19
Al salir de la órbita del planeta pudieron comunicarse con Leia, quien les explicó cuál era el plan de Poe para poder escapar, y que estaban siendo rastreados, incluso al saltar al hiperespacio. Debían conseguir a un maestro decodificador que los ayudara, alguien sumamente hábil que supiera tratar con los códigos de la Primera Orden, y por suerte tenían a alguien así de hábil a bordo del Halcón Milenario. La joven Iliana Skywalker era la indiada para el trabajo, e insistió en ir pese a las advertencias de sus padres. Por supuesto que no iría sola, su primo y sus amigos estarían con ella.
La mirada en la imagen azul de Leia se veía preocuoada y cansada, aún más al saber que su hijo y sobrina enfrentarían una de las misiones más peligrosas. Para cumplir con el objetivo necesitaban tiempo, y una nave nueva. Pero, ¿de dónde sacarían una nave no registrada en los datos de la Primera Orden? Iliana podría camuflar los códigos, pero el Halcón o cualquier nave de la Rebelión seria notable y la harían explotar en cuanto entrara al hangar, si es que llegaba.
Mientras pensaban en una solución, Ben decidió adelantarse para evitar que continuaran los ataques a la flota. Pese a todo, él confiaba en la palabra de Rey. Si ella le había dicho que detendría la flota, entonces así sería y si no, compraría tiempo.
-¿Estás seguro, Beni? -le dijo uno de sus amigos.
-Si te vas, estarás solo -dijo otro antes de echarse a reír -. "Solo", entiendes jajaja porque eres Ben Solo.
-Aneu... -replicó Neferet -, no es momento de tus bromas, cariño. Esto es serio.
Ben suspiró al ver cómo actuaban sus amigos. Una sonrisa se asomó en sus labios.
-Muy bien –dijo Luke -, Entonces, Ben nos compra tiempo mientras esperamos una nave e Iliana hace todo lo que debe hacerse con los datos, para que entremos y lo encontremos allá.
-Padre, si me permites decirlo, es mejor que nos dejes a nosotros siete hacer el trabajo. Es momento de que nos sueltes la mano. Después de todo, somos los últimos jedi.
-Hija...
-Ella tiene razón -interrumpió Mara -debemos dejarlos. Es el momento -miró y analizó a cada uno de ellos. Sabía que eran hábiles guerreros y que podrían hacerlo bien solos. Aunque su lado materno le doliera, era lo mejor para todos -. Están preparados.
-Mamá -dijo Iliana -, algo me dice que nos... Me ocultan algo. Y eso sigue causando conflicto en mí.
La mujer pelirroja bajó la mirada al suelo de duracero, después miró a su esposo a los ojos, vio de reojo al wookie que se encontraba en la parte más alejada del grupo. Suspiró. Tragó duro y tomó la decisión más difícil del mundo. Decirle a su hija la verdad.
-Chewie, es el momento. Podrías dármelo.
El wookie obedeció a la mujer, y caminó por la nave mientras buscaba en una enorme caja que parecía contener antigüedades, de entre ellas sacó una más pequeña y se la entregó en las manos, para luego abrazarla y colocar una mano peluda sobre el hombro de Luke como muestra de su apoyo.
Mara abrió la caja y de ella sacó un bulto de tela. Lo desenvolvió y sacó el mango de un sable de luz.
-Cuando enciendas esto -dijo a Iliana -, las cosas cambiarán. Pero ten por seguro que te amo, a ti y a tu padre.
La chica tomó el mango del sable. Miró a todos los presentes, estaba nerviosa antes, pero lo que le dijo su madre fue la gota que derramó el vaso. Encendió el arma y de él salió cantando una hoja roja. Al verlo, todos se conmocionaron, pero más la hija de esos grandes guerreros.
-Antes de que conociera a tu padre -continuó -, en la época del imperio, yo serbia a Lord Vader, y con él al emperador Palpatine. Pero cambié cuando conocí a Luke. Ahora me arrepiento de muchas cosas de mi pasado que no voy a poder cambiar. A ambos, Ben, Iliana, les quiero decir una cosa. Así como yo pude elegir mi camino y logré salir del lado oscuro de la Fuerza, ustedes también podrán tomar su camino. Ahora hija, el sable es tuyo. Tú sabrás si lo empuñas o no.
Iliana apagó el sable y lo colgó en su cinturón. Meditó las palabras de su madre. Nadie dijo una palabra, ni siquiera el bromista de Aneu tuvo alguna ocurrencia.
-Muy bien -dijo Ben rompiendo el silencio -, ya saben el plan.
-Ten, Ben -le dijo su prima -, con esto te encontraremos cuando logremos entrar.
-Es un receptor, Iliana. El que recibe la ubicación de mi madre.
-No soy tonta, Ben -respondió mientras se sobaba la frente como si intentara planchar su ceño fruncido -. Revertí la seña, ahora es un emisor. La señal de la tía Leia es enviada ahora a la computadora de la nave, por si acaso y R2 recibe la del brazalete -el droide azul y blanco hizo algunos sonidos de alerta -es para encontrarte adentro. El Supremacía es una nave enorme.
-Okey, okey... -dijo de nuevo Ben - Muy bien. Noá, Zinda -llamó a sus amigos -Cuiden a mi prima.
Los dos jedi rieron fuertemente.
-Y creía que Aneu decía buenos chistes -dijo Noá.
-¿En serio crees que necesita protección? -cuestionó Zinda - Por la Fuerza, es la nieta del mejor jedi de la historia, nieta del uno de los sith más temidos y probablemente la hija de otra -la chica miró a su maestra y vio como se le coloró la cara -Si alguien necesita protección, creo que tendremos que ser nosotros.
Todos rieron ante la broma de la chica, lo que aligeró la tensión que había dentro del Halcón.
Estaban a punto de salir del hiperespacio, por lo que Ben se preparó para entrar a la capsula. La acarició un poco sobre la leyenda "En caso de pérdida, devolver a Han Solo", que estaba escrita en una caligrafía muy fea. Se adentró y preparó mentalmente para entrar. El plan era sencillo, la capsula era demasiado pequeña para ser notada en un radar, por lo que la lanzarían por la parte trasera del Supremacía, para que pudiera entrar por las turbinas.
*****
El halcón salió del túnel de luces, dejó la capsula y se volvió a ir.
Con precaución, Ben dirigió manualmente la máquina para que entrara por la minúscula abertura. Cuando lo logró y salió de ella corrió para salir del área, ya que era extremadamente peligroso permanecer ahí. Caminó por los inmensos pasillos hasta llegar a lo que parecía un vestidor para el personal, buscó entre todo y solo pudo hacer una mezcla extraña, tomó una bolsa pequeña y guardó su sable. Se colocó un chaleco y un gorro, como los que utilizaban aquellos que se adentraban a las cámaras frías de las cocinas de la nave.
Con eso pasaría desapercibido, ahora solo debía encontrar a Rey.
*****
Después de haber perdido la conexión Ben, horas antes. Rey trató establecer contacto a voluntad, pero no le era posible. La Fuerza no le permitía contactarlo. Era extraño. Pensó que era una suerte el no haber matado a Snoke cuando lo fue a buscar a la sala del trono, ya que él era el único que le podría brindar una respuesta lógica.
Cuando se disponía a salir de su sala de entrenamiento, sintió un leve disturbio en la fuerza. Sintió que Ben estaba ahí, en la nave, pero ¿dónde? Como fuera, estaba segura de que él mismo llegaría a ella, por lo que decidió esperar un poco antes de ir a hablar con Snoke.
*****
Ben comenzó a explorar la nave. Se encontraba en el nivel más bajo de la misma, y suponía Rey debía estar en el más alto. Comenzó a tomar turboascensor tras turboascensor mientras seguía su rastro en la Fuerza. Cada vez la sentía más cerca.
Llegó hasta una de las salas de inteligencia, donde los estrategas militares discutían nuevos planes y estrategias contra la Resistencia Rebelde y la Nueva República. En ese momento se arrepintió de no llevar algo para almacenar datos o un droide que lo ayudará. Todo lo que estaba escuchando ahí era importante.
-¡Oye, chico! -dijo uno de los hombres -, ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Randy?
Ben uso su influencia en la fuerza para cambiar sus ideas y confundirlo
-Yo soy Randy y siempre he estado a tu servicio -dijo Ben mientras movía su mano.
-Tu eres Randy y siempre has estado a mi servicio -repitió y como regresando a su mente continuó -. Randy, ve por nuestro caf. No te saqué se los almacenes para que estés paseando en la nave.
-Sí, señor -respondió y se marchó.
En uno de los largos pasillos alcanzó a ver al general Hux, a quien notó más pálido de lo normal. Decidió seguirlo a una distancia prudente. Los rumores que había escuchado en la Starkiller decían que ella había matado al antiguo general para que Hux ascendiera de rango.
Ben caminaba con precaución detrás del general. A los ojos de Ben, el pelirrojo parecía muy tonto y no se explicaba que había visto Rey en él.
Hux se detuvo frente a un enorme ventanal por el que se podía disfrutar de la vista que formaba la enorme flota que esperaba a recibir órdenes.
Mientras esperaba a que Hux continuara su camino, Ben se topó con un droide limpiador que se lanzó contra él para hacer que se moviera y poder realizar su trabajo. Las quejas de Ben y los ruidos exasperados del droide llamaron la a tención de Hux.
-¿Qué haces aquí? ¿Es esta tu zona de trabajo? –cuestionó el pelirrojo.
-No, señor –respondió haciéndose a un lado mientras veía como en pequeño droide avanzaba a su lado con trinos que parecían reclamos –. Me acaban de cambiar de zona y me estoy familiarizando. Si hay algo en lo que le pueda servir, llámeme.
Hux hizo un gesto de desagrado al mirarlo, algo de él le recordaba al técnico que seguro había muerto en la Starkiller y no se iba a quedar con la duda.
-¿Tienes familia con la Primera Orden?
Ben sintió que sospechaba de él, por lo que decidió actuar rápido.
-Mi hermano trabajaba en el proyecto Starkiller. Era técnico de radares.
Eso apaciguó un poco las dudas del general.
-Nombre y cargo –ordenó el pelirrojo.
-Randy y soy aprendiz.
-Muy bien Randy –respondió haciendo énfasis de desagrado en el nombre –ven conmigo.
-Señor, me enviaron a buscar alimentos para los almirantes.
-¡Te está hablando tu general!
-Entiendo, señor. Lo seguiré.
En ese momento Ben supo que algo andaba mal. ¿Qué se suponía que quería Hux con él?
El general de la Primera Orden guío a "Randy" a través de la nave, cuando llegaron a un lugar donde había diversas salas de entrenamiento, le pidió que esperara afuera de una de ellas. En ese momento, Ben sintió un disturbio en la Fuerza y con él sintió a Rey. Estaba cerca.
*****
Hux entró a una sala donde se encontraba Rey meditando. La observó y sintió el mismo miedo que cuando le había amenazado. Ella por su parte estaba a la altura del suelo sin prestarle importancia.
El pelirrojo aclaró su garganta para llamar la atención de la chica. Ella abrió los ojos y lo observó con aquella mirada que inspiraba temor.
-¿Qué quieres, Hux?
-¿No te cansas de meditar?
-La meditación es básica para mí –respondió -. ¿Qué quieres?
-Sé que la princesa y futura líder Supremo de la primera orden perdió a alguien valioso en la explosión de la Starkiller –Rey alzó la ceja –Un técnico, ¿tal vez?
-Debes estar bromeando –dijo ella mientras se ponía de pie para buscar una toalla y secarse el sudor.
-No lo estoy. Rey, hace mucho que te conozco. Sé quién eres y puedo notar que ya no tienes... interés en mí, por lo que te traje algo... o más bien a alguien.
Hux llamó al hombre que esperaba afuera y lo invitó a pasar. Al verlo, Rey se sorprendió y de inmediato lo reconoció.
-Creo que pueden hablar para compartir su dolor –continuó el ingenuo pelirrojo -. Era hermano del técnico que te agradaba en la base. Su nombre es Randy...
Aquellos comentarios hicieron que Rey se riera por dentro. No podía creer lo que Hux había hecho. Le había llevado a la única persona con la que le impórtala en ese momento.
-Sal de aquí, Hux.
Él obedeció de inmediato, mientras se lamentaba por el pobre aprendiz que debería soportar la ira de Rey.
-En serio es tan tonto como parece –dijo Ben mientras se quitaba el gorro que cubría su cabeza.
-¿Randy? –dijo ella mientras se buscaba su capa para ponérsela enzima –No pudiste elegir un nombre más estúpido – Incluso "Matt" es mejor que "Randy".
-Okey, boomer... -dijo en tono de broma, luego suspiró y la miró atento –No me lo puse yo, lo tomé prestado de un verdadero aprendiz.
-Si me hubieras dicho que vendrías, te habría recibido en persona.
-Sabes por qué estoy aquí.
-¿Vienes a unirte a mí? ¿Nieto de Darth Vader?
Ben la miró a los ojos y se vislumbró por el rojo carmesí en el que estaban tornados.
-Ya no eres la Rey de la base –reclamó -. Cambiaste.
-Tú fuiste el culpable. Quisiste matarme y ahora, supongo, vienes a rogar que no mate a la rebelión y a tu madre con ella.
Rey caminó en dirección a la salida. Ben la siguió.
-Me advertiste que estaban en peligro, que si venía detendrías el ataque.
Ben sostuvo a Rey por el hombro e hizo que se volteara para que pudiera mirarla a los ojos.
-¿O era mentira?
Rey sonrió con malicia, estiró su mano para acariciar la mejilla del hombre. Se puso de puntillas y besó su con delicadeza sus labios.
-No mentía –dijo en un susurro -. Si te quedas a mi lado, detendré el ataque a tu madre.
*****
*Notitas de la autora*
Bueno, esta parte de la historia es un poco extraña, ya lo sé, pero me está costando un poco terminar de hilar algunas ideas. Aún así, espero lo disfruten y me digan ¿que les pareció Randy?
Saludos a todos, que la fuerza los acompañe y ¡Que viva el Imperio!
Yahaira MoRz
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top