4.4. Día alado
Araziel tomándola de la mano derecha la ayudaba a utilizar sus alas para que despacio fuera recorriendo el lugar, acoplandose a su útil habilidad de volar, así como de bebé gateó para luego caminar, ahora primero se había sostenido en el aire un breve rato para, en vez de caminar, ir poco a poco viendo lo hermoso del bosque que rodeaba la mansión desde arriba, claro que en momentos parecía que sus alas no daban para más vuelo ya que no era tan fácil como se veía ante los ojos de los Sakamaki, pero por eso mismo es que iban lento y de la mano, lo cual a los novios no les agradaba ni un poco, pero no había de otra, ellos no podían ayudarla en su entrenamiento, aunque quisieran pues sólo pueden volar en ciertas lunas llenas y sin alas. La rubia lo que necesita es aprender a usarlas, por eso es una súcubo y no una vampiresa.
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Ya que descendían lentamente y Araziel iba debajo de ella para atraparla si se llegaba a destantear y caer, los Sakamaki vigilaban atentamente sin quitar los ojos de la rubia quien, de hecho teniendo sus pies un metro del suelo sus alas de repente se ocultaron y ella cayó en brazos del ángel caído que ya estaba con los pies en la tierra, desde luego que los novios molestos le exigían que la bajara alegando que no había necesidad de cargarla más de un segundo si sólo era para evitarle un golpe a Yui no la caminata a la mansión. Y bueno, para callarlos les dió gusto bajando a la chica.
-Terminamos por hoy -Mira a los Sakamaki-, déjenme a solas con Yui y cuidado con espiar.
Los Sakamaki lo miraban molestos, no querían irse y ni pensaban obedecer, pero Yui amablemente los convenció.
-Eres muy suave con ellos.
-Araziel, son mis novios no mis esclavos.
-Bien, sobre los temas por aclarar, es breve de hecho, pero necesitaba privacidad. Empezaré diciendo que deberás entrenar mucho y muy duro, en especial por el asunto de la premonición que te mostré, y ten presente que eso fue sólo una advertencia, por lo que, además de entrenar deberás estar muy atenta.
-¿Mostrar el futuro no está prohibido?
-Lo prohibido es contarlo, eso llevaría a que, quienes recibieron la información tomaran decisiones diferentes alterando el presente y obvio el futuro, además está el detalle de que no te lo mostré todo porque se necesita mucho poder para mostrar siquiera unos segundos...
-¿Y por qué te interesa lo que le pueda pasar a mis novios?
-Interés no... es un suceso extraño, aparte de que desde hace algunos meses el infierno ha tenido inconvenientes y me ha causado mucho estrés, pero bueno.
-¿Algo más?
-Oh sí, lo olvidaba, tu padre me pidió que te dijera que no intervendrá en el problema que tienes con el Consejo.
-¿Qué...? Él no es omnipresente, ¿cómo lo supo?
-Tiene infinidad de sirvientes, un esbirro que llegó acá por casualidad, sin querer escuchó al presidente del Consejo planear algo contra ti, por lo que inmediatamente fue a avisarnos, pero como Lucifer aún no podía salir del infierno, decidió confiar en la capacidad de los Sakamaki para protegerte, además recuerda que él también es el padre de la mentira, no lo engañarás... si es que se le puede engañar una segunda vez.
-Ah claro, la leyenda del hombre que engañó al diablo, es conocida... tal vez debería aprender a engañar, en caso de que necesite mentir alguna vez.
-Aunque seas su hija dudo que le puedas mentir con éxito.
-Entonces... ¿él esperaba que le pidiera ayuda con ese asunto? ¿o por qué mandó a decirme eso?
-Esperaba que confiaras en él como tu padre que es, pero no pasó, así que decidió no meterse y dejar que tu sola lo arregles a tu manera.
-Y, ¿también sabe lo de la premonición?
-No, sólo tú y yo, quise guardarlo en un pequeño círculo, por si acaso...
-No diré nada, puedes confíar en mí.
-Te creo, y ya que suceda puedes contarle a tus novios, pero no antes, recuerda eso.
Yui sonriendo levemente asintió mirando al ángel caído, señal de que comprendió.
En una ubicación desconocida, una gran mansión se ocultaba, como ya era común, en un bosque repleto de árboles frondosos con hojas en una infinidad de tonos verdosos y alguna que otra flor regada por el pastizal. El viento soplaba suave, y en la sala de aquella mansión estilo gótico pintada de tinto con decoraciones doradas; estaba sentado en un elegante sillón de tipo Victoriano color chocolate, el jovencito del baile, Kino, jugando en su celular y acompañado de todos los miembros del Consejo.
Joichiro de manera cortante le exigió al chico que se apresurara en matar a Yui, pero él sin apartar la vista del celular con voz relajada dijo que lo haría pronto, añadiendo que primero debía acercarse a ella, como intentó hacerlo en el baile, de no ser por el segundo Sakamaki el plan del jovencito de bellos ojos rubíes ya estaría en acción, afirmaba sin dejar de jugar recibiendo una advertencia de su Joichiro; aconsejando y a la vez exigiéndole que se cuidara, lo cual llamó la atención de Kino logrando que pausara el juego.
-¿De qué hablas?
-Te lo repetiré por enésima vez, a los Sakamaki no les harás daño, ellos son de nosotros, son vampiros y pura sangre, sin contar que son hijos del rey vampiro.
-Yo también soy hijo de ese tarado -interrumpió molesto.
-Pero da la casualidad que él te entregó a mí, y yo te crié como mi hijo, así que seguirás obedeciendo como hasta ahora lo has hecho.
-Ten presente esto Kino, la hija de Lucifer es un error, por eso ella debe pagar su penitencia muriendo, y una vez hecho, como quedamos, tú serás el líder de la raza -mencionó el vicepresidente.
-Si no mato a los Sakamaki se opondrán.
-No te preocupes, nosotros nos encargaremos de apaciguarlos -añadió el tesorero.
-Y se olvidan de los Mukami...
-Hijo, ya los manipulamos una vez, una segunda no es problema -refutó Joichiro.
Enseguida el chico regresó la mirada a su celular.
-Escucha atentamente Kino. Los hombres lobo tenían permitido herir a los Mukami porque ayudaría a reforzar el plan, no dejaría lugar a ninguna sospecha, pero con los Sakamaki era diferente, ellos ni siquiera debían involucrarse menos morir, así que no dejaremos que tú los asesines sin un propósito sólido, además no quiero imaginar cómo se pondría el rey vampiro si asesinan a sus hijos; en cuanto a Lucifer, obviamente asesinará a quiénes eliminen a su niña, por eso ella debe desaparecer rápido sin dejar huella, así que has lo que digo.
Pero Kino seguía necio en hacerlo a su manera, necesitando que ella confíe en él para cuando menos lo espere darle el tiro de gracia, aunque Joichiro también era obstinado en cuanto al tiempo, porque entre más pasara, Lucifer iba a empezar a cuidar e interesarse en su hija, y si eso sucede complicará todo haciéndolo imposible. Sin embargo el jovencito no es tonto, él como todos sabe que Lucifer debe atender el infierno, así es complicado que se haga cargo de Yui, aunque la edad no pasa en balde y la experiencia se obtiene con el tiempo como hizo Joichiro que alegaba que los sirvientes pueden vigilarla por él, ya para acabar las interrupciones el chico renegó que, como Joichiro mismo mencionó, siempre ha hecho lo que le dices, así que será a su manera... por primera vez en la vida iba a actuar como creía él que es mejor y ya sin remedio el presidente del Consejo al igual que los compañeros sólo podían confíar en él y, por ahora, dejarlo jugar en el celular.
12:06 a m., afuera de la mansión Sakamaki, Ayato llevó a Yui al jardín de las rosas de todos colores, aunque el pelirrojo no llevó a la rubia para admirar la flora, sino para hablar seriamente, lo cual era extraño tratándose de Ayato, el chico que por lo general actúa y luego piensa, pero esta vez algo le rondaba en la cabeza, tenía una espinita clavada en su ser y debía sacarla tarde o temprano, y éste día, era el momento adecuado. Deteniéndose en una banca blanca, ambos se sentaron y él la tomó de las manos.
-Yui perdóname por no haberte ayudado a investigar sobre la muerte de tu madre... es sólo que, luego de ese día no pasábamos tanto tiempo juntos y, además, cuando estaba decidido a buscar información hasta por debajo de las piedras, vinieron los estúpidos Mukami a arruinarlo todo y así menos pude ayudarte... encima lo del Carnaval que no fue malo, pero al final el imbécil nos hizo alterar a todos echando a perder una parte memorable...
Ella notaba como Ayato era sincero con sólo ver sus bellos ojos de esmeraldas, así que, correspondiendo a la sinceridad de él, le contestó con esa voz dulce y mirada tierna que a todos enamora.
-Tranquilo ore-sama, la verdad dudo que hayamos podido encontrar algo por nuestra cuenta, se necesitaba una fuente de información como mi papá biológico...
-Gracias chibimuchi.
Él aliviado abrazó eufóricamente a la rubia.
-Siempre estaré para ti. No lo olvides.
Yui sonriendo hundió su cabeza en el pecho del pelirrojo, una señal de que ella igualmente estaría para él y de que lo amaba, como a cada acción e intención que él hiciera o deseara.
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Al día siguiente, eran casi las 8 a.m. Ayato y Laito acababan de entrar en la cocina, la cual lucía perfecta, ni una sola mancha, todo ordenado con exactitud, limpio y pulcro... pero no por mucho.
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