V. DESCUBRIMIENTO
En el más fantasioso de los escenarios, Seokjin pensó que siendo libre, podría ver las estrellas a sus anchas. Sin embargo, el cielo de noche en los alrededores del cráter, lucía entre negro y verdoso, sin ningún tipo de brillo ni señal sideral.
Desde la ventana de su torre, alcanzaba a ver los astros borrosos en noches más despejadas. El reino era demasiado iluminado como para apreciar bien la belleza de la noche, pero acá... acá simplemente no había nada más que humo y olor a azufre.
Frente a él, Jimin y Jungkook se envolvían en una manta y observaban el firmamento como si fuera una cosa sublime, e intercambiaban comentarios entre sonrisas y un batir de pestañas que tenía a Seokjin algo mareado.
-¿Ven algo en el cielo?
Se atrevió a preguntar, con una actitud de decepción.
-Es feo, sí, entiendo lo que pasa por tu cabeza, Seokjin...- Jimin rió, adivinando exactamente lo que confundía a la divinidad- lo que pasa, es que cuando el cielo está así, significa que el volcán está a punto de hacer erupción
Seokjin se agarró las faldas, juntó las piernas y apretó los músculos, su cuerpo exclamaba huida, y la inquebrantable paz del par de chicos lo contrariaba.
-No te preocupes, Seokjin. Yoongi sabe bien cuando eso pasará, gracias a esa máquina que enterró ahí
Jimin señaló una especie de fierro clavado en el piso con una pantalla arriba. Sabía poco y nada de tecnología, pero algo dentro de sí, lo hacía confiar ciegamente en el científico.
-Lo bueno de esto, es que mantiene alejados a los delincuentes
-Nosotros también lo somos- apuntó Jungkook, con una sonrisa pícara, y Jimin comenzó a reír también, maravillado, como si fuera la cosa más graciosa y sorprendente jamás dicha. Tocaba el pecho de su compañero con un golpecito suave, dejando la mano allí de visita, mientras Seokjin los observaba y se sumaba a la alegría.
-Esa es la cosa, Jungkook, no nos buscarán los forajidos, ni tampoco nuestros persecutores
Jin no tuvo más motivos para reírse, pero disimuló, manteniendo una actitud amistosa. Por dentro, le costaba sentirse así de seguro como ellos, echando chistes acurrucados alrededor de una fogata. Parecía que era cosa de ellos dos únicamente, pues, por los alrededores, Yoongi se veía pendiente de la máquina predictora de la erupción, Hoseok estaba recogiendo leña, y V se veía venir a unos metros de dentro del bosque de árboles muertos, acarreando lo que parecía un ciervo mutante en los hombros.
En el reino de Namjoon, se conservaban algunas especies de animales menos irradiadas, que se podían comer sin representar un daño importante a la salud. La verdad era que, el sólo hecho de respirar cada día, caminar y existir, era una lenta condena a morir de cáncer algún día, y más aún para la gente de las afueras de las ciudades.
V arrojó el cadáver del animal al piso sin ninguna ceremonia. El sonido sordo de su cuerpo azotando el suelo resultó escalofriante. Además de verse muy distinto a los cérvidos que criaban en el reino, y de hecho, lucir asqueroso y sucio, para Seokjin resultaba aterrador tener que contemplar el proceso en que un animal llega a ser servido a un plato.
Comenzaba a darse cuenta de que había vivido experimentando una serie de actos hipócritas. Aceptar la carne adobada y jugosa en su mesa nunca le había parecido mal, pero ver faenar al animal que acabaría en su estómago le resultaba repugnante, y ¿no era acaso el mismo proceso?
También le resultaba algo extraño dejar ser visto por personas comunes y que no pasara absolutamente nada, ¿no se suponía que eso tendría malas consecuencias? ¿No era sabido que toda la gente de afuera de la torre era vil, y se movían por nada más que sus propios intereses? Jimin y Jungkook riendo frente a una fogata parecían lo más inofensivo que hubiera visto en su vida. Era hasta cálido, mucho más que las visitas de Namjoon a su cuarto.
-Sé que no estás acostumbrado a esto- habló V, con un semblante amenazante falso, que llegaba a ser algo cómico. -Y veo tu cara de asco. Así que no voy a pedirte cocinar ni nada de eso... pero sí me interesa que comas. Sé que este animal es horrible, comparado con los que destinan a los nobles, pero es lo que hay
-Está bien... sólo... no quisiera tener que cortarlo ni nada de eso
-Seokjin, yo entiendo eso- opinó Jimin, con un dejo de ternura- pero no puedes temer a la sangre acá afuera. Es incluso alimento cuando no hay más de otra cosa mejor... y es necesario derramarla cuando la vida está en juego
Seokjin asintió, y tragó saliva. No quería pensar en poner su cuello en la guillotina así tan pronto. Acababa de salir de una burbuja y quería vivir, y si tenía que aprender a hacerlo por la vía sacrificada, lo haría. Dar unos disparos lo había dejado un poco sordo y con un tinnitus que no se iba del todo, pero, no parecía un desafío al lado de faenar un animal.
V ordenó a Jimin y Kook armar una especie de parrilla sobre el fuego, que Hoseok avivaría con su poder, mientras él se encargaba de partir al animal. Lo recogió del suelo, y emprendió rumbo hacia una improvisada mesa de taller que armaron con el fin de faenar.
-¡V!
El hombre volteó a ver a Seokjin, quien lo llamaba agitado y llegaba corriendo tras él, y había algo en esa expresión de entusiasmo que le impediría negarse. Simplemente lo sabía.
-Quiero ayudarte... con el animal
-¿No dijiste recién que no querrías participar en cortarlo? -le preguntó, con una sonrisa suave, dándole la oportunidad de dar pie atrás si así lo quería
-No es que quiera... pero supongo que debo hacerlo si quiero aprender de la vida acá afuera y no ser solamente una carga
-Bien... como desees
V colgó al ciervo por las patas en el gancho de un árbol y Seokjin apreció las marcas de muerte. Tenía un disparo en la cabeza que seguramente lo había hecho caer al instante. Eso... de una u otra manera hablaba de que V no era la persona cruel que imaginó en un principio. No temblaba al tener que dar un disparo en la cabeza y matar, pero tampoco se empeñaba en herir y causar agonía.
El hombre degolló al cadáver y juntó la sangre en un tarro. El proceso fue demasiado lento para el gusto de Seokjin, aunque solamente tomó unos minutos, pero sería una imagen que no olvidaría jamás. En unos cuantos días, había visto más sangre que en toda su vida, y esa realidad le estaba cayendo encima muy pesadamente.
Cuando el animal estuvo desangrado, V hizo unos cortes estratégicos para descuerarlo. La piel se despegaba de los músculos con una facilidad sorprendente sólo tirándola, y Jin de pronto se puso en cuclillas cubriéndose la boca.
-Creo que... no puedo
-Puedes volver a la fogata si quieres, no pasa nada
-Es que... no puede ser que esto me impresione
-A cualquiera que no lo haya visto lo impresionaría. Yo ya me he acostumbrado
-¿Llegará el día en que pueda verlo, o hacerlo yo mismo, y no sentir que voy a desmayarme?
-Espero que sí, pero si no, siempre estaré yo
Seokjin lo miró a los ojos, y algo en esas palabras sonaba como un compromiso.
-O Yoongi, cualquiera, ya sabes- dijo, carraspeando la garganta. -Si quieres ayudar en algo, se me ha ocurrido algo interesante, ¿puedes hacer hielo, no? En viajes largos, conservamos la carne con sal, pero luego queda sumamente salada.
-¡No hay problema! Puedo hacer eso. Uhm, también limpiaré la mesa
Seokjin se acercó al mesón en donde V faenaría al ciervo. La superficie se notaba bastante usada, sobre todo por una aureola color ocre que se había negado a salir pese a lavados anteriores, lo más probable era que fuera el rojo de la sangre oxidado tras años de teñir la mesa. Seokjin tomó un pedacito del trozo de jabón cuadrado y apoyó las manos en la mesa. Bajo sus dedos, el agua comenzó a brotar y a expandirse por toda la encimera, y entonces la divinidad aprovechó de tomar un cepillo de limpieza junto a la mesa y escobilló, haciendo espuma y eliminando toda suciedad.
V había estado mirándolo. El proceso por el cual producía agua era fascinante, era como si saliera de su cuerpo, cristalina y pura, primero como la condensación al poner las manos calientes sobre un vidrio frío, y luego escurría abundante como los ríos en las imágenes de los libros de Jimin. Cuando la divinidad se encontró con sus ojos, V miró hacia otro lado, continuando su asunto con el cadáver del animal, y Seokjin abandonó el lugar despidiéndose y avisando en donde estaría.
Al rato después, V llegó con un costillar y muslos de ciervo revolcados en sal, una de las pocas comodidades que aún quedaban en el mundo para darle sabor a las cosas. Montó la carne en la parrilla, y se sentía un ambiente agradable. Seokjin suponía que en un lugar como ese, era difícil simplemente cazar un ciervo y comer un asado con tanta seguridad, de acuerdo a lo que decía Jimin, sobre que habían sido afortunados por las cosas del destino.
-Espero que dure- Yoongi señaló, sentándose al lado del muchachito, y este apoyó su cabeza en el hombro del científico, recibiendo de vuelta un brazo metálico que rodeó su espalda, y acarició su hombro como si pudiera realmente sentir el cálido tacto del cuerpo de otro humano.
Ninguno de ellos era una mala persona con los otros, ninguno se trataba mal, por más frialdad que quisieran mostrar, por más sangre que hubiesen derramado, por más misiones cruentas en el cuerpo. Cada uno sacó una costillita y comenzaron a roerla, entre chistes, sonrisas plenas, labios aceitosos y dientes con comida.
~
El día siguiente estuvo completamente nublado... hasta salir de la zona del cráter. Yoongi anunció que la erupción sería inminente en la noche, así que convenía seguir conduciendo hasta salir del radio del volcán. No habían estado realmente cerca, pero seguía siendo un riesgo, y por lo mismo lo que había dicho Jimin se había confirmado: nadie se acercó porque el mundo se tomaba muy en serio la erupción de ese cráter radiactivo, y con razón.
Jimin le contaba a Seokjin, con la confirmación de Hoseok, de algunas personas que tenían vidas muy cortas y muertes terribles por ir de curiosos a mirar el cráter. Caerse dentro no sonaba tan terrible como perder la piel día a día hasta acabar en los huesos producto de la radiación.
-Tenemos la suerte de tener a Yoongi aquí- dijo el muchachito, inclinándose en su asiento tras el copiloto para acariciarlo. El hombre, casi siempre serio, dejó salir una sonrisa
-No es nada
-¿Cómo que nada? La ciencia morirá contigo- alabó a Yoongi una vez más.- No mucha gente se ha dedicado a estudiar, Seokjin... como ves, no son las mejores condiciones
Jimin apuntó por el parabrisas al desierto completamente vacío. -He escuchado de algunas comunidades que viven bajo tierra y que han formado escuelas, pero no ha sido fácil retomar lo que se sabía de antes del cataclismo nuclear y seguir desarrollándolo. Estamos... estancados en algunos saberes que se perdieron
-De hecho, nadie sabe mucho acerca de nosotros mismos- Hoseok habló, con una mano en el pecho y luego señalando a Seokjin. -Sólo sé que este poder es traspasado de una persona a otra por alguna especie de vínculo o conexión-
-¡Esclavizadores a veinticinco kilómetros al suroeste, vienen hacia acá, persiguen el polvo!
Jungkook se asomó por la escotilla con un gesto claro de estrés, y todos comenzaron a moverse en el interior del camión sacando armas. De lo que había aprendido Seokjin, uno de ellos ya se había llevado un rifle francotirador, un mp5, un par de Uzis y otros rifles de asalto. Seokjin tomó una pistola y la guardó dentro de su pantaloncillo, escondida bajo la túnica. V puso el camión en control crucero y lo dejó andar solo por el yermo, mientras subía al techo con una AK47 y Yoongi lo siguió con un cinturón de granadas.
Seokjin sentía que su cuerpo no resistiría la presión, todo a su alrededor eran ruidos lejanos, podía escuchar la presión de su sangre y sus propios latidos reverberando dentro de sus oídos, mientras todo parecía moverse tan rápido como la luz frente a sus ojos. Sonidos de disparos, gritos y órdenes se oían ahogados sobre el techo del camión, y la divinidad apenas atinó a asomarse a mirar por la cabina.
Un grupo de motorizados vestidos en cuero negro, espinas metálicas y cabezas calvas gritaban maldiciones e intentaban trepar al camión sin detener sus motocicletas. Llevaban en su mayoría armas de corto alcance, pistolas, bates, fierros, pero algunos en la distancia llevaban claramente metralletas también, se notaba en el rebote de las balas en el transporte.
Era un sonido que Seokjin nunca olvidaría, el estallido de un disparo, el desvío de una bala en el fierro y su silbido horroroso de incertidumbre por no saber a dónde iba a parar esa bala.
No podía permitirse tener miedo, así que apretó los dientes y surgió de dentro del camión al techo, mientras sentía que V gritaba que entrara de vuelta al camión de una vez, que qué estaba haciendo afuera, que lo iban a matar, maldita sea.
Si Seokjin no mal recordaba, habían cargado la M4 desde un principio y la montaron en su pedestal para usarla sin perder tiempo, así que Jin corrió, se aferró al trípode, y disparó una ráfaga a los que venían detrás, mientras su cuerpo temblaba con el culatazo de cada descarga, y sus dientes se apretaban a más no poder. Sentía que estos se enterrarían en su cráneo si seguía mordiendo de esa manera, pero estaba dejando la vida en defenderse no sólo a él, sino a sus liberadores en incluso mayor medida.
Un grito que desgarró sus cuerdas vocales hizo llover rocío detrás del camión, sepultando todo el polvo que las ruedas levantaban, ocultando el rastro del vehículo, y el último disparo lo dio Jungkook medio a medio en la frente del líder, un tipo que llevaba una cabeza de canino como máscara, pero que no le sirvió de protección alguna.
En algún momento, todos respiraron, recibiendo nuevamente el hálito de la vida en el cuerpo, pero Seokjin no supo más, porque se desmayó.
~
Cuando la divinidad abrió los ojos, estaba en un pequeño cuarto privado, cubierto con unas cortinas que emulaban un biombo contra las plagas de insectos. En el palacio, tenía un velo hermoso que cumplía esa función alrededor de su cama, pero el aroma a gasolina y óxido, y el metal de las paredes le recordaban que ya no estaba allí.
Sin embargo, era reconfortante saber que alguien se preocupaba de ese detalle en aquellas circunstancias.
Apenas estuvo despierto, miró su propio cuerpo y comprobó un detalle escabroso: sus brazos tenían las marcas de manos que se habían asido firmemente a su piel. El fruncir de sus cejas en un gesto de angustian fue automático, y comenzó a llorar, en silencio. Las lágrimas corrían libres por sus mejillas hasta llegar a su mandíbula y caer sobre la improvisada cama.
Fue muy sorpresivo cuando V entró, minutos después, y corrió las cortinas fuertemente para quedarse viéndolo a los ojos.
-Es mentira
-¿Q-Qué?
-Lo que dijo Namjoon, es mentira
-Es... sobre...- Seokjin no completó la frase, y simplemente habló con la mirada dirigida hacia sus brazos y la mancha inconfundible de pintura corrida y manos masculinas desparramando el pigmento en su piel. V tampoco habló, asintió con la cabeza, y continuó después con al cúmulo de ideas que martillaban su mente.
-No te habría tocado de no ser porque corrías el riesgo de caer del camión
-No... no podía parar de tiritar
-La primera vez que disparé una metralleta en un pedestal también estuve tiritando hasta horas después, ¿sabes? Son... una serie de culatazos por segundo, todo en ti se sacude... pero yo lo hice después de haber disparado incontables veces... tú sólo practicaste con una pistola tres tiros antes de esto... fuiste... valiente, y estúpido... y gracias
-Sólo estorbé... y ahora... no sé qué va a pasar
Seokjin comenzó a llorar una vez más, el dolor de dejar ir sus poderes por un atrevimiento como ese, de salir a luchar algo que no le correspondía, lo aterraba.
Mientras, V lo observaba con una sonrisa en el rostro.
-Namjoon mintió, Seokjin, si me permites decirlo, él siempre te mintió
Con la cara embarrada de lágrimas, Seokjin lo miró directo a los ojos, casi escarbando su alma. -Ni siquiera quiero saber qué pasará- afirmó después, observando sus manos y dando a entender que no quería probar si aún tenía sus poderes o no.
-¿No lo escuchas?
En su cabeza, seguía oyendo la cadencia irrefrenable de los disparos de la metralleta, taladrando su cerebro sin detenerse, constante y rebotando en los fierros y latas y carne.
-Seokjin... está lloviendo
Hola
Meperdonan? xD Yo cacho que hasta se les olvidó de qué iba la historia JAJAJAJ
Volví, resulta que me he puesto a jugar Fallout de nuevo y pues me re inspiré jejejje así que aquí estoy! Revelando más parte de la trama :3 Como pueden ver, el pueblo puede tocar a Seokjin, así que lo Namjoon eran purah falaciah
Últimamente me han estado leyendo harto, fics antiguos, y lo agradezco muuucho, son un amor por venir hasta aquí y leer estas historias <3 Infinitamente agradecida siempre
Les dejo un besote y cuídense mucho, lxs quiero!
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