Capítulo 9:

Aparqué el coche en la entrada junto a otros vehículos que ya había allí. Era una casa de una sola planta y con aspecto muy moderno. Tenía una entrada de piedrecitas claras y un poco de cesped que se extendía por detrás del edificio. Llamé al timbre y me abrió Nikolai.
- Pasa - me saludó alegremente.
La casa era realmente elegante, con una decoración sobria. Predominaba el contraste entre el blanco y el negro y pequeños adornos de colores más llamativos. Me descalcé y dejé las zapatillas negras en un pequeño estante. Dado que había bastantes zapatos, deduje que era la última.
- He traído unos dulces para más tarde - dije colgando еl abrigo en la entrada y levantando una cajita blanca de cartón.
- Voy a dejarlos en la cocina. Están en el salón, allí al fondo - me indicó.
Dejé a un lado la cocina y seguí hasta la sala de estar. Encontré un salón espacioso con una enorme cristalera que daba al jardín trasero. Allí encontré a Vera aún en pijama, con el pelo rubio revuelto y restos de maquillaje acentuando sus ojeras. Tenía los ojos y las mejillas de color rojo y se notaba que había llorado. En cuanto me vio se apresuró a abrazarme.
- ¿Cómo estás? - le pregunté preocupada.
- Algo más tranquila ahora que estás aquí - me contestó aún abrazándome.
Le devolví el abrazo a mi amiga y acaricié su pelo con suavidad esperando a que se sintiera lista para separarse.
- Yo con estas pintas y tu aquí como si nada - bromeó.
- Si he venido sin arreglarme - le reproché.
Llevaba unos leggins negros ajustados y un cómodo y suave jersey de pelo blanco varias tallas más grandes que caía dejando un hombro al descubierto. No llevaba nada de maquillaje y me había recogido el pelo en una coleta alta para evitar cepillarlo.
- Pareces una modelo. Yo soy un cúmulo de lágrimas y mocos - respondió pasando la manga de la sudadera por sus mejillas.
- El cúmulo de lágrimas y mocos más bonito que he visto nunca - contestó Nikolai dándole un suave beso en los labios.
- Así que Natasha es la típica amiga que da asco porque le dices que no se arregle y aunque aparezca en pijama y lleve una semana sin ducharse puede seguir siendo la portada de una revista - se quejó Hayden.
- Lo tendré en cuenta para la próxima y me revozaré en el barro antes de venir - bromeé poniendo los ojos en blanco.
- No, por favor. Si pareces sexy llena de barro ya si que no lo podré superar - gimoteó Vera.
- Me voy un minuto al baño y cuando vuelvo ya estáis hablando de gente sexy y barro - dijo Dimitri entrando al salón.
- Otro igual. ¿No tenías una camiseta menos ajustada en el armario? - le regañó Vera.
- ¿Qué le pasa a esta?
- Parecéis un anuncio fitness. La idea era venir hechos un asco para que yo me camuflara - se quejó Vera con un tono infantil fingido.
- Pero si eres la chica más preciosa de la sala - contestó Dimitri pasando su brazo por sus hombros para acercarla a él y darla un beso rápido en la coronilla.
- Por cierto, Natasha. ¿Qué te ha dicho Viktor? - preguntó Hayden.
El silencio cayó de forma pesada y severa sobre todos los presentes.
- Nada en especial. Lo hemos aplazado - respondí.
Había cancelado la cena que tenía prevista con Viktor para poder hacer compañía a Vera que nos había pedido que fueramos todos a pasar la noche en una casa que tenía su familia a las afueras. Había un enorme sillón en forma de semicírculo entorno a una mesa baja de cristal y frente a un enorme televisor. Salté el respaldo dejándome caer junto a Alexei que miraba el móvil distraído. Estaba apoyado ligeramente sobre Hayden que pasaba los dedos por las líneas de los tatuajes del brazo de Alexei. Pensé que Vera se sentaría junto a Nikolai pero en vez de eso se acurrucó a mi lado. Pase mi brazo entorno a su pequeño cuerpecito esperando reconfortarla.
- Dimitri - le llamó Vera mirando hacia arriba con unos enormes ojazos azules.
- ¿Qué necesitas princesa? - preguntó con todo dulce y amable.
- Siéntate a mi lado - contestó dando unas palmaditas en el hueco que había a su otro lado.
Dimitri obedeció y cruzó miradas conmigo antes de sentarse.
- Tenemos mucha tarde y mucha noche por delante. ¿Con qué os apetece empezar? - preguntó Nikolai colocando varios juegos de mesa y películas sobre la mesita de cristal.
- Que elija la anfitriona - declaró Alexei.
- Me gustaría empezar por esa maravillosa botella de vodka que has traído - contestó.
- Sabes lo que me gusta esa marca - contestó él divertido.
- Podemos jugar a algo y convertirlo en un juego de beber - propuso Hayden.
- Tú y yo hablamos el mismo idioma - bromeó Alexei golpeando su hombro con el de su compañero.
Se cruzaron unas intensas miradas y noté que iba de lujo la situación. Se notaba la tensión sexual entre ellos y dudaba que tardaran mucho en resolverla.
- Empecemos jugando al Jenga - eligió Vera.
- ¿Cuáles son las normas? - pregunté inclinándome hacia la mesa con curiosidad.
- ¿Si tiras la torre bebes? - preguntó Hayden.
- Con eso no tenemos ni para empezar - me quejé.
- Estoy de acuerdo con la pelirroja - contestó Alexei alzando la mano sin mirarme.
Le choqué los cinco con una sonrisa.
- Si la tumbas entre todos elegimos un reto - se corrigió Hayden.
- No quiero meter el dedo en la herida pero eso no salio muy bien la última vez - comentó Dimitri.
- Hoy somos todos de confianza - contraataqué.
- Y estamos bien a pesar de todo - dijo Vera cogiendo mi mano.
- Bien pues si tiras la torre reto. Si la mueves pero no cae bebes - dijo Hayden.
Todos asentimos de acuerdo. Colocamos la torre en el centro y nos acercamos a la mesa según llegaba nuestro turno. Poco a poco fuimos retirando piezas y recolocándolas en la parte superior. Ninguno parecíamos tener especial cuidado ya que nos tocaba beber casi todas las rondas. Finalmente fue a Vera a quien se le cayó aunque golpeó a Nikolai en el proceso. Al ver que caía la torre se tiró hacia la mesa para salvar el vaso de vodka cayendo estrepitosamente al suelo y siendo aplastado después por las piezas de madera. No pudimos evitar estallar en una carcajada.
- ¡Cariño! ¿Estás bien? - preguntó Vera acercándose a él.
- Sí. Perfectamente.
Se incorporó y suspiró tranquilo al ver el vaso a salvo. Lo cogió y dio un sorbo.
- ¡Oye! ¡Que no te tocaba! - le regañó Alexei.
- Casi pierdo la vida por tu dichoso vodka. Me lo merecía - se quejó.
- Te has reído de él. Es una indemnización por daños y prejuicios - le defendió Vera.
- Malditos abogados - gruñó dejándose caer junto a Hayden que le rodeó con el brazo para reconfortarle.
- Bien. Es hora de elegir un reto para la princesa - nos recordó Dimitri.
Todos comenzaron a dar ideas a lo loco hasta que Nikolai les mandó callar.
- Chicos. Se os olvida lo más importante - dijo señalando la ventana.
Fuera la nieve caía con ímpetu y el paisaje estaba cubierto por una gruesa capa blanca.
- Debe ser porque soy nueva pero no lo entiendo - dije algo confusa.
- No. Por favor, no - suplicó Vera.
- Odia el frío - me explicó Dimitri.
- ¿Qué? - contesté sorprendida - Pero si tampoco es para tanto.
- Uuhh - canturrearon todos.
- Votos a favor de que Natasha tambien haga el reto - gritó Hayden.
Todos alzaron la mano y gritaron emocionados.
- Voy a por unos zapatos y un abrigo - dijo Vera.
- De eso nada. Venga. Las dos fuera - nos echó Nikolai.
Me puse en pie y seguí a Vera que abrió la puerta de cristal que daba al jardín trasero. Caminé sobre la nieve y me agaché para hacer una bola de nieve. Rápidamente me giré y la lancé al interior. No sabía bien a quién daría pero terminó estrellándose contra Hayden. Todos nos reímos aunque él se levantó sobresaltado. Alexei se levantó para quitarle los restos de nieve y eso pareció aliviar su mirada de odio.
- ¿Cuánto tenemos que estar aquí? - preguntó Vera frotándose los brazos.
- ¿Quieres que te deje mi jersey? - le ofrecí preocupada.
- No digas tonterías. Te vas a congelar.
- Que va. No seas tonta. Vas a ponerte mala - dije quitándome el jersey.
- Pero que haces, loca. Vuelve a ponerte eso - me regañó intentando vestirme de nuevo.
- O te pones el jersey o te lo pongo a la fuerza. Soy más alta y más fuerte. No me tientes - contesté cortante.
Cogió el jersey a regañadientes y se lo puso. Le ayudé a frotarse los brazos para que entrara en calor.
- Cómo aguanta esta chica - comentó Alexei con un silbído.
- No sé como lo haces - comentó Vera.
- Resistencia al frío.
- Y tanto - contestó tiritando.
- ¿No os da vergüenza? Mucho decir que sois el género fuerte pero yo solo veo a una panda de cobardes que no asoman ni la punta de la nariz - les grité.
- No se vosotros pero a mi eso me suena a reto - comentó Alexei.
- Vamos a tener que demostrarles que no es ningún logro - añadió Dimitri abandonando el salón.
- Voy a pasar - dijo Hayden dando un paso atrás.
- De eso nada.
Alexei tiró de él y le arrastró al exterior. Nikolai también salio y abrazó a Vera para darle calor. Me estaba alejando de ella cuando una bola de nieve me golpeó el cuello. Miré en dirección al agresor y vi a Hayden y Alexei riendo. Me agaché a coger más nieve pero ellos hicieron lo mismo. El resto nos imitaron y la nieve comenzó a volar de unos a otros. Notaba el frío en la piel y especialmente en los dedos de las manos y en las pies. El pelo y la ropa comenzó a humedecerse cuando la nieve se derretía por el calor del cuerpo. Nikolai había pasado a ser un escudo humano para defender a Vera y Hayden y Alexei seguían unidos contra el mundo. Los primeros en volver a entrar fueron la primera parejita pero poco tardaron Alexei y Hayden en anunciar también su rendición.
- No sé como puedes aguantar con una simple camiseta de tirantes. Yo siento que se me van a caer los dedos - gimoteó Hayden.
- A estas temperaturas aún no siento el frío.
- ¿Quieres apostar a ver quien aguanta más? - me retó Dimitri.
- Para eso deberías tener algo que me interesase ganar - contesté dándole la espalda y entrando al salón.
- He puesto tu jersey cerca de la calefacción. Toma esta sudadera mientras tanto - me dijo Vera tendiéndome una sudadera gris.
- ¿Puedes poner también la camiseta? - le pregunté.
- Claro. ¿Te traigo otra?
- No, no hace falta.
Me quité la camiseta y se la tendí antes de ponerme la sudadera y subir la cremallera.
- Traigo los dulces que has comprado - dijo Vera trayéndolos en un plato.
Hayden y Alexei cogieron unos pocos antes de alejarse para cambiarse de ropa. Nikolai y Vera se sentron juntos y se miraron acaramelados mientras se daban de comer uno a otro. Dimitri se acercó y se sentó junto a mí.
- Te fuiste sin decir nada - susurró.
- Había acabado con ellos. No había nada que decir - contesté con fingida indiferencia.
Mi piel no podía olvidar el ardor de su contacto y su cercanía avivaba esos recuerdos dificultando mucho la tarea de intentar alejarme de él.
- Tal vez no fuera tanto algo que quisiera que dijeras. Es más bien algo que me habría gustado hacer.
- Que sorpresa. Dimitri Komarov pensando en sexo - contesté con tono sarcástico y alzando una ceja.
- ¿Y me culpas? Creo que no eres consciente de lo mucho que me pones cuando eres tan dominante como anoche. Nunca había visto a una mujer llevar a cabo una sesión de tortura tan extraordinaria.
Se había inclinado sobre mi y su alineto rozaba mi cuello. Tuve que morderme la lengua para evitar caer en la tentación. Coloqué una mano en su pecho y le aparté suave y dolorosamente.
- No puedo negar que hay mucha química entre nosotros pero olvídalo. No va a volver a pasar.
- ¿Estás segura? - preguntó con una media sonrisa pícara.
Sus ojos grises tenían un brillo seductor que de nuevo me recordó la noche anterior en el baño.
- Sí, Dimitri. Esto no va a volver a pasar. Tengo cosas en las que centrarme y no pienso dejar que me distraigas.
Le lancé una mirada severa y terminó apartándose muy a mi pesar. Lo que decía era verdad, no podía distraerme. Mi vida estaba en juego y todo por lo que había luchado dependía del éxito que tuviera. Hacía mucho que no encontraba a alguien que me hiciera sentir como Dimitri lo hacía pero no era un prioridad y si dejaba que esto siguiera no podía predecir el resultado. Quería pensar que sería capaz de controlarlo pero una parte de mi sabía el riesgo que corría de enamorarme de él y no podía permitirlo.

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