LVII.

Un pájaro sobrevoló la escena atravesando las cortinas de humo que aún persistían al pasar de la llovizna.

(Inserte/ Something in the way- Nirvana)

El helicóptero giraba en torno al héroe victorioso mostrando aquella imagen a todos los televidentes.

- ¡Ganó! ¡Él ganó!-

Junto a los gritos de victoria, las personas habían saltado y evadido las vayas corriendo hacía el héroe.

Satán yacía completamente inconsciente incrustado en la pared del piso seis de un edifico. Ambos cuernos partidos por la mitad. La marca del puño de Naruto se encontraba marcada en su rostro. La sangre bajaba por sus heridas sin regenerarse. Sus párpados entreabiertos solo mostraban sus ojos en blanco.

En la U.A, All Might se sentó dando un largo suspiro de alivio. Bakugou sonrió de lado retirándose del lugar. Mina abrazo con fuerza a Momo y Jirou sin dejar de llorar.

- Menos mal...- susurró Denki llevando una de sus manos hacia su rostro tapando las lágrimas que bajan por sus mejillas.

Rumi llevo sus manos hacía su pecho en forma de rezo soltando todo el aire en sus pulmones. Mordió sus labios en un intento de detener las lágrimas que amenazaban con salir.

- Bastardo idiota...- exclamo sonriendo como siempre lo hacía dejando escapar pequeñas lágrimas de felicidad.

El resto de compañeros saltó festejando abrazándose entre ellos.

En EE.UU, el antiguo grupo de amigos del rubio; Denji y compañía, alzaron en el aire sus vasos llenos de alcohol riendo y vociferando.

- (Siempre que alguien este en peligro, estarás ahí, ¿verdad, héroe?)- pensó Makima sonriendo dulcemente viendo con ojos llenos de amor la figura de Naruto alzarse victorioso.

Los héroes corrían por toda la escena buscando algún herido. A la distancia, Fubuki facilitaba el trabajo moviendo los escombros con su telequinesis.

- Tranquila, encontraremos a tus padres- tranquilizo una heroína a una niña en sus brazos.

Era una mujer alta, en forma y musculosa. Su largo cabello naranja oscuro estaba atado en una coleta alta con un scrunchie y tenia una curita en el lado izquierdo de su cara. Su vestimenta consistía en una camiseta ajustada de spandex con una sola franja a cada lado, pantalones cortos con las iniciales MZK y adorna su atuendo con tres medallas alrededor del cuello.

Capitana Mizuki. Heroína profesional.

- ¡Capitán!-

Un joven oficial llego corriendo hasta pocisionarse delante de su superior. Tan solo con verlo se podía intuir que apenas había salido de la academia de policías, un novato.

- Capitán, informe...- expresó el joven respirando de forma entrecortada-. ¡Cero heridos capitán!-

El superior solo ensanchó sus párpados impresionado.

- ¿Es una broma?- preguntó sin creerlo.

Como si estuviesen conectados, arriba de ellos, la cámara del helicóptero enfoco todo el panorama. Edificios destruidos, pequeños incendios en las cuadras, calles destrozadas, vidrios rotos y fisurados. Con aquella destrucción, ¿nadie resultó herido?

- Estamos en la espera de héroes especializados en el rescate, señor. Pero todo indica cero muertes, y cero heridos-

El temprano mensaje de evacuación de F.R.I.D.A.Y, Naruto llevando al principio la pelea en el aire al mismo tiempo que protegía a los civiles con su traje, héroes como Fubuki junto a la policía resguardando a la gente. Gracias a todas aquellas acciones habían dado como resultado aquella situación, cero heridos, cero muertes.

- ¡Llamen una ambulancia para el muchacho!- ordenó el capitán- ¡El equipo de Hasuo! ¡Quiero a ese fenómeno tras las rejas de Tártaros!- exclamo señalando a Satán a decenas de metros-. ¡El resto que ayude a los héroes!-

Las personas llegaron rodeando a Naruto.

El héroe aun se mantenía con sus puños en alto, victorioso. Todos los músculos de su brazo derecho se hallaban desgarrados. El suave roce de la brisa hacia arder la enorme herida en su espalda y parte de sus muslos. La sangre bajaba por la comisura de sus labios cayendo por su mentón. En su estómago, allí donde las garras de Satán se alojaron, el liquido rojo recorría hasta perderse en su cintura.

Todos lo habían sentido en estos cuatro meses, aquel pequeño lapso de tiempo en el que All Might había dejado de ser héroe. Los criminales habían salido de sus escondites en busca de la cima del crimen. El miedo hacía el Símbolo de la Paz ya no existía. Y con ello, las personas volvieron a sentir aquella inseguridad. Sin su símbolo, sin su pilar, sin All Might.

Aquel mismo niño que había comenzado todo, se abrazo con fuerza a una de las piernas de su héroe.

La gente necesitaba esperanza...

El niño levanto su mirada cuando sintió a Naruto remover sus cabellos.

Necesitaban saber que había alguien allí afuera...

Un nuevo símbolo...

Un día después.

¡Pip! ¡Pip!

La maquina controlaba el ritmo de los latidos del muchacho. Naruto se encontraba inconsciente en la cama de un hospital. Su cuerpo se hallaba hacía un costado de tal manera que su espalda no tocara el colchón. Toda aquella zona estaba cubierta por vendas y gasas. Las enfermeras se turnaban cada seis horas para humectar y curar la enorme quemadura en su espalda.

El brazo derecho del muchacho se hallaba extendido atado con unas pequeñas ligas evitando que lo moviese. Sondas conectaban en sus muñecas abasteciendo al chico de comida.

¡Pip! ¡Pip!

Rumi observaba callada a Naruto. Una expresión serena, párpados cerrados impidiendo ver aquellos hermosos ojos.

La heroína era la única visitante en aquella sala. En aquel estado, el chico solo podía recibir una visita al día, y bueno, nadie se negó cuando Rumi se trono los dedos mientras ponía cierta sonrisa tenebrosa en su rostro.
 
- Las acciones de la empresa Stark se han disparado por las nubes desde el día de ayer-

Rumi cambió de canal.

- La increíble pelea está siendo sensación. El nombre de Uzumaki Naruto está llegando a todos los rincones del mundo- expresó el reportero parado en medio de la nieve en Moscú.

Un ruso apareció en escena tomando el micrófono. En sus mejillas llevaba pintadas las marcas de Naruto.

- ¡Узумаки Наруто лучший ура!- gritó el joven como loco.

El reportero solo río mientras recuperaba su instrumento de trabajo.

- La popularidad de Naruto ha superado incluso a los héroes locales en países como Argentina, México, Inglaterra e Egipto-

¡Tick!

Rumi apagó el televisor dando un leve suspiro. En aquella época el uso de las redes era algo común, no era nada raro que tocando un pequeño botón, al segundo otra persona en la otra parte del mundo podía ver lo publicado. ¿Pero tanto? Por dios, solo habían pasado 36 horas desde la pelea, y todo internet se había inundado con videos e imágenes sobre ella.

El alcance había sido mayor debido a Estados Unidos. Los canales y radios de aquel país habían servido para catapultar la pelea hacía más horizontes. Nada raro viniendo de aquel país.

¡Tack!

La puerta de la habitación se abrió, y Rumi entrecerró la mirada al ver a la persona que entraba.

Tony Stark.

- Pensé que solo se podía un visitante- expresó Rumi levantándose de su silla para saludar al hombre.

- Y así es, conejita- respondió Tony caminando quedando a un lado de su sobrino.

- Entonces, ¿como...?-

- Compré el hospital entero, así que soy el dueño del lugar- reveló el multimillonario como si aquello no fuese nada.

Rumi solo gano un pequeño tic en su ojo.

Tony desvió su vista observando a la mujer tras sus lentes de sol. Su ahijado tenía buen gusto por las mujeres. Primero la pelirroja, y ahora la conejito. Su ahijado era todo un galán.

- Rumi, supongo- exclamo Tony extendiendo su mano-. Es un gusto conocerte, Naruto se la pasaba hablando de ti-

Las mejillas de la mujer ganaron un pequeño tinte rojo ante lo dicho.

- El gusto en conocerlo es mio- saludó Rumi estrechando la mano del héroe de metal.

La habitación quedo en silencio. Aunque no lo admitiera frente a un grupo de personas, la ansiedad había carcomido a Tony en todas estas horas de viaje hasta llegar aquí. Sus pensamientos sobre el como estaría su ahijado iban y venían.

- ¿Cómo es su estado?- preguntó Tony removiendo suavemente los mechones de cabello del chico.

- Dicen que despertara dentro de tres o cuatro días una vez que su cuerpo se recupere de la fatiga- contestó Rumi volviéndose a sentar-. Todos los músculos de su brazo derecho se encuentran desgarrados. Sin embargo, dentro de algunas horas llegará la doctora de la U.A. Heridas de esa magnitud no son problemas para ella-

Y aquello era verdad. El quirk de Recovery Girl curaría en cuestión de segundos aquellos desgarros.

- La quemadura en su espalda y parte de sus muslos también podrán ser curados por la anciana esa- sentenció Rumi quedándose callada desviando la mirada hacía un costado.

- ¿Y la noticia mala?- preguntó Tony intuyendo algo más.

- Su brazo derecho...- exclamo Rumi.

El padrino de Naruto se enfoco en aquella extremidad sostenida por ligas.

- Él lo perdió- reveló la heroína-. Su último golpe llevo a su cuerpo más allá del limite. Su propia electricidad destrozo sus articulaciones. Sus dedos, su mano, su muñeca, y su antebrazo quedaron inmóviles para siempre-

Tony guardo silencio. Su mente parecía estar yendo a toda velocidad creando planes, o simplemente se encontraba perdido en sus pensamientos ante aquella noticia.

- Cero muertos, y cero heridos...- exclamo Tony captando la atención de Rumi.

La forma en la que miraba el padrino a su ahijado era como la de un padre orgulloso. Y lo era. Desde la muerte de Minato y Kushina, Tony se había convertido en la figura paterna del estudiante de la U.A.

- Tanta destrucción, y aún así, nadie murió ni salió herido- musitó el hombre sonriendo orgulloso viendo a su ahijado durmiendo plácidamente-. En estos meses se ha convertido en alguien impresionante- expresó para volver a remover los cabellos rubios del muchacho.

Tony camino hacia la puerta de la habitación.

- Ya regreso, tengo algunos asuntos que atender- expresó poniendo su mano en el picaporte-. ¿Te digo un consejo? Naruto es un idiota cuando se trata de temas amorosos. Si lo quieres, tienes que ir de frente y sin excusas- aconsejó sacándole un sonrojo a Rumi-. Por cierto, lo olvidaba- sonrió mientras guiñaba un ojo-. Bienvenida a la familia- exclamo yéndose de allí.

Rumi solo negó con su cabeza tratando de esconder el pequeño sonrojo en sus mejillas. Una sonrisa desafiante cruzo su rostro.

El mono, y la conejo.

Sin lugar a dudas, serian la pareja de héroes más fuertes.

Tres días después.

Tal como Rumi había dicho, Recovery Girl se había pasado por la habitación para acelerar el proceso de curación en las heridas.

Soltando un gemido de dolor, Naruto comenzó a abrir sus párpados. Los cerró rápidamente ante la fuerte luz blanca que lo golpeo. Su nariz captó aquel característico olor de hospital, algo que odiaba desde pequeño siendo sincero.

Volvió a abrir sus párpados, pestañeando acostumbrándose a la luz. Lo primero que observo fue a Rumi durmiendo sentada apoyada en el escritorio de la habitación a su lado. Naruto sonrió tiernamente ante aquella imagen.

El héroe intentó levantarse quedando sentado sobre la orilla de la cama. No llevaba ropa que cubriese su torso, dejando ver una enorme cicatriz de quemadura en su espalda que iba desde sus hombros hasta la cintura. Desconocido para el, otras cicatrices similares surcaban en sus muslos.

El estudiante intentó levantarse, pero con un gemido de dolor y cansancio se quedo en aquella posición.

Una cicatriz con forma de garras ahora yacía sobre su estómago al lado izquierdo a la altura de su abdomen marcado.

- Mierda...- susurró Naruto dejando escuchar una voz seca.

No había tomado ningún liquido por cuatro días, era obvio que su garganta se encontrará en aquel estado.

- Rumi- expresó extendiendo su brazo derecho hacia el frente en un intento de acomodar los cabellos de la chica detrás de su oreja.

Rápidamente, y sorprendido, Naruto detuvo su acción desviando aquel brazo frente a el, observándolo.

Desde las puntas de sus dedos hasta su codo, el color de su piel había cambiado. Ya no era carne, sangre y hueso lo que veía. Se trataba de una prótesis cibernética de color plateado oscuro.

- Vaya...-

¿Cuánto había pasado inconsciente? Lo último que recordaba era estar rodeado por personas vociferando su nombre, y tras eso, todo fue oscuridad.

El chico cerró su palma, y la abrió estudiando aquella aleación de titanio.

No pudo ni reaccionar cuando Rumi se abalanzó hacía él atrapandolo en un brazo. El rostro de la chica quedo escondido en el pecho de Naruto.

- Parece que te hice preocupar- exclamo el héroe.

Naruto solo sonrió con ternura acariciando los cabellos de Rumi quedando en aquella posición por varios minutos.

Tras la pelea con Satán, una nueva etapa empezaba en la vida de Naruto.

Pero...

¿Está listo para enfrentarla?

Fin del capitulo.

Hemos llegado al final del arco de los Yakuza. ¿Que les ha parecido este arco? Por mi parte, es mi favorito hasta ahora.

Satán está encarcelado, ¿algún día volverá?

Naruto perdió parte de su brazo, pero obtuvo una prótesis cibernética. Las consecuencias de la pelea aún no acabaron, en el siguiente se verá la más importante.

Espero que les haya gustado. Dejen su voto, y comentario~

¡Seguidme si no lo estás!

Nos leemos en otro capitulo.

Bye-bye~

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