013- Truth.
Truth meaning: Verdad.
Cada historia tenia su fin.
Pero yo no me podía permitir que morir así fuese mi final, no podría. Al igual que no podría permitirme ver morir a la chica que amo de la peor forma posible.
Desde hace unas horas, Nick torturaba a Ale de las peores formas posibles, tanto así que sus gritos podían apreciarse desde muy lejos. Descargas eléctricas, cuchillos, armas de fuego, todas aquellas cosas detestables que podrían ser vistas por un ser humano, todas ellas estaban siendo usadas sobre mi chica provocando sus gritos de dolor.
Según Jenn, quien era la que más tenía el campo de visión abierto, Ale se encontraba atada de manos sobre el techo mientras que baldes de agua fría eran vertidos sobre su cuerpo semi desnudo, ya que su ropa estaba tan dañada que dejaba ver partes de su cuerpo. Por cada grito que ella soltaba era una mirada de tristeza entre todos los presentes, dándonos cuenta de lo asqueroso que podría llegar a ser un humano.
Luego de esas torturas, siempre era regresada a mi lado, llena de heridas profundas y golpes que podrían significar el perder su vida. Era desolador, aterrador, totalmente asqueroso. ¿Donde estaban los adultos que nos protegían? ¿Donde cojones estaban?
Las preguntas recorrían mi cabeza cada que veía que mis compañeros eran llevados a la que nosotros habíamos bautizado "La sala de las torturas", cada que escuchaba los gritos provenientes de aquel terrorífico lugar y cada vez que yo estaba ahí.
—Ale...¿Duele mucho?—Pregunte nervioso al ver que la sangre era mucha.
—Nada que no sea soportable, ¿Luce muy mal?—Preguntó con dificultad.
—U-un poco, por eso la pregunta.—Comuniqué para luego dejar un beso en su frente.—Todo estará bien...
—Intento pensar que así será.
—Vendran por nosotros pronto, descansa, ¿Si?—Le dije mientras ponía el hombro que no estaba herido de su lado, para que ella pudiese descansar un poco.
—Te amo mucho.—Dijo en un susurro.
—Yo más.
Las horas pasaban y así, completamos el cuarto día de estar aquí, encerrados. Yaciamos sentados en un suelo lleno de sangre, las paredes de aquel lugar estaban llenas de marcas de nuestras manos ensangrentadas y muchas de nuestras vidas estaban siendo cambiadas para siempre.
A lo lejos pude escuchar una sirena, que me hizo activar todos mis sentidos ya que reconocía aquella sirena, era la policía.
—Ale, Jenn, Sharon, despierten.—Susurre.
—¿Que ocurre, Hyunjin?—Pregunto Jenn.
—Eso es...—Fui interrumpido por Nick.
—Una sirena policial.—Anunció Nick, tirando ante nuestros pies a un inconsciente compañero.—Es la hora chicos.
—¿Que cojones?—Le dije mientras veía como tomaba a Alexa de los hombros, provocando que ella soltara un pequeño grito de dolor.—Dejala en paz, Nick.
—¿Ella os ama?—Planteó dubitativo.—Si ella os ama, morirá por vosotros.
—¡No le hagas daño, Nick!—Grito sharon.
—¿Quieres a tus amigos o no?—Preguntó alto, mientras que la sostenía fuertemente.
—M-matame si quieres.—Murmuró Ale.
—¡Alexandra, no! Matame a mi, Nick.—Dije decidido.
—Tic tac, el tiempo corre, mis queridos.—Dijo aquel hijo de puta con un cuchillo, con el cual le hacia un pequeño corte en el cuello a Ale.
—Nick, matame a mi.—Dijo Sharon con una voz fuerte, dejando de lado sus heridas.
—Oh, que linda escena, vosotros daríais la vida por sus asquerosos compañeros, pero por mi no lo hicieron.
—Nick, cállate la puta boca y hazlo ya.—Dijo Jenn mientras se arrastraba a él.
—¡Lejos! O la asesinare.
—N-nick...
—Creo que la débil Ale quiere decir algo.
—Ni se te ocurra acercarle ese cuchillo, Nick Huddy.—Espeté contra el.
—N-no le hagas daño a ellos, te lo ruego.—Murmuró lentamente.
—¡Decidiros ya, joder! La policía está cerca.
—¡No la toques!—Le grite fuertemente mientras que el la dejaba sobre sus rodillas, así como a todos nosotros.
—Os mataré uno a uno, así no tendréis que discutir quien sobrevive.—Anunció tetricamente mientras que desenfundaba su arma de fuego.
Las sirenas se encontraban más cerca mientras que Nick activaba algunos dispositivos que parecían ser...bombas.
—¿A que cojones juegas, desquiciado?—Pregunte mientras veía como amenazaba con dispararnos.
—¿Os gusta la ruleta rusa?—Nos apunto con aquella pistola.—Pues juguemos.
—Ni lo intentes.—Espetó Jenn con las pocas fuerzas que le quedaban.
—Estas jodido.—Dije al escuchar "Policía, salga a las buenas".
—Si se atreven a entrar, mataran a todo aquel que esté aquí, incluyéndome.—Expuso aquel chico.
—Eres un bastardo.—Expresó Ale, con las pocas fuerzas que le restaban.
—¿Que soy un que?—Se acercó lentamente a ella mientras que las puertas de aquel lugar se abrían.—Estáis todos muertos.
De repente, un silencio se hizo entre todos los presentes y luego un gran estruendo.
¿Que cojones?
—Eres un bastardo.—Dije adolorida.
—¿Que soy un que?—Se acercó lentamente a mi mientras las puertas de este asqueroso lugar se abrían.—Estáis todos muertos.
Un silencio abrumador se hizo presente entre todos y luego un gran estruendo que hizo que todos cayeramos lejos de nuestro lugar. Un pitido ensordecedor lleno la sala mientras que todo se nos caía encima, pude notar como tenía un vidrio encajado en mi abdomen y también pude notar como Hyunjin había caído sobre una dura pared, golpeándose la cabeza y haciendo que de esta misma escurra sangre.
Intente levantarme, alcanzar su mano para ayudarle pero el dolor era tanto que termine por desmayarme muy cerca de él, rozando su mano.
Jenn cayó junto a una pared, clavandose una de las dagas que tenía Nick en su abdomen, Sharon por su parte fue la más afectada, ya que se encontraba cerca a las bombas y por eso yacía debajo de los escombros de aquel asqueroso y repugnante lugar.
No supe más nada de allí, desperté en una cama de hospital, vendada y canalizada. Aquella cegadora luz hizo que cayera en cuenta de que ya no estaba en ese infierno, que estaba a salvo.
Mi madre y mi hermana me hacían preguntas sobre lo ocurrido allí dentro, pero yo solo podía pensar en una cosa, solo podía pensar en Hyunjin.
—Ale, necesitamos que hables, que digas algo.—Mi hermana tomo mi mano.—Fuiste una de las que más estaba herida de todos ellos, Alexandra, necesitamos que nos digas todo lo que ese cabron te hizo, tus zapatos y tu ropa estaban llenos de sangre y dañados amor, dinos.
—Lili...—Apenas y pude hablar.—L-llevame con Hyunjin.
—Lilian, déjame a mi.—Mi madre se acercó a mi.—Hyunjin esta en cirugía, amor.
—¿Que?—Dije atónita, las imágenes que tuve antes de desmayarme se vinieron a mi cabeza y pensé lo peor.—M-mamá, llevenme con el, por favor.
—Cuando el esté fuera de cirugía lo verás, cariño.—Tomo mi otra mano, la cual estaba vendada.—Por favor, dinos lo que sucedió en aquel lugar, Ale, mirate como estas, ese tipo te hizo muchísimo daño.
—¡Es que no lo entendéis!—Grite desesperada.—Necesito verlo, mama, necesito saber que sigue con vida.
—Necesitamos que te tranquilices, Ale.—Lilian espetó con mucha preocupación mientras llamaba a un doctor.
—¡No, no, no!—Dije entre llantos y movimientos desesperados, lastimandome cada herida.—¡Déjenme verlo!
Los médicos llegaron hacia mi e intentaron controlarme, al no poder hacerlo tuvieron que sedarme. Todo volvió a hacerse oscuro y volví a caer dormida sobre aquella cama de hospital.
Luego de unas horas, volví a abrir los ojos y aquella misma luz volvió a cegarme.
Estaba harta, quería ver a mi chico.
—Ale...
—Ni Ale, ni mierdas, quiero ver a mi chico, luego podremos hablar de toda la mierda que me hicieron.—Dije decidida.
—Aun sigue inconsiente.
—Solo os pido una cosa, llevenme con el.—Espeté directa.
—Está bien, cariño.—Mi madre accedió, pidiendo una silla de ruedas para mi.
Pase por todas las habitaciones de todos mis compañeros, incluidas las de Sharon y Jenn, las cuales se encontraban estables. Las lagrimas se apoderaron de mi al ver a los señores Hwang entre lágrimas hablando con los médicos. Mi madre me dirigió hacia ellos, no quería imaginarme lo que estaba ocurriendo.
—Alexandra...—Dijo la señora Hwang mientras me daba un suave abrazo.—¿Te encuentras bien?
—En lo que cabe dentro de la palabra "bien".—Exprese nerviosa.—¿D-donde...?
—Allí, cariño, puedes pasar.
—Está bien...—Murmuré antes de dirigir mi mirada hacia aquella habitacion, mi madre me dejó allí sin antes cerrar la puerta.
Mis ojos se llenaban de lágrimas mientras que veía como su hermoso rostro estaba lleno de cortadas provenientes de los vidrios de aquel lugar y como su piel se había vuelto más blanquecina de lo normal.
No pude evitar que las lagrimas cayeran por mis mejillas, me dolía verle así, me dolía que fuese el quien estuviese en esa cama sin poder reaccionar, sin poder hablar.
—M-mi amor...Despierta, ¿Si?—Limpie mi nariz como pude mientras que suavemente con mi mano vendada tomaba la suya.—Yo se que estas aqui, no me puedes dejar sola. Eres más fuerte de lo que piensas, eres más fuerte que yo y que muchos aquí Hwang Hyunjin...Solo te pido que abras esos ojos tan lindos que posees y que te recuperes.—Dije mientras que el dolor se apoderaba de mí.—Te amo muchísimo mi amor, te adoro.—Baje la mirada por un segundo hasta que sentí como apretaba suavemente mi mano vendada, volví a subir la mirada.—¿Jinnie?
—¿A-ale?—Murmuró con sus ojos aún muy pequeños, acostumbrándose a la luz.
—E-estas despierto...—Dije emocionada.—Estas aqui.
—Siempre estaré aquí.
—¡Mamá, Señores Hwang!—Grite entre lágrimas.—Desperto...
-With love, Danna Kim 💕
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