Prólogo
Los ángeles y los demonios son, cuanto menos, extraños para nosotros los humanos.
Para ellos, el mundo está dividido en tres dimensiones. El Reino de los Cielos, El Limbo y el Purgatorio. Básicamente, lo que nosotros conocemos como Cielo, Tierra e Infierno.
"¿Por qué el limbo?" Dirás. "¿Eso no significa que está entre la vida y la muerte?" Efectivamente, si. Se llama Limbo ya que tanto Ángeles como Demonios pueden ir, y a pesar de su presencia, ningún humano puede verlos, mucho menos conversar con ellos. De todos modos, tienen la posibilidad de hacerse visibles, adoptando una forma animal, la que crean necesaria para llevar a cabo su tarea.
Su tarea es guiar al humano por un camino u otro. Lo que nosotros conocemos como Bien y Mal, para ellos no es más que algo efímero, pero a la vez algo casi tangente. Como han de saber, el ángel siempre es identificado con el color blanco, la pureza, el bien; y el demonio, el color negro, la tentación, el mal.
Ambas razas tienen años de historias, milenios, quizás más... Pero todo se ha resumido en una misma regla: Ángeles y Demonios no deben tocarse. Son enemigos de nacimiento.
Incluso hay una profecía que dice "Cuando la representación del bien y el mal unan sus manos, en su piel sufrirán el castigo de su propio pecado." Pero hace años de ella, ¿quien sabe si es real o no? De todos modos, ninguna raza quiso comprobarlo alguna vez. Y si sucedió, realmente nadie se enteró; o se encargaron de que nadie se enterara.
Sin embargo, eso no es lo único que diferencia a ambas razas de nosotros los humanos. Ellos tienen algo llamado Amor Predestinado. Toda criatura la tiene. Es algo que se les entrega incluso antes de su nacimiento, está en su alma. Es una conexión a otra persona que se hace presente a cierta edad, algo así como nuestra pubertad.
Esta conexión les permite a ambas personas encontrarse. Se dice que pueden oír la voz del otro cuando canta, que si uno de ellos se hiere, el otro lo sentirá, será capaz de sentir las emociones más fuertes del otro. Sin embargo, estos son síntomas que se activan cuando ambas personas se han conocido en persona, y mientras más estrecha sea su relación, más fuerte se harán. De ese modo, sabrán quién es el indicado.
Ahora, deben preguntarse cómo se ven físicamente. Pues bien, ya saben la historia del creador "Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza". Entonces no es tan difícil imaginarlo en verdad... Antes del hombre, Dios tuvo cuatro hermosos niños; Samael, Rafael, Gabriel y Miguel. Si bien Dios no es más que luz, decidió crear a sus pequeños muchachos con un cuerpo tangente. Un cuerpo capaz de sentir y cumplir con sus necesidades.
Dios les dio brazos, piernas, torso, cabeza y alas. Unas alas de plumas blancas en honor a las nubes donde fueron creados. A estas hermosas criaturas las llamó Arcángeles.
Fue de ellos donde Dios sacó la inspiración para crear al hombre, y a las aves. No al revés.
Pero entonces, ¿y los demonios?
Sencillo. Cuando Samael cayó, se le fue asignado un nuevo Reino, al cual llamó Purgatorio. Para vigilarlo, Dios asignó a Gabriel, el comediante de los cuatro, el único a quien su hijo soportaría. Cuando se establecieron en el Purgatorio, Samael quiso borrar todo rastro de su padre y hacerse con el poder. Por ello, cortó sus alas y las incineró, en su lugar le crecieron unas nuevas, negras como el carbón. Cambió su nombre a Lucifer, y se convirtió en el rey.
Dios, contrario a lo que se cree, nunca le odió. ¿Cómo odiar a su hijo si utilizó sus alas para crear una bella criatura como lo eran los murciélagos?
Cuando Lucifer se enteró que Papi estaba creando arcángeles inferiores, decidió copiarle y crear a sus demonios.
Queriendo ser la antítesis del Cielo, Lucifer hizo de su Reino algo frío, un sitio con suelo de roca y de "cielo" rojo. El único sol era la misma lava que corría por los ríos.
Con el tiempo, ambos reinos se expandieron, crearon ciudades urbanas y eligieron un lado, comenzando con la guerra antes nombrada donde los ángeles querían cuidar las creaciones de su Señor, y los demonios hacer que el señor se avergüence de los mismos.
Mas a día de hoy, las armas ya no son utilizadas para ello. La civilización avanzó a tal punto donde se busca una balanza entre el bien y el mal. Donde cada humano tiene asignado un ángel y un demonio que les ayuda incluso si no es consciente de su presencia.
Y por ello, hay escuelas encargadas de enseñar a Ángeles y Demonios todo lo que necesitan. Por supuesto que éste no es el único empleo que tienen, pero es el que nos interesa.
Sobre todo, el edificio que nos interesa.
La academia UA, un gran edificio en el Limbo que para los humanos no es más que una universidad abandonada. Pero lo que ellos ignoran es que está llena de vida.
Es una escuela que se divide en dos; Ángeles y Demonios. Comparten algunas clases, pero solo las esenciales. Desde luego, tienen la regla bien grabada en sus cabezas "NO TOCARSE". La academia cuenta con habitaciones compartidas de hasta tres personas, divididas entre mujeres y hombres, y ángeles y demonios.
Estas criaturas carecen de género más allá del sexo, pero se les diferencia por la apariencia física solo para que sea más sencilla la organización. Por ende si, aquí no hay reglas en cuanto a "Chicos salen con Chicas" y viceversa, les da igual, la única regla es "Ángeles con Ángeles" y "Demonios con Demonios".
Ahora, ya que tu cabeza ha de estar explotando de tanta información, te dejo descansar. Y de tener alguna duda, no te la guardes, tu duda puede ser la del otro.
Colócala en los comentarios y yo estaré encantada de contestarte, y de ver que algo se repite mucho, la responderé al pié de un capítulo.
De todos modos, conocerán más de éste mundo a medida vaya avanzando la historia.
Sin más que decirles, nos vemos en el capítulo 1.
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