Primer capítulo

Primer capítulo: La desgracia en la belleza.

Esa mañana estaba siendo soleada, incluso si la nieve estaba cayendo, el sol se alumbraba por una esquina del cielo y eso tenía a HyungWon sonriendo, que veía el paisaje de su reino cubierto de nieve desde la ventana de su habitación, ese invierno estaba siendo especialmente frío y aquel sol era inusual y estaba alegrando el día de más de una persona. No pudo estar mucho más tiempo allí porque a su habitación había entrado una hilera de criadas, todas ellas vestían sus hanboks blancos con listones rojos, tenían su cabello recogido en un moño en la parte de atrás que se dejaba ver más por su cabeza inclinada hacia adelante por respeto.

—No tengo hambre —mencionó, viendo la gran bandeja que ellas traían consigo, llena de frutas, harinas y té para su desayuno.

—Mi señor, es importante que tome su desayuno —habló una de ellas, aún con la cabeza gacha. —La cocinera ha pasado gran parte de la mañana haciendo esto.

Soltó un suspiro, realmente no tenía mucha hambre, pero sabía que esas mujeres se esforzaban mucho por traerle su desayuno así que solo tomó asiento en su alfombra, las otras mujeres que acompañaban a la empleada se encargaron de montar la mesa y luego dejar allí sus alimentos, comenzó por la fruta y la avena, no creía poder comer todo eso, pero haría el intento.

Chae HyungWon era el primogénito y por lo tanto el príncipe heredero a la corona del reino de Wosun, era hijo de rey DaeHo y la reina SoWoon, su único hijo, en realidad, y fue en algún momento el orgullo de sus padres y de su reino también, aunque su madre decía que seguía siéndolo, sabía que no era así. El reino de Wosun era un reino próspero, se manejaba muy bien con la ganadería, gracias a ello es que se habían dado un puesto importante entre los demás reinos de la nación, sin embargo, eso no era razón suficiente para ser completamente respetados y HyungWon sabía que esa razón que les impedía ser un reino importante, era él. 

En su nacimiento, la adivina real le había dicho que tendría una vida próspera, que sería un gran monarca cuando fuera su momento y que su belleza extraordinaria podría ser su único defecto, eso no asustó a los reyes, que solo sonrieron al escuchar que tendría una vida llena de prosperidad y no dudaron en compartirlo con todo el reino, que poco a poco fueron viendo como el tierno bebé de ojos grandes y mejillas rosadas se convertía en un niño algo tímido, pero muy decidido con lo que quería, era alguien muy dedicado a sus estudios y algo alto para su edad, a la edad de diez años, comenzó a llamar la atención de los monarcas de otros reinos, quienes vieron en él un potencial para esposo, conoció a muchas princesas, pero muchas de ellas no estaban interesadas en crear un futuro matrimonio con alguien que tenía un rostro tan hermoso para ser el de un hombre y que  también tenía un útero en su interior. "No hay problema con eso" dijo el rey entonces, sonriéndole a su hijo y acariciando sus cabellos, si las princesas no estaban interesas, los príncipes sí que lo estarían. 

Y así fue, cuando tuvo doce empezó a conocer príncipes de otros reinos, muchos tenían su edad o algunos eran incluso mayores, pero HyungWon era demasiado selectivo con su pareja, él era el próximo heredero a la corona, no se quedaría en un castillo a cuidar bebés y a vestirse con joyas para mantenerse deseable a su esposo, él era prácticamente un rey, tenía muchos estudios, sabía escribir, leer, sabía de astronomía y también de ciencia física, cuando tuviera edad, le enseñarían tácticas de guerra y entonces, se haría cargo de su reino cuando fuera el momento, y eso no pareció gustarle a muchos príncipes, al menos hasta que llegó él. Lee DongMin era el segundo príncipe del reino Ahn, no tenía oportunidad alguna de heredar la corona, pero eso no quería decir que era algún tonto o un resentido, todo lo contrario, era muy inteligente, caballeroso y tenía una profunda pasión por la biología, y eso, a HyungWon lo dejó encantado. 

Tenía quince años entonces, su cuerpo era diferente al del niño de doce, su madre felizmente le había dicho que su cuerpo se había desarrollado finalmente, que ahora había florecido en su totalidad y que era el momento justo de pensar en matrimonio. HyungWon había estado en desacuerdo en ese entonces, sabía que el hecho de que sus caderas se hubieran anchado quería decir que su cuerpo podría cargar herederos, pero él no quería herederos, quería seguir estudiando para ser el mejor rey que toda la dinastía Joseon hubiera conocido jamás, sin embargo, conocer a DongMin había cambiado un poco su perspectiva. Él podía ser rey y al tiempo llevar los herederos de DongMin ¿Cierto? DongMin tampoco parecía tener problema con eso, así que ambos reinos habían sido rápidos en organizar un compromiso, aunque DongMin le llevaba cinco años a HyungWon, no parecía haber problema en eso, los matrimonios eran acostumbrados a ser así. 

Pero todo se arruinó cuando una fatídica noche de verano, al reino de Wosun llegó una carta, HyungWon estaba emocionado porque esta tenía el sello del reino de DongMin, estaban a una semana de casarse y probablemente era uno de los muchos regalos que su futuro esposo le había estado mandando, durante esos meses él había estado de viaje con los mercaderes de su ciudad en busca de las mejores telas y joyas para la celebración de su boda, así que pensó que sería una carta de DongMin diciéndole que llegaría pronto, sin embargo, a medida que fue leyendo, sus ilusiones se rompieron, al igual que su corazón, sus ojos se fueron llenando lentamente de lágrimas mientras empezaba a negar con vehemencia. DongMin no vendría pronto, es más, nunca vendría, porque su barco había naufragado por las aguas del océano pacífico, en su camino a casa. 

Fue una pérdida realmente dura para HyungWon, se había enamorado y el destino le había arrebatado a su prometido como si nada, lloró amargamente por semanas y mantuvo su luto por mucho tiempo, solo se dedicaba a estudiar, pasaba mucho tiempo en la biblioteca y con sus tutores, así fue hasta que cumplió los veinte, su padre entonces había dicho que era momento de buscar un matrimonio, era momento de dejar ir a DongMin y avanzar, él se hubiera negado, pero sabía que era cierto, el consejo también lo estaba presionando para que se casara pronto, así que nuevamente comenzó a tener reuniones con príncipes de otros reinos, pero la mayoría de estos ya estaban casados o tenían un compromiso pendiente, así que a ese punto estaba dispuesto a aceptar a quien fuera, solo quería llenar el requisito de estar casado, ya no quería herederos, ahora solo pensaba en su corona y en su reino.

Quien llegó entonces fue ChangMin, un noble de un reino amigo al suyo, tenía una buena posición como consejero del rey, así que sus padres le habían dicho que era un buen candidato, con estatus y que le daría una buena vida, el hombre estaba fuertemente interesado porque no dejaba de repetirle que desde que lo había visto no había podido olvidarse de su belleza, como estaba encantaba se comparaba solo con la belleza de las peonías, pero eso a él no le importaba, de hecho le molestaba un poco que su esposo fuera un adulador de primera, pero era mejor eso a que estuviera diciéndole que hacer todo el tiempo, así que, cuando la propuesta de matrimonio llegó, no dudó en aceptarla.

Su madre estaba muy emocionada, planeando todo el festejo de la boda junto al señor ChangMin, que le llevaba diez años por delante, pero nuevamente, eso no le importaba. Así que solo hizo lo que su madre dijo, su madre pensaba que era un matrimonio totalmente forjado por el amor, ella le había dicho que eso era lo más importante, ella se había casado con el rey porque había estado enamorada, aunque HyungWon dudaba un poco que su padre estuviera enamorado de su madre como ella lo estaba, después de todo, había tenido ese otro hijo con su concubina y además de eso, la había hecho su segunda esposa.

Estaba con expectativas bajas, solo esperaba poderse llevar bien con su futuro esposo, parecía ser un buen hombre, desde que no se metiera en sus asuntos creía poder tener una buena relación con él, es más, si se ganaba su afecto, podría pensar en tener un heredero con él. Pero todo fue más catastrófico de lo que pensó, ChangMin tenía que ir a su reino para organizar todo lo que faltaba antes del matrimonio, y luego, regresaría a Wosun, donde se realizaría la unión, HyungWon lo había despedido con una sonrisa leve y un beso en la mejilla, pensando que lo tendría pronto con él, pero aquello fue todo lo contrario, porque a mitad de camino a su reino, fue interceptado por ladrones, viles ladrones que le robaron todo lo que tenía, asaltaron su carruaje con salvajismo, y, no conformes con eso, hirieron de gravedad a ChangMin lo cual en poco tiempo le provocó la muerte.

Estuvo en un estado de shock por días, le había sido difícil soltarse en llanto, aunque no quiere decir que no lloró un poco cuando asistió a su funeral, pero se la pasó callado todo el tiempo, si antes no se escuchaba, entonces ahora sí que no se sentía en ningún aspecto, se la pasaba callado todo el tiempo, encerrado en su habitación o en la biblioteca, casi no era visto por el castillo y eso comenzó a preocupar a los reyes.

La reina no estaba de acuerdo, pero el rey comenzó a buscar por su cuenta un esposo para su primogénito, estaba cerca de los veintidós y no había contraído matrimonio, y los dos prometidos que había tenido, murieron de horribles maneras al estar cerca del matrimonio, así que comenzó a buscar candidatos, pero todos se negaban cuando les decía que se trataba del príncipe HyungWon, incluso los que antes mostraron un interés fuerte en él, se negaron. El rey estaba confundido, pero todo se aclaró cuando uno de sus nobles amigos se lo dijo tan fríamente en la cara.

—Me temo, su majestad, que el príncipe HyungWon tiene una maldición —le dijo él, con voz sería y gruesa. El rey quedó completamente atónito ante lo dicho, pero no tuvo tiempo de decir nada antes de que lo interrumpieran. —Sus prometidos mueren en circunstancias horribles a un solo paso del matrimonio, no cabe duda que el príncipe HyungWon tiene una belleza electrizante, es encantador por donde se le miré, pero esa belleza es una belleza maldita.

—¿Qué es lo que pretende decir? —el rey había lanzado su copa con furia, haciendo que todos sus otros amigos presentes en la cena se quedaran en silencio —¿Pretende que mi hijo es algún estilo de brujo?

—No, por supuesto que no, pero digo qué tal vez le hicieron un embrujo, por lo tanto, el príncipe HyungWon nunca va a poder casarse ya que sus prometidos morirán antes de la boda, es algo que todo el reino, y si no es toda la nación, lo sabe.

Entonces el rumor de que HyungWon estaba maldito se hizo más fuerte que nunca, todos lo miraban como un bicho raro desde entonces, antes era admirado por su belleza e inteligencia, pero al parecer nada de eso importaba cuando estabas hechizado a no poder casarte nunca. Desde entonces, HyungWon se había vuelto alguien muy ermitaño, no salía de su castillo a no ser que se necesitara, no era amigo con nadie de otro reino o siquiera de su propio reino, porque la gente temía que el hechizo se contagiara, incluso, entre la gente de su reino se creó algo parecido a una leyenda, a las mujeres y donceles desobedientes se les decía que estarían condenados al mismo destino de Chae HyungWon si no asumían los roles que les pertenecían.

Su sufrimiento entonces se convirtió en una tortura silenciosa, su reino era tomado como un chiste porque tenía a un príncipe embrujado, y aunque eso era un cuento demasiado viejo y llevaba años lidiando con ello, había días en los que simplemente no podía fingir que no le importaba, lloraba amargamente en su cuarto, porque nunca nadie lo tomaría en serio, el consejo ni siquiera creía que él fuera un buen rey cuando sus padres faltarán, a pesar de que él se había esmerado en demostrar lo contrario.

—HyungWon, buen día ¿Cómo amaneciste? —él iba camino al estanque junto a sus criadas, ese era un lugar tranquilo en el que le gustaba relajarse, y también lo hacía por sus criadas, quienes gustaban de lanzar rocas al estanque y pedir deseos, pero en el camino se encontró a ChangKyun, su medio hermano, que también iba con su hilera de criadas y un guardia a sus espaldas.

—Estoy bien —saludó cortésmente. —Espero que se encuentre bien también, príncipe ChangKyun.

—Maravillosamente —le sonrió. ChangKyun en realidad no era alguien malo, solo que ellos nunca habían tenido mucha relación por ser hijos de diferentes madres, además, de que la madre de ChangKyun no le permitía acercarse ya que ella era de las primeras personas en creer que tenía una maldición y que esta era traspasable. —¿Puedo saber a dónde se dirige?

—Necesito ir al estanque.

—¿Gusta que lo acompañe?

—No —lo detuvo en seco, viendo cómo el príncipe ChangKyun le mostró una expresión sorprendida. —Solo, necesito ir solo.

Entonces nuevamente había iniciado su caminata, pasando por un lado de ChangKyun y sus criadas para seguir su camino, él quería mantener su espacio siempre, no le gustaba que nadie más estuviera con él porque sentía que de algún modo podrían hacerse daño, y porqué no, si hasta él empezaba a creer que de verdad estaba maldito, por ello, es que se mantenía alejado de todos y de todo, porque temía hacer más daño del que ya había hecho.

Estuvo un tiempo en ese lugar, como había dicho, sus criadas perdieron permiso para lanzar rocas al estanque y él les había otorgado el permiso, así que, mientras las criadas se divertían, él se mantenía en silencio en una parte más alejadas, solo mirando el agua cristalina que dejaba ver las rojas bajo ella y las ondas que se creaban en el agua cuando sus criadas lanzaban las rocas pequeñas. Su vida se había tornado en una paleta de colores grises, en un espiral de monotonía del cual le era difícil salir, pero a nadie parecía realmente importarle eso, así que él tampoco se esforzaba en llamar la atención.

Después de su estadía en el estanque se dirigía nuevamente a sus aposentos, sin embargo, cuando pasó cerca de los aposentos del rey pudo escuchar un gran escándalo desde allí, se escuchaban sobre todo los gritos de una mujer, así que decidió acercarse a uno de los guardias que resguardaban la entrada.

—¿Qué sucede? ¿Por qué el escándalo?

—Parece que la segunda esposa está teniendo un ataque de locura, príncipe —le respondió el guardia, HyungWon estaba a punto de preguntar el porqué, pero entonces él guardia se le adelantó. —Desconocemos la razón del porqué.

Eso lo dejó con una gran incógnita por el resto del día, a él no le comentaban mucho de lo que sucedía en el castillo por obvias razones, sin embargo, no quería decir que no le importara lo que pasara, la segunda esposa de su padre no era alguien sinceramente de su agrado, era alguien demasiado arrogante y creía ser superior a su madre, siempre diciéndole que el rey había recurrido a ella para darle un heredero que no estuviera hechizado, nunca se había metido con él directamente, pero sí con su madre, y eso le dolía mucho más.

—¿Podrías averiguar qué es lo que pasó en los aposentos del rey? —estaba estudiando y traduciendo algunos escritos mientras una de sus criadas le acompañaba, le había traído un par de bocadillos para que no pasara hambre mientras estudiaba.

—¿Cómo, mi señor? Las criadas del rey me reconocerán si me ven merodeando por ahí.

—El soldado Jang está muy interesado en ti —le recordó HyungWon, haciendo que la joven muchacha bajara la cabeza con vergüenza mientras sentía sus mejillas rojas. —Podrías preguntarle a él, no se negará. Solo quiero saber qué sucede, la segunda esposa no haría un escándalo de ese tamaño por nada.

Y así fue, por suerte su criada tuvo éxito con el soldado Jang y este le soltó la información sobre lo que había pasado esa mañana en el palacio, y HyungWon al enterarse, había quedado bastante sorprendido. Había llegado una carta del reino de Daeng, el rey estaba teniendo problemas serios con su reino y necesitaban ayuda a como dé lugar, así que estaban ofreciendo un matrimonio y un pedazo de las tierras de Daeng, el rey había estado interesado al principio, pero cuando supo que la propuesta de matrimonio era para el príncipe ChangKyun decidió consultarlo primero con su segunda esposa, es decir, la madre de ChangKyun. Y lo que había pasado después ya lo conocía, la segunda esposa había enloquecido y se negaba a esposar a su hijito con alguien tan poca cosa como lo era el príncipe de Daeng.

Había escuchado sobre el príncipe HoSeok antes, nunca lo había visto en persona, aunque conocía al rey de Daeng y a su esposa, no a su único hijo, así que la imagen que tenía de él solo la podía basar en lo que había escuchado: era un patán. Muchos nobles cotilleaban sobre el hijo del rey JooSeok, que era alguien sin duda atractivo, pero que era alguien arrogante y demasiado altanero, definitivamente, no un buen prospecto para heredero de la corona.

Fue a los aposentos de su madre después de saber eso, su madre no estaba enterada por supuesto y se sorprendió bastante por ello, más no dijo nada al respecto, sinceramente su relación con la segunda esposa no era muy buena, mayormente porque ella estaba en serio enamorada del rey, pero el rey parecía no apreciar su amor tanto como ella esperaba.

—Es bastante triste, pero su hijo en algún momento va a tener que casarse, no puede quedarse toda la vida solo —ella había soltado ese comentario sin más, no pretendía sonar grosera, pero HyungWon sin embargo se había sentido un poco atacado con ese comentario, aunque lo disimuló tan bien como pudo.

—Es verdad, está en edad de casarse, debe conseguir un esposo pronto.

Su madre una de las pocas personas, si no es que la única, que quedaba a su lado, en el sentido de que no lo había hecho menos por los rumores que se empezaron a esparcir por todos lados, por ser un soberano a la corona que solo daba vergüenza y decepción a su reino, ella decía que más allá de ver al futuro rey de Wosun, veía a Chae HyungWon, su hijo, su único hijo, y que lo amaba tal y como era. Pasaba mucho tiempo con ella entonces, tomaban el té cada vez que podían y mantenía lo más pendiente que podía de ella.

Luego de que salió de los aposentos de la reina, estaba en camino a los suyos, cuando de casualidad se encontró frente a frente con la segunda esposa. El cielo estaba ya oscuro, por lo cual fue raro verla rondando por ahí con su guardia y sus empleadas, sin embargo, no pensaba preguntarle, su relación no estaba para preguntar cosas como esa, así que solo estaba había pasado por su lado, inclinando la cabeza con respeto.

—Espere, príncipe HyungWon —pero ella lo había detenido, eso era raro, sin embargo, no podía pasar de largo a la segunda esposa y se vio obligado a acercarse. —¿Estaba en los aposentos de la reina?

—No entiendo a qué viene su pregunta —él intentaba tener el mínimo contacto con ella, tal vez era algo rencoroso, pero no podía quitar de su mente los recuerdos de cómo ella se había encargado de hacerle saber al rey y a todo el pueblo que estaba hechizado.

—Siempre que sucede algo usted va a los aposentos de la reina ¿No? Entonces imagino que estará al tanto de lo que ha sucedido con el príncipe ChangKyun.

—No sé a qué se refiere, señora.

—No intente hacer el tonto conmigo —la mujer se veía genuinamente irritada, apretando sus labios en una raya mientras lo miraba directamente a los ojos. —Usted nunca ha aportado nada bueno a este reino, pero siempre está escondido en las sombras, enterándose de todo y arruinando la vida de todos los demás.

Esa conversación estaba siendo ciertamente dura para él, HyungWon sabía que él había traído la desgracia al palacio, pero escucharlo de otra boca siempre sería doloroso, así que solo guardó la calma y, soltando un suspiro, preguntó —: ¿Qué es lo que desea, mi señora?

—¿De ti? Solamente que no fueras un desastre —soltó un suspiro, negando burlonamente. —Pero es algo imposible de pedir, así que solo te quiero decir una cosa.

La segunda esposa se aprovechaba de su situación para burlarse de él, para ser cruel y tratarlo como a un plebeyo cada vez que podía, no temía que él fuera el heredero a la corona y pudiera reemplazar al rey pronto, que fuera una persona rencorosa y que su primera orden fuera ejecutar a la segunda esposa, no, ella no le temía a nada de eso porque sabía que HyungWon no era amado por el pueblo, por la corte e incluso dudaba que el rey lo amara, era un rey débil, bueno, si es que llegaba a ser rey alguna vez.

—Todo esto es culpa tuya —habló nuevamente la mujer, sus manos estaban escondidas bajo su jeogori, unidas entre sí, aunque estuviera tratándolo mal, lo hacía con tanta elegancia que el coraje se elevaba mucho más. —¿No te bastaba con quedarte con tu desgracia para ti? El rey está considerando en casar a mi hijo con ese príncipe inútil del reino de Daeng, es inaudito que ese rey este ofreciendo a su hijo en matrimonio como si fuera una joya, cuando en realidad es un triste pedazo de carbón, no vale nada. Esto no debería ser así, mi hijo vale demasiado como para ser el esposo de un príncipe sin gloria.

—No entiendo cómo puede ser mi culpa esto, mi señora —solo quería irse de allí, no estaba de humor para ser humillado, pero la mujer parecía tener otro tipo de pensamiento ya que continuó hablando.

—¿No te queda claro que traes la desgracia a este palacio? Todos tenemos que pagar tu maldición, esto no es justo, quien debería casarse con ese príncipe tirano deberías ser tú. Pienso yo que él sería el prospecto ideal para ti, príncipe HyungWon ¿No lo has considerado? Aunque, bueno, no creo que hayas considerado casarte de nuevo, a nadie le gusta tener que asistir al funeral de sus prometidos antes de siquiera casarse.

Estar siendo humillado de esta manera debería ser algo habitual para él, y tal vez lo era, solo que no se acostumbraba a ello, así que solo soltó un suspiro largo, intentando mantener a raya sus lágrimas, sin embargo, era notable bajo la luz de las lámparas de papel que los guardias cargaban como los ojos del príncipe estaba cristalizados en lágrimas, la segunda esposa solo estaba en silencio, en espera de una respuesta, la cual claramente HyungWon no le dio. Ella estaba dispuesta a decir algo más, pero entonces fueron interrumpidos, otra persona venía con una lámpara de papel en mano y se acercó hasta ellos.

—Mi señor —se trataba del general del ejército, Son HyunWoo, otra de las pocas personas que aún guardaban un poco de respeto hacía él, lo había saludado con una debida reverencia, pero había pasado de largo a la mujer a su lado. —Señora, es demasiado tarde para estar afuera, podría enfermarse, así que le sugiero vaya a sus aposentos y tome su debido descanso.

—No se preocupe, general Son —ella hablaba, aún sin despegar la mirada de HyungWon, quien mantenía su mirada baja. —Ya terminé aquí.

La mujer siguió su camino, pasando por un lado de HyungWon y sus criados, sin dar segundas miradas. Todo quedó en silencio para él, aunque la segunda esposa ya no estaba cerca, él sentía que no podía moverse, estaba intentando mantener su compostura a raya, soltando suspiros largos mientras esperaba que su llanto no fuera a salir, sus criadas se mantenían en silencio a sus espaldas, e igual el general Son, quien sostenía aún la lámpara de papel en alto.

—Mi señor ¿Desea que lo escolte hasta sus aposentos?

—No, gracias —se negó de inmediato, su voz sonando baja y algo pastosa, pero carraspeó la garganta y dio otra orden. —Siga con sus obligaciones, general Son.

Entonces siguió su camino hasta que llegó a sus aposentos, una vez resguardado en ellos sus criadas de encargaron de vestirlo para dormir, negó comer un bocadillo nocturno, solo deseaba recostarse y poder descansar, había sido un día agotador, igual a todos los anteriores y probablemente igual a los venideros, no sabía por cuánto tiempo podría aguantar toda esa movida, incluso dudaba que alguna vez pudiera llegar a ser rey, y eso era lo que más le dolía.

No lloró, había llorado mucho en la juventud y de nada había servido ¿Acaso su maldición se había acabado por llorar largas noches? No, nada había cambiado, todo seguía siendo igual, así que creía un desperdicio llorar cada vez que alguien lo humillara, se había autoconvencido que ese era su destino, que esa sería su vida siempre, y que tenía que aprender a vivir con ello. Solo se quedó en su cama, en silencio, mirando al techo mientras los ruidos de la noche eran los únicos que le hacían compañía, sabía que había guardias allí afuera, pero ellos estaban tan bien entrenados que ni su respiración se escuchaba, así que se sentía completamente solo, completamente dejado.

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estoy emocionada con este fic, es mi primer histórico y la ambientación me inspira.

espero que mi ambientación sea buena, me preparé para este fic jajsja

díganme lo que esperan de este fic, sus expectativas con los personajes son buenas o más bien malas? nos vemos en el segundo cap, las quiero, besos.

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