韻を踏む心:OO3
―Chaeyoung, ¿quieres un chocolate?― Ofreció Jisoo en voz baja, estaban en el supermercado, y la góndola de las golosinas había llamado su atención.―¿Las alucinaciones comen chocolate?
Ella no era de cosas dulces, le gustaban más las cosas saladas, pero la pelirrosa a su lado parecía que era lo opuesto a ella, por eso le había preguntado.
―Mmm.... Quizás alguno dulce, dulce como los labios que anhela, de alguien que espera.
―Bueno, te llevo el de frutilla.
Chaeyoung sonrió ampliamente, sus ojitos se hicieron dos líneas y sus mejillas se colorearon de rosa, casi tan rosa como su cabello color algodón de azúcar.
Jisoo llegó a la caja registradora, metió todo en su tote bag sin ningún cuidado, salvó por ese chocolate que dejó para el final, para que no sea aplastado por los cinco paquetes de ramen instantáneo ni por la coca cola de dos litros.
―Son lindas las tardes de sol,― dijo Chaeyoung, eran casi las seis de la tarde y el sol empezaba a bajar, siendo más cálido y dorado.―la luz se siente como un abrazo al corazón.
―Lo que tú digas, Chaeyoung, no me gusta mucho el sol.― Dijo Jisoo, pasaron junto a un banco libre, una mitad estaba a la sombra de un árbol, la otra estaba frente a la luz del sol, sin pensarlo dos veces, fue hacia allá y se sentó, soltó un suspiro pesado cuando pudo dejar la bolsa de las compras en el suelo y relajar sus brazos un momento.
―¿La palidez de tu piel, será igual a la friadez de tu ser?
―No creo que "friadez" sea una palabra.― Replicó Jisoo.
―Buscas escusas gramaticales, para evitar tus verdades existenciales.
―No te daré tu chocolate.― Jisoo negó.
Chaeyoung rió por lo testaruda que estaba siendo Jisoo, la mayor no quería verla porque se veía muy bonita y muy real a la luz del atardecer, demasiado, al punto en que casi se lo creía.
Para intentar creer que aquella joven hermosa a su lado no era real, aventuró con su mano a tomar la de la pelirrosa, se sorprendió cuando sintió aquel cosquilleo en la punta de sus dedos.
Chaeyoung bajó la vista hacia la mano de Jisoo, abrió sus dedos para engancharlos en los de la pelinegra, atrapándolos en su manito, más pequeña en comparación con la de la mayor.
―Si hubiera una forma de abrazar en diminutivo sería tomarse de las manos, así que permíteme abrazarte hasta que tus dolores estén sanos.
Jisoo soltó una pequeña risa-suspiro.
―Esa fue una buena rima, Chaeyoung, podría usarla en algún poema.― Chaeyoung sólo asintió, con una sonrisa tranquila, mientras miraba sus manos unidas con una sonrisa en su rostro.―¿Estás aquí para que pueda volver a escribir poemas o por algo más?
―Las respuestas están en tu corazón.
―Chaeyoung, no me contestes con una rima.
―Temo decirte sin miedo, que no puedo.
Jisoo suspiró, llevaban semanas juntas, más de un mes, las rimas de Chaeyoung era algo que la tenía más o menos acostumbrada pero cada tanto tenía esos pensamientos de que si se podía callar de una vez, porque tantas rimas la volvían loca.
Ella no era una persona que hablara mucho, y menos con otras personas, pero apreciaba que Chaeyoung estuviera a su lado para darle charla, solo le gustaría que no hablara todo el día en versos y que pudieran tener una conversación normal.
Quizás así se sentiría más normal.
Por más que estuviera hablando con alguien que no existía.
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