Epílogo.
Hace cinco meses mi vida cambió por completo, realmente nunca pensé tener que decirlo pero, estoy agradecido con el cambio. Hace cinco meses, Nick Huddy atacó la escuela pública de Estudios Avanzados del Downtown de Miami, el 14 de febrero, un día que se supone que era de celebración terminó siendo un día trágico. Recuerdo muy bien como aquel día estábamos en clase de artes, Ale y Han reían porque este mismo había pintado una estupidez, su risa se sentía tan viva en mis oídos; yo mientras tanto la retrataba, dibujaba todas y cada una de sus facciones.
Minutos antes de terminar la clase, alarma de incendios sonó y todos rápidamente evacuamos, encontrándonos con el peor suceso de nuestras vidas.
Nick Huddy portaba su rifle de largo alcance, disparaba como un loco y sus ojos solo decían una simple pero clara cosa: Nos iba a asesinar a todos.
Alexandra se quedó quieta en la mitad del pasillo, Nick la miraba con intenciones de también dispararle, tomé su mano casi a tiempo, una bala la tocó o más bien, si fue disparada. Sus labios temblaban y sangre corría por su brazo izquierdo, esa fue la primera vez que sentí miedo de morir, también fue donde rectifique que amaba a Ale con mi vida y jamás podría dejar que alguien le hiciera algo, menos si era yo.
Quince largos minutos pasaron, minutos que se sintieron como horas.
La policía llegó, sacandonos del baño y escoltandonos hacia la salida, Ale se desmayó en mis brazos y la cargué hasta la zona segura. Los nervios me carcomian, ¿Como fui capaz de dejarla desmayarse?
Los juzgados fueron el peor lugar para redimir nuestras penas, los gritos, el llanto, el odio que ella expresó por mi antiguo yo sonaba en mi cabeza como el tintineo de una campana. No soporté verla llorar tan desconsoladamente y más si sabía que en cierta parte era por mi.
Siempre sentí culpa, aunque no podía notarse a simple vista, sentía que me jodía por dentro que ella llorara hasta secarse. La amé incluso sin darme cuenta, aprecié cada parte sin quererlo.
Cambio mis planes de una manera impresionante, es la perfecta distracción, debo admitir que ella jamás fue parte de este libro llamado "Mi vida" pero ahora puedes abrirlo y notar como es el inicio y el final de cada capítulo.
El boulevard de los sueños rotos nos dio tranquilidad por un tiempo, amaba verla sonreír al ver como el sol se ponía y se iba haciendo cada vez más de noche, la brisa se volvía fría y yo solo pensaba en que ella era el amor de mi vida.
Cuando la hice mía por primera vez, jamás podría olvidarlo. Confió en mi así como yo confíe en ella, su cuerpo es una maravilla del que soy dueño y señor, siento orgullo de ello.
El secuestro, ¿Como olvidarlo?
Nick Huddy nos hizo pasar los horrores en vida, jamás podría olvidar como vi al amor de mi vida desangrarse frente a mis ojos y no poder hacer nada. De mi mente no sale la imagen de todos mis compañeros atados a cimientos de aquel gran coliseo, de mis mejores amigas sufriendo y de mi novia tirada ante mis pies, bajo un charco de sangre.
No podré olvidar el sonido tan asqueroso que provocaban sus gritos, no es porque su voz no sea agradable, es simplemente porque su garganta se escuchaba tan desgarrada, que puedo asegurar que se quedó sin voz por mucho tiempo.
Así como tampoco voy a olvidar como casi me pudro por dentro, muriendo lentamente a causa de un cuchillo oxidado.
Aquella explosión, ¿Como olvidarla?
Aquella pared que tenía encima me hacía recordar mis últimos momentos con Ale, antes de desmayarme lo único que pude ver fueron sus vagos intentos por llegar hacia mi, algo que aún me duele porque nunca llegue a tomar su mano.
Nuestra recuperación fue lenta, pero segura, no faltaban las preguntas de la policía para saber más del autor, quien había muerto en aquella explosión empalado por un fierro que se encontraba debajo de el.
Nunca voy a olvidar el trauma de Ale con el agua, puesto que Nick siempre la usaba para torturarla y para maltratarla físicamente. Siempre recordaré el hecho de que incluso estando en recuperación, todos estudiamos para nuestros exámenes finales, algunos pasamos con honores y finalmente, luego de tanta espera, nos íbamos a graduar.
¡La graduación!
Aquel día fue maravilloso, incluso si ale casi cae con aquellos altos tacones, ya que literalmente tenía a que aprender a caminar de nuevo debido al secuestro y a todas las torturas, agregándole la explosión.
Es una guerrera, mi guerrera.
El inolvidable discurso que mi novia dio, haciéndome sentir el chico más orgulloso de esta existencia. Honró a su mejor amigo fallecido, Han, mencionó a sus mejores amigas Jenn y Sharon e impresionantemente no me olvido, mencionandome también.
A veces pienso, ¿Que dirá Han de todo lo que hemos logrado?
Sonará egoísta, pero la muerte de Han nos ayudó a avanzar, a lanzarnos a muchas cosas que en nuestros cinco sentidos no haríamos.
Pero si quizás el estuviera aquí...
Todo sería distinto.
Han es una persona especial para Ale y también lo es para mi, el fue el que me dio el último empujón que necesitaba para por fin aceptar que Alexandra era el amor de mi vida y por fin acercarme a hablarle.
La noche luego de la graduación fue la mejor, aunque muchos de nosotros no quisiéramos irnos y graduarnos, siempre será el destino luego de haber terminado unos largos y extenuantes años de estudio, logrando lo que para muchos era difícil. El baile, los tragos y las fotos que habían de ese día nos recordaban que incluso si algunos de nosotros faltabamos, siempre seríamos los mismos.
Volví a hacerla mía esa noche, siempre lo fue, pero lo rectifiqué incluso estando un poco ebrio. Éramos como un imán, nos buscábamos el uno al otro sin importar que, incluso si la vida nos ponía retos, siempre sería ella.
Y ahora, el paso más grande que pudimos haber dado: mudarnos juntos.
Prometí amarla y cuidarla, pero sobretodo apoyarla cuando se sienta decaída, extrañar a tu mejor amigo no siempre es bueno.
Mi chica siempre contará conmigo para lo que ella desee.
—Grey, mi amor.—La llamé por su apellido, ella adoraba eso.
—¿Mmmh? ¿Que ocurre?—Su voz adormilada decoró toda la habitación, sacándome una sonrisa.
—Debes despertarte, tengo una sorpresa para ti, ¿Recuerdas?
—¿Me llevarás al boulevard de nuevo?—Preguntó con una sonrisa.
—Touché. ¿Como lo supiste?
—Era evidente.—Por fin abrió sus ojos, sus tan lindos ojos.—Debes dejar de hablar dormido.
—¿Hablo dormido?—Pregunté viéndola levantarse.
—Es muy gracioso verte, debo admitirlo.—Caminó hasta su mochila, hace unos días nos habíamos mudado y aún no habíamos terminado de organizar la casa.—Quizás no lo esperes, pero yo sí tengo una sorpresa.
—¿Qué?—Sonreí mientras observaba como sacaba una pequeña caja.
—No sé porque me pongo nerviosa, solo se que lo hago.—Se acercó y se sentó en la cama, poniendo en medio la caja.—Sabes que no soy mucho de dar regalos, siempre suelo demostrar lo que siento con palabras o simplemente dándote contacto físico, molestándote y todas esas cosas.—La miré atentamente, podía notar los nervios en la forma en la que hablaba.—Pero está vez quise ser distinta a todas las otras veces. Hoy cumplimos cinco meses de ser pareja, Jinnie.
—Lo sé, por eso quería llevarte al boulevard.
—Ese no es el punto, escúchame, ¿Quieres?
—Lo haré, tranquila preciosa.
—Bien. Mi mundo cambio cuando me di cuenta que más que observarte porque me llamabas la atención, empecé a desarrollar sentimientos por alguien al que no conocía de nada. Ante mis ojos eras un chico extraño, que simplemente no se relacionaba con los demas y era cerrado, idea errónea, lo sé. Cuando me salvaste de morir en aquel tiroteo supe que serías tú quien estuviese destinado a salvarme cada que sintiera que me estoy ahogando, me prometí acercarte y aprender a quererte, porque aunque no fue fácil estoy agradecida de haberlo hecho. Es por eso que ahora quiero entregarte esto.—Me extendió la cajita, la abrí dándome cuenta que tenía una esclava de oro con su nombre en ella.—Soy tuya, lo sabes bien, así que me harías un gran honor en portar mi nombre en tu muñeca así como yo lo hago con el tuyo.—Subió su muñeca derecha mostrándome su esclava de oro con mi nombre y también bajó el hoodie que llevaba puesto, mostrándome que también llevaba un collar con mi inicial.
—Dios Ale...—Fue lo único que atiné a murmurar.—Claro que sería un honor tener tu nombre siempre en mi muñeca, para que todos sepan que eres mi chica.—Tomé su mano derecha y bese su muñeca, luego también besé la esclava de oro que ella portaba.—Planeaba darte algo también, lo haría en el boulevard pero prefiero hacerlo aquí.
—Estamos demasiado sincronizados.
—Ten.—Le di una caja también, con un avión de papel en oro.—Se lo que significa para ti Harry Styles, así que lo hice con esa intención.
—Hwang Hyunjin.—Murmuró mi nombre al ver el dije del collar.—Esto es maravilloso, mi amor.
—Lo mandé a hacer pensando especialmente en ti, princesa.
—Es hermoso, Jinnie.—Su sonrisa era lo más lindo de esta existencia.—¿Sabes que te amo, verdad?
—Lo sé, yo te amo muchísimo más.—La abracé.
—Hazme el honor..—Me dio el collar y recogió su cabello, dándome la señal de ponerle el collar, le quedaba precioso.
—Todo te queda bien, Ale.—Sonreí satisfecho de verla feliz.
—Estoy agradecida de tenerte en mi vida, Hyunjin.—Me abrazo y caímos de nuevo a la cama.
—¿Qué tal si nos quedamos aquí por siempre?
—Al menos solo por hoy.—Escuché su risa y asentí.
—Lo haremos, mi vida, lo haremos.
Author's Note 💕
Ay no, no soy capaz de dejar ir a Right of passage.
Esta historia me hizo aprender muchas cosas buenas, una de ellas es que aprendí a hacer perfiles criminales y a saber identificar cuando alguien está mintiendo.
Esta obra se la dedico a todos y todas las víctimas de tiroteos escolares, se que vivir una situación así es terrible y jamás se le desearía a nadie.
Si sienten que están mal y necesitan ayuda, hablenlo con alguien que saben que podría hacerles bien, por mi parte siempre estaré para ustedes, pueden escribirme que yo siempre responderé.
Y ahora sí, doy por terminada esta gran historia que me dejó muchos aprendizajes y muchas experiencias.
Gracias por todo el apoyo, los amo.
-With love, Danna Kim 💗
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