「 ❝Chapter Ø8 ❞」


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Al rubio casi le da un infarto al verte sentada así frente a su erección. Tu subconsciente te regañaba por lo que estabas haciendo, pero hacías oídos sordos a él, concentrándote en lo que tenías al frente. Tu rostro sonrojado por la vergüenza y la provocativa posición en la que te encontrabas, solo puso peor al rubio.

Llevaste tu mano temblorosa a su erección empezando a frotarla, haciéndolo sonrojarse y soltar bajos jadeos. Luego de frotarlo un poco este se volvió más duro y la expresión de Rengoku lo decía todo.

Hiciste caso a lo que los ojos de Kyojuro te pedían y desabrochaste su pantalón bajándo levemente el bóxer y así liberar de su prisión el miembro erecto de tu sensei. Este se veía bastante duro y venoso y vibraba alunas veces pidiendo tu atención.

Lo tomaste con ambas manos y empezaste a masturbarlo con tus puños de forma lenta, la cual era extremadamente tortuosa para el rubio, cuando notaste esto, pasaste un poco de saliva y continuaste con tu trabajo.

Tomaste con firmeza su miembro y empezaste a masturbar con rápidez haciéndolo soltar gruñidos más altos. Acercaste tu boca a su miembro erecto, pero cuando estuviste apunto de engullirlo fuiste interrumpida por unos toques en la puerta.  

----Rengoku, abre. No me hagas perder el tiempo.----

----Estoy un poco ocupado ahora, ¿No puede ser a la hora de irse?.---- Rengoku intentaba contener sus jadeos y gruñidos.

----Sabes que de todos modos voy a entrar.---- Tengen-sensei tan solo abrió la puerta y entró ignorando completamente las palabras del rubio.

----¿Que necesitas?.----

Rengoku estaba sentado derecho en su asiento como si todo estuviese normal y tu estabas escondida escondida en el hueco del escritorio entre las piernas de Rengoku. Te acercaste silenciosamente a su entrepierna un poco nerviosa pero decidida.

----Tomé tus condones de repuesto, no se si lo notaste ya que te jubilarás virgen, pero prometo devolvertelos...algún día.---- Tengen volvió a poner en su boca la paleta que estaba comiendo antes de hablar.

----¿Que vas a- ---- Rengoku iba a responder, pero casi sale un gruñido de sus labios cuando sintió como engullías de golpe su miembro e intentabas chuparlo torpemente, ya que no alcanzabas a tomarlo todo, dejando de lado tu obvia inexperiencia.

----¿Te estás muriendo? Estás rojo.---- Tengen lo miró con una ceja alzada.

----No, no es nada.---- Siguió fingiendo su sonrisa normal conteniendose lo mejor posible.

----Siento que me estás ocultando algo.---- el peliblanco extravagante lo miró con interés.

----¿Para que digiste que tomaste mis condones?.----

----Oh, lo siento querido, es tarde, tengo que irme a la mierda.---- Como si fuese magia, Tengen salió de la oficina tras escuchar las palabras mágicas en un segundo.

Rengoku soltó un suspiro de alivio y placer y miró hacia abajo, donde te las arreglabas para engullir la mayor parte de su miembro. Empezaste a moverte con más rapidez lamiendo desde la base hasta la punta y chupándola. Rengoku tomó suavemente tu cabeza y la guió para que lo metieras un poco más profundo.

Poco después, los jadeos del rubio se convertían en gruñidos altos y constantes, los cuales te excitaban. Rengoku tomó tu cabeza y metió todo su miembro en tu boca, corriendose en ella.

Intentaste tragarlo todo pero el rubio seguía corriendose en tu boca, lo sacaste para poder tragarlo mejor pero este se terminó de correr en tu rostro. Rengoku te miró y su sonrisa perversa volvió.

----Eres una buena niña, pero te ensuciaste mientras comías tu merienda. ---- Rengoku tomó de su escritorio una servilleta y te limpió el rostro, dándote un beso corto.

Empezaste a desabrochar todos los botones de tu camisa y te sentaste sobre el regazo de Rengoku con su miembro entre tus piernas, el cual estaba empezando a despertar otra vez.

----La hora de juegos terminó, querida.---- Rengoku puso sus manos a cada lado de tu cintura, pero cuando estuvo apunto de bajarte de el, tomaste sus mejillas y llevaste su cabeza suavemente hasta tus pechos, abrazándola.

----¿Por favoor?~ No es justo que usted haya terminado y yo no..---- sentiste como su miembro se iba poniendo duro, por lo que lo frotaste un poco con tu entrepierna.

Sentiste repentinamente como Rengoku liberaba uno de tus pechos del sostén y lo chupaba con fuerza y sin ninguna piedad mientras te miraba a los ojos y empezaba a simular embestidas frotándose contra ti y sacándote gemidos altos.

Al ver tu rostro rebosante de placer, su miembro se puso mucho más duro. Por lo que cuando estuviste apunto de correrte se detuvo y te sentó sobre el escritorio, tomando uno de tus condones que habían guardado ahí. Rengoku lo abrió con sus dientes de una forma sensual.

Se puso el condón y te tomó de las caderas para levantarte una vez más y sentarte sobre su miembro, entrando en tí de una estocada. Debido a la brusquedad, te tapaste la boca para evitar gritar muy alto y antes de que lo notaras, Rengoku empezó a entrar y salir de tí con rapidez, chocando con tu punto débil cada vez con más fuerza.

----S-sensei, e-esperaah~----

Rengoku solo sonrió una vez más y siguió embistiendote con fuerza y rápidez. Sus embestidas eran salvajes y despiadadas, por lo que no podías ocultar la mayoría de tus gemidos. Cuando estuviste apunto de correrte, abrazaste a Rengoku para evitar desplomarte sobre el a causa de tanto placer.

----N-no s-sigas g-golpeando ahí o y-yo...~---- Rengoku tomó tu cintura y la metió completamente hasta el fondo haciéndote llegar al instante y soltando un gemido más alto que los anteriores.

Pero como ya te lo esperabas, Rengoku estaba lejos de terminar contigo. Te tomó de las caderas y te subió en el escritorio dándote la vuelta boca-abajo y comenzando a embestirte nuevamente con fuerza.

Rengoku tomó tu pecho suavemente y te sentó en el escritorio pegandote a su pecho y besando tu cuello mientras sus embestidas llegaban más profundo por el cambio de posición. Metió dos de sus dedos en tu boca estirando un poco el interior de tu mejilla y haciendo que te fuera imposible callar tus gemidos.

Empezaste a contraerte con más frecuencia haciendo que los gruñidos del rubio se hicieran más altos. Rengoku levantó su rostro gruñendo en tu oído y excitandote más, para luego bajar su mano desocupada por tu abdomen y dirigirse a tu botón, frotándolo con rapidez.

----S-sensei..no~----

Haciendote caso omiso, giró tu rostro para estar cara a cara contigo y te beso apasionadamente sin sacar sus dedos, haciendo que la saliva caiga de tu boca. Rengoku terminó dentró de ti, pero tu estabas apunto de hacerlo, por lo que salió de tí y volvió a recostarte, tomando tu trasero y succionando tu botón sin piedad.

Soltaste un grito leve al terminar en su boca e intentaste mirar hacia atrás, viendo como el rubio se tragaba todos tus fluidos y se relamía los labios con una sonrisa perversa para luego cambiar de condón, tomarte y embestirte con la misma intensidad una vez más. Al parecer tu sensei tenía muchísima energía.

Cᴏɴᴛɪɴᴜᴀʀᴀ́....   

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