Capítulo 23

La Princesa había escapado de su hogar, del único lugar que había conocido en su vida hasta entonces sin miedo a las represalias que recibiría, estaba dispuesta a ser señalada por la sociedad con tal de estar junto a su amado, pero ni siquiera eso la aterraba tanto como el confrontar a su hermana.

—Tal parece que has conseguido lo que crees desear, Genoveva — Comentó Vivianna mirándola con completa seriedad —. Te casarás con ese Príncipe.

—Estás molesta — Dijo la menor en un tono de voz un poco bajo, temiendo hacer enfurecer a la Reina.

—Me preocupaste mucho Genoveva ¿Tienes idea de todo lo que cruzó por mi cabeza cuando supe que te habías ido con él? — Le preguntó su hermana mayor — Eres mi hermana menor, te he cuidado desde que eras una niña y el tan sólo pensar que podrías estar en peligro... — Se detuvo, tomó un respiro antes de continuar hablando — sé que hemos tenido diferencias y que no siempre lo demuestro o lo digo, pero te quiero, eres la persona más importante para mí.

—Jamás estuve en peligro, no soy una chica indefensa ni una tonta, sabía lo que hacía — Aseguró la rubia —. Amo a Thomas y confío plenamente en él, quizá tu no lo hagas, pero quien será su esposa seré yo, no tú.

—Teníamos un trato, aun cuando yo guardaba esperanzas de que conocerías a alguien más o te darías cuenta de que Thomas no es del todo honesto contigo, estaba comprometida a cumplir mi parte del trato — Le recordó la Reina —, pensé que habíamos tenido una conversación y dejado las cosas claras.

—Tú hablaste — Murmuró la Princesa —. Yo sólo acepté porque ¿Acaso tenía otra opción? — Se quejó ella — Da igual lo que digas, sé que Thomas no te agrada, que jamás hubieses aceptado una alianza con Südseen y que estas enojada conmigo porque te he puesto en una posición en la que has tenido que ceder a cosas que te desagradaban, pero es posible que todo este tiempo estuvieses equivocada — Dijo Genoveva.

Vivianna levantó una de sus cejas, no agradándole del todo la actitud de su hermana y aun cuando en su corazón deseaba estar equivocada con respecto a Thomas por el bien de Genoveva; no era algo que quisiera aceptar en ese momento.

—Sé que lo besaste — Comentó de pronto la Princesa, desconcertando a la Reina puesto a que aun cuando en algún momento había supuesto que el prometido de su hermana mentiría con respecto al beso, no esperaba que Genoveva lo mencionaría —. Me enojé un poco al inicio, pero él me hizo entender que no tenías malas intenciones, quizá estabas aterrada por volver a casarte.

—Genoveva, las cosas no son como crees — Dijo ella, no tenía ánimos ni energías suficientes para una pelea con su hermana. Sabía que aun cuando se esforzara por desmentir lo dicho por el Príncipe, era consciente de que era una batalla que ya había perdido desde el momento en que eligió ocultarle lo ocurrido a su hermana —. Thomas será parte de esta familia me guste o no, me han dejado sin opciones y es la única manera de solucionar toda esta situación, pero algo que espero que tomes en cuenta para el futuro es que no puedes creer todo lo que te dicen sin antes hacer una investigación al respecto, hay más de una versión de una misma historia.

— ¿Hay algo que desees compartir conmigo? — Preguntó la menor alzando la mirada con un pequeño aire de superioridad, manteniendo un semblante desafiante para con su hermana.

—No — Respondió mostrando poco interés —. Simplemente te lo digo porque eres la segunda en la línea de sucesión al trono, es posible que algún día seas coronada como Reina de Mystbelle...

—No te vas a morir ¿O sí? — La interrumpió su hermana, aun cuando no estaban de acuerdo en muchas cosas, la quería mucho y no le deseaba ningún mal.

—El futuro es incierto, no sabemos que podría pasar mañana — Contestó la mayor —. Yo creía con firmeza que pasarían muchos años antes de que yo tuviese que asumir el trono, pensaba que papá y mamá vivirían mucho más tiempo, no deseaba casarme pronto porque pensaba que tendría más tiempo, pero fue algo que a todos nos tomó por sorpresa.

—No me agrada esta conversación — Mostró incomodidad —. A ti no va a ocurrirte lo que les pasó a ellos.

—Tampoco me siento cómoda hablando de esto, pero es algo que podría ocurrir y tienes que estar preparada — Insistió en tocar el tema —. Si algún día tienes que hacerte cargo del reino, el consejo Real pretenderá estar de tu lado, pero debes saber que más que ver por el bien de Mystbelle, cada uno de ellos busca protegerse a sí mismo, te intentarán manipular a su conveniencia para así sacar provecho, mentirán y alterarán datos a su antojo, por ello siempre debes estar atenta.

—Si el consejo es tan horrible deberías deshacerte de los miembros que representen problemas — Sugirió la menor.

—Aun cuando fuese posible, es mejor mantenerlos cerca y no hacerte de enemigos que conocen los mayores secretos que nuestra familia ha ocultado por años — Dijo la Reina —, además si decidieran inventar algo ¿Por qué las personas dudarían de sus palabras? Después de todo han trabajado por años con la familia Real, tienen información por la que cualquiera con intenciones de perjudicarnos mataría, los miembros del consejo pueden ser tus mejores aliados si sabes usar las reglas del juego a tu favor.

—Espero jamás tener que hacer eso, yo no podría lograr representar todo un reino — Genuinamente se sentía incapaz de ello, no tenía las habilidades ni el conocimiento que poseía su hermana mayor.

—Anders y yo conversamos, ambos acordamos que es importante que aprendas el cómo administrar y representar un reino, sé que has recibido lecciones sobre ello, pero poner en práctica tus conocimientos adquiridos es parte vital del aprendizaje.

—Un minuto, detente justo allí — Dijo la rubia mostrándose confundida — ¿Anders? ¿Tú esposo? — Preguntó confundida.

— ¿De qué otro Anders podría estar hablando? — Devolvió la pregunta.

—Es sólo que me sorprende que le permitas opinar con respecto a mi educación, cuando estabas casada con Dorian, jamás lo dejaste intervenir en cualquier cosa que se relacionara directamente conmigo — Le recordó —. Pensé que al menos eso no cambiaría.

—Antes de casarnos le deje las cosas claras con respecto a eso, él no tiene ninguna autoridad para decidir lo que respecta a ti, pero en esta ocasión pienso que tiene razón — Dijo ella —. Él estará fuera unos días para visitar las zonas agrícolas y asegurarse de que las cosechas de la temporada tengan buenos pronósticos y podamos satisfacer las necesidades de nuestros habitantes sin incumplir nuestros acuerdos comerciales con otros reinos y me preguntó si deseaba acompañarlo, pero le he dicho que no.

— ¿Por qué? — Preguntó la rubia — Pensé que las cosas con él eran distintas y que te agradaba pasar tiempo con él, esa fue mi impresión durante el tiempo en el que convivieron previo a la boda.

—Él me agrada y creo que lo considero mi mejor amigo — Retomó la palabra —, pero alguien tiene que supervisar las cosas aquí, entonces fue Anders quien sugirió que te dejase a cargo durante nuestra ausencia y caí en cuenta de que no estás preparada.

— ¿Tú intención de instruirme es para que puedas tener una especie de escapadas románticas con tu marido? — Dedujo la otra.

—No — Respondió con firmeza —, la razón por la que lo hago es que esta vez tuve opción de quedarme, pero ¿Y sí algún día tengo que irme repentinamente? ¿Qué pasaría si por motivo de urgencia necesitase que te hicieras cargo unos días o semanas de Mystbelle? Eres la Princesa de este reino, ya no eres una niña y es necesario que aprendas.

— ¿Crees que sea capaz de hacer lo que tú haces? — Cuestionó tímidamente, temerosa de recibir una respuesta negativa por parte de Vivianna.

—Pienso que me has demostrado que cuando te propones algo no hay persona o fuerza alguna que te detenga — Hizo un gesto que le pareció ligeramente gracioso a la Princesa —. Estoy convencida a que si así lo deseas, podrías ser mejor que yo únicamente para tener la satisfacción de demostrar que puedes vencerme en algo.

— ¿Acaso estoy escuchando una apuesta? — Interrogó con un repentino interés y una mirada traviesa en su rostro.

—Apostar no es algo propio de una Reina — Habló con seriedad —. Yo lo llamaría un pequeño desafío, si es que eso te ayuda en algo.

—Si te soy honesta he pasado mucho tiempo deseando no ser subestimada, pero en definitiva desearía serlo justo ahora — Confesó la menor —. Has visto mis notas, sabes que no estoy calificada para una responsabilidad de tal magnitud.

—Es cuestión de práctica y de tiempo, créeme, te lo digo por experiencia propia — Intentó convencerla de que las aptitudes y destrezas se desarrollaban con el tiempo, que ninguno de los más grandes Reyes había nacido con los conocimientos ni habilidades que requería el ser un líder.

—Aun así, quizá lo mejor sería que en caso de que a Anders y a ti les sucediera algo — Habló —; Dios quiera que no — Se apresuró a añadir —, lo mejor sería que Thomas se encargase ¿No crees?

—Sobre eso — Habló con nerviosismo; algo inusual en ella cuando conversaba con su hermana, esto debido a que no quería que lo que iba a contarle terminase con tan agradable momento y lo tornase en una pelea —, estuve considerando varias cosas y solicitaré que antes de la boda, tanto el Príncipe Thomas como tú firmen un acuerdo prematrimonial, en el cuál se establecerá que él no podrá acceder al título de Rey ni tendrá la autoridad para decretar leyes o tomar decisiones en Mystbelle, sus aportaciones y consejos serán bienvenidos, pero esos tendrán que ser autorizados por ti y posteriormente por el consejo.

— ¿Desconfías de él a ese grado?

—Es sólo una garantía de que tú estarás bien, aun con el título de Príncipe consorte podrían trabajar juntos y ser un gran equipo — Explicó —, después del como ambos actuaron no me pidas que confíe ciegamente en él, además, lo que realmente deseaban era estar juntos en pareja no el poder ¿O sí?

El Rey se encontraba empacando sus maletas, deseaba asegurarse el mismo de no olvidar nada, mientras lo hacía se lamentaba el tener que separarse de nuevo de su esposa tan pronto.

—Volverás antes de que te des cuenta — Hasta que la escuchó hablar no había caído en cuenta de que la puerta que conectaba ambas recámaras se encontraba abierta —. Puede que a pesar del trabajo encuentres momentos para disfrutar de tu estadía allá y cuando sea hora de volver no desees hacerlo.

— ¿Es tú caso? — Cuestionó el pelirrojo.

—Siempre es agradable tener un descanso de las reuniones con el consejo, el papeleo y de los imprevistos que surgen cada día — Respondió la Reina —. Estoy segura de que disfrutarás del viaje, el aire es más fresco y hay bellos paisajes que aún no has tenido oportunidad de observar con tus propios ojos.

—Me gustaría que vinieses conmigo — Volvió a insistir con aquello que ya habían discutido.

—Habrá más viajes de estos créeme y para entonces si Dios así lo quiere; Genoveva tendrá la experiencia y conocimientos suficientes para dejarla a cargo por unos días — Comentó para animarlo un poco —, pero puede que descubras que disfrutas más del viaje sin mí allí.

—Lo creo poco probable, mi Reina — Sonrió Anders —, pero le daré el beneficio de la duda.

—Muy pocas veces me equivoco, Majestad — Dijo ella —. Debería apresurarse a empacar, dado a que usted ha resultado ser celoso con sus pertenencias y ha rechazado la ayuda de la servidumbre para llevar a cabo tal tarea.

—Prefiero asegurarme de que nada me haga falta, en ocasiones recuerdo cosas conforme la marcha, por ello prefiero prescindir de la servidumbre al momento de hacer las maletas — Dio sus motivos por los cuales había tomado tal decisión.

—Comprendo, pero insisto en que debería darse prisa o gozara de un limitado tiempo para descansar previo a tener que partir — Le advirtió.

— ¿Ha venido simplemente a reprenderme por mis decisiones y decirme que me duerma temprano? — Soltó una pequeña carcajada.

—Usted fue quien dejó la puerta abierta, pensé que querría comentarme algo — Le recordó aquel pequeño detalle —, pero si no es así, sólo quería desearle un buen viaje y recordarle que confío plenamente en usted para supervisar, investigar a fondo y reportarme lo que descubra en su viaje, con completa honestidad.

—Será difícil que confíen en mí, será la primera vez que me presente ante nuestros súbditos sin la Reina a mi lado — La mujer ingresó en la recámara y se acercó a su marido.

—Confían en ti desde el momento en que anunciamos nuestro compromiso y si no lo hacen, al menos se sienten dichosos de tener un Rey — Sin mencionar que él era varón, eso le daba una gran ventaja para que lo tomasen enserio —, te garantizo que no te será complicado ganarte el aprecio y respeto el pueblo, además siendo completamente honesta le confesaré algo que espero que permanezca como nuestro secreto.

Anders se limitó a asentir con la cabeza, haciéndole saber que podía confiar en él para guardar el secreto e invitándola a seguir hablando.

—Desde el momento en el que empecé a buscar a un segundo esposo me propuse no hacer comparaciones, por respeto al que sería mi esposo y a Dorian, ya que hablar mal de quienes ya no están no es correcto — Mencionó la mujer —, pero te puedo decir que Dorian aunque fue un buen Rey y querido por el pueblo, dentro de lo que cabe, en cuanto a reportes sobre las condiciones en las que se hallaban las zonas que visitarás...no era precisamente bueno ni era su mayor prioridad.

— ¿Qué intentas decir? — Cuestionó.

—Algunos creen que soy un poco tonta para darme cuenta de cosas que suceden a mis espaldas, encuentran gracioso el que la Reina no esté al tanto de ciertas cosas — Dijo, él seguía sin entender —. Es un secreto a voces entre los habitantes de esas tierras el hecho de que mi difunto esposo mantenía un amorío con una mujer que vive cerca de allí, así que entenderás que sus pensamientos no estaban enfocados precisamente en cumplir sus funciones como Rey.

— ¿Dorian te engañaba? — Cuestionó sorprendido.

—No del todo, es decir yo siempre supe que él amaba a esa mujer, lo hizo incluso antes de darme el anillo y anunciar nuestro compromiso — Respondió —. Genuinamente creo que en ocasiones él llegó a odiarme por ser uno de los impedimentos para poder estar con ella, pero él fue honesto conmigo al decirme que jamás podría amarme puesto su corazón pertenecía a alguien más.

— ¿Accediste a casarte con él aun teniendo conocimiento de ello?

—Tienes permitido considerarme egoísta, pero necesitaba un esposo y él era la mejor opción en ese momento, además, ella ya era una mujer casada para ese entonces — Respondió —. Aun cuando yo hubiese aceptado la propuesta de alguien más, ellos jamás podrían haber estado juntos, siendo el Rey al menos podría contar con el silencio del pueblo.

— ¿Ella sabe que tú estabas al tanto? — Cuestionó. Se sentía tentado de preguntar quién era aquella mujer, pero presentía que Vivianna no se lo revelaría.

—No lo creo, jamás me ha mencionado nada al respecto y tampoco deseo averiguarlo — Respondió —. Sólo lo menciono en caso de que no te tome desprevenido algún comentario relacionado con ello, algunas personas tienden a ser indiscretas — Agregó —. También es probable que más de una mujer te ofrezca ciertos servicios — Se ruborizó un poco al tocar aquel tema.

—Jamás aceptaría algo así — Fue completamente honesto al decirlo.

—Y al momento de rechazarlo es posible que alguien se burle y te haga saber que el Rey anterior mantenía encuentros extramaritales — Dijo —, creo que sería una forma de decirte que si decidieras serme infiel, yo no me daría cuenta.

—Pero al parecer si te has dado cuenta — Opinó Anders, ella asintió con la cabeza —. No creo que sea posible encontrar mejor compañía que la tuya, además de que no tengo intenciones de decepcionar a la Reina al momento de desempeñar mi trabajo, toda mi atención estará enfocada en ello, por otra parte ¿Será la Reina quién aproveche mi ausencia para refugiarse en los brazos de otro hombre? — Bromeó Anders.

—La Reina estará demasiado ocupada organizando una boda y dirigiendo un reino, no tiene tiempo para esa clase de cosas — Respondió ella —. Además, no hay nadie cerca que valga la pena poner en riesgo mi matrimonio y reputación. No sé si te has percatado, pero a la mayoría de hombres un título, una fortuna y el poder no los exenta de ser unos idiotas — Dijo eso última palabra entre risas, sintiendo como si acabase de hacer la mayor travesura de su vida — En fin, no te quitaré más tu tiempo y me iré a dormir. Descansa — Depositó un beso en la mejilla de su esposo antes de regresar a su propia habitación.

—Te veo en unos días, Vivianna — Dijo él.

—Haré mi mayor esfuerzo por ser paciente — Respondió la Reina.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top