Capítulo 4:
Aparqué el coche deportivo rojo frente al taller y me bajé para ver como un chico, que me pareció algo delgado y joven para este trabajo, se acercaba a mí. Llevaba puesto un mono azul marino pero lo que más llamó mi atención fue su pelo. Tenía el pelo corto a los lados pero largo por arriba. Le caía sobre los ojos de color castaño. El pelo era de un tono azul oscuro que casi parecía negro y tenía un mechón blanco que caía del centro al lado izquierdo del flequillo.
- Buenas. ¿En qué puedo ayudarte? - me preguntó con una media sonrisa algo lasciva mientras me miraba de arriba a abajo.
- ¿Eres Alexei? - pregunté.
- El mismo. ¿Esta belleza es tuya? - preguntó observando el Bugatti de llamativo color escarlata.
- Sí. Dimitri me recomendó que te lo trajera.
- Con que Dimitri... - murmuró.
- No te sorprendas si ves algunas modificaciones. Soy muy quisquillosa en cuanto a como me gusta que funcione el coche al correr.
- No tiene daños muy graves. Será sencillo dejartelo como nuevo. ¿Me dejas que heche un vistazo a esas modificaciones que me decías?
- Adelante - le ofrecí señalando el capó.
Lo levantó cuando el sonido del claxon nos hizo desviar la mirada a Hayden que acababa de llegar con mi Audi.
- ¡Genial! Ya estás aquí - saludé acercándome a él.
Hayden me tendió las llaves y miró a Alexei.
- Hayden. Me alegro de verte - saludó Alexei acercándose a nosotros.
- ¿Os conocéis? - pregunté inocentemente.
- Él también es del grupo - me explicó Hayden sonrojándose ligeramente.
No supe muy bien si era el resultado de que Alexei le desnudara con la mirada o de seguirme el juego en aquella mentirijilla. Era curioso ver como a pesar de que Hayden era más alto y con una apariencia más atlética, era Alexei con su aspecto delgado (aunque se notaban unos músculos marcados en sus brazos) quien derrochaba confianza y seguridad. No había dudado en repasarme con la mirada y ahora que tenía a Hayden delante parecía como si en cualquier momento se fuera a abalanzar sobre él. Como cuando ves una película y los protagonistas se miran intensamente y sabes que quedan dos segundos para que empiecen a comerse la boca y arrancarse la ropa. Hayden por su lado tenía una actitud más tranquila y parecía algo nervioso.
- Eso es estupendo. Pues vente a comer con nosotros. Pensábamos ir a algún sitio con hamburguesas y buenas cervezas. ¿Qué me dices? - le ofrecí alegremente y de forma desenfadada.
- Suena bien. Si no os importa esperar a que me cambie...
- Sin problema. Tómate tu tiempo - contestó Hayden aún nervioso.
- Voy a guardar tu coche y me doy una ducha mientras rellenas el formulario - informó.
- Las llaves están puestas - le contesté.
Se subió al coche y lo aparcó junto a otros. Le seguimos al interior del taller donde guardó las llaves y me sacó el formulario.
- Si tienes alguna duda seguro que Hayden puede ayudarte. Vuelvo enseguida.
Se marchó no sin antes echarle una última mirada a Hayden. Esperé a que se hubiera ido para girarme hacia mi amigo.
- No me habías dicho que ya le tenías rendido a tus pies - comenté con tono juguetón.
- ¡No digas tonterías! - respondió poniéndose colorado.
- ¿Pero tú le has visto? Seguro que en su imaginación ya te ha hecho de todo.
- No digas esas cosas - me regañó avergonzado.
No pude evitar reírme mientras rellenaba el formulario.
- Seguro que cuando te ha visto a ti también te ha mirado así.
- No tiene nada que ver. A mí me ha mirado en plan "esta chica está muy buena" y a ti te mira como "ojalá fueras un mueble para empotrarte en todas las paredes de mi casa".
Hayden se puso aún más rojo y de nuevo dejé escapar una carcajada.
- Tú hazme caso. Sé de lo que hablo. Le tienes en el bote.
- No lo sé. Siempre le veo flirtear con otros chicos o chicas. Y a muchos les mira así. Además tú estás sugestionada porque te he dicho que me gusta.
Me llevé la mano a la frente desesperada y me masajeé la piel en círculos.
- Esto va a ser más complicado de lo que esperaba. Pero yo no me rindo ante los retos.
- No sé si ha sido buena idea. Creo que mejor solo deberíamos dejarlo en comer y listo - contestó Hayden.
- Iremos viendo.
- ¡No! No me dejes a solas con él.
- Es un buen plan. Creemé. Vera también lo cree.
- Seguro que lo hago fatal. Me pongo muy nervioso.
- No pasa nada. Si le gustas seguro que le parece tierno. A mi me pareces adorable.
- No quiero parecer adorable. Un perrito es adorable.
- Eres un chico sensible y encantador. No eres mi tipo pero parece que sí eres el de Alexei.
Me mandó callar segundos antes de que Alexei volviera secándose el pelo con una toalla. Se había cambido de ropa y había sustituido el mono de trabajo por unos vaqueros de los que colgaban unas cadenas plateadas, una camiseta negra, una sudadera gris abierta y una cazadora vaquera con algunos rotos. Miró el formulario y lo guardó en un cajón. Trató de secarse el pelo una última vez antes de lanzar la toalla sobre una silla y coger unas llaves. Salimos a la calle y cerró el taller.
- ¿Tu padre no está? - preguntó Hayden.
- Ha salido a comer también. Supongo que volverá en un rato. Si alguien viene puede esperar o llamar.
- Así que es un negocio familiar - pregunté de forma indirecta.
Seguramente la respuesta fuera un sí y tras el negocio del taller colaborarían con la familia de Dimitri para asuntos de la mafia. Esa era la relación que les unía a todos en su grupo. Subimos al coche y aunque Hayden se colocó atrás, Alexei se puso delante.
- Sí. Aunque realmente mi padre habría preferido que estudiara alguna carrera como mi hermana. Realmente el negocio lo va a heredar mi primo. Pero me encantan los coches así que no me importa. Y dime, ¿de qué os conocéis?
- Vamos juntos a clase. Aunque realmente llevo solo un par de días en la uni. También estamos juntos en un proyecto - contesté.
- Y también es ESA Natasha - añadió Hayden inclinándose hacia nosotros para asomarse entre los asientos.
- Lo supuse cuando me dijo que le enviaba Dimitri. Chica pelirroja despampanante con un cochazo rojo. Tienes muy buen gusto para esto - dijo pasando las manos por el interior del coche.
- Gracias. Espero que cuides bien de mi bebé.
- No lo dudes.
Continuamos con una charla informal hasta llegar al restaurante y sentarnos en la mesa. Cuando un camarero se acercó a tomarnos el pedido, pareció mirar interesado a Alexei.
- ¿Que os gustaría pedir? Si necesitáis algunas sugerencias estaré encantado de echaros una mano - dijo el camarero con un tono de coqueteo mientras miraba a Alexei. Me fijé en él y en su lenguaje corporal. Si como había dicho Hayden, era propenso a flirtear, era muy posible que su actitud fuera diferente a la que tení con Hayden. Eso me demostraría su interés y me daría la razón.
- Empieza por pedirnos 3 jarras de cervezas. De entrantes los números 14, 15 y 23. Y yo quiero una hamburguesa Siniy - dije.
- Yo una hamburguesa Zelenyy con extra de patatas - pidió Hayden.
- ¿Y tú? - preguntó el camarero mirando a Alexei de nuevo.
- Yo quiero... que seas tú quien elija mi hamburguesa. Sorpréndeme - contestó Alexei devolviéndole la mirada con actitud juguetona.
Efectivamente tenía mucho carisma pero tal y como yo había supuesto, que le gustara alguna que otra persona para flirtear o para algún rollo, no tenía nada que ver con como miraba a Hayden. Cuando le miraba a él su mirada se intensificaba y mi teoría era que con él no utilizaba sus encantos precisamente porque le gustaba más que eso. Dejaba el flirteo para aquellos que le interesaban menos pero con Hayden tenía una actitud muy distinta. El camarero tomó nota y se marchó. Hayden me lanzó una mirada como queriendo decir "te lo dije" pero no le hice caso.
La comida transcurrió con normalidad. Lo cierto era que Alexei me había caído mucho mejor de lo que esperaba. Todo su lenguje corporal denotaba lo cómodo que se sentía y que realmente tenía todo bajo control. Su forma de hablar era directa y le encantaba el humor. Realmente era un partidazo y entendía por qué a Hayden le gustaba. Además era bastante atractivo y su confianza y media sonrisa le daban un aire sexy. Escribí a Vera y le di la señal. A los cinco minutos cuando el camarero vino con la carta de postres, mi móvil comenzó a sonar.
- Hola, Vera - saludé al descolgar.
- ¿A que Alexei se lo come con la mirada?
- Sí. Totalmente - contesté.
- ¿Es Vera? Déjame saludarla.
Le tendí el móvil.
- Hola preciosa - saludó.
El camarero había dejado las cartas de postre y se había visto obligado a marcharse.
- Sí, Natasha me ha invitado a comer con ella y con Hayden.
- ...
- No, estamos en Tsveta Burger.
- ...
- Claro que sí, preciosa. Ya hablaremos - se despidió tendiéndome el teléfono.
- Bueno ahora es cuando te doy una excusa para que te levantes y les dejes solos.
- Claro, iré encantada - le seguí el juego.
- Te espero en el centro comercial. Llámame cuando llegues. Y si te ponen pegas diles que necesito consejos para las compras y estoy rodeada de tíos así que necesito opinión femenina.
- Vale, perfecto. Ahora nos vemos - dije antes de colgar.
- ¿Qué quería? - me preguntó acusatoriamente Hayden.
- Esta en el centro comercial pero necesita ayuda con algunas elecciones - mentí.
- Vera siempre arrastra al pobre Nikolai - se mofó Alexei.
- ¿No puedes ir otro día? - preguntó Hayden suplicándome con la mirada.
- Podréis vivir sin mí. Pediros algo rico de postre en mi honor. Ha sido un placer Alexei. Espero verte de nuevo pronto.
- Lo mismo digo. Y ten cuidado con Vera. Le vuelven loca las compras hasta extremos enfermizos.
Me reí ante aquel comentrio.
- Lo tendré en cuenta - le agradecí -. Aquí esta mi parte. Nos vemos mañana Hayden.
Dejé el dinero encima de la mesa y me fui algo apresuradamente. Me dirigí al coche con una sonrisa orgullosa y como había acordado con Vera, fuimos al centro comercial de compras.
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