Molestia vs Furia

Akutagawa se había levantado, Atsushi tenía sus labios secos pero igual estaba despierto

- ¿Cuánto tiempo llevas despierto?

- Dos – tocio ligeramente – horas

- Te daré otro poco de agua pero prefiero tenerte así, no hay personas alrededor

- Aku....taga...wa – le llamo sediento

- Si, lo sé – decía Akutagawa sirviéndole agua en una pequeña taza, por lo menos era más agua que anoche.

Atsushi se le fue encima en cuanto lo vio, el pelinegro sonrió al ver al albino tan deseoso de agua, no perdío el tiempo, acuno al albino como si de un bebe se tratase, no había mucho que Atsushi pudiera hacer, dejo la taza en sus labios y le dejo caer por su boca, Atsushi no iba a negarlo, si era vergonzoso el como lo tenía pero tenía sed

- ¿Mejor? – pregunto el pelinegro

- S-si... - hablo ligeramente el albino

- Jinko – le llamo

- ¿qu-que quieres? – pregunto molesto el albino

- Me gustas a pesar de ser testarudo

- Akutagawa tu...

El pelinegro cambio aquella posición para dejar las piernas y rodillas del albino en el suelo de la tienda de acampar pero sus muslos y entrepiernas encima de las piernas del pelinegro, Atsushi quedaba ligeramente más alto que el pelinegro, mirándose frente a frete

- Jinko... Deja de ser tan testarudo, sinceramente no me molesta o daña lastimarte, lo hago por tu bien – decía Akutagawa mientras Atsushi se coloreaba de tono rojo en las mejillas

- Akutagawa, en realidad la boda...

Akutagawa no quería escucharle, levanto al albino y lo estrello contra el suelo, quedando el arriba, mostraba sus colmillos y sus iris eran delgadas

- Te dije que no hables de la boda, para esta ahora ya debió ser cancelada – dijo el pelinegro

- Akutagawa no es

- ¡Cállate! – grito el pelinegro – Jamás había tenido algo que atesorar... - soltó el pelinegro – no pienso soltarte... no pienso entregarte.... – trago saliva – pasaré por todos mis principios y obligaciones.... Solo quiero estar contigo...

- Akutagawa La boda

- ¡Que no! – grito el pelinegro golpeando al albino – te lo dije... no me molesta lastimarte y así olvidarás a Dazai... por que, yo estoy seguro que me quieres a mi – decía el pelinegro

- A-Akutagawa... de-déjame ha-hablar

El pelinegro estaba más que furioso, volvió a golpear al albino, esta vez sangrándole el labio, Atsushi sentía el dolor ¿se lo merecía? Probablemente, sabía bien de los sentimientos del pelinegro, el se sentía igual, el miedo le cejo a ocultarle aquel plan y ahora debía pagar por ello... ¿realmente estaba bien eso?

Akutagawa siguió golpeando al albino, estaba molesto... El albino solo quería hablar de la boda ¿Por qué le costaba tanto entender?

Media tarde... Era media tarde, Atsushi estaba nuevamente atado a un árbol, tenía varios moretones, muchas partes de su cuerpo sangraban, esa era la furia de Akutagawa Ryunosuke... Atsushi no sabía de Akutagawa desde hace horas, la sangre en el se había secado, sus muñecas le ardían

- Si sigo así perderé mis manos... - decía el albino adolorido

Atsushi se recargo lo más que pudo en el árbol, sus manos le dolían, no, ardía por tal presión, después llego el pelinegro tan serio como la noche anterior

- Akutagawa, por favor, suéltame... mis manos... me duelen...

- Lo sé – suspiro – si supiera que no huirías de mí, te soltaría

- No puedo usar mi lado animal, me tienes como un humano común y corriente, por favor, solo dame unos 10 minutos sin las ataduras – pidió el albino

Akutagawa se acercó, le desato del árbol con tal acto Atsushi tuvo esperanza, no planeaba huir, solo quería sentir sus manos de nuevo pero no, Akutagawa abrazo al albino, dejo su cuello en su hombro, el pelinegro soltaba ligeramente las cuerdas en aquel abrazo, Atsushi estaba nervioso, podía sentir como su corazón iba a salir, sus mejillas rojas, si... él quería a Akutagawa... pero...

- Tu corazón late tanto cuando solo te doy un abrazo... - decía el pelinegro – me haces sentir querido Jinko

- Lo dices de esa forma pero demuestras otra – dijo el albino

- ¿acaso te he traicionado?

- No lo sé, dímelo tu – dijo el albino desafiándole con la mirada

Sus ojos estaban uno con otro, tan cerca y tan lejos, tan unidos y tan distantes, había rabia en Akutagawa y molestia en Atsushi pero ¿Cómo fue? Nadie lo sabe... Las miradas de odio y molestia continuaban, los dos estaban molestos, los dos estaban ofendidos, los dos estaban... juntos

Akutagawa se acerco lentamente a los labios del albino, Atsushi no se movió o negó, sus miradas seguían su propia batalla mientras sus labios comenzaron otra, la batalla entre labios perduro hasta que la batalla entre lenguas comenzó, el pelinegro ganando contra le lengua del albino lo dejo casi inconsciente

- A-Aku-Akutagawa de-detente – decía Atsushi sonrojado

- No lo haré – dijo el pelinegro – si sigues con tu plan de casarte... lo harás... pero primero seras mio – dicto el pelinegro

Akutagawa volvio a besar al albino, un beso con determinante pasión y amor, Atsushi no podía contra la lengua de Akutagawa, se vio nuevamente invadido pero ahora con la compañía de las manos del pelinegro, acariciaban sus pezones y cintura con descaro, Akutagawa lo admitía, no necesitaba reino, ni hermana ni nada si tenía a Atsushi... No necesitaba nada más

- A-Akutagawa – decía Atsushi casi sin voz nuevamente, la poca agua que había tomado no le ayudaba de mucho

- Guarda tus palabras, pronto comenzará – dijo el pelinegro – pero déjame humedecer tu boca

Ryunosuke ciertamente lo hizo, beso a Atsushi de tal manera que la saliva ahora sobreabundaba la boca del albino saliendo por sus comisuras y quedando de unión cada que el pelinegro se separaba ligeramente, Atsushi no podía más, quería más

Akutagawa se deshizo de las ropas, a excepción de la camisa, no podía quitarla con los amarres del albino, se deleitó de un gran trabajo de felación en el pequeño albino, haciendo a Atsushi gritar entre espasmos, su miembro crecía, se estiraba y endurecía por las caricias del pelinegro, Akutagawa se deleitaba con las caras y sonidos que el albino le prestaba

- Pa-para A-Akutagawa a-así n-no – se quejó el albino casi llegando al orgasmo

- No te preocupes, no te dejaré terminar aun – dicto el pelinegro

- A-Akutagawa... es-escúchame po-por favor – rogó el albino – n-no quiero no... n-no aquí, no a-así – trago saliva – la boda era

Nuevamente el golpe seco, el golpe que está vez si lo detuvo, Atsushi se sintió mareado, tenía la sangre en la cabeza eso era normal por lo que hacían pero vio borroso y después... no vio nada...

Atsushi logro despertar, estaba oscuro, le dolía el cuerpo pero... ¡Sí! Sus manos estaban sueltas pero... dolía si quiera moverlas si quiera un centímetro, logro ver a su costado, estaban vendadas, igual que su brazo... sin poder moverse, decidió volver a dormir... No sabía que había pasado, ni porque estaba así... solo sabía que todo dolía, todo quemaba... ¿quemaba? Quizá era algo caliente... quizá... solo era su imaginación...

Akutagawa había entrado a la tienda, vio al albino seguir durmiendo y suspiro, puso un trapo mojado en su frente y lo tallo ligeramente evitando tocar la venda que cubría su frente y mejilla, se supone que debía cuidarlo pero estaba siendo guiado por el rencor y la avaricia ¿Cómo podría dejarlo? El solo quería hablar de su boda... Era ese el nivel en que no lo tenía... ¿solo era un capricho? O más bien ¿Por qué estaba tan dolido el albino? Akutagawa quería averiguarlo

- Mañana... hablaremos Jinko - dijo el pelinegro recostandose junto al albino, le abrazo, le abrazo fuerte... tenía miedo de soltarle y que ya no estuviera... Así como su pasado... 

Traje este ahora~ pero no se si terminaré el otro tambien este fin de semana... no prometo nada, solo espero lo disfruten

¡Gracias por leer!

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