韻を踏む心:OO8

Cuando fue la presentación del libro, tanto Jisoo como los demás autores fueron convocados a distintas librerías a presentar el libro, leían un par de fragmentos, cada autor estaba acompañando de uno de los del equipo de ilustración, quién estaba junto a Jisoo en aquella pequeña librería local era Taehyung, un joven muchacho que estudió ilustración en una de las mejores academias de dibujo del país.

El joven le mostró el cuaderno de dibujos que llevaba a todos lados, sus dibujos eran detallados, algunos estaban coloreados, otros eran en blanco y negro, otros con tinta, las distintas técnicas y dibujo, desde personajes, hasta escenas cotidianas y uno que otro personaje de Marvel que el castaño le gustaba mucho la sorprendieron.

―Nunca fui muy buena con el dibujo así que no tengo mucha idea al respecto pero tus dibujos son muy buenos, son muy lindos, me gustan.― Dijo Jisoo, estaban ya al final de la presentación, firmando un par de copias para aquellos que quisieran.―Tienes mucho talento.

―Gracias, mayormente dibujo esto para mí, pero me encanta mucho ilustrar para libros también, me pasa cuando leo algo me imagino algo en mi cabeza y es un lindo desafío intentar poner lo que tengo aquí,― Tocó su cien.―y pasarlo a la hoja, es un reto mayor cuando es poesía porque por la forma en la que está escrito... A veces no son imágenes muy claras, es muy metafórico hay que entenderlo muy bien para poder ilustrarlo.

―Oh, sí, es complicado.― Dijo Jisoo, ya que a veces, no entendía del todo lo que decía Chaeyoung, debido a sus rimas.―Tu talento es impresionante, vas a llegar muy lejos, Taehyung.

―Gracias.― El castaño estaba sonriendo mucho.―Espero algún día volver a trabajar con usted en algún proyecto en conjunto.

―Oh, seguro que te aviso, estoy trabajando en un proyecto ahora, también es de poesía, está en una etapa muy inicial aún... Es bastante cursi pero...― Su mirada se distrajo un momento, al ver aquella cabellera rosa, ahí estaba su Chaeyoung estaba mirando unos libros, su amor había llegado y su corazón se aceleró al saberlo, Jisoo sonrió levemente, hizo una pequeña reverencia hacia el castaño.―Ya vuelvo, disculpa.

Se levantó del lugar y se acercó a la pelirrosa, que estaba viendo en la sección de Poesía, con detenimiento.

Sus mejillas se inflaban un poco, concentrada en buscar algo parecía, su cabello rosa contrastaba tanto entre los libros que la hizo sonreír, se veía como un algodón de azúcar, como siempre, era adorable.

―¿Te interesó alguno?― Preguntó Jisoo, Chaeyoung se volteó hacia ella levemente, sus mejillas se pusieron rosas casi de inmediato.

―¿Tú no tendrías que estar ocupada con tu firma?― Dijo, con una sonrisa.

―Sí, bueno... No hay mucha gente que le interese la poesía, firmamos un par de libros ya hace un rato, pero creo que no vendrá más gente.― Jisoo se encogió de hombros.

―Sí, bueno, a menos que sea una novela erótica que haga que un montón de señoras se calienten es difícil que vaya gente a las firmas de libros.

Jisoo rió un poco, asintiendo.

―Sí, creo que debería cambiar de género literario.

―Para nada, eres una de mis autoras contemporáneas favoritas, tus últimos poemas son exelentes, no caigas en el modelo capitalista para vender más.― Chaeyoung pareció encontrar el libro que buscaba, ya que lo tomó con seguridad y miró la tapa con un asentimiento.― Además... Me caen mal esas señoras, es un asco que hablen de sexo con tanta pasión, cuando deben estar tan secas como una pasa.

Jisoo rió con ganas, Chaeyoung hizo una reverencia hacia ella y se marchó, la pelinegra al darse cuenta que la menor no estaba la buscó con la mirada rápidamente, la vió a lo lejos hablando con un chico joven, el chico tenía el libro que ella había encontrado momentos antes.

Fue entonces cuando se dió cuenta de que algo no cuadraba: Chaeyoung no había hablado con rimas.

Con el ceño fruncido, volvió hacia la mesa donde estaba Taehyung, confundida, le preguntó directamente al joven con la voz algo temblorosa y baja:

―Ey, Taehyung, ¿ves a la chica de pelo rosa de ahí?

―Eh...― El castaño se levantó un poco del asiento hasta encontrarla.―Sí, la veo, es una de las empleadas de aquí, creo, tiene el chaleco verde ese y la placa con su nombre, ¿por qué? ¿la conoces?

Jisoo sentía sus manos sudar.

―Algo así...― Dijo, sus piernas temblaban demasiado, su corazón se aceleró, le sudaban las manos.―Ya vuelvo.

Salió de la librería corriendo, rumbo a su hogar, rumbo a aquella pelirrosa que debía estar allí, pues allí la había dejado.

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