4.1. Evento social
7 p.m., en la mansión Sakamaki, en el cuarto de Yui, la chica terminó de arreglarse, usaba un bello vestido largo azul rey de corte sirena con strapless donde, un delgado cinturón de oro remarcaba su figura al estar ubicado en la cintura, además tenía el cabello recogido con un elegante broche de oro y diamantes azules incrustados en el mismo, zapatos de tacón de aguja de 5 centímetros en color dorado y un labial rosa que complementaba a la perfección el atuendo de la rubia, entonces en el momento apareció Reiji a su lado vistiendo un traje negro, corbata azul rey y zapatos negros lustrados.
-Cariño, veo que estás lista -mencionó con una sonrisa.
Yui asintió sonriéndole y él de sorpresa estando detrás de ella le colocó el collar de oro con diamantes azules que estaba en el tocador al lado de un brazalete del mismo estilo el cual, ella se puso en la muñeca derecha y, para sorpresa de ambos; aparecieron los demás hermanos, cada uno vistiendo igual que Reiji, aunque los zapatos no estaban tan bien lustrados como los de él, pero ya era algo que lo intentaran.
Con Ayato recostado en la cama, Laito y Subaru a los lados de Yui, Shu sentado en el borde del ventanal y Kanato en un sillón con Teddy en brazos vestido de chaleco y parche azul rey con bordados en negro en ambas prendas; el pelirrojo posesivo se alegraba de que la novia ya estuviera lista pues, aseguraba con una sonrisa cínica hacia Reiji que no querían llegar tarde a un evento tan especial, aunque éste de la sorpresa sólo miraba al chico confundido y, por si acaso no estaba comprendiendo la situación, les exigió una explicación.
-Iremos con ustedes, así de simple. Incluso Teddy irá, según el histérico.
Antes de que Kanato pudiera intervenir en el insulto de Shu, Yui se adelantó a tomar la palabra.
-Kanato, está muy linda la ropita de Teddy...
En el momento ella estiró los brazos para recibir al osito el cual, fue entregado con una dulce sonrisa del propio Kanato.
-¿Quién dijo que irían? -cuestionó Reiji mirando a cada chico.
-Nosotros -respondió Laito sonriendo- no necesitamos permiso, es una fiesta en honor a la elegida, no vamos a malgastar la fortuna de la familia -finalizó en tono burlón.
Ahora Reiji enojado miraba a Laito quien le sonreía como si quisiera provocarlo.
-Aunque acompañes a Yui si algo llega a suceder no serás suficiente Reiji -afirmó Subaru.
-¿¡¿Qué dijiste?!?
-No te enojes. Es decir, suponiendo que los del Consejo planean algo, no podrás cuidarla tu solo.
-Pero no necesito que me cuiden Subaru -intervinó Yui.
-En realidad sí porque no sabes usar tus habilidades aún -continuó Subaru- y, también es nuestro deber, además de un honor el cuidar de la novia, porque recuerda que por más poderosa que llegues a ser nunca dejarás de ser nuestra novia, déjanos protegerte como los novios que somos...
-Bueno, él tiene razón -admitió Reiji-. Es... lindo cuidar de la novia, una actitud digna de un caballero, pueda o no defenderse ella.
-Que gusto que aceptaras eso Reiji -dijo Ayato sonriendo.
De repente el pelirrojo posesivo aparece a un lado del tocador y deja una elegante cajita negra con un moño rojo, Yui con Teddy sentado en las piernas la abrió encontrándose con un juego de aretes y anillo de oro con diamantes rojos, aunque ella no comprendía el porqué de eso.
-Úsalos, son para que los presumas en la fiesta, chibimuchi.
Pero él no era el único que le compró algo así, los demás chicos también le dejaron cada uno una cajita en el tocador, formadas una tras de otra, la única diferencia en ellas era que la de Subaru tenía el moño blanco, la de Laito verde, la de Shu amarillo, la de Kanato morado y al final, la de Reiji azul.
-Cada uno te compró un juego ayer, muñequita, para que tu presencia brille aún más y, a Teddy y a mí nos pareció que el morado sería perfecto...
Yui con un leve sonrojo y agradeciéndole a cada uno, prosiguió abriendo cada caja descubriendo que el juego de aretes y de anillo de oro con diamantes era casi el mismo, sólo seguía la diferencia del color del diamante que era exactamente igual al del moño de la caja. Y así, la elegida irradiaba la felicidad que le daba el tener a chicos tan tiernos a su lado, independientemente de las joyas recibidas, lo que contaba a sus ojos en realidad era la intención, y la intención de cada uno era acompañarla, estar a su lado y mostrar su valía como futuros esposos preocupados y siempre atentos como dispuestos a protegerla ante quien sea. Pero aún así la duda permanecía, ¿qué joyería usará? Ayato era el más interesado en saber, así como Yui la más confundida pues, de alguna manera quería darle gusto a todos.
Subaru inmediatamente quiso ir al rescate aprovechando que su diamante era blanco, un color neutral y que quedaría perfecto con el vestido y la joyería que ella ya traía, pero Reiji no sólo tiene modales y educación, además de conocimiento en medicina y contaduría, sino también en el vestir apropiadamente y él mejor que nadie sabía que revolver diamantes de esa forma no era buena idea, menos para el evento donde la realeza de la raza vampírica la conocería formalmente. Entonces, seguir el patrón que ya llevaba era la mejor opción, por lo tanto, Reiji salía ganando.
Los chicos decepcionados aceptaron ese hecho y por más que deseaban juzgar que todo fue plan de Reiji para que Yui usara sólo los obsequios de éste, no podían; desde hace aproximadamente una semana que se les informó sobre la fiesta en honor de ella, todos habían acordado que el Sakamaki más educado debía asistir con la elegida, ya que los demás pues, podrían terminar haciendo algo mal o un escándalo y arruinarle la celebración a la rubia, pero a última hora y sin comentarle nada a Reiji ni a Yui, los Sakamaki restantes decidieron hacer compras de joyería como había hecho Reiji anteanteayer y mandar a hacer sus trajes para el evento. Así que, al final sólo imitaron lo que él y por lo mismo al querer ir a última hora no podían reclamar.
Así pues, una hora después, ya en el salón de fiesta, había mesas rectangulares y largas con bocadillos, bebidas y comida del mundo humano, a fin de cuentas estaban ahí y esos alimentos a la raza vampírica le encantan, gente de la nobleza como los Sakamaki y gente que, aunque no tenían título de nobles si tenían su fortuna y cierta categoría como los Mukami. Algunos iban en pareja, otros solos, también había quienes estaban en grupo, pero lo que ninguno dejaba pasar por alto era a Yui, quien lucía hermosa, claro que las chicas también veían, pero a los Sakamaki, todos los hermanos iban muy guapos y elegantes, no obstante ninguno de ellos quitaba la vista de la dulce rubia, en especial cuando varios vampiros de aspecto joven fueron a saludarla.
-No arruinen esto de favor -comentó Reiji serio.
-Relájate viola vajillas -respondió Ayato.
-Se los diré de otra forma... si van a estar aquí se comportarán, háganlo por Yui. Ella se ve muy ilusionada y supongo el hacerla feliz es tan importante para mí como para ustedes.
Los chicos desviaron la mirada al suelo, sabían que él tenía razón, pero les daba pena admitirlo así que, con un pequeño sonrojo en cada mirada de los hermanos Sakamaki, Reiji comprendió que estaban de acuerdo y se comportarían. Yui por su parte, con una mirada pálida y oído atento escuchó la petición del segundo Sakamaki con la esperanza de que en verdad se comportaran, y esa esperanza era Reiji quien sabía poner el orden, aunque el deseo de querer darle gusto a ella lo compartían todos por lo que también esperaba la chica que ese orden no fuera necesario de imponer. Segundos después, de la nada un joven de cabello negro, delgado, hermosos ojos rojos como rubíes y de la misma estatura de Subaru, se acercó a Yui llamando la atención de los Sakamaki que lo veían curiosos.
-Hola, me llamo Kino, un placer conocerte, bella elegida.
El chico le besó la mano derecha poniendo a los Sakamaki a la defensiva.
-Soy Yui, mucho gusto... -respondió sonrojada.
Entonces una música suave y lenta empezó a sonar, señal de que daban la bienvenida a la elegida.
-Quisiera el honor de ser el primero en bailar con la futura y bella reina...
Sin dejar parpadear a los Sakamaki él se llevó a Yui de la mano con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Oye! ¡Idiota ven!
-Ayato... de favor no seas infantil, compórtate -pidió Reiji.
-No soy infantil, debo ser el primero en bailar con Yui.
-No te preocupes por esa nimiedad y haz lo que te digo.
-Así le dirás, pero estoy seguro de que también te molesta que otro la haya sacado a bailar y que ni siquiera sea uno de nosotros.
-No seas absurdo por favor. Con tu lado infantil es suficiente.
-Niégame en la cara que no te molesta eso.
Entonces Reiji lo mira atento.
-No me molesta... me enfurece, sabes.
-¿Y si les interrumpimos el baile? -sugiere Laito.
En el instante aparecieron los Mukami saludando y preguntando por ese chico que bailaba con Yui. Ayato ignorándolos cuestionó al Sakamaki pervertido pidiéndole indicaciones para proceder, lo cual llamó la atención del resto de los Sakamaki y Mukami que lo miraban atentos en espera de esa explicación.
-Uno de nosotros vaya hacia ellos y pídale a Yui bailar.
-¿En serio? -cuestiona Shu.
-Sí, todos saben que somos los novios de Yui, al ser casi sus esposos tenemos más derecho que cualquier otro de bailar con ella, más por ser la primera vez.
-Reiji, lo que dice Laito, ¿no sería descortés? -pregunta Ayato intrigado.
-Viéndolo desde el punto de vista de él, no, de hecho, es bastante justo que el primero con el que baile la futura reina sea con uno de los que serán sus reyes.
Llegando a esa conclusión, el pelirrojo posesivo tenía todas las intenciones de ir hacia Yui, pero Reiji se le adelantó, nadie se esperaba que él fuera capaz de ser el que interrumpiría el baile por lo que miraban asombrados, aunque una vez que llegó a la pareja de pronto la sorpresa se volvió atención y curiosidad mientras los demás vampiros y vampiresas no apartaban la vista de la elegida en brazos de ese apuesto extraño.
-Cariño.
Yui y Kino dejaron de bailar al oír a Reiji.
-¿Me permites? Kino, bailaré con mi novia -dijo firme.
Y mirando a Kino fue que el Sakamaki más educado tomó la mano de Yui y comenzó a bailar llamando más la atención ésta pareja que la que hacía ella con Kino. Ambos se sonreían en cada paso, las clases exprés de Reiji hace unos días en adición a que él era muy bueno bailando, hacían que Yui luciera preciosa, resplandeciente ante todos los que estaban ahí mirando atentos, pues les era imposible apartar la vista; las mujeres sentían envidia de ella y los hombres de Reiji, mientras el jovencito Kino miraba furioso como si hubiera sido humillado al perder el baile con Yui.
Poco después, terminó la canción y en ese momento se acercaron los miembros del Consejo a la feliz pareja; seguidos de los Sakamaki y Mukami, todos éstos detrás o a un lado de Reiji y Yui, ya que era su forma de apoyarlos ante el Consejo.
-Ahora el séquito es de 10 -comentó Joichiro burlándose.
-De hecho sí, 6 novios y 4 amigos -respondió Yui sonriendo-, por cierto, te agradecería por la fiesta, pero obviamente fue una orden del rey vampiro.
-Exacto. No había otra opción. Y no te ilusiones tanto que motivos no hay.
-En el Carnaval quienes asistieron dejaron claro que quieren a la futura reina -añadió Shu- así que, motivos hay de sobra.
-Correcto -continuó Reiji-, más tarde presentarán a Yui formalmente ante éstos invitados tan nobles, me imagino.
-Sí, antes de empezar a cenar.
-¿Lo ves Joichiro?, la gente me acepta y tú mueres del coraje.
Ella sonreía cínicamente irritado al presidente del Consejo a propósito, pero de repente varias personas empezaron a juntarse en la entrada, alguien tan importante como Yui había llegado y ya casi todos estaban recibiéndolo, la rubia no cabía en sí de la curiosidad al pensar en quién sería aquella persona que rivalizaba con ella en tener a la gente pendiente de su llegada.
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Opening: Kindan no. 666.
Artistas: Kou Mukami (Ryōhei Kimura), Azusa Mukami (Daisuke Kishio).
Créditos del vídeo al canal de YouTube: Asyiqin98 Creator
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