10

El hogar de Jungkook es humilde y está ubicado no muy lejos del club en el que estábamos. Vive en el séptimo piso de un edificio de ocho pisos y en donde, por lo visto, no hay nadie que custodie. Parece que cada uno se preocupa por sus asuntos como si no importara en resto.

Al ingresar lo primero que se ve es una pequeña cocina con una mesa pegada a la pared. Está bastante ordenado y huele a productos de limpieza, de seguro hace no mucho que limpió.

—Dame tu abrigo para que lo guarde.

Le hago caso y le entrego el abrigo mientras me descalzo dejando los tacones a un lado de sus zapatos. Lo observo de reojo, está vestido completamente de negro, en la parte de arriba una camisa que le queda muy bien, pero no tanto como los pantalones de cuero que aprietan a la perfección sus piernas.

Me aclaro la garganta y apartó la mirada de su cuerpo.

—Siéntete libre como si estuvieras en tu casa.

—Gracias. Me gustaría ir al baño si se puede.

—Por supuesto. Puedes ponerte unas de esas zapatillas y sígueme.

Le hago caso y me calzo uno de los pares que claramente me quedan enormes. Le sigo y un poco más allá de la mesita está la entrada a su cuarto, en dónde hay una televisión, una cama y una pequeña mesa. Y tan solo un poco más allá está el único baño del lugar.

—¿Vives solo aquí?

—Claro. No hay nadie más con quién pueda vivir... A no ser que me quieras acompañar.

Su comentario me saca una risa, pero la pequeña felicidad no dura mucho. Las palabras de Jie vienen a mi cabeza y me hace cuestionarme qué hago en este lugar. Lo único que quería era tener sexo con Jungkook, pero dadas las circunstancias, ya no sé bien qué es lo que quiero. Incluso un simple abrazo de su parte se sintió muy bien, tal vez no de la misma manera que un orgasmo, pero bien al fin y al cabo.

Suelto un suspiro y me paro frente a él.

—Muchas gracias por dejarme venir aquí. Pasaron muchas cosas y no sabía qué hacer. Yo... yo... —un nuevo nudo en la garganta no me deja continuar.

—Hey, tranquila. ¿Qué tal si tomas una ducha, te presto ropa cómoda y recién ahí hablamos? —sus manos toman las mías y al ver su rostro tiene una suave sonrisa— Tomar una ducha siempre aclara un poco los pensamientos y  relaja. Creo que no te vendría mal.

Y le hago caso. Mi maquillaje debe ser un desastre y el vestido que estoy usando ya no me parece tan bonito. Confirmo todos esos pensamientos una vez que me veo en el espejo del baño tras haber esperado a que me entregara algunas prendas. De mi cartera saco un sobre que contiene una toallita desmaquillante y me deshago del desastre que había quedado tras haber llorado en el callejón. Me muero de la vergüenza al saber que Jungkook me vio en ese estado, pero también me siento tranquila porque ante sus ojos no me sentía tan mal.

Cuando mi rostro ya está limpio, me quito el vestido e ingreso a la ducha. Hay varios productos, por lo que me tomo la libertad de revisarlos un poco antes de elegir el que voy a utilizar, y al final termino optando por el que huele más rico. Abro el grifo ahogando un grito al sentir el agua fría, pero por suerte tras unos segundos se siente un poco más caliente. Es aquí donde Jungkook se baña todos los días y una sonrisa tonta se me escapa. Tal vez solo deba pensar en eso y dejar a un lado los pensamientos negativos producto de lo que pasó en el club.

Tras unos cuantos minutos, tomó la toalla que también me entregó y seco mi cuerpo para poder vestirme. No es una sorpresa que su camiseta me quede grande y tampoco el buzo, el cual debo ajustar lo mejor que puedo a mi cintura. Realmente me siento más renovada y tranquila tras la ducha, es como si por arte de magia me hubiera quitado un peso de encima.

—Wow, ¿desde cuándo estamos en un concurso de belleza? —aparta la mirada de su teléfono para mirarme.

Caigo en cuenta de que no me he maquillado antes de salir. Se me olvidó al estar pensando en lo bien que se había sentido la ducha.

—Tal vez deba robarte este outfit —le digo mientras aprieto mi vestido contra mi cuerpo—. ¿Dónde puedo dejar esto?

Se pone de pie y camina hasta donde estoy para tomar el vestido y dejarlo sobre el mueble en dónde está guardada su ropa. Se da la vuelta y me sonríe, logrando hacer que mi corazón se sienta cálido. Sobre la cama ya no está el ramo de flores que me había dado y parece notar mi confusión al respecto.

—Dejé las flores en agua, espero que no te moleste.

—No, claro que no. Además son tan bonitas que sería una lástima que se marchiten luego.

Luego de ello ambos guardamos silencio por un par de segundos. No sé qué más decir y él parece tampoco saber qué tema sacar. Sigue utilizando la ropa que le queda tan bien y me fijo que la camisa a la altura del pecho tiene un par de botones abiertos que dejan al descubierto parte de la piel de sus pectorales.

¿Cómo es que puede ser tan atractivo?

—Si tienes hambre puedo cocinar algo —sugiere acercándose un poco más hasta donde estoy—. Cocino muy rico, te lo prometo.

—La verdad es que no tengo hambre, después de todo lo que pasó sigo teniendo un nudo en el estómago.

—En ese caso creo que sería bueno que nos sentemos a hablar un poco sobre ello. No es bueno que te guardes lo malo.

Le doy la razón y me dejo guiar hasta la cama, en dónde ambos tomamos asiento. El colchón no es muy suave, pero es lo suficientemente cómodo para sentarse. No sé por dónde empezar, tampoco qué decir y qué no decir. Mis pensamientos nuevamente se vuelven un poco confusos. Me gustaría simplemente olvidar lo que ocurrió, pensar en que para Jie siempre he sido una buena amiga y que mi padre no está metido en esos negocios raros en dónde las mujeres solo son objetos por los cuales se lanzan un para de billetes.

Me armo de valor y abro la boca.

—Tenías razón en que mi amiga me mintió. Pensé que se veía con un hombre, pero resultó en que estaba trabajando en el club que me llevaste —hago una pequeña pausa en la cual tomo algo de aire—. No me quedó muy claro si su vecino tenía algo que ver... Pero terminé descubriendo que me tiene asco. En realidad pareciera que a todos les da asco mi vida sexual... Supongo que todavía en estos tiempos está mal que una mujer tenga sexo con más de un hombre —me elevo de hombros—. Me dijo que era una puta, tal vez en el fondo sí lo soy...

Me callo cuando siento otro nudo en mi garganta. Dejo mis manos sobre mis muslos y aprieto la tela, como si de esa forma pudiera tranquilizarme un poco, aunque me sobresalto cuando pone su mano izquierda sobre uno de mis muslos.

—No lo eres. Eres un ángel, un ángel muy precioso —su mano se desliza hasta cubrir una de las mías—. Quiero aprovechar de disculparme por las cosas que te dije cuando nos conocimos. No tiene nada de malo que hasta ahora hayas vivido de esa forma, cada quien puede hacer lo que quiere. Lamento mucho si te sentiste atacada por lo que dije, nunca, te juro que nunca, volveré a decir algo de ese estilo.

—Gracias, Jungkook. Siento que en este momento eres la única persona con la que puedo contar.

Las palabras se escapan de mi boca y Jungkook afianza su agarre. Por primera vez lo siento cálido y aquello me reconforta todavía más. No sé si en el futuro pueda confiar en Jie y no sé cómo voy a ver a papá al rostro luego de lo que me enteré. Siempre he pensando que él puede ser libre de estar con la mujer que quiera, pero no de esa forma. Pensar que incluso Jie pudo estar con él me revuelve el estómago. Odio que mi mente imagine ese escenario, sobre todo porque estoy muy sensible luego de lo que pasó.

—Me hace feliz escuchar eso, aunque no me gusta que sea en este contexto —su voz es suave y me habla con mucho cuidado—. ¿Qué te parece si me doy una ducha y nos metemos bajo la manta para ver una película? Me gustaría ver en tu rostro una sonrisa. No vale la pena que derrames más lágrimas por ellos. Mejor regálame una sonrisa a mí, ¿si?

Asiento mientras se pone de pie para ir hacia el baño, y cuando me quedo completamente sola en la habitación me invade un enorme cansancio. Han sido muchas emociones en muy poco tiempo. Me tiro hacia atrás en la cama y cierro mis ojos, solo pudiendo recordar las luces rojas neón que estaban en el club. La figura de Jie está marcada en mi cabeza, pero mucho más la de esos hombres viéndola mientras le tiraban billetes. Habían algunos de nuestra edad, pero también viejos, incluso mucho mayores que mi padre. ¿Por qué rayos alguien paga por ver eso? ¿Soy muy hipócrita por pensar eso cuando todo este tiempo he estado detrás de Jungkook?

Quiero creer que no es así y que soy diferente, que no soy una puta por acostarme con muchos hombres y, sobre todo, estoy dispuesta a abrirle mi corazón a Jungkook. Incluso si eso significa que no podré ir detrás de más hombres. Tan solo quiero estar tranquila y junto a él en este momento me siento así. Ha sido un pesado, eso no lo puedo negar, pero no le importa verme toda destruida. Me trajo a su casa, me dio ropa... Me atrevo a decir que hasta un techo para pasar la noche. Y me gusta, ya no lo puedo negar.

Jungkook me gusta como nadie me ha gustado en el mundo.

No va detrás de mis riquezas, no me mira solo por mi belleza. Su mirada en mí es dulce y profunda sin importar que esté ocupando un vestido corto y ajustado o que esté sin maquillaje ocupando su ropa que me queda grande. ¿No es entonces esto lo que se puede llamar amor? Esa sensación de quietud en medio del caos, el susurro que dice "todo estará bien" aun cuando el mundo parece desmoronarse. Para mí Jungkook se siente de esa forma en este preciso instante.

Me dejo ir entre las sensaciones que me produce su habitación, la cual huele a él en una mezcla de olor a humo y una dulzura que sutilmente impregna todo. Aunque los cigarrillos no sean de mi agrado, puede ser que por él me pueda acostumbrar a ese peculiar aroma. Él me acepta como soy a pesar de mis imperfecciones, como ser mimada o pensar en que todo se puede arreglar con dinero.

Para cuando me doy cuenta, me he quedado dormida, pues al abrir los ojos solo puedo ver la habitación a oscuras. Por un momento me angustio, sintiendo que algo me hace falta, pero me calmo enseguida al ver que Jungkook está a mi lado. Su cuerpo, el cual es más grande que el mío, parece ser una clase de muro de protección para mí que estoy entre él y la pared. Está dándome la espalda y con cuidado me acerco para abrazarlo, a lo que él se remueve a pesar de lo cuidadosa que fui.

Es así como terminamos cara a cara.

—Hola... —me dice con suavidad. Mi estómago se retuerce de nervios— La noche de películas se canceló porque te quedaste dormida.

—Lo siento, estaba muy cansada.

—Lo sé, por eso no te quise despertar y te ayudé a acostarse. Creo que te ha gustado mi cama, eh.

Una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro. Nunca pensé que podría dormir en una cama que no tuviera cinco estrellas, pero aquí estoy en la de él, sintiendo que ha sido la mejor cama de toda mi vida. Lo tengo a él a mi lado, ¿qué más podría pedir?

—Es muy cómoda, pero creo que lo mejor es que estás tú.

Mi intención no es ser coqueta, mucho menos seducirlo. Las palabras se escapan desde lo más profundo de mi ser, sintiendo que por fin puedo dejar de ocultar lo que me produce. Jungkook me gusta mucho, me gusta muchísimo, y siento como mi corazón se altera por tenerlo cerca, a pesar de que no me está tocando ni yo a él, pues una vez que se ha dado vuelta el valor que tenía para abrazarlo se esfumó.

—¿Sabes? Pienso lo mismo. Mi cama nunca antes había sido tan cómoda —a pesar de la oscuridad, siento la profundidad de sus ojos en mí—. Jihee, sé que dijiste que no tienes la intención de enamorarte de mí, y tampoco quiero que parezca como si me intentara aprovechar de esta situación, pero... ¿Podrías darme una oportunidad? Desde ese día que compartimos el cigarrillo, siento que hay algo mágico entre nosotros. No puedo dejar de pensar en ti y... Algo me dice que te pasa lo mismo.

Guardo silencio un par de segundos pensando en lo que estoy a punto de decir. Mis palabras del pasado parecen haber sido olvidadas, pues solo puedo pensar en que pienso lo mismo que él. Tal vez su acción que en ese momento me pareció boba, finalmente contenía algo de verdad. No puedo dejar de pensar en él, no importa el esfuerzo que haga. Simplemente... Jungkook es dueño de mis pensamientos. Por algo mientras me observa no puedo pensar en nada más.

—Me... me gustas, Jungkook —susurro sintiendo como mi respiración se corta cuando él se acerca más hacia mí.

—No bromees, que ya me estoy haciendo ilusiones y no quiero sentirme como un tonto.

Su mano izquierda se escabulle por debajo de las mantas hasta llegar a tocar mi cuello. Me estremezco por su acción, pero soy incapaz de apartar mis ojos de él. En medio de la oscuridad me transmite una vibra de misterio que, lejos de asustarme, me produce una sensación de paz.

—No estoy jugando. Me gustas muchísimo. Tanto que siento que me estoy volviendo loca por...

No soy capaz de terminar la frase, pues su boca envuelve la mía y las palabras ya no son capaces de salir. Es un beso apasionado que me toma por sorpresa, pero no demoro nada en adaptarme al ritmo. Mi intención no era terminar de esta forma, tampoco confesar mis sentimientos, pero no me arrepiento de nada. Si se trata de él, no tengo ningún arrepentimiento.

Su mano sostiene con cuidado mi rostro pero de repente la aleja, y es ahí cuando termina sobre mi cuerpo. De forma inconsciente y casi automática llevo mis manos a los costados de su cuerpo, percatándome de que en la parte superior no tiene nada que lo cubra, ni siquiera una camiseta sin mangas como las que le he visto ocupar. Él parece notar mi extrañeza y aleja su rostro brevemente.

—Se me olvidó mencionarlo antes, pero no ocupo camisetas para dormir...

—¿Y pantalones? —me atrevo a preguntar despacito.

—Tampoco, pero ahora mismo los tengo puestos. No vaya a ser que me tomas por un pervertido.

Sus palabras me sacan una suave risa. ¿Cómo lo podría tomar por un pervertido si ni siquiera ha hecho algo que me haga pensar eso? Él me sonríe de vuelta, aprovechando su posición para dejar un beso en mi frente. Su tacto se siente mágico y por un momento todo lo malo desaparece. No existen problemas, solo existimos él y yo en su habitación, compartiendo respiraciones mientras nuestros corazones están agitados producto del otro.

Y creo que he hecho bien en decirle lo que siento, pues su rostro feliz siento que me ilumina a pesar de la oscuridad.

—Claro que no —le respondo viendo cómo otra vez se acerca a mí. Su nariz roza la mía en un gesto juguetón y una gran felicidad me invade—. Eres todo menos un pervertido.

Su mano izquierda se cuela otra vez bajo las mantas hasta llegar a mi cintura, en donde deja suaves caricias que por poco hacen que retraiga el abdomen. Sus labios tocan los míos como si me estuviera tentando y termino por cerrar mis ojos cuando me roba un beso.

—Creo que puedo ser un poquito pervertido por ti...

Su caricia se cuela bajo la tela para tocar directamente mi piel. Me lleno de nervios ante su acción, creyendo que en cualquier momento me puedo volver agua entre sus dedos. Sin duda sabe que me tiene y que para mí es la tentación más grande que he sentido y aquello me gusta. Hay una sensación satisfactoria que tantee hasta donde puede resistir; hasta dónde podemos llegar, en realidad.

—No me molesta que seas un poquito pervertido...

Jungkook muerde mi labio, tirando de él suavemente.

—Mi idea no es ir hasta el final, al menos no esta noche, pero por ti creo que podemos avanzar un poco —su mano en mi cintura va bajando hasta que se cuela entre mis piernas. Deja una suave caricia sobre la tela de su pantalón, pero ahogo un gemido cuando su mano se mete debajo—. Eres tan preciosa, Jihee —mi nombre entre sus labios me derrite—. Me disculpo de antemano porque parece que voy a tener que robar unos cuantos minutos de tu sueño.

MI PRIMERA ACTUALIZACIÓN TENIENDO 21 AÑOS 😜

¿Vieron que se nos enamoró la Jihee? No la culpo, yo también caería.

En el próximo capítulo mucho más amor ❤️

Y no olviden leer las historias de WangNini_ NewHopeland liveforjk

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top