Chapter 23: No sin Él
El teléfono sonaba en la oscuridad de aquella mansión. Itachi, se levantaba con suma pereza, odiando al que estuviera llamando.
Salió de su habitación arrastrando los pies hasta llegar al piso de abajo, antes si quiera tocar el teléfono de la sala, este dejo de sonar. Bufo molesto, pensando en quién demonios llamaría a esas horas.
Eran si acaso las cuatro cuarentaicinco de la mañana, y él no estaba de humor para atender bromistas. Camino a la cocina a echarse un poco de agua a la cara para tratar de espantar el sueño que tenía y si volvían a llamar no sonar tan adormilado.
Pensaba que quizá se trataría de su hermano, después de lo que le conto Yahiko, era él a quien creía que le estaría llamado para que fuese a buscarlo. Tras lanzarse agua tibia y espabilarse un poco, el teléfono sonó otra vez.
Se acercó a tomar el teléfono que estaba en la cocina y atendió.
-Mansión Uchiha-Espero a que la otra persona hablara, y lo que le conto, le dejo completamente helado.
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Estaba en el hospital, sentado en la sala de espera, ambos brazos cruzados, una de sus piernas se movía frenéticamente en señal de sus nervios. Había llegado tan rápido como pudo después de haber atendido aquella llamada.
-¿Es usted Uchiha Itachi?, ¿hermano mayor de Uchiha Sasuke?- Su voz era femenina y aguda.
-Si el habla-
-Le llamo de parte del hospital, trajeron a su hermano con heridas graves a causa de un horrible accidente que tuvo- La mujer hablaba con toda la tranquilidad que pudiera.
-¡¿Qué?!-
Después de eso había salido tan rápido como pudo. Solo logro mandar dos mensajes, uno a Madara y el otro a Naemi, pero ninguno le había respondido. Ahora estaba solo esperando a que le llamaran.
¿Cómo pudo ser tan idiota?, ¿Cómo no pudo predecir lo que pasaría? Sasuke estaba tan inmerso en el abismo y el dolor, le dejo morir solo otra vez.
Son hermanos, y si algo se había prometido cuando sus Padres fallecieron era que siempre cuidaría a su tonto hermano pequeño. Que buen trabajo había hecho...
Apretaba la mandíbula crujiendo sus dientes enfadado consigo mismo. Si Sasuke... No, ni siquiera podía imaginarlo.
Miraba el reloj cada dos por tres minutos, la ansiedad que su cuerpo resistía era demasiada, tanto que no sabía cuándo más podía aguantar.
Necesitaba el apoyo de alguien, y no había tenido respuesta de Madara. Saco su móvil con las manos temblorosas, antes si quiera marcar el número de su Tutor, alguien le llamo.
-¡Itachi!- giro su cabeza y poso sus oscuros ojos en esa persona, Naemi llegaba hasta el corriendo con la respiración agitada, su cabello húmedo, pantalones de mezclilla, tenis y una blusa negra de tirantes sujetos al cuello.-Pe-Perdón por no haber respondido antes-Jadeo.
Suspiro aliviado, ahora no estaría afrontando esa situación solo.
-Gracias por venir- le dedico una sonrisa, misma que no pudo sostener mucho tiempo.
-¿Te han dicho algo?- El contrario suspiro.
-No aun no...-poso sus ojos en el reloj, ya tenía más de dos horas hay, solo con lo que había dicho la enferma al momento de llegar. Aclarando, que no fue nada agradable, ni reconfortante.
Según la mujer, su hermano choco contra otro auto en una colisión espantosa que bien debió haberlo matado, pero no fue así. Había logrado salir del auto, y aun que fue bueno que lo hiciera, también se había hecho más daño, provocando que su cuerpo perdiera más sangre.
Cuando los servicios habían llegado por él, ya estaba inconsciente.
Naemi tomo su lugar a un lado de él, esperando ambos una respuesta. Una hora más había pasado, la ansiedad y el miedo de lo que les fueran a decir era una horrible tortura. La Uchiha se había levantado de su lugar empezando a dar vueltas cual león enjaulado. Mordía su labio inferior con insistencia y fuerza, ambas manos detrás de ella, estaba nerviosa, preocupada.
Era cierto que había estado pensando en cómo desquitarse por lo que había hecho, pero jamás le desearía nada como eso. En esos momentos solo necesitaba a...
Se detuvo en seco, con la mirada perdida y el vacío que se generó de un solo golpe. Paso saliva con dificultad, y se quedó quieta unos minutos.
Itachi se había metido en su mundo, pensando que nada malo pasaría, que su hermano saldría bien... Trataba de pensar en positivo. Su hermano, su pequeño y tonto hermano menor... ese niño que siempre juro proteger, ese niño del que siempre cuido. Ahora estaba luchando por su vida, y a saber dios si...
-¡Hermana Naemi!-los dos Uchihas giraron a ver de dónde venía aquella voz, en cuanto Naemi poso sus ojos sobre él, abrió sus labios sorprendida.
-¿Ko-Konohamaru?- El pequeño se acercaba a ella corriendo, seguido de un hombre alto. -¿Qué haces aquí?-
-¿Qué no has venido por lo de hermano Naruto?- Su nombre salir de los labios del pequeño le causo un escalofrío que atravesó todo su cuerpo.
Itachi se puso de pie al escuchar el nombre del Uzumaki, se colocó a un lado de Naemi, a la par que aquel hombre mayor lo hacía a un lado de Konohamaru.
-¿Qué ha pasado con Naruto?-se atrevió a preguntar el mayor de los Uchiha.
-¡Esta en un estado grave!-dijo Konohamaru.
-Naruto tuvo un accidente automovilístico-dijo Asuma.
Inmediatamente los dos Uchihas giraron a verse, fue en ese mismo momento que Itachi lo comprendió todo. Naemi se encamino a tomar su lugar dejándose caer sobre la silla, sorprendida, y con un extraño sofoco en el pecho.
-¿Pasa algo?-pregunto el adulto al ver a los dos familiares tan sorprendidos.
-Mi hermano, Sasuke... también está aquí por un accidente igual...- Asuma abrió sus labios sorprendido, ahora encajando todas las piezas.
-¿Ósea que mi hermano Naruto... y Sasuke...?-hablo Konohamaru con la voz temblorosa.
Asuma se quedó callado al igual que Itachi, el menor paseo su mirada a ambos adultos, y después en Naemi, que yacía aun estado de shock. Ahora todo había tenido sentido, pero había algo que no cuadraba, y eso que conocía a Naruto, y por mucho que él estuviera enojado con otra persona, no sería capaz de atentar contra su vida. Pero el alcohol, las botellas que el vio cuando fue a su casa... si bien su Tío siempre le decía que aquello era un extraño elixir que causaba muchas cosas en las personas.
A veces les daba ánimo, otras los hacia estúpidos, o audaces... y muchas otras les impulsaba a hacer cosas que una vez recuperado el buen juicio, se arrepienten enormemente de lo que han hecho... pero quizá esta ves ellos no regresen a ese buen juicio.
Konohamaru se acercó hasta Naemi y se sentó a su lado. Itachi empezó a dar vueltas por el lugar con el móvil en sus manos, y en cuanto a su Tío, estaba sentado en las sillas de enfrente a ellos con ambos brazos cruzados y la mirada sobre el piso.
El pequeño dejo que su mirada se paseara en la chica, quien tenía el semblante de perdida absoluta en su mirada, como si algo se hubiese perdido en ella. Sabía de qué se trataba, sabía que lo ocurrido a su hermano mayor debía afectarle enormemente. Por dicha razón, no sabía si era prudente preguntarle el por qué se había distanciado tanto de su hermano, y porque en ningún momento fue a sacarlo de ese abismo.
Unos pasos se escucharon a la distancia, zapatos de tacón que se acercaba a ellos. Una mujer mayor, con una impecable bata blanca, una falda hasta las rodillas en color verde y una camisa a botones blanca con un escote que haría babear a cualquiera.
-Familiares de Uchiha Sasuke, y Uzumaki Naruto- La mujer llamó su atención, tenía entre sus manos una tabla con la información.
Tanto Itachi como Asuma se acercaron ella, seguidos de Konohamaru y Naemi.
-Soy Uchiha Itachi, el hermano mayor de Sasuke-se presentó.
-Me llamo Asuma Sarutobi, soy el encargado de Naruto mientras su tutor legal esta fuera- dijo.
-Un placer conocerles-sonrió con amabilidad-Soy la Doctora Tsunade, encargada del caso medico de los dos chicos...- su sonrisa amable se borró dejando paso a un semblante más serió.- Hemos atendido a ambos chicos con los mejores cuidados que podemos, lamentablemente, el accidente les ha dejado más daño del que pensamos, y... tras terminar las operaciones ambos han caído en un estado de coma...-explicaba seriamente. No era la primera, ni sería la última vez que daría esa clase de noticias.-No sabemos hasta cuando puedan despertar, lo siento mucho.-
Itachi se sintió sofocado en ese mismo instante, pareciera que hubiera recibido un golpe justo al estómago que le dejo sin aire. Asuma se pasó la mano por sus cabellos, suspirando tristemente.
-¡¿E-Eso que-quiere decir que mi hermano Naruto jamás va a...despertar?!-pregunto el pequeño cuya voz parecía querer quebrarse en ese preciso momento se hizo escuchar llamando la atención de los adultos.
Tanto Itachi como Asuma posaron sus ojos en Tsunade, quien solo torció un poco sus labios.
-Existe un... 25/75 de probabilidades de que... de que no despierten.- respondió difícilmente, en su larga carrera como Doctora, nunca le fue fácil dar esa clase de noticias y menos a niños como lo era Konohamaru.
Sin prisas y con el dolor golpeteando su pecho, el pequeño dejo escapar varias lágrimas, las cuales fueron tapadas cuando coloco su antebrazo contra sus ojos y dejaba a esas lagrimas salir. Sollozo, para después morder su labio inferior y evitar seguir mostrando su pesar.
Los adultos le miraron con tristeza, mientras Naemi se ponía a su altura y le rodeaba con ambos brazos, rápidamente este le correspondió, llorando contra el hombro de la chica, entendía el dolor por el cual el pequeño pasaba, ella misma quería llorar en ese momento, pero no lo haría, sería fuerte por él e Itachi.
-¿Podemos pasar a verlos?- hablo Itachi, posando su mirada en ella.
Tsunade se quedó mirándolos, unos segundos, y después respondió.
-Claro-
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Caminaban en silencio hasta la habitación que compartían los dos chicos, dado sus estados, Tsunade dio la orden de mantenerlos juntos en caso de que algo llegara a pasar.
Una habitación en los pisos altos del Hospital, tras pasar un largo pasillo era la primera habitación a la derecha, tan solo entrar, estaban las dos camas con ambos chicos en las mismas. Maquinas detrás de ellos que monitoreaban sus estados. Ambos tenían un gotero que llevaba suero a sus brazos, una mascarilla de oxígeno sobre sus rostros.
La habitación amplia y con una amplia ventana en la parte izquierda que proporcionaba una encantadora vista de la cuidad. Incluso había dos sofás apegados a la pared de la puerta y dos sofás pequeños juntos a ellos. Había una mesita de madera clara en medio de ambas camas con una lámpara.
Tsunade dejo la tabla con la información en la entrada, mientras que los familiares de ambos entraban.
Tan solo ver a su hermano en esas condiciones le hizo un hueco en el estómago, a conjunto de una horrible presión contra su pecho. Camino hasta él, mirándolo, pareciera que dormía y que pronto despertaría...
Naemi tan solo entrar no tenía ni idea a quien mirar, Sasuke era su familia, Naruto la persona que amaba... Pero sabía que no podía dejar a Itachi solo, así que decidió acercarse hasta los dos Uchiha.
Konohamaru entro rápidamente para ver a su hermano postrado en esa cama, quería llorar otra vez, pero trato de no hacerlo por más difícil que fuera. Llego hasta él seguido de Asuma quien miraba con tristeza al Uzumaki.
Tsunade se quedó en el marco de la puerta, mirando las reacciones de las dos familias.
Itachi acerco su mano dejando que solo sus dedos índice y medio estirados, para acto seguido golpear suavemente la frente de su hermano.
-Tonto...-susurro para sí mismo.
La fémina Uchiha se quedó mirando a los dos hermanos, y después a Naruto, se quedó mirando al rubio, frunció sus labios, optando por acercarse a él.
-¿Puedo?-pregunto hacia Asuma y Konohamaru, el adulto afirmo con una sencilla y pequeña sonrisa.
Naemi se acercó hasta él, y paseo su mano contra la mejilla del Uzumaki, una sola lágrima salió. Su piel se sentía tan fría, y carecía su color habitual, ya fuera debido a la perdía de sangre o alguna otra razón.
-Lo siento...-suspiro para sí.-...Naruto...-
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En la Mansión Hyuga, Hinata terminaba de empacar sus cosas para pronto irse a casa de sus abuelos, y por fin alejarse de tanto dolor, relajarse y volver más fuerte que nunca.
Neji estaba con ella en su habitación ayudándole con los últimos detalles para irse. Él estaba contento de ver a su Prima mejor, más tranquila, más alegre. Y ella estaba contenta, pero extrañamente con un vacío en su corazón, como si algo le hiciese falta.
No quería darle vueltas a ese asunto, sabía de antemano por que era, y si se ponía a recordarlo empezaría a llorar, siendo eso lo menos que quería hacer delante de Neji. Si en si el castaño varias veces intento ir a buscar al Uchiha para darla una buena golpiza por haberla lastimado tanto, siempre tuvo sus razones para desconfiar de él, y ahora que podía ir para borrarle esa sonrisa de niño presumido, Hinata se lo había impedido.
Su razón, no quería más daño... ni para ella, ni para él, porque muy a su pesar, Sasuke era el vacío que tenía, era él el que faltaba en su vida, era él... a quien ella amaba.
El ambiente estaba tranquilo, la música de móvil de Hinata sonaba en su habitación, y ella tarareaba cómodamente mientras Neji le ayudaba a terminar de cerrar la maleta. Ambos tomarían el avión esa tarde, dado que Hiashi había salido antes debido a algunas cosas de negocios.
Mientras Hinata tomaba su móvil para cambiar la canción, una de las sirvientas llego a su habitación. Aquella mujer de edad avanzada que siempre la había apoyado tanto, durante su vida y que como buena Nana, le ayudaba a escapar de casa, a entrar si ser vista, entre muchas otras cosas más.
-Señorita Hyuga, la buscan-hablo gentil.
Hinata sintió un nudo en su estómago por pensar en quien sería la persona que la estaría buscando.
-¿Quién es?-se apresuró a preguntar Neji.
-Un Uchiha-Hinata tenso su cuerpo, y el horrible nudo en su garganta le quemaba dolorosamente al igual que las lágrimas que añoraban salir.
Neji chasqueo molesto, y salió de la habitación bastante molesto, Hinata apenas si pudo reaccionar, para seguirle el paso, no quería una pelea.
Pero apenas llegar a las escaleras donde el castaño se había quedado de pie, en efecto era un Uchiha, pero no el que ella esperaba.
-¿N-Naemi?-Hinata bajo las escaleras trastabillando, nerviosa y temerosa.
La rubia al escuchar su nombre, clavo sus ojos sobre la Hyuga, dedicándole una triste sonrisa.
-Hola-paso saliva tras saludarla.
-Hola-respondió Hinata.
Extrañamente, después de aquella noche, su amistad se había quebrado, ignorando la razón del porqué.
Hinata la miraba, se notaba preocupada, triste y melancólica.
-Hinata... ha pasado algo...- Su mente no tarda nada en imaginar cualquier cosa que le fuera a decir su amiga.
-¿Q-Que ocurre?- se atrevió a preguntar, aun sabiendo que quizá no le gustaría la respuesta.
Neji bajo hasta con ellas, mientras la Uchiha no había tardado nada en clavar sus ojos en el cómo dagas, y es que, ya había llamado a la Mansión Hyuga con anterioridad, pero Neji se negaba a hacerle caso. De esa manera no le dejo más opción que ir personalmente. Después de tratar de matar al Hyuga con la mirada, volvió a ver a Hinata quien le miraba muy preocupada, a pesar del tiempo que pasaron sin verse, Naemi sabía que ella había sufrido mucho, aún quedaban pequeños rastros de su sufrimiento y dolor expresados en sus preciados ojos perla.
-Sasuke...-El hueco en su estómago se hizo más grande y una puñalada en su corazón se clavaba mas.-Tuvo un accidente... y... está en coma-
Y en ese momento todo su control se esfumo. Las lágrimas empezaron a salir como cascadas, tan solo la idea... tan solo imaginarlo, era demasiado doloroso, su respiración se aceleró a un ritmo frenético, que de un momento a otro, todo a su entorno se volvió oscuro.
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Despertó a causa de unos gritos, poco a poco empezó a recobrar conciencia de lo que había pasado. Antes si quiera poder sentarse sobre el sofá donde estaba, el portazo de la puerta resonó con fuerza en la casa, seguido de eso, logro sentarse para toparse con Neji, quien entraba bastante irritado a la sala.
-Malditos Uchiha, ¿Qué no se cansan de lastimar a las personas?- gruño.
-¿N-Neji?- hablo con dificultad, captando su atención.
-¿Se encuentra bien?- tomo un lugar a un lado de ella.
-Si... si eso creo...- Trato de aclarar un poco sus pensamientos, mismos que parecían colisionar unos con otros dentro de su cabeza.
-¿Necesita algo?, ¿un vaso de agua?- ofrecía.
-Un vaso de agua estaría b-bien-ella sonrió. Neji acato la orden, levantándose del sofá hacia la cocina, dándole tiempo a Hinata de dejar escapar las lágrimas que necesitaban salir.
Aun no podía procesar aquella noticia... ¿Sasuke en coma?, ¿Por qué?, ¿Qué le había pasado?, esas y muchas otras preguntas vagaban de un lado a otro buscando respuestas que no podía obtener.
Mismas que no quería dejar sin respuesta. Aunque su mente dictaba que se quedara y se marchara, su corazón no, y ella misma tampoco quería.
Lo amaba... esa era la única razón por la que iría a verlo, la razón más valida, más perfecta y la más fuerte que tenía.
Aprovechando que Neji se encontraba en la cocina, Hinata se levantó del sofá dispuesta a ir al Hospital, aunque no supiera cual exactamente ella iría a buscarlo...
Camino hasta las escaleras donde estaba la misma sirvienta que le aviso, le mujer tenía entre sus manos una chaqueta y su bolso.
-Señorita Hyuga,-se acercó a ella.- ¿Ira a verlo, cierto?- Hinata afirmo, segura. La mujer sonrió y le entrego sus cosas.-Tome, una chaqueta para el frío, y su bolso, ya me asegure de guardarle algunas cosas en el... hable con la señorita Uchiha por teléfono, dijo que Sasuke está en el hospital central-
Hinata le dedico una amplia sonrisa a la mujer, aquella mujer que en muchas ocasiones pasadas le había ayudado y que aun a su edad, no perdía el talento de hacerlo.
-Muchas Gracias.- La mujer le acaricio la mejilla.
-No tiene nada que agradecer... andado, vaya, distraeré al joven Hyuga-
Hinata se colocó la chaqueta y salió por la puerta con cautela, dejándole el resto a su Nana.
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Itachi estaba sentado en el pequeño sillón de la habitación, hacia unos momentos había hablado con Madara, quien se encontraba en camino, y de paso se había hecho cargo de algunas cosas con respecto al Hospital.
Una de ellas fue pagar los gastos médicos no solo de su hermano, sino también de Naruto. Conocía a ese Uzumaki desde que recordaba y quisiera o no, era parte de su familia de cierta forma, la amistad que lo unía a Sasuke era demasiado fuerte, tan fuerte como el amor de un hermano.
Dado que ni Asuma o Konohamaru eran realmente familia de Naruto, no les permitieron quedarse mucho tiempo, más aparte porque tenían que tomar un vuelo a la capital, donde vivía el abuelo del pequeño.
Asuma se marchó más tranquilo sabiendo que dejaba al rubio en buenas manos. Itachi le había dicho que se aseguraría de informarle cualquier cosa que pasara.
Mantenía su mirada en su hermano, y después en su móvil, no sabía si debía de contarles a sus Tíos lo que había pasado.
La puerta se abrió, dejando paso a Naemi, quien entraba bastante gafada, suspirando y tiritando a causa del frío, aquella niña que andaba con ropas tan primaverales como si realmente estuvieran en pleno verano.
Tomo su lugar en sofá más amplio, dejando caer todo su peso en el mismo. Itachi le miraba, y paso su mano sobre su brazo sintiéndolo demasiado frío, se retiró su chaqueta ofreciéndosela. Naemi le miro confundida.
-No quiero que te resfríes- Ella acepto la chaqueta y se la coloco por encima de los hombros, sintiendo el calor de la misma en su piel que se erizo al momento.
Itachi guio sus ojos de nuevo hacia su hermano, el único sonido que se escuchaba era el de los medidores cardiacos de los chicos que sonaban a ritmos casi iguales.
El mayor de los Uchiha recargo su espalda en el pequeño sofá, y relajo su cuerpo lo más que pudo para tratar de dormir un poco.
Naemi apretó la chaqueta con más fuerza, aun temblando a causa del frío. Miraba a Naruto y después a Sasuke, esperando algo de lo que incluso ella dudaba que pasara.
Poco a poco sus parpados se hicieron pesados, y tenía la necesidad de dormir, pero antes si quiera poder cerrar los ojos, la puerta se abrió. Tallo sus ojos para tratar de espantar al demonio del sueño que trato de poseerla, para ver a Tsunade entrar y revisar que las cosas estuviesen bien.
-¿Te he despertado?- hablo ella mirándola.
-No... no me habría gustado dormir...-Le dedico una sonrisa que se borró casi de inmediato.-De verdad...-
Tsunade suspiro.
-No es muy seguro que lo hagan... las heridas causaron demasiado daño en sus cuerpos, la forma en la que vivieron días antes no ha ayudado nada-explicaba.-No puedo asegurarte de que despierten-
-¿La forma en la que vivieron?- Arqueo una ceja mirándola con cierta intriga.
-Si... el informe dice que ingirieron grandes sustancias de alcohol, sin alimentos y solo bebiendo, el cuerpo se debilita, provocando que su recuperación sea demasiado lenta- Suspiro como respuesta a aquella información que desconocía, paso una mano por sus cabellos, apartando su flequillo un momento.
Antes de seguir hablando entre ellas, la puerta se abrió suavemente, dejando paso a la princesa Hyuga.
-¿Hinata?-la Uchiha abrió sus ojos sorprendida de verla hay. Si bien su encuentro en aquella mansión no había sido nada agradable y menos por las palabras que Neji uso contra ella. Nada vulgar, aclarando.
Hinata poso sus ojos en ella un momento, y después en Sasuke. Verlo en esas condiciones, verlo así... le desarmo el corazón, provocando que pequeñas lagrimas salieran de sus ojos, camino hasta él, ante la atenta mirada de Tsunade.
La Hyuga se quedó mirándolo a un lado de la cama, estiro su brazo hacia él, tembloroso al igual que su mano. Llevo su mano hasta la mejilla del Uchiha, acariciándola con suavidad, sintiendo su piel, fría y seca.
Mordió su labio inferior, dejando que más lágrimas salieran.
-...Sasuke...-sollozo frágilmente.
Tsunade la observo, al igual que Naemi. Hinata se acercó un poco más, y beso su frente, esperando a que despertara, como si de un cuento de hadas se tratara, que con solo el beso de su amor verdadero despertaría de su profundo sueño.
Un momento conmovedor, hermoso, simplemente perfecto... que fue roto cuando el ritmo cardiaco de Sasuke se elevó, alterando las maquinas. Tsunade se acercó a él, y llamo a las demás enfermeras para que la ayudasen a estabilizarlo. Itachi despertó de golpe a causa del ruido que sonaba con fuerza.
-¡Salgan por favor!- pidió Tsunade, Itachi tomo a Naemi del brazo al igual que Hinata, saliendo de la habitación, mirando como las enfermeras entraban.
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Las dos chicas estaban en la cafetería del hospital, sentadas una delante de la otra, Hinata tenía un café entre sus manos, su mirada perdida en el contenido del vaso, perdiéndose en miles de pensamientos, de ideas... de sentimientos.
¿Qué se supone que tendría que hacer ahora?, ¿debía quedarse y esperar a que despertara?, ¿o marcharse?
Sabía que no pasaría mucho para que Neji la encontrara y tratara de llevársela, pero la idea de pensar en alejarse de Sasuke en esas condiciones, le oprimía el corazón. No quería irse... no quería apartarse, necesitaba saber si él se pondría bien, si él despertaría, no se alejaría y si debía enfrentarse a Neji, y a su Padre, lo haría por él.
Frunció sus labios, y después poso sus ojos en Naemi, la Uchiha estaba moviendo de un lado a otro la cuchara en su café, si mirada estaba perdida, haciéndole saber que estaba en lo más profundo de sus pensamientos. Abrió sus labios dispuesta a hablar con ella, pero la voz de Neji, le hizo detenerse.
-¿Por qué ha venido a verlo?-fue lo primero que dijo el castaño, su mirada de reproche y molesta no se hizo a la espera. Hinata le miraba, pero a diferencia de otras veces, ella no le mostro sentimiento alguno.
Estaba segura de lo que haría, estaba segura de su decisión y ni Neji, ni nadie le haría cambiar de opinión.
-Lo siento...Neji-hablo, sin siquiera mirarlo.-Pero no iré a casa de mis Abuelos- su tono, y la falta de su tartamudeo en sus palabras le hizo saber que Hinata hablaba enserio.
-¡Pero Hina--¡-Volvió a hablar, pero la Hyuga se puso de pie, mirándole a los ojos con el ceño fruncido y con toda la seguridad que pudiera juntar.
-Puedes decirme lo que quieras, regañarme, o decirle a mi Padre... ¡Pero no me iré de este lugar sin él!-
Naemi le miraba sorprendida, pero Neji sin duda se quedó estupefacto. En su vida Hinata le había hablado de esa manera tan segura, tan autoritaria y llena de seguridad. Estaba acostumbrado a escucharla tartamudear, a escuchar su frágil voz...
Hinata salió de la cafetería, seguida de Naemi, dejando a Neji en ese lugar de pie, aun procesando lo que había pasado.
La Hyuga había cambiado, ya no estaba dispuesta a ser la misma sumisa de siempre, a ser ella quien solía quedarse de brazos cruzados, guardar silencio esperando las siguientes órdenes de los demás. Ya no se quedaría callada, no más.
Ella no se iría de ese lugar, no se marcharía... No sin él.
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Bueno, es corto (?), pero el tiempo no me dio para más, al igual que mi cabeza y mis dedos que no querían cooperar, pero ni modo... necesito mas chocolate, mis raciones se agotan x.x
¿Que mas..? ¡Ah! Si, la ultima vez no comente que había publicado ya el nuevo fanfic, se llama "Unhealing person", este fic lo estoy escribiendo con una amiga, misma con quien trate de escribir "Love Criminal", pero a diferencia, esta ves ya nos hemos puesto un castigo sino la terminamos, pero dudo que eso pase, la idea ya la tenemos al igual que una reseña y demas cosillas... Si gustan pueden darse una leída a ver si les gusta o les convence :D
(Tenía que poner la "publicidad", por que la "Loca", (como le digo a mi amiga xD), me dio tremenda regañina por no haberlo hecho la ultima vez... ¬¬)
Como siempre, y aun que ya suene rayado... ¡Muchas gracias por leer y molestarse en votar u/o comentar!... o ambas cosas :'D
¡Muchas gracias!
Att:
Midna-Nightly =^u^=
PD: ¡Pregunta azar!... ¿Que edad tienen?, no se asusten, como digo, no es necesario responde sino quieren :D solo las hago por que #YOLO (?) Yo tengo 19, próxima a cumplir 20 .-. (me siento vieja)
PD: ;u;9
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