Harta estaba ya

Pues una vida digna no podría alcanzar

Mientras en ese horrible hogar

Se hospedara hasta la eternidad

Su familia cansada ya

estaba de que no saliera de su habitación más,

¿pero qué era lo que podía hacer?

Pues el cadáver debía mantener.

La puerta no cerraba.

Había una llave pero de nada servía,

si rota se encontraba

y el picaporte no movía.

Un día derramó una gota de sangre

del color de un apocalíptico amanecer,

pero la sustancia hasta la puerta se escurrió

y por abajo se deslizó.

Ante el descubrimiento

la madre enloqueció,

el padre mantuvo la cordura

y los hermanos intentaron ingresar.

Mas algo interrumpía el paso

algo muy pesado, casi como del tamaño de un humano.

Poco después se dieron cuenta

De que el cuerpo de la hermana era.

El funeral fue llevado a cabo

y una persona desconocida se presentó como invitada.

Al final el cadáver guardado debajo de la cama servía para algo

y ahora una vida digna había alcanzado.