Capítulo 14: La primera vez
Road To Ninja: Choque de mundos
Capítulo 14: La primera vez
Disclaimer correspondiente.
Al llegar a la puerta del departamento, Sakura tuvo complicaciones debido a que Sasuke dejó caer su peso muerto en ella complicándole el equilibrio, y también se sumaba el hecho de que él no dejaba de decir que le volvía loco el aroma que desprendía su cabello.
—Ya me lo creo —susurró ella al abrir la puerta con éxito. Intento ingresar, pero Sasuke le dificultaba la tarea.
—Pues deberías —replicó frunciendo el ceño al mover sus pies. Afortunadamente logro caminar unos pasos. Luego su vista intento enfocar el panorama, pero entre ratos veía doble.
Entonces, identifico una cabellera rubia en el sillón, justo donde dormía él, sonrió de lado mientras se acercaba a su amigo para patearle el trasero. Pero no contó con que Sakura lo retuviera.
—Deja de moverte, no quiero que vomites en medio de la sala —regaño Sakura para después jalarlo por el pasillo directo a su habitación.
—Pero quiero patearle el trasero al Usurantokachi, se ha apoderado de mi lugar especial —replicó Sasuke como un niño pequeño al hacer un puchero. Aun así, se dejó guiar por Sakura, y al darse cuenta a donde iban, acercó su rostro al oído de Sakura y le susurro con su voz ronca: — ¿Acaso estás ansiosa por resurgir el clan?
Lo único que evito que Sakura se tropezara con sus propios pies, fue su arduo entrenamiento mental para soportar otras situaciones. Juraba que su corazón pegaba furiosamente contra su pecho a cada sugerencia que hacía Sasuke. Si no fuera porque se encontraba borracho, ya le hubiese encarado de frente.
Con un tierno sonrojo, logró ignorar a Sasuke mientras lo obligaba a sentarse en la cama.
El Uchiha entrecerró los ojos al sentarse, aún mantenía la compostura. Era como si hace una hora no hubiese estado en un bar, en medio de una pelea narrando esta con fervor, o compartiendo copas con la irritante. Si no fuera por el sonrojo que se extendía en sus mejillas y su rostro somnoliento, nadie lo creería.
Veía a Sakura entrar y salir del baño a paso apresurado, sin duda verla moverse por la habitación le causaba cierta tranquilidad. Suspirando, escuchó como ella le ordenaba que se quitará el poncho y botas.
—Esta idea me está agradando —dijo un tanto entusiasmado el Uchiha esbozando una sonrisa de lado.
Sakura se contuvo en tirarle el reloj que reposaba en el mueble de su lado, solo mantuvo su sonrojo a raya.
—Sakura, no me ignores —Sasuke hizo una especie de puchero con su mano al terminar de quitarse el poncho y las botas.
—No te ignoro —concedió la pelirrosa soltando un suspiro. Se acercó a él para agarrarle la mano—. Ven aquí.
Sasuke, con sus ojos modorros, dejó que Sakura lo guiara al interior del baño sin sospechar lo que tramaba.
Al ingresar al baño, miró a su alrededor intentando recordar algo en específico, pero todo quedo en el olvido cuando Sakura lo empujo repentinamente al área de la regadera para luego sentir el agua tibia y posteriormente helada sobre su cabeza y cuerpo. Soltó un gritó de sorpresa. ¡Sakura había abierto el grifo!
—¡Sakura! —gruñó desconcertado el Uchiha volteando a verla y recibió una sonrisa divertida por parte de la aludida.
—Aquí deje un cambio de ropa. Iré a preparar café —avisó ella alejándose de la mano de Sasuke que salió a su búsqueda, pero logró esquivarlo a tiempo y prácticamente salió corriendo del baño emitiendo una risa.
Tal sonido logro que los músculos de su cuerpo se relajaran de una manera considerable, el sentir el agua sobre su cuerpo fue despertando un poco sus sentidos adormecidos por el alcohol, aunque estuviera ebrio. Permaneció bajo el chorro con la cabeza alzada durante un tiempo hasta que pensó que era suficiente.
Pudo mantener un poco la compostura al cambiarse de vestimenta y cepillarse fieramente los dientes, aunque casi se resbala con el piso y maldijo entre dientes porque ahora su visión le jugaba chueco. Gruñendo por debajo, salió del baño apoyándose del marco de la puerta.
—¿Te siente muy mareado? —preguntó Sakura al ingresar a la habitación con una taza de café en la mano, la dejo en el mueble y se acercó a Sasuke para ayudarle a sentarse en la cama.
Una vez que lo dejó sentado y tomando la taza de café cargado, hizo posesión de una pequeña toalla para secarle el cabello húmedo, se sentó a su lado y prosiguió a poner la toalla sobre la cabeza de Sasuke.
—¿Puedo? —pidió permiso Sakura un poco cohibida pues Sasuke no le quitaba los ojos de encima.
—No tienes por qué pedir permiso, solo hazlo —dejo la taza en el mueble y poso su mano junto a la de ella cerrando los ojos un segundo disfrutando del movimiento, no supo si fue alucinación de su mente o realidad, pero juró ver titubeo en ella.
Mantuvo una postura relajante ante ella, callado y con mil cosas pasando por su cabeza. La serenidad volvió un poco a su mente y dejo estar los acontecimientos antes vividos, pero tenía unas irremediables ganas de hablar y nunca parar. Se mordió la lengua.
—Amo tus ojos —soltó él consiguiendo que Sakura detuviera sus movimientos por unos segundos para mirarlo a los ojos, estática—. Especialmente cuando me enfocan, brillan mucho... y tu cabello, es muy suave y hermoso —su mano toco el mechón y se perdió en su textura.
Sakura apartó sus manos al morderse el labio inferior y pasar el otro mecho de cabello detrás de su oreja, el arranque de sinceridad de Sasuke la tomo desprevenida poniéndola sumamente nerviosa, sobre todo porque aún seguía chispado.
—A mí me gusta los dangos... —dijo torpemente sacándole una sonrisa a Sasuke.
—Y pensar que ese idiota sonriente tuvo la desdicha de ver lo mismo —espetó de repente desviando el tema y soltó el mechón.
Sakura lo miró con culpabilidad.
—Sobre eso, Sasuke-kun...
—No me interesa saber los detalles, solo dime una cosa —se acercó a ella tan de repente y Sakura se sobresaltó por su repentina acción. Ella juró escuchar el palpitar de su corazón—. ¿Lo amas?
Sakura tomó aire antes de responder:
—¿Cómo puedo amar a una persona que apenas conozco?
Sasuke se alejó dejando ver una sonrisa de lado en su rostro, cosa que intrigo a Sakura por la situación.
—Y a mí, ¿me amas?
—Lo hago, te amo. Ahora ya no tengo dudas —dijo inmediatamente Sakura sin titubear, pero un sonrojo acompañaba sus palabras—. Posiblemente mañana te olvides de lo que hablamos porque estás muy borracho, pero...
No terminó la oración porque Sasuke agarró la toalla de su cabeza y la dejo caer sobre la de ella obstruyéndole la vista, cuando intentó quitársela, sintió los labios de él sobre los suyos, causándole sorpresa y felicidad el mismo tiempo.
Pero fue un toque que le desilusionó un poco, pero luego fue recompensada por un beso más duradero donde involucraron sus lenguas de una forma sutil, le gustó porque no fue un beso desesperado.
—Yo no olvido las cosas importantes, Sakura —la voz de Sasuke sonó tranquila al quitarle la toalla de la cabeza dejando al descubierto su sonrojo. Él sonrió de lado al tocarle la mejilla con su mano—. Me gusta cuando te sonrojas porque pareces un tomate. ¿Sabes que me gustan los tomates? Cada vez que los vea me recordaran a tu cara roja.
—¡Sasuke-kun! No re burles de mi por favor —pidió ella avergonzada.
—Eso me recuerda que deberíamos estar resurgiendo el clan en vez de hablar.
Sakura hiperventilo cuando Sasuke la empujo a la cama, su espalda rebotó sobre el colchón y cerró los ojos al sentir como él se posicionaba sobre ella, su respiración sobre su boca la hizo reaccionar.
—E-Espera, no creo que sea lo correcto —posó sus manos sobre el torso del joven, su rostro rojo era un espectáculo para Sasuke—. Tú estás borracho...
—¿Y qué? Solo adelantamos nuestra luna de miel, después de todo nos vamos a casar.
Y ahora Sakura casi se atragantó cuando Sasuke dejo caer su cuerpo con el de ella. Era el primer y el más cercano contacto que habían tenido y la ponía nerviosa y ansiosa. Sasuke acomodó su cabeza en el hueco de su hombro, y ella apretó los parpados.
Creyó que algo más pasaría, pero de pronto escuchó ronquidos provenientes del azabache. Abrió los ojos de golpe entre incrédula y aliviada de que se haya quedado repentinamente dormido.
Suspirando aliviada, se removió en su lugar logrando que el cuerpo ajeno cayera a su lado librándola del peso muerto. Sasuke murmuró algunas cosas entre su inconciencia y pidió balbuceando su presencia.
—Sakura...
Ella le toco mechones de cabellos oscuros mientras sonreía como una chica enamorada al recordar que Sasuke le dijo indirectamente que la amaba. Eso le hizo sentirse segura, pase al estado en que se encontraba, él aseguró que no olvidaba las cosas importantes.
Y como decían: los niños y los borrachos decían la verdad.
Finalmente se desplomo a un costado de Sasuke, se acostó sobre su lado derecho para tener una vista de su perfil completo. Sonriendo levemente, cerró los ojos añorando que llegará el mañana porque presentía que sería un mejor día.
Pensó que, sin duda, era un día inolvidable.
Por otro lado, al llegar al departamento de Sakura-hime, Charasuke tuvo que saltar hacía el balcón para ingresar por unas de las ventanas, terminó por romper varios floreros y rezó en silencio a que Sakura nunca se enterara que fue él.
Además, estaba nervioso. Sakura-hime no paraba de insultarlo y a la vez decirle que era atractivo.
—Hemos llegamos —avisó dejándola sentada con sumo cuidado en la cama.
—Ya era hora —ella arrastro las palabras, luego frunció el ceño y le dio una —no tan dolorosa— patada en la pantorrilla.
—¡Oye, eso dolió! —se quejó Charasuke dando saltitos y frotándose la parte afectada.
—Te lo mereces por traerme cargando hasta aquí —se excusó cruzándose de brazos y formando un puchero.
—No ibas a querer venir caminando —dijo él suspirando por su terquedad. Miró espontáneamente a su alrededor pensando que no podía dejarla sola. Le daba miedo que le diera una crisis epiléptica, no tenía idea de cuanto alcohol ingirió.
Salió abruptamente de sus pensamientos al ver que Sakura-hime se desabrochaba la parte superior de su vestimenta para quitársela, pudo ver ligeramente el top oscuro antes de voltearse con sonrojado violentamente.
—¡¿P-p-pero que haces?! —reclamó él llevándose una mano a su rostro para intentar controlar su sonrojo.
La Haruno alzó su mirada soñolienta al visualizar la espalda del pelinegro, terminó de quedarse en su top negro con tela de rejilla negra cubriendo su estómago.
—Me desvisto porque tengo calor —replico mordaz, y luego sonrió de lado al verlo nervioso—. ¿No me digas que nunca has visto una mujer desnuda? ¡Pero si eres el rey de los mujeriegos! Es imposible que no te hayas acostado con una de tus conquistas —bufó ladeando el rostro para contener sus lágrimas. Todavía seguía sumergida en sus alucines y decía lo primero que pasaba por su mente.
Ante su declaración equivocada, Charasuke se volteó con una mirada seria que pocas veces portaba. Sakura-hime tenía una idea equivocada de él, demasiado.
—Estás equivocada, no me he acostado con nadie.
—Por favor, eres muy simpático y atractivo como para que nadie te haya puesto el ojo encima y viceversa —ella cerró los ojos envuelta en rabia al recordar las palabras de Hinata "el beso entre Charasuke y la doctora".
—No te mentiré al negarlo, pero ninguna me ha interesado realmente. Solo tú.
—Es imposible. Ellas deben ser más bonitas, ¿y yo qué? ¡tengo este pobre cuerpo! —se señaló así misma recordando los insultos de Hinata "eres una tabla". Luego se llevó las manos a su rostro y siguió hablando entre lamentos—. Y lo peor es que siento estas malditas mariposas en el estómago cada vez que te veo. ¿Cómo se le llama a esto?
Los ojos de Charasuke se abrieron de par en par al escuchar las palabras de su amada pelirrosa. ¿Acaso ella empezaba a enamorarse de él? No pudo con la alegría que no sabía cómo expresarla.
—Eres hermosa tal y como eres. Así te amo.
—¡No lo haces! Solo soy tu mayor conquista... —ella se negaba a creerlo.
—Te amo Sakura —Charasuke la tomó por los hombros y la zarandeo un poco cuando ella cerró los ojos evitando verlo y negando con la cabeza.
El Uchiha estaba consciente de que Sakura-hime seguía bajo los efectos del alcohol y posiblemente olvidará al día siguiente de lo que hablaban, si era el caso, se lo recordaría hasta que ella lo aceptara. Era necia, y contra eso debía luchar debido a que ella era un manojo de inseguridades.
Ella siempre se mostraba como una mujer fuerte y poderosa, que no necesita apoyo de nadie para seguir desde que sus padres murieron. Sin embargo, debía sentirse sola entre cuatro padres, y su corazón era el más frágil y delicado que existía. Y él quería cuidar y proteger eso.
—¿Por qué no puedes aceptar simplemente mis sentimientos? —preguntó de forma lastimera el pelinegro sin soltarla.
—¡Porque todo lo que...! —ella empezó a replicar, pero pronto sintió unas terribles náuseas y la bilis subir por la garganta, no pudo contenerlo y termino vomitando sobre Charasuke.
Este, al darse cuenta de que Sakura-hime vomitaría más, la cargo en sus brazos y rápidamente la llevó al baño. En cuestión de segundos ella se encontraba de rodillas en el suelo con la cabeza en el excusado haciendo arcadas y devolviendo todo lo de su estómago.
Charasuke apartó los mechones largos para que no se mancharan con el vómito, tres arcadas más y Sakura-hime se detuvo por un momento. No se atrevía a levantar la mirada porque se sentía avergonzada de su estado.
—Vete de aquí... —le ordenó la chica empujándolo sin fuerzas no logrando su cometido pues Charasuke quedó de su lugar—. No quiero que me veas así.
—No me iré. No puedo dejarte en este estado —replicó él seriamente. La vio que iba a hablarle, pero nuevamente las arcadas volvieron y tuvo que seguir vomitando. Le froto la espalda en consolación y siguió apartándole gentilmente el cabello—. Saca todo sin contenerte. Luego te sentirás un poco mejor.
Sakura-hime siguió vomitando durante un rato, hasta que sintió que no podía sacar más, se dejó caer sentada en el mármol escuchando como Charasuke jalaba de la palanca del excusado. Enfoco sus ojos cansados en él y su camisa estropeada por su asquerosidad.
—¿Te he manchado mucho? —preguntó en murmulló.
—No —mintió el Uchiha al quitarse cuidadosamente la camisa.
La verdad es que lo dejo empapado de arriba, por fortuna su pantalón no sufrió ninguna mancha. Pero no le molestaba, entendía que ella no pudo contenerlo. Agradecía internamente que ella haya vomitado despierta que durmiendo, hubiese sido peor.
—¿Quieres cepillarte los dientes? —le preguntó poniéndose de cuclillas a su lado, notó que ella no lo enfocaba a él, si no, a su torso—. ¿Te parece interesante mi abdomen marcado? —preguntó un tanto juguetón.
Entonces Sakura-hime se sonrojo violentamente al verse descubierta, desvió la mirada y murmuró algo intangible.
—Eres guapo incluso para mí.
—Así nací gatita-chan, es mí don —bromeo ligeramente. Sin más remedio, la tomo por la cintura y la ayudo a sentarse en la tapa del inodoro. Luego le paso su cepillo de dientes y un vaso de agua.
Sus acciones calaron en lo más profundo de la mente de Sakura-hime que ya estaba un poco más sobria —pero todavía achispada—. Mientras se cepillaba los dientes, Charasuke le preguntó si quería café o agua.
Ella afirmó con la cabeza mientras estiraba el cuello para escupir en el lavamanos, repitió el mismo procedimiento un par de veces hasta que se sintió limpia, se enjuago la boca y luego se mojó el rostro tratando de mantenerse despierta. Al secarse con la pequeña toalla que le dejo Charasuke, este apareció por el umbral.
Por un momento admiro los músculos de su espalda cuando él se agachó para recoger las tollas del suelo, su rostro en el perfil izquierdo y su mirada serena pocas veces lograba ver esa expresión en su rostro. Estaba acostumbrada a sus sonrisas, las dos facetas le gustaban.
—¿Lista para dormir? —preguntó Charasuke al verla.
Ella refunfuño.
—No soy una niña.
—Si fuera una niña no disfrutaría de la vista que me brindas —la sonrisa coqueta de Charasuke se extendió en su boca al ver como Sakura-hime se abochornaba al darse cuenta de que solamente vestía un top en la parte de arriba.
—¡E-eres un pervertido! —exclamó ella cruzándose de brazos.
—Vamos, no te avergüences porque ya lo vi todo —dijo con descaró y una sonrisa de lado—. Ten —y le tendió un blusón que encontró en uno de los cajones que la pelirrosa no dudo en ponérsela.
Sin dejarla hablar, la cargó sorpresivamente con sus brazos pegándola por un momento a su torso.
Ella disfruto la calidez que desprendía su cuerpo, así que se acurruco en su torso por unos segundos y cerró los ojos, aspiro su aroma. Nunca se detuvo a pensar en ello, era... lavanda y menta, le tranquilizaba aspirarlo, le traía paz.
Charasuke notó su acción provocándole una sonrisa por debajo. Tuvo que romper el mágico momento al sentarla en la cama y tenderle una botella de agua.
—Gracias —murmuró la ojijade al abrirla y tomar de ella rápidamente, tenía mucha sed.
—Deberías dormirte ya.
La joven se acomodó en la cama con cuidado y soltó el aire contenido en su pecho al mirar el techo, al mover su rostro para ver al azabache, sintió como la cama dejaba de sostener su peso.
—¿Puedo usar tu baño? Necesito lavarme —pidió Charasuke señalando su torso.
—Eh... claro.
Por los siguientes minutos, Sakura-hime mantuvo los ojos cerrados intentado conciliar el sueño, pero lo cierto era que estaba enfocada en escuchar el chorro de agua proveniente del baño, después la puerta abrirse y los pasos resonar contra el suelo. No dudo en abrir los ojos y mover su cabeza para verlo y hablarle.
—Oye...
Rápidamente los ojos ónix la enfocaron, al parecer estaba muy al pendiente de ella.
—¿Quieres algo más? —Charasuke se acercó a su lado y agachó la mirada.
Extrañado, vio la seña de Sakura-hime para que se sentará a su lado, lo hizo con duda sobre todo porque ella se enderezó y lo miró fijamente.
—Yo... quería agradecerte por quedarte a mi lado —dijo poco audible desviando constantemente los ojos.
Sus acciones provocaron ternura en el Uchiha, negó ligeramente con la cabeza.
—No iba a dejarte sola.
Los ojos jades se alzaron para entrelazar sus miradas, pudo ver sus sentimientos expuestos, los verdaderos que él guardaba para ella. Tanto amor, cariño y admiración... ¿tanto la amaba? Se mordió el labio inferior, ¿y ella podía amarlo de la misma forma?
—Te has puesto roja —comentó de repente Charasuke apoyando su mano en la mejilla de ella.
La joven se sobresaltó y avergonzó al mismo tiempo.
—No lo digas, estúpido —replicó ella sin rehuir de la caricia, la primera que compartían.
—Te vez linda así —se rio por debajo logrando que Sakura-hime formara un mohín cuando él retiro su mano.
Ella no dijo nada porque en su mente daban vueltas unas palabras en particular que deseaba articular, pero no sabía si era lo correcto hacerlo.
—Cuando me preguntaste porque no podía aceptar tus sentimientos —el comienzo de la oración atrajo toda la atención de él—, iba a decirte que no porque... todo lo que amo desaparece —terminó en decir en murmullo mirándose las manos.
E inmediatamente las manos ásperas la tomaron por sus mejillas obligándola a ver fijamente a los ojos. Su alma se sintió tan pequeña y desprotegida ante esa mirada penetrante.
—Escúchame bien, Sakura. Yo no desapareceré no importa que decidas que sea para ti, lo prometo —dijo relajando sus hombros al pronunciar sus palabras. Había entrado en una etapa que deseaba la felicidad de la persona que amaba sin importar que no fuera él que provocará dicho sentimiento.
Y los ojos de la kunoichi se llenaron de lágrimas cuales las derramo, aunque fueron limpiada por el Uchiha con delicadeza.
—Tengo mucho sueño como para pensar en esto —se lamentó Sakura-hime entre balbuceos.
El Uchiha sonrió de lado y le brindo un beso en la frente que no disgusto para nada a la Haruno, en cambio cerró espontáneamente los ojos al disfrutar de la caricia y sus sensaciones.
—Mañana pensarás en ello, por lo pronto duerme. Me quedaré en el sillón —avisó pasando su mano por el cabello rosado y sedoso. Le ofreció una sonrisa gentil al incorporarse—. Descansa Sakura.
Sakura-hime observó desde la cama como la espalda desnuda de él se dirigía a la puerta para desaparecer, entonces soltó palabras simples pero que llenaban de alegría a Charasuke.
—Buenas noches, Sasuke.
El azabache solamente la miró sobre su hombro esbozando una hermosa sonrisa.
El sonido de la licuadora lo trajo al presente, ese maldito sonido taladraba en su mente provocándole un fuerte dolor de cabeza. Intento hablar y sintió la boca seca y patosa. Incluso sintió su cuerpo pesado.
Nuevamente una punzada llegó a su cabeza logrando que soltara un gemido de lamentación. Juraba que si se trataba de Naruto lo golpearía sin compasión.
Poco a poco fue abriendo los ojos tratando de acostumbrarse a la poca claridad que había en el cuarto pues las cortinas no estaban corridas, así que le fue más fácil enfocar el techo y proferir una exclamación.
Mientras admiraba, se preguntó que rayos hizo como para terminar así, reconocía los síntomas, pero no el inmenso dolor de cabeza. Se frotó el cuello mientras se incorporaba de la cama y por fin el sonido de la licuadora cesó.
Con los ojos entrecerrados empezó a recordar entonces lo que sucedió la noche anterior. La irritante y él buscando un regalo para Sakura, después fueron a un bar donde comenzaron a beber, donde casi asesinaron al barman y... después de ahí todo era confuso. Pero claro, recordó perfectamente cuando Sakura lo trajo a casa y lo metió a la regadera. La declaración y el beso compartido.
Una sonrisa de auto eficiencia asomo por su rostro. Por fin había arreglado su problema con Sakura, ella había afirmado que lo amaba a él y a nadie más. Y bueno, él también se lo había dicho a su forma, aunque su lengua estaba suelta en esos momentos que dijo cursilerías.
—Ah, que dolor —refunfuño al tomarse la cabeza con la mano. A medias se sentó en la cama y luego se sostuvo sobre sus pies.
Retomando valor, primero fue a mojarse la cara al baño y después salió de la habitación murmurando insultos a la resaca que tenía. Juraba que no volvía a emborracharse de esa forma. Pareciera que fuera a morir con algo tan absurdo.
Escucho el sonido de la televisión encendida y voces, al voltear a su lado pudo ver la cocina donde Sakura se movía de un lado a otro haciendo el desayuno, y Naruto devoraba su plato con efusividad mientras miraba la televisión.
No habló hasta que Sakura se percató de su presencia y le brindo una enorme sonrisa.
—Buenos días Sasuke-kun —saludó ella volviendo su vista lo que cocinaba.
—Ah —soltó Sasuke sin despegar su mano de la cabeza, finalmente se dejó caer en una de las sillas y gruño por debajo al sentir el dolor aumentar.
—¡Sasuke-teme! Mira que son estas horas para levantarse —se burló Naruto apuntándolo con los palillos.
—Cállate, tu voz chillona me molesta —su amigo le dio un manotazo y gruño.
—¿Te duele mucho la cabeza? —preguntó Sakura y recibió un asentimiento de cabeza. Entonces sacó una caja de pastillas de unos de los cajones y sirvió un vaso de agua cuales le entrego al azabache—. Tomate dos pastillas, debería calmarte el dolor.
Él agradeció el gesto y siguió las indicaciones, no quería estar todo el día con un terrible dolor de cabeza.
—Quiero más Sakura-chan —pidió Naruto como un niño pequeño extendiendo su plato a la kunoichi. Todavía se sentía hambriento y con resaca.
—Deja de comer tanto —refunfuño la chica sirviéndole otra ración de huevos y arroz, se lo tendió sin remedio. Luego sirvió un plato para Sasuke y se lo puso a su lado junto con una taza de café cargado.
Sasuke la miró a los ojos y ella sonrió dulcemente.
—Come.
—¿Y tú? —preguntó el ojinegro al verla sentarse a su lado tomando solamente café y un par de tostadas.
—Ya me acostumbré a comer esto por las mañanas —se excusó mordiendo una tostada.
Sin más que decir, Sasuke empezó sin tomarle mucha atención a la plática que mantenían Naruto y Sakura, el dolor persistía un poco y sentía su boca seca. Agradecía internamente a Sakura por sus atenciones.
Bebió del café cargado y le sentó bien a su paladar. Frunció el ceño mientras miraba su plato, el contenido sabía rico, pero faltaba algo que simplemente era esencial para sus sagrados alimentos, sin ello nada podía llamarse comida.
—Tomate —dijo Sasuke sin despegar la vista del plato.
Sakura se volvió a él con intriga hasta que entendió al ver su plato.
—¡Oh! Lo siento Sasuke-kun, se me olvido —dijo nerviosa Sakura recordando entonces lo de anoche cuando él aseguro que parecía un tomate. Se levantó de la mesa y le paso la salsa de tomate que había preparado—. Ten.
Satisfecho, Sasuke derramo su sacrilegio sobre toda la comida que ahora sí se podía llamar así.
—Puaj, no sé cómo te gusta todas las comidas con tomate —se asqueo el rubio sin alguna razón.
—Porque todavía es un misterio el cómo has comido tanto ramen en tu vida y no has muerto —debatió Sasuke sin inmutarse ante el insulto que lanzó Naruto.
Sonrió de lado cuando miró a Sakura que concentraba su mirada en la televisión.
—Los tomates son rojos, uh... —murmuró para que solamente Sakura pudiera escucharlo. Y logró su cometido porque instantáneamente la pelirrosa se sonrojo ligeramente y le dirigió su mirada brillante a él.
—No te burles Sasuke-kun —dijo ella formando un mohín.
—¿Burlarse de que cosa? —quiso saber Naruto al ver a sus mejores amigos verse de esa forma—. ¡Oigan, háganme caso!
Sasuke soltó los palillos para darle un zape a Naruto, el grito que pego le taladro sus oídos y llego a su cabeza provocándole punzadas. Estúpido Naruto, ¿no se fastidia de su propia voz?
El rubio se quejó cuando Sakura le jalo la oreja.
—Deja de hablar muy alto que a Sasuke-kun le duele la cabeza. Por lo menos tú no tienes ese malestar.
Después de que Naruto se lamentará de tener unos amigos así, los tres pusieron atención a la televisión cuando pasaron las noticias, donde causalmente fue la pelea en el bar donde estuvieron bebiendo Sasuke y Sakura-hime.
—... Y finalmente se encontró al dueño del bar golpeado y encerrado en uno de los almacenes —parecía ser una mujer quien hablaba. Se encontraba frente al bar donde estaba el susodicho sentado en lo que parecía ser una camilla—, afortunadamente no presenta heridas mayores. ¿No podría decir quiénes fueron los despiadados que le dejaron así?
Sasuke se atraganto con la comida cuando identifico al "pejelagarto" que Sakura-hime dejo moribundo. Recordó perfectamente los hechos del crimen. Esperaba que ese hombre no dijera nada por su propio bien.
—Ellos eran... ¡despiadados, unos monstruos! —gritó el hombre fuera de sí asustando a la reportera y médicos. El hombre tomo el micrófono y miró a la cámara como un loco desquiciado—. ¡Eran una loca mujer con una escoba y un hombre que parecía vagabundo!
Esto es el colmo, se dijo Sasuke internamente dejando espontáneamente los palillos sobre la mesa, ¿hasta ese hombre le dijo vagabundo? Juró venganza sobre él.
Entonces sintió la mirada de Sakura y notó que ella estaba incrédula. Definitivamente supo que se trataba de él y la irritante. Tks, a esta mujer no se le puede esconder nada.
—¿Qué tanto hicieron Sakura-hime y tú anoche? —preguntó con ojos entrecerrados y Naruto los miró sin entender a qué se refería.
—Solo pasábamos el rato dejando moribundo a un pejelagarto —dijo seriamente como si estuviese hablando del clima y empezó a devorar la comida ante la mirada incrédula de sus amigos.
Al despertar, Sakura-hime gimió audiblemente al sentir malestar en el vientre, apretó fuertemente los parpados intentando despejar el repentino dolor de cabeza. Intento hablar, pero su boca seca se lo impidió.
—Oh, no te esfuerces mucho —la inconfundible voz de Charasuke llegó a sus oídos. Se preguntó porque estaba ahí. Por fin pudo abrir los parpados y enfoco un borrón negro frente suyo—. Te ayudaré a sentarte.
Charasuke la tomó por los hombros y le ayudo a sentarse, después ella se deslizo hasta quedar en el respaldo de la cama y apoyo la cabeza soltando un suspiro.
—Debe dolerte mucho la cabeza, así que toma estas pasillas —él traía consigo un vaso de agua cual se lo entregó con un par de las pastillas.
Ella no emitió en ningún momento palabra alguna, más bien estaba concentrada en recordar los acontecimientos a lo que la llevaron a terminar en ese estado. No tuvo tiempo de hacerlo pues algo llamo su atención: Charasuke con el torso descubierto.
—¿Q-qué haces semi-desnudo en mi casa? —dijo ella con voz ronca y mirándolo sin creerlo. Sus mejillas pronto se tiñeron de rosa.
El Uchiha alzó una ceja interrogante para después pasar a una sonrisa jovial.
—¿No lo recuerdas? Vomitaste sobre mí y manchaste la camisa, así que la lave, pero no se ha secado —dijo tomando de vuelta el vaso—. Y me quedé durmiendo en el sillón, para que no pienses que te hice algo —aclaró al ver las intenciones de Sakura-hime en lanzarle una almohada mortal.
La kunoichi estaba sumamente avergonzada, sobre todo porque recordó de sopetón lo que sucedió después de que Charasuke la trajera a su departamento. El cómo se quedó a su lado cuando empezó a vomitar y cuido de ella hasta el último momento. La confesión y el beso en la frente.
—El dolor debería cesar en un rato —él miró de soslayo el reloj colgado en la pared. A esas horas debería estar en su trabajo. Pero no se iría hasta asegurarse que ella estaba mejor—. He preparado el desayuno, ahora lo traigo...
—Espera, no estoy enferma y puedo comer en la cocina —le cortó mordaz y frunciendo el ceño. Aunque tuvo cierta espinita de culpabilidad al sentir que fue grosera al responder de esa forma.
Pero Charasuke sonrió levemente, al parecer no le afecto en lo absoluto.
Ambos se dirigieron a la cocina sin intercambiar palabras, la televisión podía escucharse tenuemente y la luz se infiltraba por el ventanal.
Sakura-hime tomo asiento en una de las sillas y se sorprendió al ver frente a ella una variedad de comida, todo se veía sumamente apetitoso, sobre todo para su boca seca y patosa. Aun se sentía adormecida.
—Esto es... —no tenía palabras. Miró al Uchiha cuando le dejo a un lado una taza con un líquido de un color amarillo dorado, pero olía a naranja.
—Es té de jengibre, por si aun tienes náuseas —aclaró el Uchiha.
—¿Qué es todo esto? —logró articular alzando el rostro, pero tuvo que apartarla pues mirarlo desde abajo le daba una espectacular vista a su torso descubierto.
—El desayuno gatita-chan —le giñó el ojo logrando que ella refunfuñara.
—Pero es demasiado para mí.
—Lo siento por la cantidad. Es que estoy acostumbrado a cocinar para muchos —se rascó la nuca con una sonrisa despreocupada—. Solo come lo que te apetezca.
—¿Tú no comerás? —preguntó con duda al verlo tomar un vaso de agua.
—No lo creo, he usurpado por mucho tiempo tu casa, debes sentirte invadida —dijo como si nada levando el vaso que utilizo, lo dejó escurrir y se secó las manos.
Sinceramente, Sakura-hime creyó que era una excusa pobre para irse, en vez de sentirse aliviada, disgusto fue lo que invadió su pecho, ¿acaso deseaba que se quedará?
—Sabes que te amo, ¿verdad? —las repentinas palabras de Charasuke la sobresaltaron obligándola a levantar la mirada para encararlo—. Tal vez no lo recuerdes, pero no te presionare para que me des una respuesta. Solo no te tardes mucho —al estar cerca de ella, pudo alborotarle un poco su cabellera rosada y brindarle una sonrisa jovial.
Ella trago el nudo en su garganta al agachar la mirada y sentir sus mejillas arder. La abrumo por completo sus palabras y nuevamente aparecían esas mariposas en el estómago y su corazón se aceleraba ante su presencia. ¿Acaso ella... estaba enamorándose de Charasuke?
—Hoy estaré en la oficina, así que nos veremos mañana —le informó él al retirar su mano, pero ella no contesto ni se movió. Su mirada se volvió resignada, tal vez no fue correcto recordarle los hechos—. Me voy.
Juró por un momento que sintió como ella se sobresaltaba cuando lo dijo, y reafirmo sus sentidos cuando lo tomó de la muñeca impidiendo que se alejara de ella. Extrañado, bajo la mirada y abrió los ojos de par en par al apreciar el rostro de Sakura-hime abochornado, y sus hermosos ojos brillantes enfocándolos a él.
—¿Puedes... puedes desayunar conmigo? —susurró audiblemente sosteniéndole la mirada por unos segundos, no pudo con la intensidad de los ojos negros y termino por desviar sus ojos.
—Oh... —Charasuke apoyo una mano en la mesa y la otra en el respaldo de la silla, se inclinó a ella quedando tan cerca obligándola a temblar ligeramente—. ¿Esto quiere decir que aceptas mis sentimientos?
—Solo veré si me conviene —refutó ella desviando el rostro evitando verlo, pero el sonrojo seguía en su rostro.
Charasuke sonrió mostrando su dentadura blanca.
—Eres muy astuta, Haruno.
—Y tú un estúpido, Uchiha.
—¡Bien! No hay más remedio que glorificarme con mi propia comida —sentenció él separándose de ella y dejándose caer en una de las sillas. Tomó unos palillos y se debatió internamente en que probar primero.
Mientras tanto, Sakura-hime miró la comida aceptando que tenía demasiada hambre, tomo el plato donde había un omelette. Agarró el tenedor y lo metió a su boca. No supo definir el sabor que explotó en su boca, pero tenía una cosa en claro...
—...Esta rico —dijo sorprendida. Viniendo de Charasuke pensaba que tendría un sabor corriente, pero tenía un toque especial.
—¿Verdad que sí? —Charasuke sonrió entusiasmado. Le alegraba saber que a ella le gustó lo que cocinaba—. En mi casa nos turnamos para cocinar debido a que mi madre no es la mejor cocinera que digamos. Ya ha explotado la casa muchas veces por lo despistada que es —se rio nervioso al rascarse la nuca.
Sakura-hime tuvo que aceptar que no sabía mucho de la familia de Charasuke pase a que eran compañeros desde los trece años. Nunca se dio el tiempo de hacerlo, y cuando él comentaba ese tipo de cosas no le prestaba mucha atención. Había interactuado un poco con Fugaku e Itachi, pero solo un par de veces había visto de lejos a Mikoto.
—Ese es el bar donde estuviste con el amargado anoche —dijo de repente Charasuke atrayendo su atención. Él tomó el control y le subió al volumen.
Sus ojos jades se enfocaron en la televisión donde efectivamente aparecía el bar. Pasaba una interacción entre la reportera y otra persona.
—... Y finalmente se encontró al dueño del bar golpeado y encerrado en uno de los almacenes. Afortunadamente no presenta heridas mayores. ¿No podría decir quiénes fueron los despiadados que le dejaron así?
Sakura-hime acercó un poco su cara porque se le hizo familiar el rostro del hombre, intento hacer conciencia y entonces todos los recuerdos azotaron su mente, eran entre confusos, pero los identificaba.
Se llevó las manos a su cara y negó con la cabeza. ¡Era el barman que casi asesino con la escoba!
—Ellos eran... ¡despiadados, unos monstruos! —el grito del hombre sobresalto a ambos Shinobis de sus sillas—. ¡Eran una mujer loca con una escoba y un hombre que parecía vagabundo!
Charasuke deslizó su mirada con cejas alzadas hasta posarse sobre la de Sakura-hime, que intentaba ocultar su rostro detrás de su cabello.
—¿Debo suponer que ustedes dos hicieron locuras anoche? —preguntó sonriendo burlón.
—Solo digamos que... pensé que era un pejelagarto —murmuró—. Y deja de burlarte si no quieres recibir un puñetazo.
—Vale, vale —dijo él como si nada jurando internamente que debía conseguir la grabación de ese acontecimiento o dejaba de llamarse Uchiha Sasuke.
Ah~~~ por fin les traigo este capitulo :v ciertamente pensé en cortarlo, pero mejor lo hice de esta extensión creo que fue un poco más entretenido.
Para mí es un reto escribir estas dos parejas al mismo tiempo, por un lado, tenemos a Sakura y Sasuke, que son una pareja un tanto intrigante, o por lo menos así lo veo yo debido a sus actitudes. Y por otro lado tenemos a Sakura-hime y Charasuke, que son opuestos a los originales que son una pareja inesperada —en el sentido de los actos—.
Aunque me pareció entretenido poner a Sakura-hime revelar por fin que está sintiendo algo por Chara, y no se acobardara de eso. Pero no será fácil.
Y para Sasuke y Sakura su relación irá evolucionando a su manera.
Ahora si se viene lo bueno de todo esto.
En fin, perdónenme si no respondí algunos comentarios, mi celular ha muerto —le hice a Sayi-kun un funeral digno— y ahora tengo solamente la computadora. Me es un poco más complicado por aquí, pero tratare de hacerlo.
En uno rato subiré una nota, debido a que en el capítulo trece les dije que podrían preguntarme lo que sea y yo trataría de contestarlo con seriedad, para conocernos más ;) así que no se ilusionen de que sea un capítulo, esperen hasta la próxima semana :u
¡Gracias por su apoyo chica(o)s! Este fic no habría llegado hasta aquí sin ustedes.
Alela-chan fuera :v
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