Podía verlos claramente.

Momo, hincada, dejó los binoculares en el suelo con una mirada sería.

No había rastro alguno de la anterior chica. Era como si las quemaduras de aquel día, el incidente de la U.A, la hubieran quemado y de las cenizas una nueva Momo Yaoyorozu resurgiera como un fénix.

No solo un cambio físico, sino también de personalidad. Ella mismo sufrió en primera persona lo que el mal podía hacer, y apenas despertó, su nueva meta había sido propuesta: No dejar que nadie más pasará por lo mismo. No dejar que nadie sufra las consecuencias de los villanos que rondaban las calles.

Se levantó, pidió ayuda a su antiguo maestro Aizawa para que le instruya en peleas cuerpo a cuerpo. Indagó e también aprendió llaves para inmovilizar a su oponente por parte de Gunhead, el mismo que le había enseñado a Uraraka tiempo atrás.

La chica pareció encerrarse así mismo en una rutina. Despertar, trabajar su cuerpo habiendo ganado y tonificado su masa muscular en estos meses, estudiar para aprender a utilizar mejor su quirk e expandir sus posibilidades, y descansar.

Aquel día, el incidente de la U.A, había sido un punto de inflexión.

Cualquier villano pensaría que habían ganado aquel día, y podía ser cierto, pero también dieron un gran vuelco en el tablero poniendo nuevas piezas en el.

Aquel día, estudiantes cesaron con su vida de héroes, pero, al mismo tiempo, otros estudiantes se alzaron con fuerzas renovadas con un nuevo objetivo: Volverse más fuertes.

Izuku, Todoroki, Kirishima, Uraraka, Momo, Ashido, y la lista seguía.

La nueva era, una era guiada por futuros héroes había comenzado.

- Son ocho- informó Momo dejando los binoculares en el suelo.

El grupo formado por la chica, Todoroki, Shindo, y Tatami se hallaba a 300 metros de distancia alojados en el techo de un edificio.

- ¿Cuál es el plan, jefa?- preguntó sonriente Shindo levantando su pulgar.

- Evadir la pelea, y capturarlos- expresó Momo comenzando a formar varios objetos-. Iremos con la formación 12-

Todos asintieron.

Shoto dejó escapar una leve sonrisa de lado. Él había sido el primero en confiar en la chica siendo el único que voto por ella en las elecciones para presidente del curso. Y siendo aquel que la inspiró en la prueba contra Aizawa.

- (Así que de esto era capaz aquella Yaoyorozu)- pensó sabiendo que había acertado.

Reían mientras bebían y charlaban.

Los ex-prisioneros de Tártaros se encontraban cómodos de pie, y algunos sentados en el techo de un automóvil, charlando mientras bebían sin importarle su alrededor.

O más bien, no había nada del cual preocuparse.

Con el país sumido en caos los héroes y la policía no daba a vasto con todo como para preocuparse por este lugar abandonado. Aunque con la presencia de aquellos seis súper villanos en el centro de la ciudad tampoco importaba mucho si alguien atacaba.

- ¿Un pájaro?- preguntó uno de ellos viendo hacia arriba.

El sujeto no podía ver bien ante el Sol dándome en la cara, teniendo que tapar su rostro levemente con una mano.

- No, son dos- expresó otro copiando al sujeto-. Aunque si que son grandes-

El objeto en el aire creció de tamaño mostrando a Tatami, quien haciendo uso de su poder se había retraído.

- A dormir-

La chica abrió sus manos dejando caer en medio de todo el grupo alrededor de quince objetos.

- ¡¿Que carajos es es...!?-

¡Fush!

¡Fium!

Los objetos explotaron en una luz que cegó a todos los presentes acompañado de un severo pitido que perforó los tímpanos de todos, aturdiendo a los prisioneros cayendo presas hacia el suelo.

¡Fush!

Tatami dejó caer otro objeto que explotó cubriendo todo de humo la escena.

La chica cayó del cielo para ser atrapada por su novio, Shindo.

- ¡Ahora, Todoroki!- gritó el pelinegro.

A metros de distancia, hielo surgió congelando la escena atrapando a todos los prisioneros dentro del humo.

¡Tap!

¡Tap!

Pasos apresurados se escucharon dentro del humo, y uno de los prisioneros escapó huyendo del lugar.

¡Fush!

El prisionero sintió como su cuerpo era levantado por el aire para pronto caer con fuerza.

Momo dobló la muñeca del sujeto mientras pisaba el rostro del mismo reteniendolo contra el suelo.

- Se acabo- sentenció la chica poniendo unas esposas al sujeto.

El humo se despejó dejando ver a todos atrapados en el hielo maldiciendo a los héroes.

Momentos antes de atacar, Momo había creado todos los objetos necesarios. Con ayuda de una pequeña catapulta, también creada por ella, lanzaron por los aires a Tatami, quien se había plegado gracias a su quirk.

- Formación doce, un éxito- expresó Shindo agitando sus brazos en el aire.

Momo dejó escapar una leve sonrisa.

- (Se ve linda)- pensó Shoto viendo aquella expresión.

Eran ocho.

La sorpresa y preocupación tiñó la mirada de Momo.

- ¡Tengan cuidado, falta uno!- advirtió la chica viendo hacia todos lados.

¡Crack!

Una grieta se formó en el suelo.

- (¡Por abajo!)- pensó Momo mientras una luz la envolvía.

¡Crack!

El octavo prisionero salió del suelo a gran velocidad. Su apariencia era algo grotesca teniendo los rasgos de un gusano.

¡Fush!

- ¡Yaoyorozu!- gritó Shoto.

La chica fue impactada por el sujeto siendo impulsada hacia atrás atravesando una ventana.

- ¡Bastardo!- rugió Shoto dejando que el hielo escape de su cuerpo.

El prisionero sonrió y como un cienpiés se enterró en el suelo desapareciendo nuevamente.

¡Stup!

Momo escupió al piso.

La chica se levantó sin ningún rasguño en ella llevando un escudo en sus manos.

Antes de impactar, Momo había creado un arma defendiendose del golpe, al mismo tiempo que desde su espalda creaba cuatro colchonetas que aliviaron y aligeraron el impacto contra la ventana y suelo.

La muchacha caminó hacia el marco de la ventana en silencio observando la batalla que se estaba dando.

El prisionero salia del suelo a gran velocidad, y luego se escondía nuevamente tras atacar.

- No ataques, Shindo- ordenó Momo tocando el auricular en su oreja derecha.

En la escena de la pelea, el muchacho pareció escuchar la orden ya que se alejó del combate entre Shoto y el prisionero.

- Tú tampoco, Tatami- expresó Momo siguiendo viendo el patrón de ataque del sujeto.

No era normal salir a tal velocidad del suelo. Había visto aquel mismo caso en su senpai, Mirio Togata.

- Ya veo. Convierte su energía cinética en energía elástica- murmuró Momo concentrada en la pelea-. Por eso sale a gran velocidad del suelo-

La chica asíntio mientras otra luz la envolvía.

- Todoroki, ataca cuando Shindo lo termine de hacer- ordenó Momo-. Shindo, a mi señal destroza el suelo lo más que puedas-

El muchacho sonrió dejando que sus brazos empiezen a vibrar.

Cinco.

Cuatro.

Tres.

Momo había contado el tiempo que el sujeto esperaba tras cada ráfaga de ataques.

Uno.

- ¡Shindo, ahora!-

El muchacho sonrió golpeando el suelo.

Todo el piso se agrietó y vibró creando un pequeño temblor en el lugar.

- ¡Arrrgh!-

El prisionero salió del suelo disparado hacia arriba confundido ante la situación.

Un enorme bloque de hielo creció golpeando en el pecho de lleno al sujeto haciéndole escupir e impulsando aún más arriba.

- Se acabo- expresó Momo de pie sería a metros de la escena.

La chica llevaba un arco y flechas con ella.

Si, Momo no solo había practicado el cuerpo a cuerpo estos meses, sino también, en el manejo de armas que podía crear.

¡Fush!

¡Fush!

Dos flechas se clavaron en el prisionero. Las puntas de las mismas no eran filosas, más bien, apenas tocaron al sujeto, pequeñas garras salieron de ellas agarrándose al sujeto.

¡Tick!

Momo apretó un botón en sus manos.

Electricidad surgió de las flechas electrocutando al sujeto, quien quedó inconsciente en medio del aire.

Shoto creó un nuevo pilar de hielo que atrapó al prisionero a metros de impactar contra el suelo.

- Ahora si, son todos- expresó Momo.

Si, los alumnos de la antigua clase-A ya no eran los mismos niños de antaño.

Las pequeñas crias de león habían crecido afilando sus garras y colmillos.

Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado. Me imagino a esta Momo como una versión de Maki mezclada con Batman jajaja.

¡Seguidme si no lo estás, y únete a esta clase de héroes!

Nos leemos en el próximo capítulo.

Bye-bye~