"Estoy aquí para ver a Charles Leclerc" T/n le habló desesperada a la recepcionista del hospital. El doctor la estaba mirando algo extrañado ya que ella estaba empapada por la lluvia otra vez gracias a su caminata desde el coche hasta el hospital. Y también probablemente porque las lágrimas no paraban de salir de los ojos de T/n, su pelo estaba hecho un desastre y su aliento no iba a la par.

"¿Eres de su familia?" preguntó el doctor sin entender. "Soy su- compañera y amiga" no podía decirle al doctor que era su novia. ¿Qué pasaría si gracias a eso alguien se enterara? "¿Tienes alguna prueba de eso?" T/n se quejó llena de frustración, pero sacó su móvil y le enseñó varias fotos que fueran válidas. "Bien, ahora mismo lo están examinando, pero está en la habitación 214 en la segunda planta" esa fue toda la información que T/n necesitó para echar a correr y subir las escaleras hasta la segunda planta.

Cuando llegó fue viendo puerta por puerta intentando encontrar la correcta. Finalmente la encontró y estaba a punto de entrar, cuando otro doctor se puso delante de ella. "Lo siento señorita, pero no puede entrar ahora mismo" ella miró a doctor desesperada. "Por favor, necesito verlo. Necesito saber si está bien" suplicó ella.

"Estamos haciendo todo lo que podemos. Tendrá que esperar" T/n quería decir algo más, pero en cambio simplemente suspiró y se sentó en una silla cerca de la puerta. Cuando tomó asiento, todas sus emociones se apoderaron de ella de nuevo, pero debido al hecho de que no tenía energía para nada, solo soltó algunos sollozos, y algunas lágrimas cayeron lentamente por sus mejillas. Comenzó a temblar porque su ropa mojada empezó a sentirse demasiado fría, pero no se movió. Simplemente se quedó mirando la puerta de la habitación 214 sin ningún tipo de expresión en su cara.

Su móvil no paraba de vibrar en su bolsillo, pero su cerebro no lo procesaba. Sabrá Dios cuánto tiempo llevaba ahí sentada esperando a que alguien le dijera que él estaba bien. O tan solo decirle algo. No saber lo que pasaba la estaba matando lentamente.

"¿T/n?" por fin su cerebro reaccionó a algo, porque giró su cabeza y miró directamente a Lando, Alex, Pierre y George. Aunque claramente los había escuchado llamarla, y los estaba mirando, de su boca no salió ni una sola palabra. Estaba congelada. Todos de sentaron en sillas a su lado, Lando era el que estaba más cerca de ella. "¿Cómo está?" preguntó Lando. Sus caras demostraban lo preocupados que estaban. Todos conocían muy bien a Charles, y era muy amigo de ellos. Especialmente de Pierre. Ellos eran mejores amigos.

"No me han dicho nada" ella por fin consiguió abrir su boca y decir algo. Lando suspiró y la tomó de la mano para apretarla suavemente cuando sus ojos instantáneamente se abrieron de par en par. "Dios, T/n. ¡Estás helada!" él empezó a tocar la ropa y su pelo y se dio cuenta de que ella estaba temblando, y su ropa seguía un poco mojada. Lando le ordenó que se quitara su sudadera, para que se pusiera la de Lando, que estaba seca. Ella ni se molestó en discutir, e hizo lo que dijo poniéndose su sudadera y sintiéndose un poco más calentita.

Podía notarse así misma aún temblando, así que se recostó en el hombro de Lando, y él enseguida la envolvió en sus brazos y acarició su pelo para calmarla a ella y calmarse un poco él mismo. "Él es fuerte, T/n. Y sé que él jamás te dejaría atrás" susurró Lando para que solo ella pudiera oírlo. Ni Alex, ni Pierre ni George dijeron nada. Y ahora Lando y T/n estaban sentados también en silencio esperando por noticias, buenas o malas.

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Pasaron unas 4 horas y aún no había noticias de Charles. Varios pilotos más habían llamado y se habían pasado a visitar, y por supuesto que algunos miembros especiales del equipo Ferrari estaban esperando junto con Alex, Pierre, George y T/n. La mayoría estaban dormidos, incluyendo a Lando, que no había soltado a T/n en ningún momento. Pero T/n no podía cerrar sus ojos. Lo intentó, pero se dio cuenta que le daba de todo menos paz.

Simplemente se quedó mirando a la pared mientras sus pensamientos pasaban como locos por su cabeza. 1000 pensamientos diferentes eran reproducidos en su mente, y se sentía como si la cabeza le fuera a explotar en cualquier momento.

Después de lo que se sintió una eternidad, la puerta de la habitación 214 por fin se abrió, y T/n fue la primera en levantarse, despertando a Lando y prácticamente a todos. El doctor tenía una indescifrable expresión en su cara y eso preocupó aún más a T/n. "¿Y?" dijo ella sintiendo como si su voz se fuera a quebrar si pronunciaba más de una palabra. "Tenemos buenas y malas noticias... las buenas son que él está vivo" el doctor hizo una pequeña pausa. "¿Y las malas?" dijo T/n asustada por lo que estaba por venir.

"Ha sido un impacto muy fuerte, y no solo se golpeó en su cabeza, si no también en las costillas y algunos órganos que ahora están dañados. Ahora mismo está en coma, y me temo, que no sé cuando o si siquiera de despertara. Podrían ser días, semanas o incluso años" T/n sintió su corazón quebrarse. ¿Realmente había alguna buena noticia en eso?

Ella físicamente estaba deshidratada de tantas lágrimas, pero miró a sus amigos y a todos los que estaban ahí, y los vio con expresiones de tristeza. Probablemente tratando de retener las lágrimas. "¿Lo podemos ver?" le preguntó ella al doctor y el asintió. "Sí, por supuesto" él abrió la puerta de la habitación 214, y T/n miró a sus amigos, quienes asintieron con la cabeza y la siguieron a la habitación.

T/n tragó en secó cuando escaneó el cuerpo que estaba en la cama. Aunque Charles estuviera envuelto en cables y máquinas sensoriales, podías ver varios moratones en sus brazos y en su pálido rostro, de alguna manera se veía... en paz. Como si simplemente estuviera durmiendo. Su pecho subiendo y bajando ligeramente.

T/n se quedó parada ahí mientras que Alex, George, Lando y Pierre se acercaron un poco. Nadie dijo nada, pero era seguro que todos tenían más dd un millón de pensamientos en sus cabezas. T/n quería acercarse más, tomarlo de la mano y hablarle aunque él no fuera a responder, pero su cuerpo estaba congelado. Todo lo que podía hacer era mirar al amor de su vida tumbado en una cama de hospital, y sin saber si algún día se volvería a despertar.