XVII.

Naruto desvió la vista al ver aquella aguja acercarse a su brazo. Aún no entendía porque le tenían que inyectar aquella cosa.

- Ya no seas tan dramático- exclamó Tony sacando la aguja, terminando la inyección.

Su ahijado podía plantarle cara a los héroes más poderosos del mundo, pero se ponía nervioso por una simple aguja.

- No entiendo que tiene que ver mi báculo con una inyección- se quejo Naruto levantándose del asiento, yéndose a su puesto de estudio.

Tony no contestó inmediatamente. Había pasado toda la noche despierto ordenando, y puliendo detalles del nuevo traje y arma de su ahijado. Las ojeras debajo de sus ojos, y los vasos de café vacíos lo mostraban.

- Ya lo verás- contestó el multimillonario con una pequeña sonrisa-. Ven aquí-

Naruto dio un suspiro dejando de lado un libro de historia. Tony le estaba quitando tiempo a su "entrenamiento de estudios". Aunque en el fondo le agradecía, odiaba estudiar.

- ¿Mi traje? Pensé que solo cambiaríamos el peso del báculo- exclamó Naruto viendo la vestimenta frente a el.

- Eso era al principio, pero ya sabes como es mi increíble mente- respondió Tony a su lado.

Ambos veían al traje del rubio, rodeados de computadoras y hologramas.

- El traje tenia algunos detalles que se podían cambiar. Como por ejemplo, la abertura en el abdomen. Por más abdominales que tengas, un golpe ahí haría daño- exclamó Tony.

- Te recuerdo que tu lo diseñaste-

Tony comenzó a silbar desviando la mirada.

- Yo lo sigo viendo igual- dijo Naruto estudiando el traje.

- Lo sé, su diseño sigue igual. No pienso cambiarlo, se ve fenomenal-

Un tic empezó a crecer en el ojo derecho de Naruto.

- ¿Y que haremos?-

- Para eso la inyección, Naruto- exclamó Tony poniendo sus manos en los hombros del rubio-. Enfócate, y piensa en el traje-

Naruto respiro tranquilamente, y enfoco su mirada en la ropa. Tras varios segundos, no paso absolutamente nada.

- No pasa nada- exclamó el chico.

Apenas termino de decir esas palabras, la manga izquierda se movió hacia arriba y hacia abajo quedando en su pocisión inicial.

- Se acabo de mover sola- dijo Naruto apuntando la chaqueta.

- Genial, ¿no?-

Naruto solo desvió a su atención hacia su padrino que empezó a explicar.

- Te inyecte nanobots en tu cuerpo. Con estos podrás controlar el traje. Hacerlo más grande, que se vaya de ti y defienda a otro, etc- exclamó Tony-. Tomará un tiempo acostumbrarte, pero lo harás-

- Increible-

Naruto se enfoco ahora en su nuevo traje, viéndolo con otra mirada. Las mangas de la chaqueta empezaron a moverse frente a la sonrisa del chico.

Tony se encontraba callado estudiando a su ahijado. Naruto había cambiado en estos pocos meses. No solo físicamente; la nueva cicatriz en su boca, y un pequeño aumento de estatura. También, mentalmente y espiritualmente.

La mirada de Naruto ya no era la misma.

¡Pip!

El celular de Naruto sonó llamando la atención del adolescente, quien lo saco de sus bolsillos, mostrando un Iphone 11 pro. Regalo de Tony, obviamente.

Ironman puso una pequeña sonrisa deshaciéndose de sus pensamientos.

¿En que momento creció tanto su ahijado?

- ¿Quien te llamo? ¿Tu novia, la conejita sexy?- preguntó Tony riendo.

- No. Y no es mi novia- respondió el chico prestando atención al mensaje.

Tony no siguió con sus bromas al ver la mirada de su ahijado.

- Es un mensaje a toda la clase. Midoriya mandó su ubicación- mencionó Naruto.

Del otro lado del mundo, en Hosu, estaba por comenzar una pelea en un callejón.

Naruto se sentó llevando una de sus manos hasta su cabeza, peinandose el cabello hacía atrás.

- Por más que quiera ir, estoy muy lejos-

Tony solo se quedo callado.

Tras varios segundos en silencio, Naruto reviso el horario.

- Iré a correr un rato-

- No llegues tarde a cenar. O Pepper me va a regañar a mi- se despidió Tony viendo partir al chico.

- ¡Ya lo sé!-

Se pudo escuchar la respuesta de Naruto desde la distancia.

Parque Theodore Roosevelt. 8 P.M

Se mantuvo trotando por casi una hora y media.

Llevaba la típica ropa para correr. Un pantalón negro, un buzo del mismo color marca Nike, y unas simples zapatillas deportivas.

En sus orejas llevaba auriculares Bluetooth, por donde escuchaba un audio libro sobre estrategias.

Se sentó tomando un descanso, había terminado. Incluso con su capucha puesta algunas personas lo habían reconocido, pidiéndole un autógrafo.

Llevo una de sus manos hasta su frente limpiando el sudor con su manga. No pudo ni descansar cuando vio pasar a toda velocidad un camión de bomberos con las sirenas encendidas.

Antes de darse cuenta, ya se encontraba corriendo al camión. Su cuerpo se había movido por si solo.

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Un bombero cubrió con una manta a un pequeño niño rodeado por sus padres.

- Tranquilo, no es el fin del mundo- exclamó el hombre dándole ánimos al pequeño.

Los padres abrazaban a su hijo.

Frente a ellos, los camiones lanzaban agua, tratando de apagar el enorme fuego que intentaba reducir a cenizas el pequeño edificio.

- ¿Hay alguien adentro?-

El hombre volteó la mirada hacia atrás observando a un muchacho.

- Tú, eres el de las noticias- mencionó el bombero.

Naruto había llegado a la escena.

- ¿Sabes si quedo alguien adentro?- volvió a preguntar Naruto más apurado.

- Hay alguien en el segundo piso atrapado. Tratamos de hacer lo máximo posible-

Naruto entrecerró la mirada y comenzó a correr ingresando al edificio.

Apenas entró, el humo empezó a llenar sus pulmones. El fuego inundaba el lugar calentando todo. La temperatura hacía transpirar al chico.

- ¡¿Donde estás?!-

Corrió por las escaleras subiendo hasta el segundo piso. Los llantos de un niño llamaron toda su atención.

- ¡Tranquilo! ¡Te sacaré de aquí!-

Con una patada mando a volar la puerta del departamento 2G. Entró apurado, buscando con la vista. El humo lo molestaba levemente.

¡Crack!

Tuvo que rodar por el suelo para evitar unos escombros del techo. Su ropa comenzó a llenarse de polvo.

Los llantos estaban más cerca, proviniendo de un ropero.

Naruto abrió las puertas encontrándose a una niña de unos 7 u 8 años.

- Tranquila, tranquila. Te sacaré de aquí-

El héroe tomo entre sus brazos a la niña, cargandola, protegiéndola de cualquier cosa.

- Velocidad de Dios-

Afuera del edificio la gente miraba nerviosa. Los padres de la niña atrapada observaban asustados, llorando. Solo se habían ido por unos minutos a hacer las compras para la cena. Nadie imaginaria que el edificio se incendiaria.

- ¡Por favor, mi hija! ¡Por favor!-

La madre, inconscientemente, llevo sus manos hasta su pecho como si estuviese rezando.

¡Boom!

Una explosión sacudió el edificio estallando los vidrios de las ventanas delanteras.

Una sombra salió por la ventana cayendo de pie en el suelo.

Los padres de la niña fueron los primeros en correr hacia Naruto.

- ¡Oh, mi dios! ¡Dios te bendiga, muchacho! ¡Dios te bendiga!-

La madre arrullo entre sus brazos a su niña.

Naruto se encontraba sentado detrás de uno de los camiones de bomberos. Un pequeño respirador estaba en su boca, aliviando lo producido por el humo.

Los bomberos pulian los últimos detalles de la escena. El fuego ya había sido apagado. El edificio, por suerte, no cayo derrumbado salvo alguno que otro pequeño detalle en él.

- ¡Necesito más agua aquí!-

Naruto desvío su atención hacia un costado al escuchar unas pisadas el acercarse.

- Sin ti, esa niña no podría haber salido- exclamó un bombero llegando hasta su lado-. Eres un héroe, chico-

Naruto sonrió y tosió un poco al mismo tiempo.

- Héroe, ¿eh?- susurró con su mirada fija hacia el frente.

¿Héroe era aquella persona con quirk que salvaba gente y se enfrentaba villanos? ¿O solo por tener poderes ya eras uno?

¿Que hay de los médicos, bomberos, y policías que salvaban vidas a diario? ¿Ellos no eran héroes por no tener poderes?

Por su mente paso la escena anterior, donde aquel mismo bombero tranquilizaba a un niño.

- Cualquiera puede ser un héroe- exclamó Naruro llamando su atención-. También un hombre que hace algo tan simple, como calmar y ponerle un abrigo en los hombros a un niño, y después decirle que no era el fin del mundo-

Una pequeña sonrisa surco por el rostro del hombre.

El par desvío su vista al ver llegar otro bombero.

- Jefe, alguien quedo atrapado en el tercer piso- informo con pesar- No pudo salir-

Aquellas palabras transportaron a Naruto al mundo de sus pensamientos.

Aunque podía escucharlos, solo oía murmullos.

Su mirada hacia el frente observando nada.

Como un alfiler, aquellas palabras, reventaron la pequeña burbuja de la que quería escapar. Aquella realidad que quería esconder de él... No siempre se puede salvar a todos.

Fin del capitulo.

Espero que les haya gustado. En el siguiente capitulo, Naruto ya volverá a Japón~

¡Nos leemos en otro capitulo!

Bye-bye~

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