XV.
Un helicóptero, con las insignias S.W.A.T, volaba alrededor de la calle calle 11. Debajo de ellos, ocurría un tiroteo entre la policía y los ladrones adentro del banco.
- La situación es muy grave- exclamaba una reportera en la escena-. Un oficial herido se encuentra atrapado sin poder escaparse. Están esperando por más apoyo, pero ni el FBI, ni el S.W.A.T parecen poder con la situación-
Los policías corrían a esconderse detrás de sus autos, usados como barricadas, defendiéndose del tiroteo.
Entre todo, una mujer policía se encontraba herida por una bala, escondida detrás de un auto sin poder escapar. Tampoco nadie se podía acercar sin acabar muerto.
La policía contratacaba, pero los ladrones desde el banco respondían con metralletas y rifles de asalto. No parecían simples ladrones.
- ¡Atrás! ¡Todos atrás!- pedía a gritos un policía.
Los civiles se encontraban a varios metros del tiroteo, separados por vallas, evitando que pasasen. Algunos de ellos, grababan o tomaban fotos con sus celulares.
No eran los únicos. Habían decenas de reporteros trasmitiendo la escena por la televisión en distintos canales.
Dentro del banco, los rehenes se encontraban arrodillados en el suelo. Algunos tapándose los oídos por los sonidos de los disparos.
- Padre nuestro, que estás en el cielo- rezaba uno de ellos temblando.
Alejados de la escena, el comando de inteligencia repasaba los planos tratando de entrar.
- La entrada principal es lo más difícil, no pode-
El que parecía el jefe paro de hablar cuando una sombra impacto en el lugar.
Naruto apareció en escena siendo visto por todo el equipo.
- ¿Que?- dijo el chico.
Todos lo miraban confundidos.
- ¿Cuál es la situación?- preguntó Naruto viendo al que parecía estar al mando.
- ¿Situación? Chico, esto no es un juego- exclamó serio-. Regresa por donde viniste-
Los policías volvieron a lo suyo ignorando a Naruto. Giraron sus cabezas cuando el sonido de algo desprenderse comenzó a escucharse. Naruto se encontraba sosteniendo un poste de luz que había arrancado del suelo, para simplemente dejarlo caer.
- ¿Cuál es la situación?- volvió a preguntar.
- No podemos acercarnos demasiado. Llevan consigo armamento del más alto calibre- habló el comandante comenzando a caminar siendo seguido por Naruto-. No sabemos cuantos civiles se encuentran como rehenes. Una de los nuestros se encuentra en medio de todo sin poder escaparse-
Naruto solo asintió comprendiendo la situación.
- Buen trabajo- exclamó el rubio viendo al comandante-. Buen trabajo- repitió mirando a todos.
Naruto comenzó a caminar yendo hacía la escena.
El par de rubios habían salido del cuarto en busca de comida y bebida. Lo que les traían los enfermeros, no era muy rico que digamos. Las bebidas parecía tener gusto a medicina.
- ¿Coca-cola o esta bebida picante?- preguntó Naruto señalando una lata en la maquina expendedora.
- Picante- contestó sin más Bakugou sentándose a un costado de la maquina.
- En un par de horas ya nos darán de alta- exclamó Naruto poniendo el dinero solicitado.
Bakugou no respondió quedándose en silencio.
- Tus explosiones si que duelen- halago Naruto sentándose a su lado, entregándole su bebida.
El sonido de las latas abriéndose resonó en la pequeña sala. Al mismo tiempo, el par dio un largo sorbo a su bebida. Y simplemente se quedaron en silencio, sabiendo que el rubio explosivo no era de mucha lengua.
- Tus puños también- exclamó Bakugou bebiendo de vuelta.
Naruto giro su cabeza sorprendido hacía su compañero. ¿Katsuki Bakugou había halagado a alguien?
- Y eso que llamas Velocidad de Dios también es peligroso- habló Bakugou con su mirada fija en su bebida-. Lástima que no la aprovechas al 100%-
Los ojos de Naruto se tiñeron de sorpresa y confusión.
- ¿Eh? ¿A que te refieres?- preguntó.
- Ya te lo dije- recalco Bakugou serio-. No planeas nada. Solo te lanzas a pelear como un idiota- exclamó dándole otro sorbo a su bebida-. Por eso perdiste contra ese bastardo lava mentes en el torneo-
Naruto se quedo en silencio pensando en aquellas palabras.
- ¿Entonces?- preguntó el rubio de ojos azules.
- Averigua el resto tu mismo- contestó Bakugou levantándose del asiento.
Naruto paso su expresión de confusión a una de meditación. ¿No le estaba sacando el 100% a su quirk?
Se quedo allí solo, pensando mientras los enfermeros/as pasaban por la sala charlando con sus compañeros.
Como un rayo, la imagen de Midoriya paso por su cabeza. Capaz él podría ayudarlo.
Sus ojos escaneaban la escena de pies a cabeza, hasta quedarse fijos en la oficial herida.
- Velocidad de Dios-
La mujer abrió sus párpados al escuchar unas pisadas a su costado. Lo primero que vio fue un adolescente poniéndose en cuchillas frente a ella.
La electricidad que rodeaba a Naruto desapareció por completo.
1 segundo.
Naruto se sorprendió al ver dos hojas completas de información adelante de él.
- ¡¿Hiciste todo esto en solo dos horas?!- preguntó Naruto viendo a la persona sentada frente a él.
- Si- respondió algo avergonzado Midoriya.
Aquellos dos se encontraban en una cafetería después de clases. El mismo día en el que el rubio le había pedido ayuda.
- ¡Eres genial, Midoriya! Pide lo que quieras, yo invito- exclamó Naruto señalando el menú.
- ¡No hace falta, Uzumaki-san! Yo solo vine a ayudarte- mencionó el peliverde cambiando su expresión a una más seria-. He encontrado varias desventajas, pero solo me enfocare en una. Tu velocidad de dios-
Naruto entrecerró su mirada. Primero Bakugou, y ahora Midoriya le decían lo mismo.
- No le sacas el provecho necesario- reveló el peliverde.
- Explícate, por favor- pidió Naruto prestando atención.
- Según tengo entendido, puedes usarla por ocho segundos, ¿verdad?- preguntó recibiendo un asentimiento-. ¿Puedes usarla en periodos? Por ejemplo: ¿utilizarla por tres segundos, y luego desactivarla?-
- Si, puedo- contestó Naruto como si fuese lo más obvio del mundo.
- Entonces, ¿por qué la malgastas usando los ocho segundos de corrido?-
Los ojos del rubio se tiñeron de sorpresa.
- Me explico. Imagina que usas tu velocidad contra un villano. Pero, cuando esos ocho segundos acaben, el villano sigue de pie y lanza un ataque con tu guardia baja. Tú...-
- No podré esquivar el ataque- terminó de decir Naruto comenzando a entender-. Si hubiese usado mi velocidad en intervalos de tiempo, podría esquivar el ataque-
- ¡Eso!- contestó Izuku-. Te centras demasiado en el ataque. Cuando puedes usarla en tu defensa, incluso en rescates-
Naruto se levantó de su asiento con una sonrisa como la de un niño recibiendo un regalo.
- Si uso mi velocidad en intervalos de tiempo, podría atacar, esquivar ataques fulminantes, e incluso llegar a rescatar a la gente- exclamó Naruto.
El rubio se sentó de nuevo prestando aún más atención a los puntos que Midoriya marcaba en su hoja.
Un reportero amplió su vista observando un hecho muy curioso.
- ¡Rápido! ¡Enfoca ahí!- pidió a su camarografo-. ¡Parece que alguien ha venido al rescate de la oficial herida!-
Rápidamente las cámaras de todos los canales de televisión se enfocaron en la escena.
- Te sacaré de aquí- exclamó Naruto tratando de relajar a la chica-. Para sacarte tengo que cargarte. Pido permiso para tocar tu cuerpo-
- Si- contestó la mujer.
- No es nada sexual- se defendió Naruto-. Ni tampoco con tu atractivo- exclamó dándose cuenta que sus palabras se podrían malinterpretar-. No es que seas fea. Realmente me pareces una chica muy linda-
- ¡Solo sácame de aquí!- gritó la mujer.
Los disparos rebotaban contra los autos.
Naruto cargo al estilo nupcial a la chica, quien paso sus brazos alrededor del cuello de su salvador, sosteniéndose con fuerza.
- Velocidad de Dios-
En unos segundos, Naruto apareció delante de la policía y una ambulancia entregándoles a la mujer.
- ¡Chico!- llamó el comandante-. ¡Entra ahí y acaba con esto!-
Naruto solo asintió.
Los cuatro ladrones cesaron con el tiroteo retrocediendo de sus lugares.
Llevaban rifles de asaltos, junto a equipamiento como para ir a la guerra. El jefe llevaba un pasamontañas cubriendo su identidad.
- ¡Retrocedan y estén alertas! ¡Atacará en cualquier momento!-
Habían visto como aquel chico había desaparecido y salvado a una persona en cuestión de segundos.
Pasos se escucharon en el piso de arriba tensando a los ladrones.
- ¡Sepárense! ¡Nos está rodeando!- ordenó el jefe quien solo llevaba un aparato en su mano, y su arma se encontraba enfundada.
Los rehenes miraban con esperanzas hacia arriba por donde los sonidos se escuchaban. Y de repente, silencio.
¡Crack!
Una de las ventanas se rompió, y una sombra surcó por la habitación destrozando la ventana del otro extremo.
- ¡Ahhhhhh!-
Unos de los ladrones gritó al verse arrastrado.
- ¡¿Donde está?!- gritó el jefe quitándose el pasamontañas-. ¡¿A donde se fue?!-
¡Crack!
Otra ventana se rompió y los dos restantes ladrones desaparecieron de la sala.
- ¡Maldición!- exclamó corriendo a agarrar a un niño del cuello.
- ¡Mi hijo no, por favor! ¡Todo menos mi hijo!- gritó la madre desesperada llorando.
- ¡Silencio, perra!-
Una patada sacudió la mandíbula de la mujer.
- ¡Mamá!- gritó el niño comenzando a llorar.
El hombre apretó su agarre asfixiando al niño.
- Haz silencio o te mato-
- Deja al niño-
Naruto apareció en escena entrando por uno de los agujeros de la ventana.
- ¡¿Un maldito adolescente jode todo?!- exclamó el hombre con furia.
- Dejalo- repitió Naruto.
El hombre levanto su brazo desocupado mostrando un aparato.
- ¿Sabes que es esto?-
Naruto desvió su mirada hacía los rehenes que se encontraban vestidos con chalecos.
- Parece un detonador- mencionó el rubio.
- Hay cuatro kilos de c4 en cada uno de ellos. Si aprieto este botón, ¡boom!- exclamó agitando el detonador como si fuese un juguete-. Con la llegada de la policía, y lo que le acabas de hacer a mis socios, tendré que cambiar mis planes. Quiero que abras esa bóveda. Ahí hay 60 millones de dólares. Tú mismo me llevaras a un lugar seguro con mi dinero, o tendrán que limpiar a estos rehenes con un trapeador-
El niño lloraba en silencio.
- Está bien... No llores- pidió Naruto-. Estoy aquí. Me aseguraré de acabar con los tipos malos-
- ¡¿No me estás escuchando?!- gritó el hombre-. ¡Volaré todo el edificio, hijo de perra!-
La mirada de Naruto se entrecerró con peligro.
- ¿Como llamaste a mi madre?-
- Haré volar a estos rehenes, y su sangre estará en tus manos. ¿Escuchaste bien, hijo de perra?-
La electricidad comenzó a recorrer todo el cuerpo de Naruto.
- Llama perra a mi madre una vez más- desafío Naruto.
- Hijo de perr-
El S.W.A.T se acercaba lentamente hacia el lugar, atentos ante cualquier ataque.
- ¡AAAAHHHH!-
Un grito de dolor resonó desde adentro del banco.
- ¡Vamos! ¡Vamos!- ordenó el jefe del grupo apurando el paso.
La puerta principal del banco se abrió dejando salir a Naruto caminando tranquilamente. Detrás suyo, los rehenes surgían despavoridos saliendo del lugar.
Naruto llevaba arrastrando por el suelo al jefe. La mano derecha del hombre colgaba como un fideo a su lado, completamente rota.
- Todo suyo- exclamó el rubio dejando al hombre y el detonador frente a la policia-. Buen trabajo- mencionó Naruto viendo a todos los efectivos.
- No- respondió el comandante policial-. Tú, buen trabajo- exclamó sonriendo llevándose al criminal.
¡Clap! ¡Clap!
Un anciano aplaudio entre la multitud detrás de las vallas.
¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap!
Todos los presentes comenzaron a aplaudir.
Naruto solo sonreía avergonzado por toda la atención.
Las cámaras de televisión lo enfocaban trasmitiendo la imagen del héroe por todo el país.
Lunes, 13:25 P.M
El mundo... conoce al Rey Mono.
Fin del capítulo.
Nos leemos en otro capítulo. ¡Que tengan buena semana!
Bye-bye~
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