Capítulo 26
Osamu Dazai estaba frente el templo, trago saliva entrando en él encontrándose de hecho, con Fukuzawa, Sakunosuke, y los hermanos Nakahara quien iban con los reyes de Ruzel. Rápidamente el hijo del duque por supuesto hizo una reverencia – Majestades, que sorpresa.
- Es raro verte por aquí
- Me alegra que vengas a lavar tus pecados, deberías vivir aquí un tiempo – expreso Paul
- Hermano – murmullo Chuuya
- Es verdad
Los reyes comenzaron a reír – te dejamos en paz Osamu, disfruta tu visita
- Gracias majestades
Chuuya y Osamu rozaron sus manos, Chuuya lo volteo a ver, Dazai solo había sonreído y seguido su camino, Chuuya tomo su mano sonriente
Osamu se acercó a la hermana Mitchell – hermana, se ve hermosa como siempre
- Osamu Dazai tenía sin verlo, ¿Cómo ha estado? – pregunto sonriente
- Muy bien, disculpe mi atrevimiento, pero ¿y el sacerdote mayor Fyodor?
Mitchell sonrió – en sus rezos, ¿quieres venir?
- Por favor...
Pasaron algunas cámaras con gente rezando, llegaron hasta el gran sacerdote, Osamu toco tres veces y las puertas se abrieron, fue cuando lo vio, le sonreía como siempre – Osamu, cuanto tiempo
- Cuanto tiempo...
- Adelante
Osamu dio paso adentrarse y detrás de él las puertas se cerraron solas, llego casi al lado de Fyodor y este le sonreía aun - ¿Por qué sonríes tanto?
- Solo me alegra no ver tanta aura negra a su alrededor, ahora hay un poco más de colores
- Cuando éramos joven, decías que tenía la mitad de los colores
- Se van perdiendo con los años, dime tú, ¿Dónde perdiste tus colores?
Osamu se sorprendió, miro a otro lado – puedes sentarte si gustes
- Gracias.
Osamu se sentó en una de las bancas, suspiro profundo y sus lágrimas comenzaron a caer, Fyodor se sentó frente a él – mi padre es un demente, quiere que sea el próximo rey para traer fortuna al ducado, pero el príncipe acaba de comprometerse con un gran amigo. ¿Qué debería hacer? Mi padre quiere que intervenga, pero eso traerá mal habla a mi amigo, ya no sé qué más hacer
- Te puedo ayudar
- ¿si? ¿Cómo?
- Busca a Rimbaud
- Pero el murió, por eso Paul tuvo que irse y Chuuya
- Escucha lo que te digo, busca a Rimbaud – menciono sonriente – el duque de Wind será bueno si el aparece y el príncipe te dará su gracia
- ¿y si no lo logro?
- ¿alguna vez le has temido a la muerte? – pregunto con gran sonrisa – no temas a la muerte, no temas a lo que ella te ha entregado, entrega tú lo que tanto te ha negado
Dazai suspiro, se levantó – te acuerdo, aun confió en ti
- Lo sé – añadió con sonrisa – te veré pronto, Osamu
- Nos vemos, Fyo.
Osamu se retiró y Fyodor lo miro, suspiro profundo – sigue siendo un asesino.
El reino de Wind estuvo quieto, Osamu solía visitar a los reyes únicamente por negocios, a veces se quedaba a platicar con Chuuya y Oda, ambos estaban felices de ver a Osamu bien, pero había algo aun en él. Chuuya se alejó por llamado de su hermano Paul, así que Oda por fin cuestiono al castaño - ¿tu padre te ha golpeado?
- No, ha estado tranquilo, demasiado tranquilo
- Ya veo – menciono - ¿y la reina?
- De viaje, estoy a cargo de Wind
- Me parece bien – menciono y suspiro – los príncipes volverán en dos meses más
Dazai soltó una risa burlona - ¿ya lo llaman príncipe?
- El duque Akutagawa se casará con el príncipe Atsushi en 4 meses, ¿Por qué no lo llamaríamos príncipe?
- Muchas cosas pueden cambiar
- Osamu, no me digas que sigues buscando el reino
Osamu sonrió – busco algo mayor que el reino, tranquilo Oda, créeme que todo saldrá bien
Dazai regreso a su ducado, allí fue recibido por una lechuza – Hola pequeño Beltros – menciono sonriente, camino por el pasillo llegando hasta la cámara del ducado – Rimbaud ¿Cómo te sientes?
- Cansado aun – menciono – será fácil falsificar la firma de tu padre
- ¿el sello? ¿lo has encontrado?
- Beltros se ocupa de eso
- Rimbaud eres perfecto
- Te lo debo después de sacarme del calabozo de tu padre – menciono – continuemos con lo planeado
- Solo me hace falta tener al príncipe
Las alas de Beltros se agitaron por la sala, sus plumas decían que pronto llegarían más cosas
Dos meses más pasaron, Atsushi se despedía de los soldados – príncipe Atsushi, lo vamos a extrañar
- Ya paren exagerados, los seguiré viendo
- No todos vamos al palacio
- Lo sé, pero de todos modos iré a ver a mi pelotón – menciono alegre
- Lo queremos príncipe
Ryunosuke lo esperaba, Atsushi se había vuelto el gran amigo de todos, pues con esfuerzo y dedicación, mucha amabilidad y sonrisas, el pelotón se había encariñado totalmente del príncipe, le rendían total respeto a aquel chico.
Atsushi subió al carruaje donde siguió despidiéndose de todos, Ryunosuke fue más reservado, pero de todos modos ondeo su mano con los soldados que se quedaban. Una vez fuera de la vista, Atsushi respiro profundo - ¿tan agotado estas ya?
- Algo, Ryu ¿cuidas de Rashomon? Tomare una siesta en lo que llegamos
- Por supuesto, descansa seguro
- Eres el mejor amigo
Si, mejor amigo, aun cuando todo había ocurrido, cuando confesaron parte de sus sentimientos, la boda, todo, seguía siendo complicado, por un lado, Ryunosuke tenía un sentimiento de gobernar los pensamientos de Atsushi, quisiera vivir en su mente, pero por el otro lado, Atsushi tenía un plan y meta, y era evitar la guerra futura, así como su cruel asesinato.
Llegaron al castillo, fueron felizmente recibidos por los reyes y duques, los empleados y algunos amigos - ¡Atsushi!
- Lucy – grito Atsushi feliz
Tenía tanto sin ver a Lucy que pasaron el rato platicando, ahora su amiga era la famosa diseñadora que él sabía que sería, pero obviamente no quería dejar de celebrar con ella. De hecho, pidió un gran banquete para poder seguir platicando con Lucy. Mientras tanto, Ryunosuke hablo con el rey sobre los preparativos de la boda. Todo era demasiado exagerado y sabía que el menor no querría nada de lo propuesto, pero tenía una pequeña venganza para que Atsushi le prestará atención. – Rey, permítame decir que esto es obra mía
- ¿algún motivo?
- Alteza, no se ofenda, estoy seguro que Atsushi no le gustará todo esto, pero – sonrió – digamos que quiero la atención de mi futuro marido
- Una vez Kazuya hizo algo así – menciono tragando saliva – no me meteré
- Gracias.
Llego la hora del banquete
Atsushi y Lucy seguían platicando sobre la nueva boutique de la pelirroja, el azabache estaba al lado del príncipe, sus padres al frente de ellos, solo el rey estaba a la cabecera de la mesa. – Majestad – hablo Ryunosuke ¿Qué le parece si añadimos más flores rosas al traje de Atsushi? – cuestiono haciendo que Atsushi lo volteará a ver – me gustaría que mi marido luciera totalmente rosa
- E-espera ¿de qué hablan? – pregunto Atsushi
- Bueno hijo, como llegaste a platicar, Ryunosuke y yo nos reunimos para cotizar el presupuesto de la boda, quiere que lancemos al reino por la ventana
- E-esperen, no es para tanto – menciono – Ryu ¿Qué haces?
- Lo que quiero en nuestra boda, que todos te volteen a ver – menciono sonriente
Atsushi se sonrojo – esperen, no, déjame hacer esto – dijo
- Hagámoslo juntos
- Si
El rey entonces miro a ambos chicos, supo que su hijo estaba en buenas manos con Ryunosuke al ver detalles que hacia Kazuya, definitivamente será bien cuidado.
La atención de Atsushi estaba en Ryunosuke, el rey solo se dedicó a reír.
Al día siguiente, Atsushi y Ryunosuke querían ir a ver flores para su boda y algunos chefs reposteros, el reino los miraba paseando y se sentían alegres de verlos – Ryu, el reino parece feliz
- Lo sé, también estoy feliz
Atsushi volvía a reír de ello.
Era feliz con Ryunosuke, de una forma u otra, había encontrado algo especial en el azabache, algo que el castaño no le dio, en el pasado, Dazai Osamu lo ilumino por completo, era totalmente un dios griego a sus ojos, pero viendo el pasado, aquel hombre jamás hizo algo por agradarle, Atsushi había sido un total prensado de amor, ahora, Ryunosuke quien era amable, llevaba a citas, conocía sus té favoritos o postres, cosas tan sencillas haciéndolo aún mayor.
No dudaba en tomar su brazo alegre para acurrucarse en el costado de su hombre, Atsushi estaba realmente feliz a su lado y eso era todo lo que necesitaba.
Habían salido de la última tienda de postres, hablaban de un postre de fresas con caramelo negro cuando Atsushi fue golpeado por una piedra, una cuyo golpe fue disminuido por la rapidez de Rashomon. Ryunosuke enfureció y fue cuando Rashomon persiguió la presencia, los guardias lo siguieron. Mientras el azabache revisaba a Atsushi - ¿Cómo está? ¿duele?
- No Rashomon detuvo el golpe. Estoy bien
Rashomon vio a una lechuza, se acercó lo suficiente pero no logro atraparla, no podía alejarse tanto de Atsushi, volvió para informar lo que vio.
Rashomon llego con forma de conejo, Atsushi sonrió de verlo y lo tomo en sus brazos - ¿Qué fue Rashomon?
- Es un ave mítica, una lechuza
- ¿Qué significa?
- Significa que alguien va tras tu alma Atsushi – se quejó Rashomon.
Atsushi trago saliva y le explico a Ryunosuke lo que Rashomon dijo, esto solo hizo Ryunosuke preocuparse más.
El joven Atsushi estaba entre la espada y la pared, se estaba poniendo grabe con otra criatura mitológica persiguiéndolo, necesitaba aliados, quería ir con Rampo, pero sabía que necesitaba más. Debía confiar en Ryunosuke y lo que se avecinaba
La lechuza entro en una torre, se posó en el brazo de aquel hombre - ¿volviste a hacerlo? – pregunto el castaño – no puedes interferir tanto, no es su muerte lo que buscamos. Debe vivir – la lechuza aleteo y este sonrió – solo deja que todo siga su curso.
La lechuza fue a un tronco a descansar – su destino ha cambiado tanto – menciono mirando unos papeles – aun debo reescribir mucho.
En la plaza, los guardias tenían una gran vigilancia, Atsushi estaba siendo sobreprotegido por Ryunosuke. – Ryu
- No, no te soltaré, estas en peligro. Esa lechuza es un mandado
- Todo estará bien, confía en mi
- Confió en ti, pero quiero que regresemos al palacio, por favor
- Sí, claro, volvamos.
Subían al carruaje mientras Rashomon no dejaba de mirar al horizonte. Había tanto de misterio en todo, en cuanto llegaron al palacio. Higuchi los esperaba para revisar al joven príncipe, Ryunosuke fue directamente con los reyes a externar sus preocupaciones.
- Dices que fue une lechuza
- Si, según Rashomon, esta criatura mitológica quiere su alma
- Pero ¿Por qué?
- No lo sé rey, no tengo idea, pero protegeré a Atsushi, así sea en el fin de los tiempos
Tatsuhiko sonrió cálidamente y palmeo el hombro del azabache – está en buenas manos contigo
- Él es mi corazón, mi cálido corazón
- Gracias Ryunosuke...
Más tarde, Tanizaki había llamado a Ryunosuke por parte de Atsushi.
Llego a una de las salas comunes que Atsushi frecuentaba. Era una con balcón que estaba envuelto en hierbas y flores, la mesa solo era para dos, el azabache atravesó en gran ventanal clásico y saludo – alteza
- Ryu, siéntate
- Dime, ¿Por qué me citaste en este lugar? Tengo entendido que es de tus favoritos
- Si – respondió sonriente
Tantos años usando el balcón en soledad, solo con la compañía de Chuuya quien le daba su té especial, los recuerdos de sus días solitarios lo invadieron y miro al azabache con alegría, pero profunda soledad en sus ojos – Ryunosuke, necesitamos hablar
- Estas muy extraño, ¿Qué ocurre? Tu rostro me habla de mal estar
- Lo estoy, lo estuve, Ryunosuke, tu mi prometido, la persona en la que elijo confiar, hoy, mañana, siempre y en esta nueva vida...
- ¿nueva vida?
- Ryunosuke... Yo,
La gran pausa fue por el nudo en su garganta, sentía que no podía hacerlo, bajo la mirada, extendió su mano tomando la del mayor quien no le negó su mano, la tomo de inmediato, sorprendiendo al menor y dándole aquella fuerza, sonrió una vez más
- Ryunosuke, la lechuza busca mi alma, porque una vez morí y he vuelto a la vida
La mirada del azabache se llenó de sorpresa y preocupación, su prometido acaba de decir mucho en tan poco y su garganta sentía simplemente que quemaba, su corazón latía a mil, pero su prometido frente a él se veía seguro de lo que decía
- Te lo contaré todo, Ryunosuke.
...
¡Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top