[ 1 ]
-¡Lena!
-Cállate, Bera. Lo tengo bajo control -. Por milésima vez, la chica miró su telefono -. Ya casi llegamos.
-Eso dijiste hace media hora -. Bufó -, si nos exulsan en el primer día, va a ser tu culpa.
-Todavía tenemos tiempo -. Respondió sin separar las narices de su teléfono, su hermana, exhausta frenó el automovil y le arrebató el aparato de las manos.
-¡Teníamos que dar vuelta en la calle pasada! -El carro se movió nuevamente mientras la chica tras el volante manjeaban en reversa por la ruta. -Recuérdame... ¿por qué confío en ti? -Las dos castañas se miraron de manera retadora y al instante soltaron una pequeña risa. Una risa que fue interrumpida por el sonido de algo que golpeaba su auto.
-Mierda, Bera.
-Mierda -. Lena miro el espejo retrovisor y pudo ver otro carro en el, supo al instante que por haberse distraído no había visto el auto venir y habían chocado -. No te bajes-. La responsable abrió la puerta del auto y bajó de el, al instante el extremo frío de Oslo la golpeó, pero teniendo que ser responsable fue a ver el golpe.
-Creo que los carros se manejan hacia delante -, mencionó el dueño del segundo carro al mismo tiempo que se bajada de el, Lena pudo ver que era un chico más o menos de su edad y bastante atractivo, para ser honesta.
-¡Lo siento! Se me pasó la calle donde debía dar vuelta -. Ante su respuesta, el chico le sonrió de manera burlona pero amable.
- ¿Y cómo es que con esos ojos tan bellos no pudiste verme venir? -El rubor subió a las mejillas de Lena de manera instantánea, pero no dijo nada para contestar aquel comentario.
-Yo... Lo siento; si quieres te pago la reparación.
-Prefiero que me pagues con otra cosa -. La chica arrugó la barbilla al no entender, pasados unos segundos el chico rió -. ¿Vas a Nissen? - Lena asintió -, no te preocupes por el carro, nos vemos después -. Ninguno de los dos dijo nada más, el chico subió a su lujoso auto y rodeándola, siguó su camino.
-¡Hola! Me llamo Bera Ondskap -. Con su sonrisa más grande, Bera se había acercado a un grupo de chicas que conversaban en una mesa dentro de la cafetería, el horario de ella y su hermana no coincidían en los descansos, por lo que tendría que buscar con quien pasar el rato.
-Vilde -, se presentó una chica con el cabello rubio casi blanco y la piel bastante pálida-, encantada. Ellas son Chris, Noora, Sana y Eva -, mencionó al mismo tiempo que sañalaba a cada una de las mencionadas. Eran un grupo de amigas bastante diverso, o al menos esa fue la impresión que le dio a Bera.
-¿Sabes si hay alguien buscando integrantes para su Russbus? En mi escuela anterior yo era la jefa, pero con el cambio de escuela supongo que me tendré que unir a uno.
-¡Estas de suerte! Nosotras tenemos un Russbus -. Vilde sonrió emocionada y Bera lo hizo en reacción -. Chicas -, preguntó emocionada mirando a sus amigas-, ¿les parece si Bera se une?
Al instante, Vilde y sus amigas comenzaron a hablar en voz baja; Bera miró a su alrededor para darles un poco de espacio mientras decidían. Su mirada se quedó quieta en un chico que la saludó con la mano; Bera voletó hacia atrás para descubrir a quien saludaba y se quedó extrañada al ver que era a ella.
-¿Quién es él? -Preguntó a las demás interrumpiendo su conversación; inmediatamente todas siquieron la mirada de la nueva.
-Chris Schistad -, dijo una chica con el cabello rojizo, Eva, según recordaba Bera -. Uno de los Penetrators.
-¿Penetrators?
-Son un grupo de chicos inmaduros que ven a las mujeres como trofeos, compiten por ver quién se tira a más -, añadió Noora -. Te combiene alejarte de los de tercero, según lo que todos dicen.
Bera sonrió.
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