Capítulo 5:
Aparqué el coche frente a mi edificio. Me había quedado hasta las tantas hablando con Vera y Hayden. Después de que Hayden nos contara como le había ido con Alexei y de las buenas migas que habíamos hecho Vera y yo durante las compras, habíamos creado un grupo de Whatsapp para los tres cuyo fin era conseguir que Alexei y Hayden acabaran juntos. Vera y yo habíamos pensado en salir de fiesta todos esta noche como excusa para conseguir que algo de música y alcohol les hiciera dar el paso. Hayden nos había contado que a él le daba corte porque temía que le rechazara y le dijera que eran solo amigos pero no sabíamos por qué Alexei no daba el paso siendo tan atrevido. Revisé el grupo antes de bajar del coche y me dirigí a los laboratorios. Los viernes teníamos dos prácticas de laboratorio seguidas y empezábamos a las 8 de la mañana. Tenía tanto sueño que no me fijé en que me dejaba el abrigo en el coche. Llevaba una vestido ajustado con un cinturon justo bajo el pecho. Era de color negro por arriba con la falda blanca. Llevaba unas medias de color carne y unos tacones blancos bastante normalitos. Oí que alguien me llamaba y me giré.
- Buenos días - me saludó Viktor.
- Buenos días - le saludé de vuelta.
- ¿No tienes frío? - me preguntó.
Miré mi atuendo y me di cuenta entonces de que no llevaba el abrigo.
- Se me ha olvidado el abrigo en el coche. Suerte que soy resistente al frío.
- Y tan resistente...
Le miré de reojo y le pillé mirándome disimuladamente el culo. Me hice la loca y me giré para mirarle. Rápidamente devolvió la vista a mis ojos. Era realmente guapo. Podría ser modelo para una marca de ropa. Tenía una sonrisa amable y una mirada dulce color miel.
- Y dime, ¿tienes ya pareja para las prácticas? - me preguntó.
- No sabía que eran por parejas.
- En el laboratorio siempre vamos por parejas. ¿Me concederías el honor de ser mi acompañante?
- Que elegante propuesta - me reí.
- Digna de una dama de tu belleza.
- Y con cumplido incluido.
- ¿Qué me dices entonces?
Había escapado de Novosibirsk para escapar de este tipo de gente pero ya que parecía que no me libraría tan fácilmente, tal vez meterme de lleno sería más útil. Mi amistad con Vera y Hayden sería útil pero la familia de Viktor era aliada de los Ivanov. Sabía de su rivalidad con los Komarov pero al haber estado tan cerca de los Ivanov sabía de su recién estrenada alianza. Si me pegaba a Viktor sería fácil enterarme de sus planes a pesar de haber abandonado el lado de su heredero, Andrei.
- Será un placer.
- Parece que hoy es mi día de suerte.
«No. La que tiene suerte soy yo.» pensé.
- Seguro que de no ser por mí estarías solo y ninguna chica querría pedírtelo.
- Estoy condenado al abandono - dijo con tono dramático siguiéndome el juego.
Me reí coqueteando mientras entrábamos al edificio.
- Si no es indiscreción, ¿a qué se debe tu repentino cambio de universidad?
- Sí, es muy indiscreto. Pero supongo que puedo responder. Me crié aquí en Moscú pero cuando mis padres murieron me mudé con mi tía a Novosibirsk. Pero ella también murió. Pensé que un cambio de aires me iría bien y echaba de menos esta ciudad.
Era lo mismo que les había contado a Hayden y Vera. Era la versión oficial de mi vida.
- Lo siento. Ha tenido que ser duro.
Su voz era muy dulce y sus ojos parecían querer darme apoyo.
- No te preocupes. Son cosas que pasan y uno aprende a lidiar con ellas.
- Yo perdí a mi madre hace unos años. Sé lo duro que puede ser.
- Lamento que entiendas lo que es eso.
Caminábamos en dirección al laboratorio cuando me fijé que había varias personas en la puerta. Eran Hayden, Vera y... Dimitri. Había algunos grupos de chicas mirando en la distancia y cotilleando. Cuando llegamos, la mirada de Dimitri cambió por completo. Sus ojos grises tenían un cierto brillo pero al ver a Viktor se oscurecieron de forma terrorífica. Era la mirada de un digno heredero de la mafia de Moscú. Dimitri se colocó en mitad de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho. Aunque Hayden y Viktor eran altos y tenían un cuerpo claramente atlético, parecieron empequeñecer frente a la amplia espalda de Dimitri y la escasa diferencia de altura que por su aspecto amenazador casi parecía abismal.
- Estás en mi camino - dijo Viktor.
Me mantuve tras él y evité meterme en la pelea. No sabía que sucedía ahí pero su rivalidad se debía a temas de la mafia seguramente y debía mantenerme alejada de ello. Una cosa era esperar a que la información llegara a mis oídos y otra ser objeto de su atención.
- Iba a decir justo lo mismo - contestó Dimitri con sorna.
- Apártate - ordenó Viktor.
- Te diría que me obligaras pero eres demasiado cobarde para un enfrentamiento cara a cara.
- No me tientes - dijo entre dientes.
- Dimitri. ¿Por qué no nos vamos? - preguntó Vera claramente agobiada.
- Tú cállate - contestó de mala manera Dimitri.
Vera agachó la mirada y me pareció ver que los ojos se le llenaban de lágrimas. Por lo que había visto esta semana, Vera era una chica dulce y amable a la que le gustaba ver el lado bueno de todo. Era positiva y realmente sensible. Se preocupaba en exceso por sus seres queridos y siempre buscaba lo mejor para ellos independientemente de sus sentimientos o como estuviera ella. Esa generosidad y altruismo era demasido puro para alguien que andaba envuelta en temas tan macabros y peligrosos.
- Dimitri - interrumpí con un tono de voz algo agresivo.
Su mirada se desvió hacia mí y vi toda la ira que se acumulaba en su interior.
- Creo que le debes una disculpa a Vera - continué.
- Natasha... - murmuró Vera preocupada.
Me coloqué junto a ella y cogí su mano apretándola con algo de fuerza.
- Entiendo tu necesidad de hacerte el macho alfa pero no te lleves por delante a tus amigos. ¿Eres consciente del daño que haces?
Vera me apretó la mano y noté que su respiración se aceleraba al tratar de contener las lágrimas.
- ¿Y quién te ha invitado a ti a la conversación? - preguntó violentamente.
- No le hables así - contestó Viktor colocándose entre Dimitri y yo.
- No hace falta - le dije amablemente a Viktor.
Me separé de Vera y me coloqué junto a Viktor colocando mi mano en su brazo para detenerle.
- Vaya. No me digas que ahora te acuestas con él. Pues va a resultar que sí que es fácil llevarte a la cama - dijo Dimitri envenenando cada una de sus palabras.
Antes de que nadie pudiera darse cuenta, mi puño se estrellaba contra su marcada mandíbula. Giró la cabeza y después me miró sorprendido acariciando la piel donde le había golpeado.
- Deberías tener cuidado con tus palabras. Yo no te voy a permitir que me hables así y a partir de ahora tampoco voy a dejar que vuelvas a tratar a Vera de esa manera. Ya tienes una edad, contrólate un poco.
Pasé por su lado y entré en clase. Me senté en una mesa culquiera y Viktor no tardó en acompañarme.
- ¿Estás bien? - me preguntó.
- No voy a echarme a llorar por los comentarios que cualquier capullo me diga. Me ha molestado más lo de Vera pero el hecho de que crea que puede hablarle así a cualquiera... me hierve la sangre - dije aún enfadada -. Perdona. Te aseguro que normalmente no soy así - me reí.
- ¿Así cómo? ¿Increíble? ¿Badass?
Me reí. Vi como Hayden entraba y me echó una mirada pero se sentó en otra mesa sin decir nada.
- No me suelo alterar. Debo parecer una loca.
- Para nada. Me gusta que hayas defendido a una amiga así. No creo que muchos le planten cara a Dimitri.
- ¿Qué os pasa? Parecéis tener algun problema bastante... grave. Ahora soy yo la que no quiere ser indiscreta.
- Es un tema complicado y bastante privado. No es algo que mucha gente sepa y preferiría mantenerlo así.
- Lo comprendo perfectamente. Siento haber preguntado.
- No te disculpes. Entiendo que hagas la pregunta dadas las circunstancias.
Recordaba que Hayden me había hablado de su rivalidad pero también había dicho que Viktor no era una buena persona. Debía descubrir quién era realmente. Podía parecer encantador pero debía averiguar hasta que punto no era una simple faceta. Me sentía cómoda con él debido a su carisma y había mostrado ser empático y comprensible. Debido a mi conexión con ese mundo había conocido a muchos psicópatas y a muchos monstruos con máscaras de buenas personas o gente encantadora por eso sabía que debía desconfiar de todos hasta revelar si escondían algo bajo esa máscara. Había sido fácil con Vera debido a su vulnerabilidad y su inocencia y por eso sabía que ella era de confianza. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la presencia de la profesora que comenzó a explicar las prácticas de Fisiología Vegetal. Tras la explicación, nos repartió unos folios con las instrucciones de la práctica y nos dejó el resto de la clase para llevarla a cabo. Saqué mi cuaderno y fui tomando notas de todo lo que hacíamos. A medida que avanzaba la práctica, notaba como Viktor iba ganando confianza y se tomaba la libertad de flirtear.
- No se te puede dejar sola. Prenderías fuego al edificio - bromeó apagando el mechero y apartando la placa petri con la muestra de células vegetales que teníamos que analizarz
- Oh, cielo. Si algún día quemo un edificio será por pura diversión - contesté inclinándome hacia él.
Me siguió el juego y el también se acercó.
- ¿Cómo haces que eso suene tan sexy?
Me reí fingiendo un poco de timidez y agachando unos segundos la vista.
- Será mi encanto natural - respondí.
El cronómetro sonó y ambos devolvimos la vista a la práctica. Estaba copiando la fórmula cuando Viktor me quito el boli. Se colocó detrás de mí rodeándome y escribió algo en el cuaderno.
- No es así. Es esta - me corrigió.
Me giré ligeramente y me encontré a unos centímetros de su rostro. Una pena que estuviéramos en mitad de clase. Habría sido un momento perfecto.
- Gracias - susurré.
La profesora se acercó a supervisar nuestro trabajo y Viktor se separó disimuladamente. Nos preguntó algunas cosas para comprobar si lo habíamos entendido y supervisó que los resultados fueran los correctos. Cuando la clase terminó, todo el mundo comenzó a abandonar el laboratorio.
- ¿La práctica de Fisiología Animal no es aquí también? - le pregunté a Viktor.
- Sí, pero como hay unos minutos de descanso la gente suele preferir dar una vuelta para despejarse. ¿Quieres que demos una vuelta?
- O podríamos quedarnos aquí. Estamos solos - dije antes de girar sobre mi misma en el taburete en el que estaba sentada.
Viktor sonrió y se acercó lentamente a mí. Noté un hormigueo recorrer mi cuerpo. Adoraba esa sensación y por ello me gustaba tanto jugar.
- En que andará pensando esa bonita cabecita tuya - dijo casi en un susurro.
- Nunca lo sabrás - respondí levantando la barbilla para poder mirarle a los ojos.
- Hay algo que sí que sé. Y es lo que me ha costado resistirme a hacer esto - contestó acabando con el espacio que nos separaba.
Sus labios cálidos rozaron los míos con dulzura. Las personas somos química pura. Solo necesitamos a alguien capaz de activar esa química. Continué besándole y me puse en pie para acercarme a él. Puso su mano en la parte baja de mi espalda sin sobrepasar ningún límite, como todo un caballero, y me aferró a él. Oímos que alguien hablaba cerca de la puerta y nos separamos a desgana antes de que dos chicas entraran en clase. Ambas se callaron al vernos y me fulminaron con la mirada mientras se sentaban en su sitio.
- ¿Tienes planes para esta noche? - me preguntó con mirada divertida.
- Ya he quedado. Pero mañana estoy libre - contesté colocando mi mano sobre su pecho.
- Deja que te invite a cenar. Conozco un buen restaurante.
- Suena bien. ¿Por qué no me llamas mañana y hablamos de la hora?
Escribí mi numero en una hoja en blanco del cuaderno y se lo guardé en el bolsillo del pantalón antes de tirar de él para acercarle y darle un suave beso en la comisura de los labios.
- Úsalo sabiamente - murmuré.
Viktor sonrió con una mezcla de satisfacción y diversión.
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