Capitulo 04
Grace:
Nunca pensé que sería tan divertido el hecho, de ver a un montón de adolescentes corriendo alrededor de la cancha de nuestro liceo con el profesor de Educación Física gritandoles de fondo, el Sr. Martínez es un hombre que está pasando los cuarenta, con un pequeño problema de sobré peso; y aunque aveces parezca un hombre frío y amargado, el Sr. Martínez es una muy buena persona, dando el hecho de que me deja saltarme las tediosas actividades que requieren de mucho esfuerzo físico, o de tener que correr. Ya que todos los profesores en este liceo están al tanto de mi problema, y por lo tanto no tengo que hacer esas actividades, pero por lo contrario me toca hacer todo tipo de trabajos referente a la historia del deporte y otras cosas aburridas.
Me encuentro sentada en las gradas, observando a todos mis compañeros corriendo uno detrás de otro, en el esfuerzo de poder correr las quince vueltas a la cancha que el profe mando. Mientras me relajo, y me acomodo en mi asiento escucho una notificación que proviene de mi celular el cual estaba en el bolsillo de mi mono, lo sacó y lo primero que veo es el fondo de pantalla; pongo la clave y de inmediato se desbloquea busco el icono de Whatsapp y al ver era un mensaje de mamá que decía: Llegaré más temprano a casa yo haré la cena. Le respondo con un: Okey, y vuelvo guardar mi celular en mi bolsillo.
La clase de Educación física ya había terminado, y me tocaba una de mis clases favoritas: Música, me levanto de las gradas y me dirigo hacia mi mejor amigo el cual estaba bebiendo agua.
—¿Cansado?— le preguntó irónicamente.
— No veras estoy, fresco como una lechuga— me responde con sarcasmo— ¿no ves que estoy sudado y me estoy bebiendo toda el agua?.
— Idiota.
— Mira quien lo dice, la que hace preguntas tontas.
— Pero no te molestes, Angelo solo te quería hacer una broma.
— No estoy de humor para tus bromas Graziella, — me dice, y puedo sentir una pizca de enojo en su voz.
— Bueno ya que no estas de ánimos, yo mejor me voy— me volteo y procedo a caminar, para irme del lugar. Cuando escucho la voz de Angelo, llamarme.
— ¡Ey, Grace!.
Al oir su voz me volteo, de mala gana.
— ¿Nos iremos juntos?.
— No lo sé, es que hoy tengo ensayo, y saldré tarde— explicó.
— No importa chica, te espero.— me dice cambiando su semblante serio, y dibujando una sonrisa en sus labios.
Yo simplemente, le levantó el pulgar para seguir caminando.
Ya una ves estoy dentro, caminó por los pasillos en busqueda de mi casillero, para buscar mi instrumento. Una ves ya estoy en frente de mi casillero saco la llave de mi bolsillo y lo abro sacando el estuche y mirándome en el espejito que puse en la puerta y cerrando nuevamente mi casillero.
Camino hacia las escaleras, con dirección al salón de música, cuando llego me sorprendo al ver un cartel sobre la puerta que dice: Cerrado por remodelación.
— Y ahora que,— me digo a mi misma.
Veo a una de mis amigas y le pregunto.
— ¡Oye!, Anna tu de casualidad, ¿no sabes que paso?. ¿No tendremos clases?— le digo señalando la puerta del salón.
— Oh, hola Grace perdón por no avisarte jeje— dice con pena— pero estamos en el pateó central, todos ya están allí. Estamos esperando a la profesora para comenzar, y yo estoy aquí porque andaba buscando mis partituras; pero ya las tengo— señala, el pontón de hojas que están sobre su mano,— ¡Vamos!— me dice antes de comenzar a caminar. Y yo la sigo.
En menos de unos minutos ya estamos en el pateó central, en donde se encuentra toda la orquesta ya sentada en sus asientos afinando, Anna se separa de mí y se dirige a su lugar. Yo me ubico rápidamente en la fila, y me siento en el cuarto atril; saco mi instrumento el cual ya está afinado. Y saco mis partituras cerrando el estuche y colocándolo de bajo de mi silla, cuando voy a agarrar el arco para apretarle el tornillo, mis partituras son voladas por el viento. Me levanto rápido de la silla en busca de mis partituras, ya que son las que mas tocamos.
Salgo detrás de ellas, wow el viento no quiere que yo tenga esas partituras, casi me rindo ya que estoy cansada cuando, alguien las atrapa. Apresuró el paso para tenerlas, cuando estoy frente a esa persona me agacho colocando mis manos sobre mis rodillas en un intento de recuperar el aire, cuando ya mi respiración vuelve a la normalidad, la persona que atrapo mis partituras, me habla.
— ¿Te encuentras bien?,— una voz masculina pregunta.
Cuando por fin recobro mis sentidos, puedo ver al chico del cual provenía esa voz, y no era nada mas ni nada menos, que el chico que vi el lunes. Ese es el de la broma con el tobo de agua, el causante de mi ataque de asma, y la persona el cual sin conocerla ya me caía mal.
— ¡Tu!,— lo digo con molestia — el chico que me tiro el tobo de agua en la cabeza.
— Oye, oye perdon pero esa broma, no era para ti — me dice, poniendo sus manos en frente de su pecho intentando disculparse.
— Lo que sea, — respondo indiferente, volteando los ojos.
— Aun sigues enojada, y lo entiendo pero. Déjame explicarte— no me interesa nada de lo que tenga que decir, fuera para mi o no, la broma es de muy pésimo gusto.
Me quedo en silencio, y el procede a hablar
— Al menos me dejas disculparme.
— No,— le contesto lo mas cortante posible— me podrías dar mis partituras— le digo controlando las ganas que tengo de darle una cachetada.
El me las entrega sin decir nada.
— Gracias— digo indiferente.
— De nada, ¿espera vas al ensayo?— pregunta.
— Si, por— pregunto arqueando una ceja.
— Yo también voy,— sonríe, y hasta ese momento me doy cuenta del estuche de guitarra que tiene colgado sobre su hombro derecho.
— Que bien,— respondo con sarcasmo; y me volteo y regreso por el mismo camino, en dirección al lugar en donde estaba.
✨✨ ✨✨ ✨ ✨ ✨
Cuando vuelvo al pateó central, una de mis amigas de Cello me saluda, y me dice que me apurate ya que ya vamos a empezar con el ensayo. Me dirijo rápidamente a mi lugar Sam el cual esta sentado al lado derecho del atril, sonriendo y saludándome. Y me susurra por lo bajo: muevela, a lo que me apuero y me siento agarrando mi instrumento y el arco del atril, y colocándome en posición de descanso.
La directora se sienta en su silla mirándonos a todo.
— Bueno chicos, empezaremos con Venezuela.— dice para posteriormente levantar la batuta, y todos levantamos los instrumento y empezó el ensayo.
✨✨ ✨✨ ✨ ✨ ✨
Ya después de que finalizó el ensayo, me encuentro guardando mis cosas, en mi casillero con Angelo recostado en el casillero que está al lado del mio mirandome.
— ¿Y como te fue? — dice cortando el silencio.
— Bien— respondo, sacando mi bolso— la verdad nada fuera de lo normal ya sabes, tocar las mismas canciones, escuchar a la directora regañando a los segundos violines lo usual. — saco mi celular del bolsillo de mi pantalón para ver la hora, y apenas eran las 4:38. Me mire al pequeño espejito en la puerta del casillero y vaya que está despeinada, hoy parecía una loca; miro a Angelo a través del espejo.
— ¿Enserio estuve así de despeinada todo el día?,— le preguntó.
— Sip.— me responde mientras miraba su celular,— parecía que no te habías peinado en toda tu vida—dijo entre risas.
Me volteo hacia el, y le quito el celular— Y por qué no me dijiste idiota.
— Porque te veias graciosa.
Me molestó, y le respondo.
— Pues mira que gracioso es lo que le pasara a tu celular.— cierro rápidamente la puerta del casillero y me pongo a correr con el bolso sobre mi espalda y el teléfono de Angelo en la mano.
— ¡Oye loca, devuélvemelo!— me grita, y siento como comienza a perseguirme.
— ¡Tendrás que atraparme primero!— me rio y sigo corriendo.
Para mi mala suerte, no soy tan buena corredora y me canso muy rápido, ya que me falta aire y a unos metros ya fuera del liceo me canse, y Angelo me alcanzó.
— Te tengo pequeña,— dice agarrándome de la cintura, y agarrando su celular.
— Oye eso no es justo, ya que tu eres más rápido que yo y puedes respirar bien.
— No es mi cumpla que Dios tenga sus favoritos querida Grace.— alardea de si mismo.
— Pero al menos yo soy mas linda que tu.
— Bueno eso no lo puedo negar— me mira a los ojos fijamente. Y por unos instantes se crea un silencio que me pone incomoda y decido romperlo.
— Bueno si seguimos hablando se nos hará más tarde.
— Si creo que es mejor que empecemos a caminar.
✨✨ ✨✨ ✨ ✨ ✨
Cuando ya estábamos en la sera que esta en frente de mi casa Angelo se pone al frente de mi y me dice:
— Bueno princesa creo que ya llegamos a su destino.
— Si gracias por tu compañía Ange— le digo despidiéndome.
— Pero despídete bien— abre los brazos para que lo abraza y yo rodo los ojos.
— Okey— lo abrazo,— Ahora si ya chao.
— Pero no me hables así.
— Ay ya sentimental— lo golpeo con el codo y el se va.
Camino hacia la entrada de la casa.
— Ya devuelta en casa,— digo en frente de la puerta de mi casa— vaya que largo dia—meto la llave en la cerradura y abro la puerta.
Al momento en el que abro la puerta veo toda la casa con las luces apagadas, cuando me acerco al interruptor para encender las luces, escucho un muy alegre y emocionante ¡SORPRESA!. Y me asusto cuando veo a mi madre, con un gorro de fiesta junto con mi abuela materna, y el hermano de mi mamá el tío Alfonso, los cuales están muy alegres. Y no veo porque osea no es mi cumpleaños o algo asi, hasta que veo a alguien saliendo de la cocina; y cuando veo no es nada mas ni nada menos que Max. salgo rápidamente a abrazarlo y me le monto encima abrazándolo con mis piernas y el me carga.
— Max, no sabes cuanto te extrañe— le dije entre lagrimas de alegria.
— Yo mas mi pequeña, pelusa— me abraza mas fuerte, como si no quisiera soltarme nunca.
— ¿Como, cuando llegaste y a qué hora,?— le pregunto rápidamente.
— Bueno esa es una larga historia y un muy bien planeado plan, que despues te dire. Pero no ahorita porqué muero de hambre, ya que mama no me dejo comer nada hasta que llegaras.
— Ay Maxi, calma— mi madre habla— ¡Bueno familia vamos a la cocina a comer!.
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