora su contraparte intento secuestrar a ambas chicas Haruno, hizo un disparate que le beneficio a él. Tenía en manos poderosas personas que podrían ayudarle. Gracias al fracaso de este ataque, les abrió paso a nuevas posibilidades.
Una presencia llegó a su lado, ni siquiera lo miro.
—Fue más duro de lo que pensé chico —espetó el hombre de la cicatriz poniéndose de cuclillas. Bufó—. Hime-sama logró librarse de mi control y se hirió, no me dio ni tiempo para atraparla. Ah, y el hombre que envié con la doctora no logró dejarla indefensa, al parecer controlo el veneno de Sasori.
—Te dije que tu idea no era la mejor —indicó Hotaru al mirarlo—. Debemos esperar unas semanas, ahora estarán al pendiente.
—¡Arg! Odio que tengas razón. Procederemos a ejercer tu plan —farfulló el hombre con recelo—. Por fortuna el ninja de Iwagakure sigue en el hospital.
Por primera vez Hotaru sonrió por debajo.
Su venganza sería dulce.
Desde el momento de cruzar el portal a la dimensión paralela, Sasuke supo que algo extraño ocurría. No espero más y junto a Naruto procedieron a encaminarse a la oficina de la Hokage para esperar buenos resultados.
Más lo que encontraron fue peor.
Algunas calles de Konoha se encontraban cerradas bajo la tenue iluminación del cielo, donde el sol escondido entre las montañas se negaba a desaparecer. Varios policías verificaban perímetro y arrastraban cuerpos de ninjas renegados. Le recorrió un escalofrío al ver los cadáveres en el camino, la sangre escurría por sus cuerpos y dejaban un camino de sangre al ser arrastrados.
Entre todas las personas, Sasuke vio a Fugaku dar ordenes a unos chicos. Su expresión seria le recordó a su verdadero padre muerto. Agitó la cabeza despejando sus recuerdos y procedió a marcharse, no quería entrometerse. Pero fue frustrado por el jefe de la policía que lo intercepto cuando rodeaba la calle junto a Naruto.
—Espera Sasuke —llamó Fugaku.
El Uchiha se detuvo en seco, y se obligó a volverse para ver a Fugaku. No habló, espero que él lo hiciera.
—Pensé que habías regresado a tu mundo aquella vez...
—Surgieron unos problemas —respondió escueto.
Ciertas actitudes le recordaron a Fugaku a Charasuke. Le sonrió un poco triste. Sin saber porque, recordó entonces que no sabía mucho de ese Sasuke, solo lo que le su hijo le contó: que viajaba por el mundo buscando redimirse y al mismo tiempo realizando una misión importante. Un dato general que, sinceramente no le satisfacía.
—¿Qué ha pasado? —decidió preguntar antes de que Fugaku lo cuestionara a él.
Entonces el Uchiha mayor volvió a la realidad y miró instintivamente a su alrededor. Luego regreso su vista seria a él.
—Hubo una pequeña invasión en la plaza, se concentraron varios ninjas renegados. Y por lo que sé, el ataque fue ordenado por Hotaru —explicó, y al instante notó a Sasuke tensarse sin reparos, ojos abriéndose de par en par para luego salir disparado a otra dirección, dejándolo confundido—. ¡Oye, espera hijo!
—Esto no es buena señal, ¡de seguro algo le sucedió a Sakura-chan! —exclamó Naruto al Uchiha mayor. Lo miró angustiado y siguió a su amigo dejando atrás al preocupado azabache.
El Uzumaki le dio alcance en una de las esquinas, al estar a su altura se miraron de reojo preocupados. Saltaron por los tejados con el anochecer extendiéndose sobre sus cabezas y el aire de principios de noviembre recorrieron su piel. En menos de unos instantes se encontraron cruzando las puertas de hospital.
Buscaron con la mirada a la doctora, las personas iban de un lado a otro atareados con el trabajo, atendiendo ninjas heridos y enfermos. Al no hallarla entre el movimiento, prácticamente se abalanzaron en la recepción asustando a la enfermera que pego un grito llevándose una mano al pecho intentando detener su corazón acelerado.
—Estamos buscando a Sakura, Haruno Sakura —demandó Sasuke con la respiración un poco pesada—. ¿Dónde está?
La mirada de la enfermera reflejó preocupación al ver a Sasuke, creyendo que se trataba de Charasuke trago grueso.
—Sé que desea estar con ella en estos momentos, pero como le dije hace unas horas, lo único que puede hacer es esperar y dejar que los doctores realicen su trabajo.
—¿Qué dices? —gruñó Sasuke desesperado, intuyendo lo peor—. ¡Solo dime donde esta Sakura!
La enfermera se encogió de hombros intimidada. La mirada de Sasuke no era nada grata para la vista.
—Logró sobrevivir a la operación pero su estado sigue siendo crítico. La trasladaron en cuidados intensivos —informó lo más tranquila posible, pero con ellos dos no se sabía su reacción.
—¿¡Cómo que Sakura-chan está grave!? —gritó Naruto con los ojos muy abiertos, apoyando las manos en la barra apretó los dedos—. Ella estaba bien ayer...
En cambio, a Sasuke le dio un hueco en el estomago que le obligo a encorvarse con su mano apoyada en la barra, le falto el aire como si le hubiesen dado un puñetazo. Su mente se desvaneció y por un segundo juró no escuchar nada a su alrededor, solo... la risa de Sakura, su dulce y delicada voz pronunciando su nombre "Sasuke-kun". El calor de su cuerpo...
Dolor inundo su mente, el mareo repentino le obligo a cerrar los ojos y querer gritar a medio mundo, expresando su agonía... quería morirse.
Ella no podía estar herida, no... debía estar bien. Quería pensar si abría los ojos, la pesadilla se iría lejos de su realidad. No era cierto, ¡Sakura no podía estar tan grave! Se negaba a creerlo, en una posibilidad de que podía perderla por no protegerla, por no estar a su lado.
—¡Exigimos verla! —el gritó de Naruto lo sacó de sus pensamientos. Alzó la cabeza de sopetón, sus ojos ónix angustiados y a punto de llenarse de lágrimas se enfocaron en la enfermera que dudó.
—Lo siento pero no se permiten las visitas...
—¿¡Qué no!? ¡MI AMIGA ESTA EN ESTADO CRITÍCO Y LO MINÍMO QUE PUEDO HACER ES TAR A SU LADO! —se exaltó el rubio moviéndose de forma desenfrenada, su mirada expresaba terror y a la vez indignación.
La enfermera insistió que no tenía permitido darles el acceso. Tantos peros le cabreaban a Sasuke. Él deseaba verla, estar a su lado, acariciarle los pómulos, su cabello... susurrarle tantas cosas. No podía imaginársela herida y a punto de desfallecer. Palabras de aliento necesarias, y aunque él no fuese el tipo de persona que daría apoyo, por ella haría lo necesario.
Así que, cabreado por la negación, sus ojos cambiaron de color inspirándole miedo a la enfermera, la mirada del azabache era atemorizante. Sasuke vería a Sakura con o sin su autorización
—O nos dejas pasar, o juró que...
—¡Sasuke-kun, no amenaces a la enfermera! —una voz se alzó en regañó, una reconfortantemente reconocida.
La mirada pasmada del aludido se movió lentamente en busca de una cara conocida, creyendo que escuchó mal, incluso cuando la enfocó y se percato de que caminaba a él con su perfecto rostro y un ceño fruncido, no pudo sentirme más aliviado.
Avanzó a ella en dos zancadas y sin importarle la gente a su alrededor, la abrazó. Le provocando un gritillo de sorpresa. Pasó su mano por la cintura atrayéndola a él, aferrándose a su cuerpo. Hundió su rostro en el hueco del cuello y cerró los ojos, aliviado, pudo respirar con cierta tranquilidad.
—¿Sasuke-kun? —ella pronunció su nombre entre asombrada y confusa.
—Estás bien... —atinó a balbucear el Uchiha sin apartarse, al contrario, se aferró más a ella—. Estás a salvo...
—¿De qué se trata todo esto? —cuestionó Sakura desde su lugar, sin apartarse del azabache, giró la cabeza a Naruto que se acercó a ella con ojos brillosos, se veía conmocionado.
—Creíamos... —Naruto tragó el nudo que se formó en su garganta—. Es que nos dijeron que estaban muy mal, en cuidados intensivos.
Sakura entendió entonces la actitud de Sasuke, que la haya abrazado repentinamente y frente a todos, fue extraño pero reconfortante. Él en verdad no soportaría perderla. Incluso ahora, no se quiso despegar de ella cuando lo intento. Suspirando, le acaricio el cabello y habló con Naruto.
—No fui yo quien resulté herida. Es Sakura-san —los ojos de la chica reflejaron tristeza y preocupación. Entonces Sasuke se separó ligeramente de ella para mirarla expectante—. Tenía una herida profunda en el estómago, la operación fue complicada... estaba muriendo...
Hasta ahora, Sasuke no se había percatado del cansancio que reflejaba ella en su rostro, entendió al instante: Sakura utilizó todo su poder para mantener con vida a Hime, la dejo agotada. Seguramente utilizó el sello de su frente. Y fue así, porque Sakura no tardo con contarles lo que pensó, los riesgos que tenía su contraparte y que aún seguía en un estado crítico. Corría el riesgo de caer en coma. Sin embargo, no lo entendía, la herida en sí era grave, pero no había otro factor exterior que ocasionara el coma.
—Algo sucedió, lo sé. Cuando Sasuke-san la trajo se veía abrumado.
—Pasábamos por la plaza y Fugaku-san nos comentó que Hotaru fue el responsable del ataque —alegó Naruto.
Sakura frunció ligeramente el ceño.
—No lo sabía. Apenas acabo de terminar la operación de Sakura-san...
No terminó la oración, quedó a medias al ver un borrón negro entrar por la puerta del hospital mirando desesperado a todos lados. Lo reconoció al instante: Charasuke. de seguro estaba de vuelta para saber el estado de su contraparte. Ni siquiera se había cambiado de vestimenta, lo contrario, se veían más rasgadas y manchadas de lodo, tierra y sangre.
El joven policía la encontró rápido y se acercó a ella a paso rápido.
—¿Cómo esta ella? —no se detuvo a saludar a Sasuke y Naruto, nada. Le importaba más la vida de Sakura-hime.
La pelirrosa le sonrió dulcemente.
—La operación fue un éxito.
Las piernas de Charasuke temblaron y terminó por caer al suelo de sentón. Su mirada por fin obtuvo un atisbo de esperanza, bajo la cabeza y llevó las manos detrás de su nuca, con los brazos cubriéndole el rostro. Tembló.
—Maldición. Todo esta bien. Pensé que moriría de dolor —expresó el joven frotándose el rostro.
A Sasuke le entró una especie de compasión por su contraparte. Verlo de esa forma, vulnerable, asustado, aliviado, cansado, frustrado por la situación de Sakura-hime. Debería sentirse mucho peor, él con tan solo unos segundos sentía una perdición total no quería imaginarse lo que Charasuke vivió desde antes.
—Necesito verla —Charasuke levantó la cabeza y una mirada suplicante cruzó por su rostro.
Pero Sakura, con un nudo en la garganta, negó ligeramente con la cabeza.
—No puedo dejarte pasar. Ahora mismo ella está en cuidados intensivos. Están prohibidas las visitas.
—Haz una excepción, te lo ruego...
—Sasuke-san...
El aludido apretó los puños en el suelo, las lágrimas casi se le salían de los ojos, la frustración marcaba su rostro. No podía más, quería verla, tocarla, acariciarle su cabello, decirle que él estaba ahí para ella. Muchas más...
—No volveré a pedirte otro favor en la vida. Te lo juro. Permíteme verla, solo... verla.
Una sacudida. Sakura se mordió el labio inferior sin saber que hacer. Una caricia sutil en su mano la llevó a mover su cabeza para encontrarse con Sasuke; la miraba de una forma intensa, expresando un sentimiento extraño y asintió con la cabeza dándole una opinión muda.
Charasuke sufría por Sakura-hime, no podía prohibirle verla. Sería cruel.
—Vayamos entonces —la Haruno se inclinó al policía para tomarlo de la mano y guiarlo por el pasillo.
A Charasuke le brillaron los ojos.
Cruzaron el pasillo acompañados de Naruto y Sasuke que los seguían desde atrás pisándole los talones. Cruzaron una puerta corrediza con letras grandes se leía: "cuidados intensivos". El olor a desinfectante inundó sus fosas nasales. Y todos, sin excepción, sentían las paredes estrechas, ahogándolas, asfixiándolos.
Fue un recorrido largo para Charasuke, que dejó que lo guiará. Sin apartar la vista del suelo, sin dejar de mirar sus pies. Fue hasta que la sintió detenerse que alzó la cabeza. Se topo con un cristal y las persianas recorridas obstruyéndole la vista. Visualizó una placa con un número grabado en la puerta próxima, era la habitación cinco.
—Hasta aquí podemos llegar —dijo Sakura mirándolo apenada.
Él movió la cabeza y le regaló una sonrisa débil.
—No te preocupes... sé que es imposible posible por el momento —murmuró apenas.
—Dejaré que la veas por el cristal —afirmó la doctora. Se dio la media vuelta topándose con Sasuke, se acercó rápidamente a él—. No dejes solo a Sasuke-san por favor. ¿Sí? —pidió en murmulló.
El Uchiha ni siquiera debatió, le dijo que estuviera tranquila porque se quedaría con él. Así que la joven le dio un apretón en la mano y se adentro a la habitación.
Pasaron unos minutos en los cuales Charasuke se mantuvo extrañamente inquieto, movía su pie de forma compulsiva y llegó a morderse las uñas, se pasó las manos por el cabello y dio vueltas en su lugar sin apartar la mirada del cristal. Fue hasta que un movimiento del otro lado capto su atención y se apegó al cristal cuando las persianas fueron separándose.
Lo que sus ojos vieron le aterrorizaron.
Lo único que enfoco fue la cama, donde yacía su amada pelirrosa inconsciente. Una mascarilla de oxigeno cubría la mitad de su rostro impávido, ojos cerrados, respiración pausada, su pecho cubierto por la manta apenas subía y bajaba, un ritmo débilmente inquietante. Le dolió verla rodeada de tubos, y el sonido del monitor cardiaco tensaba su pecho.
El nudo se formo en su garganta y apoyo una mano en el cristal, observando a Sakura que portaba una mascarilla quirúrgica y uniforme sanitario, hablar con una de las enfermeras, y otra chica le inyectaba líquidos por vía intravenosa.
Pegó su frente, ojos se llenaron de lágrimas.
—Sakura —gimoteo.
Por detrás, Sasuke apartó la mirada un poco afectado ante la visión del sufrimiento de su contraparte. En algún lugar de su corazón se sintió identificado con él. ¿Sería el mismo comportamiento, o peor, si Sakura estuviese en las mismas condiciones? Quería pensar que sí.
Se notaba que Charasuke amaba a Sakura-hime, de eso no había duda alguna.
Naruto se acercó a Charasuke y le brindo unas palmaditas en el hombro. Ni siquiera se movió, siguió con los ojos fijos en ella.
Sasuke avanzó dos pasos y quedó alado de él. Todavía seguía con la mano y frente apoyada en el cristal. Con sus ojos negros anhelantes por tocarla, por tenerla entre sus brazos, por cuidarla para siempre.
—Ella estará bien —aseguró sin mirarlo. de igual manera la observaba, pero con un sentimiento diferente: preocupación. Sin saberlo, le había tomado aprecio a esa mujer irritante. Le era imposible imaginársela muerta.
Charasuke volteó la mirada, se secó las lágrimas y agachó la cabeza.
—Lo dices porque tu chica no es la que está en una camilla.
—Créeme, se lo que se siente, tengo una noción.
El policía no dijo nada, volvió la mirada por el cristal y apretó la mano, deseando atravesar el cristal y tocarla.
—Gracias por no ser un frívolo y dejarme solo —aceptó Charasuke sin mirarlo—. A los dos. Sé que no soy de su total agrado...
—¿Qué dices? A mi me gustas Chara-teme —dijo alegremente Naruto.
Entonces Charasuke se quedó mudo, entrecerrando los ojos, se alejó instintivamente del rubio y marcó una "x" con su dedo. De un momento a otro se encontró alado del Uchiha Vengador.
—No le bateo a ese lado. Amo a mi novia. Además, no eres tan guapo que digamos —aseguró Charasuke con asco.
—¡Espera! No quise decirlo en el sentido amoroso —intentó justificarse el Uzumaki.
Inesperadamente el policía se echó a reír desconcertando a ambos varones. Se retorció de la risa y se limpió las lágrimas de su rostro, de tristeza y alegría a la vez.
—En verdad son un caso, me alegraron el momento —dijo entre dientes esbozando la primera sonrisa de lado de ese mal rato. Tal gesto ablandó la mirada de Sasuke y sacó una sonrisa de oreja a oreja a Naruto.
Estuvieron un rato observando en silencio y menos tensos por el cristal; Sakura seguía hablando con las enfermeras moviéndose de aquí para allá, anotando en su tabla y checando los aparatos. En ningún momento la pelirrosa inconsciente dio indicios de lo contrario.
El silencio fue desapareciendo ante un coro de voces a gritos que se intensificaba. Extrañados, los varones fijaron la vista en el pasillo donde se veía una pequeña multitud. Identificaron que una camilla venía siendo empujado por varias enfermeras, lo más impresionante es que una doctora estaba sobre el paciente practicándole el R.C.P
—¡Abran paso! —gritaba Tsunade que lideraba al grupo.
Se pegaron a la pared para permitir que ellas hicieran su trabajo, y al mismo tiempo Sakura iba saliendo de la habitación y vio cerca la camilla, no dudó en integrarse.
Más, lo que le hizo abrir sus ojos verdes de par en par; y que ambos Uchihas se tensaran y saltaran de su lugar fue ver que, el paciente que estaba a punto de expirar se trataba de Uchiha Itachi.
Botacora de alela: doce en punto y aquí escribiendo las notas.
Hahaha en serio, no daré excusas, ya no tengo. Creo que debo buscarlas en internet :u
Para nada, antes que nada, las quiero chicas, gracias por todo su apoyo constante, que sean pacientes. Soy conciente de que las abandono sin capítulo, pero sabes que hay vida fuera de WTTP.
Y referente al capi, quise plasmar lo que sentía Chara, mi pobre, lo puse a sufrir. Fugaku intentará acercarse a Sasuke en los siguientes capítulos, pero no será fácil.
Hime saldrá de está, se los aseguro.
Y, ¿a quién le impresionó al final? Yo apareciendo desde momentos inmemorables para dejar en suspenso. Soy mala y les gusta (¿)
Ahora esta cuestión: por algunos motivos estaré publicando cada dos semanas, así como ahorita. Será por un tiempo, se los prometo. Ya cuando este en vacaciones (diciembre chicas) lo haremos normal, si no es que antes acaba el fic hahaha. Pero si puedo publicarlo lo haré, así que ¡presionen chicas! Creo que me sale mejor así haaha
Ya les recompensare.
Les pido una ENORME disculpa que ahorita no esté contestando los comentarios. Prometo tomarme mi tiempo en está semana. No crean que nos lo leo, claro que lo hago, tengo que organizarme para responderlos. Así como ustedes se toman la molestia para comentar, debo responderles como tal.
En fin, es todo, ¡gracias por su apoyo chicas!
Alela-chan fuera.
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