Ni Naruto, ni Fairy Tail me pertenencen. Todo derecho es de sus respectivos dueños.

Empecemos....

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La nube de polvo se despejó. Parado, estático, convertido en estatua, estaba Laxus. Con una enorme sonrisa plasmada en su rostro. Habiendo dejado atrás aquellos pecados con los que había cargado en el pasado. Laxus aquel que al principio no daría nada por Fairy Tail, aquel que solo los veía como insectos. Finalmente termino sacrificando su vida por su familia.

Varios miembros lloraban tratando de parar las lagrimas. Mavis se arrodillo llorando. Otro miembro de su familia había muerto.

- Ponte de pie, primera- pidió Freed poniendo una mano en el hombro de la mujer, recorfontandola-. Todavía hay enemigos, y no podemos ganar sin tus estrategias- su tono de voz temblaba, reteniendo lo que sentía-. Hágalo por Laxus-sama- pidió con una lágrima cayendo de su ojo derecho.

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A pasos lentos Zeref se posó sobre la colina observando todo el paraje.

- ¿Cuantos han caído?- le pregunto a la hermosa mujer a su lado.

- Casi un 85%, si tuviera que hacer un estimado rápido- respondió Irene.

- No esperaría menos de ese hombre- elogio Zeref-. Laxus Dreyar, nieto de Makarov. Aquella magia que le enseñe a Mavis, y ella a Makarov- rió suavemente-. La vida de vueltas interesantes-

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El ejercito de Asgard había formado una circunferencia protegiendo a los miembros restantes de los gremios.

La batalla aún no acababa. Aún quedaban cerca de 150.000 enemigos que estaban luchando contra los asgardianos.

- ¡Erza!- grito Naruto viendola-. ¡Ve hacia el Oeste!-

- ¡¿Estás loco?!- grito la pelirroja-. ¡Aún hay enemigos!-

El dragon slayer llego aún lado de su reina.

- Lo sé. Pero tienes que dejarme esto a mi- expreso Naruto-. Hay algo más que me preocupa. Natsu y Gray, puedo sentir sus poderes vibrar, como si estuviesen peleando entre ellos- reveló el rubio.

- Estás equivocandote- dijo Erza.

Natsu y Gray eran incapaces de pelear entre ellos.

- Solo hazme caso- exclamo serio-. Si no los detienes, alguno morirá-

Viendo que no bromeaba, Erza asintió. Se puso de puntitas de pie besando a Naruto. Un beso que duro varios segundos. Sonriendose se separaron, y la pelirroja comenzó a correr hacia la dirección marcada.

Naruto se quedo observando la ida de su reina. Giro su cabeza observando a la mayoría de miembros levantarse del suelo con energías recuperadas. A su lado derecho, se posó Freed.

El peliverde tenia una mirada afilada en su rostro. Tanto como Freed y Naruto se saludaron con un leve cabeceo.

Si Erza era la reina de las hadas, eso hacia a Naruto, el rey de ellas. Y era hora que el rey, los guiará hacía el mañana.

- ¡Tendremos tiempo de llorar cuando todo esto acabe! ¡Gracias a Laxus tenemos la ventaja! ¡No dejemos que su sacrificio sea en vano!- grito Naruto-. ¡Por Laxus!-

- ¡Por Laxus-sama!- grito Freed llorando.

Naruto junto a todo Fairy Tail se unió con Asgard a la batalla.

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En otros lugares ciertas batallas empezaban a terminar o a comenzar.

Minerva y Rogue observaban como sus enemigos, Bradman y Wahl, desaparecían. Hace minutos que se habían vuelto más débiles, como si su invocador hubiese sido vencido.

En el Oeste, la batalla entre Erza, Wendy y Irene empezaba.

Más al Este, Sting observaba con furia a Larcade.

En otro lugar, Oración Seis junto a Meredy estaban en el suelo inconscientes. Sangre salía de sus heridas manchandolo.

Jellal comió polvo cuando August presionaba con su pie la cabeza del peliazul contra el suelo.

- Hace tiempo eras fiel a nuestro emperador- exclamo August-. ¿Por qué te pones en su contra?-

- Por la luz... al final fui capaz de obtenerla. La brillante luz de mi corazón que ilumina la oscuridad- respondió Jellal.

A su mente vino la imagen de Sif y Ultear. Los tres comiendo en una mesa, riendo. La puerta de la habitación se abrió, dejando pasar a Naruto en compañía de Erza, Meredy y Oración Seis. Naruto paso uno de sus brazos alrededor de los hombros del peliazul, abranzandolo y riendo. Si, había encontrado una familia.

August río suavemente y dejo a Jellal. Camino dejando a sus enemigos atrás, humillados.

- No hay nada bueno o malo en la luz, o en la oscuridad. Si en verdad hay justicia en este mundo, recaerá en el amor y nada más- exclamo con sabiduría el escudo marchándose del lugar.

Jellal dejó escapar el aire que se mantenía en sus pulmones. Había tenido miedo, ese sujeto pudo haberlos matado, pero no lo hizo. Dejo escapar unas lágrimas, volvería a casa a ver a su hija una vez más.

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Habían pasado varios minutos. En donde batallas había terminado. Asgard y Fairy Tail, seguían peleando contra el ejercito sin dejar que dieran un solo metro de ventaja.

La luz envolvió a todo el reino de Fiore. Y toda la geografía había vuelto a la normalidad. Alguien había vencido a Irene.

- ¡Esta es Magnolia!-

- ¡Hemos regresado!-

- ¡Esta es nuestra cuidad!-

Los miembros de Fairy Tail festejaban. Sin embargo, aún quedaban cientos de soldados enemigos.

- ¡No sé distraigan!- grito Freed golpeando a un enemigo.

- ¡Primera, esperamos sus ordenes!- exclamo Macao.

- ¡Vamos a utilizar nuestro conocimiento sobre el terreno para facilitar la batalla!- menciono Mavis.

Naruto estaba corriendo con dirección hacía el gremio. Podía sentirlo, Zeref estaba allí, pero él también estaba yendo hacia allá.

Ciertos olores llegaron a su nariz, y el rubio puso una sonrisa reconociendolos. Luego de doscientos metros, por una esquina salieron Natsu, Lucy y Happy que también corrían hacia el gremio.

- ¡Lucy!-

El grito hizo detener al trío que se giro viendo a Naruto llegar hasta ellos.

- ¡Naruto!- exclamo Lucy abrazando a su hermano.

- ¿También vas al gremio?- pregunto Natsu.

- Si, pero mi objetivo es otro. Zeref es todo tuyo- respondió Naruto ganando una sonrisa en el pelirrosa.

- ¡¿Pues que esperamos?!- pregunto Natsu comenzando a correr siendo seguido por Naruto.

Lucy les siguió el paso, pero sus pensamientos eran otros. Su mirada estaba fija en la espalda de Naruto. Comenzó a recordar la primera vez que lo conoció, aquel Naruto solo era un chico de siete años. La imagen de aquel niño fue cambiada para mostrar al Naruto actual.

- (Ha crecido)- pensó con una sonrisa orgullosa.

Naruto se detuvo deteniendo la corrida de todos.

- (¿Que sucede? ¿Por qué cambio de dirección?)- pensó Naruto-. (Esta dirección... ¡Erza y Wendy!)- pensó con miedo.

- Es él, ¿verdad?- menciono Natsu serio.

- Tengo que ir- dijo Naruto.

- Al final, los hermanos menores tienen que hacerse cargo de los mayores- exclamo el pelirrosa.

Natsu y Zeref, Naruto y Acnologia. El pelirrosa tenía razón, los hermanos menores tenían que encargarse.

- Dale unos buenos golpes por Igneel- exclamo Natsu alzando su puño.

- Si- respondió Naruto imitando la acción del pelirrosa.

Ambos chocaron sus puños en forma de saludo.

Lucy miro la escena sonriendo, pero con un sentimiento de miedo por todo su cuerpo. Naruto desvió su mirada para verla a ella. Y sonrió. Y todo aquel miedo se disipó. Esa sonrisa solo trasmitía una cosa.

Ganaré.

Ambos hermanos se fundieron en un abrazo. Como aquel que se dieron hace ocho años, cuando Lucy se fue a Tenrou. Pero era diferente, no había ninguna inseguridad, ningún miedo. Solo amor fraternal.

Naruto dirigió una palabras a Lucy, susurrandole sin que Natsu escuchara.

- Es la única forma- exclamo Naruto.

- ¿Estas seguro?- pregunto Lucy-. ¿Y sino puedo cambiarlo?-

- Lo harás- contesto con seguridad besando su frente.

El dragon slayer comenzó a irse.

- ¡Naruto!- grito Lucy a la distancia-. ¡Demuéstralo! ¡A todo el mundo!- grito alzando su mano y apretandola formando un puño-. ¡Demuestra que mi hermano, es el maldito más fuerte del mundo!-

Como si fuera posible, la sonrisa en el rostro de Naruto se ensanchó aún más.

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El sonido de huesos crujir y sangre salpicar podía escucharse en aquella colina. Una risa psicópata reía mientras masacabra a base de patadas el cuerpo de Irene.

- Basta- exclamo Erza.

El sujeto se detuvo. ¿Acaso un insecto le estaba ordenando?.

- Deja de profanar ese cadáver- expreso la pelirroja.

- Tu, tienes el mismo olor que esta mujer- expreso el sujeto.

Su mirada viajo hasta Wendy que estaba asustada.

- ¿Un dragon slayer? ¿Esta mocosa tiene el poder para matar a los dragones?-

Erza se puso delante de la pequeña. Protegiéndola. Como una hermana mayor.

- Y tú- señalo el sujeto-. El olor de mi hermanito esta entremezclado con el tuyo. Así que eres su mujer- exclamo riendo.

¿Como se pondría al verlas muertas?

- Este poder mágico. Erza-san, esta persona es...-

- Acnologia-

Dos segundos, en tan solo dos segundos, Erza salió disparada contra una roca. Escupió sangre cuando su espalda choco contra aquella corteza. Cayó al suelo derrotada. No podía hacer nada. Ya estaba lastimada de su encuentro con Irene.

La cara de Wendy se lleno de sangre cuando Acnologia la estampó contra el suelo. El pie del rey dragón presiono el pecho de la niña cortándole el aire.

Wendy comenzó a llorar.

- ¡Wendy!- grito Erza con impotencia sin poder moverse.

La niña parpadeo viendo a Erza, dedicándole una mirada y una pequeña sonrisa.

- Gracias por haberme... llevado... al gremio- exclamo como pudo Wendy.

Acnologia se molestó aún más al ver esa pequeña sonrisa. Libero su pie dejando respirar a la niña, pero solo fue unos segundos.

- Muere-

El brazo viajo hasta la garganta de la niña, listo para arrancarla. A centímetros de dar el golpe final, Acnologia sonrió. Había llegado.

Un fuerte agarre detuvo la muñeca de Acnologia. El rey dragón lentamente con una sonrisa volteo a ver a la persona detrás suyo, aunque conocía su identidad.

Su mirada choco contra la de un azul zafiro.

- Hola, hermanito-

La batalla final está a punto de comenzar.

Fin del capítulo.

Bien gente, a partir de hoy... los capítulos serán semanales, incluso puede que cada diez días. Esto porque quiero escribir una buena pelea, bah, dos en realidad. Ya que la de Natsu y Zeref también saldrá.

Ahora se aguantan para leer el comienzo de la batalla :v. Soy malvado.

Espero que les haya gustado. Denle amor.

Bye-bye.