007- Angels Like You.
Regresamos a los putos juzgados.
Créanme cuando digo que detesto este lugar y más cuando tengo que ver a todas las víctimas, sus familiares, ver a mis compañeros, ver a toda la jodida escuela aquí, de solo pensarlo me asfixia.
Intente vestirme lo más acorde que pude, no fui capaz de no ver la foto que conservo con Han, porque simplemente se que hablarán de él y que tendré que soportar el hecho de que seguirán hablando de lo que ocurrió, a más de tres días de ello.
Si, lo sé. Se que es complicado superar una situación de esas, cuando la vida de muchas personas estuvo en peligro inminente, también la mia.
Tome lo necesario para llevar allí y salí rumbo a los juzgados de nuevo, no quería estar, pero debía estar. Nos iban a relatar el minuto a minuto de todo lo que ocurrió, de cómo asesinaron a Han, de cómo casi muero yo también y de como en cuestión de minutos, horas, segundos, mi vida se fue al carajo.
Llegue pasadas las 8:30 de la mañana, cuando casi iniciaba la sesión ingrese a la sala y tome asiento junto a Jenn y Sharon quienes me dieron su apoyo incondicional con respecto a lo de Han.
Jenn aún no sabía que Han la amaba, la amaba tanto que el fue capaz de dar su vida con tal de protegerla y yo me encontraba en una batalla conmigo misma sobre si decirle o no que Han la adoraba.
Las puertas del juzgado volvieron a abrirse dándole paso a otros compañeros más, entre ellos Hyunjin, que no hizo más que verme y bajar la mirada. Todos sentíamos el hecho de volver a estar aquí, una vez más, sabiendo que nos dirán como las personas que amabamos se fueron para no regresar nunca más.
Yo nunca fui de esas personas que se apegada mucho a aquellos que amaba, pero la diferencia con Han es muchísima y yo siempre buscaba la manera de estar con el, porque yo lo amaba y lo sigo amando, miles de corazones rotos y dos manos ensangrentadas son las culpables, jamás en mi vida podré perdonar que me hayan quitado al ser más importante de mi vida.
La sesión empezó dejándome un poco aturdida por el inicio, creer que sentía como si fuese la primera vez aquí no me era muy fácil. El aire se me cortaba y el corazón me latía millones de veces más fuerte que cuando estaba con Hyunjin y era un poco desesperante eso.
Aún sabía que mi corazón le pertenecía.
Sentí como Jenn apretó mi mano, yo sabía que ella sentía lo mismo que Sharon y que Sharon sentía lo mismo que yo, estábamos iguales, eramos iguales todos en ese momento. Supongo que esa es una pequeña moraleja que nos dejaba todo esto, que eramos malditamente iguales, humanos al final de cuentas.
Las miradas se intercambiaban entre todos los que estábamos allí, menos la mía y la de Hyunjin, quien simplemente estaba perdido en las luces y creer que el estaba allí era equivalente a pensar que la tierra era plana.
No quería mirar hacia donde estaba Alexandra, porque caería ante esos ojos y realmente no quiero, estoy fuera de mis casillas.
El juez empezó a relatar todo sobre aquel día, absolutamente todo.
Inicio diciendo que nick compró las armas diez días antes de realizar el ataque y que fue visto por Alexandra.
¿Como carajos yo no sabía de eso?
Perfecto, otra excusa más para hablarle.
Paso a decir que Nick era mentalmente inestable, que el en realidad no podía con todos los problemas con los que cargaba diariamente y que en realidad todo lo que causó está tragedia fue la negligencia de sus padres, ya que realmente no lo amaban ni lo cuidaban como era debido. Prosiguió el juez empezando a relatar el día, que fue lo que hizo Nick antes de iniciar el desastre y que fue lo que hicimos nosotros antes de casi morir.
Nick hizo su rutina, como siempre, como si fuese un día normal. Luego le dio una rosa blanca a su madre para despues darle un beso en la frente y tomar sus cosas para irse a la escuela justo a la hora indicada, su madre de verdad creía que el iría a la escuela tan normal como siempre lo hacía todos los días..Ella de verdad no se imaginaba que su hijo cometería semejante locura en la escuela.
San Valentín, jodido San Valentín. No sabíamos que era un San Valentín pintado de rojo, rojo sangre, lleno de dolor y miedo, de vidas rotas y horas perdidas en medio del miedo y de la sangre. Mientras el juez relataba todo esto, note como Ale empezaba a llorar en silencio, volví a ver el miedo con el que la vi aquel 14 de febrero maldito, donde pensé que moriría con ella, donde por primera vez en mi vida sentía que iba a morir, donde volví a sentir. El juez siguió relatando lo que estábamos haciendo aquel día, donde la escuela estaba en todo su apogeo y en donde la vida seguía, como si nada, sin miedo.
—El joven Nick caminaba entre los pasillos llevando un bolso negro, en el cual llevaba el arma de largo alcance y también llevaba algunos explosivos.—Preciso el juez.—El chico desenfundo su arma en unas escaleras, siendo presenciado por un chico de quinto grado, al cual este mismo le dijo que saliera de aquí si no quería ser el primero en ser asesinado. Según las propias palabras del chico, este corrio e intento avisarle a uno de los maestros, pero justo en ese momento sonó la alarma de incendios, la cual fue encendida por Nick para intentar que esto se convirtiese en una especie de emergencia y así el poder asesinar a muchos mas estudiantes.—El juez hizo una pequeña pausa.—Allí fue cuando este se dirigió al pasillo en donde estaba el doceavo grado, el cual salía de su aula para evacuar rápidamente por la amenaza de incendios. Este grado era el correspondiente a el y el que más odiaba, así que inicio a disparar mientras que todos los estudiantes buscaban refugio, algunos quedaron al descubierto, otros lograron escapar. Pero el caso que me gustaría resaltar es el de el joven Han Lucks, el cual dio su vida por la señorita Jenn Hernández, interponiendose entre el tirador y la chica y así salvandola de un disparo.—Miré hacia donde se encontraba Sharon, Jenn y Ale, las tres estaban entre lágrimas. No soportaba ver a Ale así, me levante rápidamente y me dirigí hacia donde estaban ellas, no podía ser tan gilipollas por primera vez en mi vida.
Ella al verme se sorprendió mientras intentaba ocultar sus lágrimas, la tome del mentón para que me mirase y le negué con la cabeza, necesitaba que se detuviera de esconderse de mi, porque yo no era su enemigo, yo era quien más la amaba en este momento. Con la mirada le pedí permiso a Jenn y a Sharon para sacarla de aquel lugar y hablar así sea unos minutos con ella, realmente se veia muy mal.
—¿Por qué?—Me miró con sus ojos llenos de lágrimas cuando ya nos encontrábamos afuera.—Dime, ¿¡Por qué, Hyunjin!?
—Ale, mírame.—La tomé de él mentón.
—¡No, Hyunjin! ¿Por qué me haces esto?—Sollozo—No juegues con esto.
—No estoy jugando, Ale. Solo mírame.
—No.—Se alejo de mi.—Alejada de ti estoy bien, muy bien.—Me miró con enojo y tristeza en sus ojos.—¿Por qué me haces tanto daño? Te acercas y te alejas, pero nunca te quedas...Nunca cedes.
—No quiero hacerte daño, no mereces que yo lo haga.
—¡Ya lo haces!—Grito llena de enojo y dolor.—Cada que te alejas de mí, me haces daño, cada que me ves con tus putos ojos de cervatillo buscando algún signo de amor en mi, me haces daño, ¿por qué no puedes entender que te quiero cerca?
—Porque tengo miedo, ¿contenta?—La tomé de los hombros acercandola a mi.—No me perdonaría que llores más por mi, los ángeles como tú no pueden volar al infierno conmigo.
—Yo también tengo miedo Hyunjin. Miedo de que nos vuelva a ocurrir lo mismo, tengo miedo de perderte a ti y a la vez perderme a mi.—Puso sus manos en mis mejillas para que la mirase.—Pero sabes que si no estamos juntos nos hacemos daño, ¿Verdad?
—Lo sé.—Mis manos pasaron de sus hombros a su cintura en un pequeño movimiento.—¿Te quedaras conmigo incluso si tengo miedo?
—Lo haré, Hyunjin, porque yo también tengo miedo, porque no es tu culpa ni la mía haberlo arruinado todo.—Me miró una vez más y sentí aquellas cosquillas en mi estómago que solo había sentido una vez en mi vida.—No te alejes más, por favor, si te alejas todo esto no tendrá sentido.
—Aquí estoy, Alexandra, aquí estoy.—Nuestras frentes se juntaron mientras cerrabamos los ojos disfrutando del momento.
—¿Estamos bien?—Abrí mis ojos encontrándome con esos ojos cafés que me atraen mucho.—Necesito saber si estamos bien, si hay algo, si podemos avanzar.
—Vayamos lento, porque no quiero abrumarte y tampoco quiero dañarte.—Acaricie su mejilla.—¿Ya te encuentras mejor?
—Eso supongo, no puedo irme porque tengo que hablar algo con Jenn y Sharon, pero realmente no quiero estar aquí.
—¿Quieres que este a tu lado? Solo si tu lo quieres.—La miré.
—Yo creo que aun falta algo.—Ladee mi cabeza en forma de confusión.
—¿Que falta?—Murmuré hasta que sentí sus labios sobre los míos.
Era una sensación que no podía explicar, que no podía demostrar, que simplemente sentía y ya. Sus labios sobre los míos, su lengua y la mia haciendo un pequeño lío entre nuestras bocas, las ganas que tenía de simplemente envolverla y no dejarla ir eran un cóctel que me agradaba. Nos separamos ya que nos quedamos sin aire, pero aun nos seguíamos mirando de esa forma, de aquella forma que no podía explicar y creo que jamás lograría descifrar.
—Eso era lo que faltaba.—Intento sonreír, pero algo en su rostro me decía que había una duda.
—No invadiste mi espacio.—Murmuré.—Yo fui quien te acerque a mi.
—Ya pensaba en disculparme.
—Todo estará bien, ya lo verás.
—Eso espero.
Nuestra conversación terminó en un beso y en manos tomadas, nunca pensé que de verdad fuese a besar a Alexandra alguna vez de mi vida. Pero nunca digáis nunca.
Entramos a la sala, Jenn y Sharon nos vieron anonadadas por las manos tomadas, pero Ale les negó con la cabeza y finalmente nos sentamos. El juez siguió hablando y relatando aquel fatídico día, pero Ale y yo estábamos en una pequeña burbuja llena de miradas y caricias, las cuales me reconfortaban y me hacían sentir que para ella yo lo era todo y aunque aún no encuentre las palabras para articular todo lo que estoy sintiendo, no puedo decir que no la amo...Porque realmente la amo, estoy asustado de extrañarla, me pasa todo el tiempo y aunque antes no quería este sentimiento y creía que no podía enamorarme, ahora me doy cuenta de que realmente si pude, solo tenía que confiar en ella y también en mi, no encontrará un amor más real que este, porque soy el indicado, soy lo más real en este mundo y ella, ella es el amor de mi vida, simplemente moriría por ella.
Quisiera saber que pasa por su mente, que ocurre por esa hermosa cabecita. Quisiera saber miles de cosas de él, quisiera que ya no hubiera una barrera, pero los dos sabemos que aun la hay y que debemos romperla; quisiera hacerle saber que quien lo convirtió en esa persona fría, tiene que saber que ya no es más ese Hyunjin indefenso que se escondía detrás de una personalidad borde y asquerosa, porque ahora estoy yo y el ya no estara solo, porque ahora está conmigo. Escucho a las personas hablar, pero no me importa, estoy segura aquí, me siento bien aquí junto a él, en el peor lugar pero al menos estoy con el.
¿Todo irá bien?
Aún no lo sé, lo que se es que mis ganas de estar con el son monumentales y que todo el enojo y la tristeza se han ido a la borda.
¿Que diría Han de todo esto?
Probablemente este orgulloso de mi y también de Hyunjin.
Ahora..Mi mente se centro en decirle a Jenn todo lo que le ocurría a Han con ella, todo lo que pasaba por su mente cuando el la observaba a solas y cuando ellos estaban juntos, brillaban de una manera que era inexplicable.
Solo a mi se me ocurren estas cosas.
La sesión finalizó y todos los presentes salimos de aquella sala de juzgados, donde muchas lágrimas fueron derramadas y donde el dolor se hizo presente una vez más, una dolorosa vez más.
Hyunjin estaba conmigo y yo sabía que el podía sentir mis nervios por decirle a Jenn todo lo que ocurría, todo lo que no le pude decir antes.
—Jenn, ¿podemos hablar?—La mire en busca de una respuesta.
—Claro, ¿que ocurre? ¿Todo está bien?—Se acercó más a mi.
—Necesito decirte algo que traigo guardado desde hace muchísimo tiempo y que no pude decirte por lealtad a Han.
—¿Que? ¿De que hablas?
—Han te amaba, te adoraba Jenn. Eras el amor de su vida, tanto te amaba que fue capaz de dar su vida por ti el 14 de febrero, el día en el que pensaba declararse a ti con una rosa roja y una blanca y una carta que jamás pudo entregarte.—La miré con lágrimas en los ojos.
—¿H-han me amaba?—Tardamudeo.—E-el...
—Lo siento mucho Jenn, siento lo habértelo dicho antes.—Solloze.
—¿Donde está la carta?—Se limpio las lagrimas.
—Toma...—Se la extendí.—Cuando estés lista, leela. Se que te gustaba mucho Han, pero no fui capaz de intervenir en ello por miedo a que saliera mal.
—Gracias por todo Ale.—Me dedico una sonrisa triste.—Se que hiciste lo que pudiste.
—Ya debo irme.—Apreté mis labios aguantando las lágrimas.—Adiós Jenn.—Le sonreí para después irme.
Camine sola hasta la salida, en donde me encontré con Hyunjin y sus padres.
No puedo negar que el nerviosismo me ganó y solo les di un pequeño saludo y seguí caminando hacia casa.
Hogar, dulce hogar.
—Author's Note! 💕
Bue, ya tenía que hacer que estos dos fuesen algo.
Aunque aún no esté oficialmente confirmado que están juntos, prontamente lo estarán.
Quizás os haga sufrir un poco.
-Kim loves you, bae <3
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