Séptimo capítulo

Séptimo capítulo: Órdenes del rey.

La tensión en el palacio no había mermado con el pasar de los días, se podía sentir el mal humor en el ambiente lo cual era algo inesperado contando con que recientemente habían tenido una boda. En el palacio durante el reinado de su alteza Chae, solo dos matrimonios se habían registrado, ambos siendo entonces sus correspondientes ceremonias con la reina y la segunda esposa, en ambos el rey había esparcido la felicidad de sus enlaces durante las siguientes semanas, al menos las dos primeras, y los habitantes del pueblo en algún momento pensaron que la boda del príncipe HyungWon sería igual o más extravagante que los de su padre, porque todos esperaban mucho de él y también de la pareja que elegiría en un futuro como rey o reina consorte, sin embargo con el pasar del tiempo, las desgracias que marcaron el destino de HyungWon y la falta de interés en otros reinos de querer relacionarse con Wosun habían bajado las expectativas de todos.

Ahora, era simplemente banal saber que el príncipe HyungWon estaba casado, los adornos que se habían puesto en diferentes calles del reino para dar un recordatorio de su unión, pero todos pasaban de eso, de hecho, era como si nunca hubiera sucedido algo. Nadie hablaba al respecto, o al menos no de la manera en la que se solía hacer, solo decían que era cuestión de tiempo para que el príncipe HyungWon tuviera que enterrar a otro de sus prometidos, estaban en espera de lo peor porque de el príncipe heredero no podían esperar algo más.

Dentro del palacio las cosas eran mucho más tensas, la pareja de príncipes no se habían encontrado de frente en días luego del incidente con el príncipe HoSeok, HyungWon permanecía encerrado en sus aposentos, ajeno al mundo exterior, al igual que el príncipe HoSeok, quien desde entonces tampoco había salido no por obligación, si no por voluntad propia, se sentía muy molesto con todos y con todo. El palacio de Wosun era sorprendente sin duda, mucho más vistoso que el suyo, pero seguía siendo un palacio en el que no le tomaban en cuenta. En su reino, dentro de su palacio, no era tomado en cuenta a pesar de ser el único heredero a la corona, lo consideraban inmaduro, impulsivo y hasta ignorante en muchos temas, los habitantes del pueblo no tenían mucha fé en él y en sus habilidades como rey, sabía que en el pueblo se murmuraba que era mejor disfrutar de los buenos tiempos antes de que llegara la tormenta.

Sin embargo HoSeok se convencía de que no le afectaba lo que la gente del pueblo pensara de él, después de todo ser rey tampoco era su verdadero anhelo, no tenía un especial apego con su vida de monarca, sinceramente le deslumbraba muy poco el lujo y todo lo relacionado, porque sabía la responsabilidad que conllevaba tener todo ese privilegio, sinceramente él no se consideraba el más adecuado para un cargo de esa magnitud. Sabía que sus padres —si lo quisieran— podrían pedir que él se devuelva a Daeng por al menos un tiempo, no estaba completamente obligado a vivir con su esposo desde el día uno, pero también sabía muy bien que sus padres no harían algo como eso e incluso dudaba que él mismo aceptara dicha propuesta. No tenía caso, en este palacio o en el otro, sería tratado como lo mismo.

Estaba en su habitación, recostado en su cama mientras hojeaba un libro que había en la habitación conjunta a la suya, se suponía que era su cuarto de estudio, no había mucho allí aún, solo unos pocos libros y una vieja mesa, parecía ser un conjunto de poemas que sinceramente no deseaba leer, no era muy bueno en las letras, sabía leer y escribir porque era de la realeza y aún más importante un príncipe heredero, sería humillante no saber hacerlo, pero siendo sincero no lo veía como algo imprescindible para vivir. Soltó un suspiro cansado cuando de repente escuchó pasos apresurados por sus aposentos hasta que frente a su puerta escuchó una voz femenina,

—-Su majestad, el rey de Daeng solicita su presencia.

Sin embargo HoSeok no respondió, solo miró por unos segundos la puerta en la que podía ver la silueta pequeña de la mujer y luego soltó un bufido, volviendo a hojear ese libro con desinterés. Consideraba un acto algo fariseo de su padre solicitar su presencia, después de que lo había engañado para casarse, lo había dejado a su suerte en ese palacio y le había demostrado lo mucho que lo despreciaba no veía razón para despedirse de ellos, a partir de ese momento, prefería pensar que no tenía padres en realidad.

—¿Su majestad? —ella volvió a llamar.

HoSeok soltó un quejido alto y respondió —: No voy a ir a ninguna parte. Ve y díselo a su majestad.

La mujer no volvió a responder y solo escuchó sus pasos alejarse por el pasillo. Realmente consideraba molesta toda esa situación, sus padres eran las últimas personas a las que deseaba ver, ¿qué tendrían que decirle ahora? ¿Qué se comportara como un buen esposo? Por favor, ya suficiente tenía con tener a la reina de Wosun respirandole en la nuca a la espera de que cometiera cualquier error para tener la razón de mandarlo a decapitar.

Por suerte el príncipe HyungWon no se había vuelto a comportar como un pesado desde lo que sucedió, parecía muy absorto en sus cosas, no se había vuelto a aparecer por sus aposentos y mucho menos HoSeok se aparecería por los suyos, personalmente no llamaba su atención conocer mucho más de él, no sabía qué tan peligroso podría ser que él se hiciera cercano a él. No esperaba nada de ese enlace, siendo sincero, ni siquiera la opción de escapar seguía siendo algo viable, ¿escapar a dónde? ¿Quién lo recibiría? Estaba completamente solo en esa situación, no se molestaría en pensar las cosas a futuro, por el momento solo estaba viviendo su día a día sin esperar nada.

Simultáneamente, el príncipe HyungWon se encontraba en un estado similar, de vez en cuando se detenía a pensar en todo lo que estaba sucediendo, aunque su matrimonio había sido un gran paso para él, el resto parecía no reparar en eso. Le preocupaba un poco, porque se sentía ansioso, como si su cuerpo presagiara un mal suceso, pero parecía ser solo él, porque todo parecía seguir andando con normalidad, la única diferencia es que había un intruso más en su palacio, un príncipe con tan mala reputación como la suya, pero los demás ya estaban acostumbrados a convivir con un príncipe así, solo lo tratarían del mismo modo.

De nuevo, sus pliegos eran los únicos que lo estaban acompañando en su solitario despacho, sus manos ágilmente trazaban finas líneas de tinta por todo el papel, mientras el viento afuera sacudía las ramas de los cerezos. Prontamente, en el reino celebrarían el festival de la cosecha, una celebración de tres días que realizaban en el pueblo, durante el primer día se dedicaban a rezar a sus ancestros, agradeciéndoles por la prosperidad dada durante todo el año, en el segundo y tercer día, en la plaza del pueblo se hacía una gran fiesta con platillos deliciosos, música y baile, incluso los nobles estaban allí, aunque HyungWon no asistía hace mucho tiempo a dichas fiestas,

Pero ahora era diferente, estaba casado, lo más ideal era que él y su esposo asistieran al festival, sin duda alguna sería un gran acontecimiento, después de todo sería la primera vez que daba a conocer al pueblo a su nuevo príncipe. El rey lo había hecho anteriormente, con sus dos esposas, el festival era la ocasión perfecta para que el pueblo se relacionara con sus nuevos monarcas, pero HyungWon no estaba tan seguro de eso. Él mismo no tenía una buena relación con el pueblo, no quería imaginar qué dirían de él tan pronto lo vieran, y además junto al príncipe HoSeok, quien seguramente no sería amable con ellos, no lo era con nadie, ni siquiera con sus propios padres, mucho menos lo sería con el pueblo de su, ahora, esposo, al cual, por cierto, había sido esposado de manera no consentida.

Lo mejor era no asistir, pero sabía que el rey no se lo permitiría, incluso si todos —incluyendo a HyungWon— estaban conscientes del fiasco que era el matrimonio entre el príncipe de Wosun y el príncipe de Daeng, él seguía empeñado en hacer ver esa unión como el mayor acontecimiento del siglo, pero era de esperarse, el rey siempre había sido un hombre orgulloso, y ya mucho habían demacrado su orgullo diciéndole que el príncipe HyungWon era una paria, ahora que él estaba casado, trataría de todas las formas posibles de disipar esos rumores que envolvían a su primogénito. Y por supuesto que ocurrió de esa manera cuando en el palacio se empezó a iluminar con lámparas de papel de colores vivos por todo el lugar, además de que en la cocina las personas se movían mucho más rápido de lo normal, y era obvio, en esas tierras una de sus especialidades era el vino, y durante su celebración el vino era el protagonista, así que los cocineros estaban preparando todos esos vinos que llevaban fermentando desde hace meses.

No quería siquiera pensar en estar por más de dos minutos al lado de HoSeok, realmente no tenían una buena relación, no se habían visto al rostro en semanas y HyungWon ni siquiera sabía si el príncipe había continuado haciendo de las suyas por el palacio, tal parece que no, porque si así fuera, los empleados no dudarian en pegar el grito al cielo y hacérselo saber. A vísperas del festival, HyungWon había salido junto a sus criadas para dar un paseo al estanque, ella, como era usual, estaban lanzando pequeñas rocas al agua, mientras él permanecía bajo la sombra de uno de los árboles alrededor, la verdad es que el ambiente cálido lo mantenía de un humor bueno, esos días no había habido mucho conflictos cosa que no era muy común en ese palacio, pero como siempre, lo bueno no podía durar para siempre, así que su sonrisa se desvaneció de a poco cuando vio al secretario real acercarse a él.

—Su alteza —el anciano hombre inclinó su cabeza y mantuvo la mirada baja. —El rey solicita su presencia en su despacho.

HyungWon solo tomó una respiración larga y apretó sus labios, la última vez que había ingresado al despacho del rey, había terminado esposado a un desastroso matrimonio con un príncipe de dudosa reputación y que, además, lo repudiaba como a una plaga. No mentía, tenía miedo de ir, pero no podía evitarlo, así que después de dar un asentimiento suave al noble, lo siguió hasta el despacho del rey. Detrás suyo, también iban sus pocas criadas, en silencio, una de ellas sosteniendo una sombrilla a su altura para evitar que los rayos del sol dieran directo en su rostro. En la entrada a los aposentos del rey como siempre había varios soldados que mantenían todo bajo control, entre ellos estaba el general Son, el comandante del ejército, era una de las pocas personas del palacio que tenía una relación muy estrecha con el rey, siempre que no estuviera ocupado con alguna tropa o un viaje, estaba cerca del rey.

Ambos se miraron por una fracción de segundos mientras HyungWon se abría paso al despacho del rey, no se sintió extraño, al menos para HyungWon, que solo inclinó su cabeza a modo de saludo y continuó sin mirar de nuevo. El hombre de piel dorada, alto y con cuerpo fornido, en cambio no pudo actuar del mismo modo, su mirada quedó prendada del noble que caminaba con tanta gracia, con su frente en alto mientras lo etéreo de su perfil se iluminaba con los rayos del sol de esa media tarde. Sus ojos lo siguieron hasta que solo su espalda fue visible, con sus criadas detrás de ella, y solo entonces fue cuando el general pudo volver a su posición inicial, con el mentón en alto y la expresión dura en su rostro, ignorando la mirada de los demás soldados sobre él.

Un rumor a voces entre el palacio era que el general Son se encontraba prendado del príncipe HyungWon, que era otro de esos hombres que no pudo luchar contra la atracción fatal que el príncipe de Wosun emanaba, pero ese relato siempre terminaba en los mismo, un rumor; el general Son era un hombre tan duro y recto, que era difícil creer el solo hecho de que pudiera sentir algo. Pero claramente ellos no podían escuchar la manera en que el corazón del general se agitaba cada vez que lo veía pasar, como parecía golpear su caja torácica como si de un preso se tratara; no sabía en qué momento sucedió, no tenía fechas ni horarios, solo tuvo consciencia de lo que sucedía con él al momento en que su preocupación por el bienestar del príncipe heredero dejó de ser una obligación y pasó a ser una cuestión vital.

Y por supuesto que él sabía que esa reciente unión con el príncipe de Daeng no era otra cosa más que una humillación al príncipe heredero. Había escuchado antes sobre el príncipe HoSeok de Daeng, corría el rumor que era de juntarse con hombres poco honor en su reino y que frecuentaba las casas de té más de lo que debería cualquier príncipe, incluso que tenía de amante a una prostituta. Eran muchos los rumores que rondaban a su alrededor, si eran ciertos o no, la verdad es que no lo sabía y tampoco le importaba, pero de lo que estaba seguro es que alguien que se había encargado de crear una reputación tan mala como esa no merecía estar al lado de una persona de tan alto valor como lo era HyungWon. Sin embargo no había nada que pudiera hacer, solo le quedaba conformarse con cuidar del príncipe desde las sombras.

—Príncipe HyungWon —saludó el rey cuando vio al príncipe HyungWon entrar a sus aposentos, él le saludó también, inclinándose demasiado. —¿Qué tal la vida marital?

HyungWon pareció dudar un poco antes de responder: —Me ha tratado bien hasta el momento, no hemos tenido inconvenientes.

—Me alegra saber eso, el día de la boda ustedes dos no parecían muy cercanos.

—Aún... Necesitamos tiempo para conocernos, pero estamos trabajando en ello, su majestad.

—Entonces será ideal que asistan al festival de cosecha. Sabes que usualmente yo suelo asistir a este evento, pero creo que esta es la ocasión perfecta para ustedes, además el reino conocerá al nuevo príncipe consorte.

HyungWon paseó su mirada preocupada por todo el suelo, aunque sabía que algo como esto podría pasar, la verdad es que seguía sin hacerse a la idea. No estaba listo para salir al pueblo él solo, para mostrarse frente a las personas después de tanto tiempo, no sabía que podía salir de eso. Sintió la garganta seca y una fuerte necesidad de decir algo, pero la voluntad del rey era inquebrantable, una prueba de ello era el matrimonio en el que ahora se encontraba involucrado.

—Su majestad, ¿cree que sea buena idea?

—Por supuesto que sí, ¿acaso me estás cuestionando? —el hombre lo miró retadoramente.

—No, no, mi señor, no es mi intención contradecirlo. Solo digo que... mi relación con el pueblo en los últimos tiempos no ha sido muy cercana, puede que sea extraño para ellos verme allí después de tanto —HyungWon se sentía como un tonto intentando convencer al rey, pero en serio queria evitar ir al festival, sin embargo sus esfuerzos no parecieron dar frutos y, en cambio, el rey estaba con una expresión más seria y poco amigable.

—Entonces más te vale dar una buena impresión en ese festival, ya he tenido suficiente de ti y esa ineptitud con la que te asocian. Te recuerdo que eres el heredero a la corona y es momento de que te portes como tal —el rey se levantó de su escritorio, dando unos pasos hasta que quedó frente a él. La diferencia de altura entre ambos no era tan notoria, pero HyungWon era más alto, sin embargo no era muy dominante su altura en esa situación, mantenía la mirada gacha porque no quería tener que enfrentarse al rey. —Matrimonio tras matrimonio, todos arruinados, y cuando por fin lograste que alguien se mantuviera vivo a tu lado, sigues comportándote como el eterno prometido de Wosun.

—Mi señor...

—Quiero que te comportes como el futuro rey de Wosun, cuando muera mi corona va a pertenecerte, asiste al festival con tu esposo y por tu bien, será conveniente que dejes una buena impresión al pueblo.

HyungWon apretó sus labios, con la mirada gacha, pero tan pronto el rey dio vuelta para volver a su escritorio, HyungWon levantó la vista con una sobrecarga de coraje y prepotencia. Se sentía más humillado que cualquier otra cosa, obligarlo a pavonearse por ahí en compañía de ese desastroso e irritante príncipe, sin duda era un castigo más que un beneficio, pero no podía hacer nada al respecto, lo supo bien, así que simplemente dio una reverencia y se retiró en silencio del despacho de su padre, o mejor dicho, de su monarca.

Faltaban pocos días para la celebración, tanto HyungWon como el príncipe de Daeng habían estado bastante ocupados, los empleados los tenían corriendo de un lado para otro, probándose trajes nuevos, habían conseguido con algunos mercaderes tela muy costosa de la India, era de colores vibrantes y suave como un algodón, estaban en la elaboración de los hanboks nuevos de los príncipes y eso personalmente los tenía un poco hartos a los dos.

—Auch —se quejó con mal humor HoSeok, al sentir un pinchazo sobre la piel de su hombro, dio una mala mirada a la joven empleada que estaba realizando la tarea de ajustar la tela de su traje. Ésta se sintió intimidada y bajó la cabeza.

—Lo siento, majestad —dijo ella.

—Me estoy hartando de esto, no me interesa su estúpido festival, no entiendo porqué debo asistir.

La mujer que sostenía la almohadilla con los alfileres soltó un suspiro pesado, intentando reprimir la mala mirada y las malas palabras que deseaba salir de ella. Y ella sabía que no era la única que se sentía de esa forma por el príncipe consorte, era arrogante, maleducado e irritante, desde que puso un pie dentro del palacio supieron que no la iban a tener fácil, pero esto los estaba superando en todos los aspectos.

—Son órdenes del rey, su majestad —le respondió ella, manteniendo su semblante serio.

Por parte de HoSeok, desde que se había enterado del festival de la cosecha su cara se había contorsionado en una mueca desagradable, en su reino también celebraban el festival de la cosecha y nunca había podido importarle menos dicha celebración, había plebeyos borrachos, bailando y cantando por todos lados, no era un príncipe al que precisamente le gustara relacionarse con su pueblo y esa era una de las razones por las que nunca había asistido a los festivales, pero ahora, era la voluntad del rey y la de su esposo que asistiera al festival de dicho pueblo.

Así que llegado el tan especial día para los habitantes del reino de Wosun, HyungWon se encontraba en su habitación soltando suspiros cada tanto mientras sus empleadas se encargaban de peinarle el cabello, sostenían su larga cabellera en lo alto mientras la amarraban en un moño, los ojos del príncipe se movían nerviosos por toda su habitación, en realidad lo tenía algo ansioso la celebración que se llevaría a cabo ese día, no veía hace mucho tiempo a la gente de su pueblo y su pueblo tampoco lo había visto a él hace mucho, no sabía qué esperar de eso.

—Su majestad, ¿sucede algo? —preguntó una de sus empleadas, quien notó su expresión perdida a través del espejo que había enfrente suyo, sus ojos estaban maquillados con un poco de sombra café en su línea de agua, lo cual creaba una intensidad en su mirada además de la poca tinta roja que había en sus labios para darles más color. Sin duda el príncipe de Wosun se veía como un ángel, como alguien que verdaderamente pertenecía a la realeza, pero la expresión en su rostro le restaba encanto.

—Estoy bien —dijo él con voz baja, pero ninguna de sus empleadas le creyó, más no podían intervenir demasiado, así que continuaron arreglando su cabello y los últimos detalles de su traje.

Al pasar las horas, el príncipe se encontraba listo para subir a la litera que sus empleados cargarian hasta la plaza central, detrás de ellos estaba la otra litera que usaría el príncipe HoSeok, al parecer él aún no estaba listo, pero HyungWon decidiría avanzar sin él, mientras más rápido pudiera terminar con eso, mejor. Los empleados que lo cargarían ya estaban listos, pero antes de subir a la litera, una mano apareció para ayudarle a subir, era el general Son. HyungWon lo miró por un largo rato mientras algo en su semblante parecía relajarse, en realidad tener a alguien conocido y de su confianza alrededor, el general pareció notar eso y solo sonrió un poco.

—Lo acompañaré al festival su majestad, sé que es la primera vez en mucho tiempo que sale al reino, las cosas podrían complicarse. Mis hombres y yo estaremos al tanto de todo, no intervendremos en nada a menos de que lo veamos necesario.

—Lo agradezco mucho, general —HyungWon soltó una respiración larga y aceptó la mano del general para subir a la litera.

Fueron treinta minutos de camino hasta el pueblo, el sol se empezaba a ocultar en medio de los árboles altos y frondosos, y ahí era cuando el reino de Wosun tomaba vida con todas esas linternas y antorchas que iluminaban la plaza. HyungWon se asomó tímidamente por la ventana de su litera, solo levantando un poco la cortina que la cubría, y pudo ver a muchas personas caminar de un lado para otro, aún había muchos puestos del mercado ahí y se sorprendió de ver todas esas artesanías y telas que estaban ofreciendo, pero pronto su lujosa litera comenzó a llamar la atención de las personas, así que se escondió rápidamente.

Unos metros más atrás, el príncipe HoSeok se encontraba también en su litera, pero a diferencia de HyungWon, este había abierto toda su cortina y tenía su cabeza afuera de la ventana mientras miraba a detalle todos los puestos del mercado, algunos plebeyos lo miraban también, pero no por mucho tiempo, al momento bajaban la mirada porque en definitiva no querían llevarse un castigo por irrespetar a alguien de la realeza. HoSeok miró a uno de los guardias que caminaban a la par de su litera, le silbó para llamar su atención, pero este no le prestó atención, así que lo intentó de nuevo y se llevó una mala reacción por parte del soldado.

—Su majestad, le sugiero no realizar acciones tan ordinarias y soeces enfrente de la gente del pueblo, podrían llegar a pensar que se pueden dirigir a usted de manera informal.

—¿Cuánto más falta? Estoy cansado.

—Falta poco, su majestad, la celebración es en la plaza central. Sea paciente,

HoSeok soltó un bufido y se acomodó de nuevo dentro de su litera, a medida que iban avanzando la algarabía sonaba mucho más fuerte y la siguiente vez que HoSeok sacó su cabeza por la ventana, pudo ver grandes listones decorando la plaza, con lámparas de papel por todos lados, había gente caminando por ahí desordenadamente y todos parecían estar rodeando un gran espectáculo. Tan pronto como las literas con los dos príncipes se acercaron, robaron protagonismo al espectáculo, el primero en bajar fue el príncipe HoSeok, siendo ayudado por sus guardias. Hubo poco comentario al momento de verlo allí, en parte porque nadie quería atreverse a decir algo fuera de lugar cuando había guardias armados rodeándolos. HoSeok solo pasó su mirada por la gente del pueblo una sola vez, eran tan corrientes como se podía esperar, la gran mayoría de ellos parecían muy sorprendidos y curiosos por su presencia, sobre todo las personas jóvenes, quienes no pasaron por alto la gran belleza que el príncipe de Daeng tenía, un cuerpo inusual que se marcaba incluso por debajo de su hanbok, con hombros anchos y brazos gruesos y musculosos, su cabello estaba recogido en un moño alto y con un manggeon sobre su cabeza, sus ojos estaban estilizados con un poco de sombra oscura en su línea de agua y solo ese pequeño detalle parecía ser suficiente para que muchas de esas personas que habían quedado prendadas de la belleza del nuevo príncipe, se inclinaran rápidamente tan pronto lo veían caminar cerca suyo. El siguiente en bajar fue HyungWon, el legítimo heredero a la corona de Wosun, y fue una situación ciertamente... extraña, para HyungWon se sintió como un reencuentro con algún trauma de su infancia, como esos espíritus y seres sobrenaturales que alguna vez sus tutores les habían hablado y que él de pequeño les tenía tanto miedo, esa gente allí que permanecía de pie solo mirándolo, se veían como la materialización de sus mayores miedos.

—Su majestad —entonces a su lado llegó el general Son, con su porte tan firme pero dándole a entender con su mirada que él estaba allí para cuidarlo, HyungWon lo agradecía en silencio, comenzando a caminar adelante hacia la carpa que había sido preparada para él y su esposo, estaba ubicada en una tarima alta que daba la mejor vista al espectáculo que se presentaba esa noche. El circo del reino, era halagado por muchos e incluso habían visitado otros reinos, parecían ser muy populares aunque en realidad HyungWon nunca los había visto.

Detrás del príncipe HyungWon siempre iban sus empleados o los guardias, pero cuando HyunWoo quiso tomar su lugar la espalda de HyungWon, se encontró con el príncipe de Daeng, quien le dio una mirada poco amable y reclamó su lugar, fue él quien estuvo a las espaldas del príncipe mientras ambos se hacían paso entre la multitud hasta la gran carpa que los esperaba a ambos. HyungWon tomó asiento en el taburete derecho mientras HoSeok lo tomó en el izquierdo. Ambos solo tomaron asiento en silencio y esperaron por la función, en realidad, las cosas tornaron diferente cuando ambos monarcas llegaron a la celebración, se comparaban con una mala nota en una sinfonía, su presencia había irrumpido de manera abrupta en la celebración y HyungWon no sabía cómo interpretar el notable silencio en la gente del pueblo, no se sentía capaz de levantar la mirada y verlos a la cara. HyungWon sabía que había sido una mala idea obligarlo a asistir al festival, ni bien habían llegado y pareciera como si el festival se hubiera arruinado por la lluvia o un mal vino.

HyungWon solo soltó un suspiro largo mientras bajaba la mirada, pero no HoSeok, quien mantuvo su frente en alto y miraba con mal gusto el hecho de que el acto del circo pareciera haberse detenido justo cuando ellos llegaron, eran los acróbatas quienes se habían estado presentando hace tan solo unos minutos, pero ahora solo estaban allí de pie, expectantes a lo que pudiera suceder ahora, pero eso solo incrementaba la molestia en el príncipe de Daeng. HoSeok entonces miró al guardia con el que había hablado hace unas horas, este por suerte lo miró de vuelta al sentirse observado —: Diles que continúen con la función. Ahora. —le dijo con voz seria, notándose su enojo a cada sílaba que soltaba, así que el guardia simplemente dio una reverencia y bajó de aquella tarima donde estaban los monarcas.

—Los plebeyos son mucho más atrevidos de lo que recordaba —dijo en voz alta HoSeok, esperando ser escuchado por el otro príncipe. —¿O acaso es algo característico de los habitantes de Wosun?

HyungWon calló, solo evadiendo la mirada del príncipe que ahora estaba sobre él sin siquiera vacilar, sin importar qué tan irrespetuoso se mostraba al verlo directamente. Esa sin duda sería una larga noche, y eso era solo el comienzo. 

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Actualización anual jajaja. 

Quedo un poco aburrido, lo sé, pero si agregaba lo que va a suceder en el festival quedaba muy extenso y prefiero guardar ese relato para otro capítulo. 

Muchas gracias por seguir esta historia, quisiera poder tener un poco más  de disciplina para traerles actualizaciones más seguido, en estos momentos cuento con mucho tiempo libre y amaría traerles una actualización semanal como lo hacía antes. Díganme si hay algo que les gustaría ver en esta historia, o algo que les gustaría quitar, sus comentarios me animan cuando me siento algo decaída con esta historia.

Nos leemos en una próxima actualización, xoxo.

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