Chapter 21: Venganza
Y por fin... Había llegado, no el día, sino la noche perfecta. La noche en la que todo terminaría y por fin podría ser libre de su dolor. Por fin sería feliz con la persona que amaba...
En la casa de playa, o más bien aquella pequeña mansión que por su estilo la mayoría de personas le diría casa, aquella estructura al más puro estilo de las casas de Playa de Hollywood, de ese estilo de casas que usualmente son vistas en películas, se encontraba el apuesto pelinegro, el menor de los hermanos Uchiha con su apuesto atuendo completamente en color negro. Una camisa negra, pantalón de vestir negro y zapatos perfectamente boleados y limpios.
Terminaba de acomodarse el cuello delante del espejo de cuerpo completo que estaba en su habitación. El sonido de las olas chocando contra la arena se escuchaba perfectamente a las afueras. Dándole un ambiente tranquilo.
Amaba esa casa, porque en ella había pasado tantos buenos momentos. Había sido el lugar donde tuvo su primera pijama da con Naruto y alguno de sus amigos, había sido testigo de su primera cita con Sakura y cómo extra también había sido el lugar en donde dejo de lado su inocencia. Y justamente esa noche sería testigo de su liberación y de su soñada venganza.
Tanto tiempo, casi medio año planeando todo, casi medio año soportando el dolor. Y hoy por fin sería libre. Ese día por fin, todo terminaría y por fin podría seguir con su vida.
Termino de verse delante del espejo, mirándose de pies a cabeza, hasta que se sus propios ojos se encontraron. Se quedó mirando hacia sus ojos, esperando ver algo que jamás apareció. Suspiro y salió de la habitación hacia la pequeña terraza donde la fresca brisa marina golpeaba su rostro.
Dado que ya era la temporada de frio, aquella brisa se sentía encantadoramente fría y más fresca. Aspiro profundo aquella brisa marina, la retuvo un par de segundos dentro y después la dejo escapar lentamente. Aunque su piel se erizara por el frio y un escalofrío atravesara su columna vertebral, siguió fuera, dejando que toda esa brisa le golpeara.
Extrañamente sentía un hueco en el estómago, y un extraño frío que surgía de su corazón, creyendo que era por la brisa fría y el no haber probado bocado en un buen rato, volvió a su habitación y acto seguido salió de la misma para irse al primer piso.
En la casa de playa ya estaba Akatsuki terminando de preparar todo para la fiesta. Desde la comida, hasta el sonido. Las bebidas y la "seguridad" para que nadie fuera capaz de subir a las habitaciones. No importaba que fuera una fiesta, el menor de los Uchiha no quería que nadie fuera capaz de subir.
-Nagato y yo nos quedaremos cuidando el piso de arriba, ustedes pueden hacer lo que les plazca abajo-ordeno Yahiko a sus colegas.
-¡Wajuuu!-festejo Deidara.
-¿Están seguros de eso?-hablo Sasori.
-No quiero estar presente cuando ese pequeño realice su plan-respondió el peli naranja metiendo sus manos en sus bolsillos.
-¿Y porque aceptaste ayudarlo?-contradijo el pelirrojo.
Antes de que pudiera responder a aquella pregunta, Hidan llamo su atención diciendo que algo no estaba bien con el sistema de sonido, fue a ayudarle dejando a su compañero con aquella duda. Ya después se encargaría él de encontrar porque Pain había aceptado ayudarlo.
Sasuke bajo y camino a la cocina donde estaba Konan y Kakuzu terminando de colocar los aperitivos. El menor de los Uchiha se acercó a tomar un puñado de nachos y esperar que ese extraño hueco de su estómago se quitara.
-Luces muy apuesto, Sasuke.-felicito Konan dedicándole una sonrisa.-Hinata es una chica con mucha suerte- El Uchiha le respondió aquello con una sonrisa pequeña.
-¿Ya está todo terminado?-pregunto.
-Solo faltan tus invitados.-respondió de nueva cuenta Konan.
-Perfecto- El Uchiha salió de la cocina dándose una pequeña vuelta por la casa, asegurándose de que todo estuviera en su lugar.
Esa noche las cosas tendrían que salir perfectas.
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Lejos, en otra parte. Hinata estaba de pie delante del espejo de su habitación. Tras casi una hora de lucha entre ver que usaba, opto por usar algo cómodo para ella. Una blusa de manga larga en color lila, un pantalón de mezclilla y unas botas en color negro. Puede que sea una fiesta, pero ese año el frío azotaba con más fuerza que el pasado.
Se maquillo un poco, con un delicado delineador y un pintalabios rosa pastel. Cepillo su cabello y después se colocó un poco de perfume. Sasuke le había dicho que esa noche sería maravillosa y llena de "magia".
Entusiasmada con sus palabras, salió de su habitación lista, para ver fuera de la misma a la parejita de rubios.
Naemi se notaba tensa, y Naruto al notarlo no hacía más que abrazarla y decirle que todo saldría bien, que solo sería una simple fiesta. También le dijo que si se sentía mal, se irían. Aquel detalle despertó la curiosidad de Hinata, ¿Qué le pasaba a su amiga?
-¡Hola Hinata!-saludo el Uzumaki.- ¿Ya estas lista?-
-B-Buenas noches, Naruto-saludo.-S-Si... ¿us-ustedes?-
-¡Listos!... Solo Nae que esta extraña... ¿segura que no estás en tus "diablos"?-La rubia le fulmino con la mirada haciendo que el rubio se llevase una mano a la nuca en señal de nervios, sonrió nervioso y acto seguido se disculpó.
-Me duele un poco la garganta-dijo.-Pero ya estoy lista...-paseo sus orbes azules por los otros dos dedicándoles una pequeña sonrisa.
Aunque fuera una sonrisa falsa, fue suficiente para ellos la creyeran. Y sin más, se marcharon en el auto del Uzumaki.
La casa de playa de los Uchiha quedaba si acaso a dos horas y media de camino. Puede que la distancia fuera mucha, pero aquella hermosa casa valía mucho la pena.
Naruto y Naemi hablaban como siempre, mientras Hinata estaba en los asientos traseros mirando por la ventana. El paisaje era bastante llamativo, tanto que se permitió perderse en sus pensamientos.
Tanto así que las aquellas dos horas y media de camino pasaron como si de veinticinco minutos de hubiese tratado.
Sin embargo, mientras su mente se consumía más y más por sus pensamientos, aquel recuerdo amargo regreso a su mente como si le hubiesen echado un balde de agua bien fría a la cara. Los roncos gemidos de Naruto resonaron con fuerza en su cabeza, las palabras de odio de Sasuke, y las suplicas de perdón de Sakura.
Se llevó ambas manos al pecho, respirando agitadamente. Aquella horrible presión en su corazón se hizo presente, el dolor volvió a sentirse como si volviera a la vida. Paso saliva duramente, la risa del Uzumaki hizo que levantase su mirada hacia él, y que durante algunos segundos su mente le hizo una pequeña broma. Haciendo que la chica que estaba con el no fuera otra que Sakura.
El recuerdo de verlos juntos en pleno acto carnal ocupo toda su cabeza, la presión que sintió en su cabeza fue tanta, al grado de provocar que se mareara.
Su respiración de hizo más rápida y entre cortada. No entendía que pasaba, todo le daba vueltas, el aire no podía entrar a sus pulmones, sus ojos ardieron soltando lágrimas. El dolor volvía, el hueco en su corazón.
-¡Hinata!, ¡¿Estas bien?!-dijo Naemi mirándola desde su asiento bastante preocupada.
Ahora los orbes azulados de ambos chicos le miraban preocupados. Naruto había detenido el auto en un pequeño auto-servicio que estaba cerca de la casa de playa a cargar combustible.
Hinata paseo su mirada en ambos mientras evitaba que más lágrimas salieran. Un nudo en su garganta le evito hablar, y solo suspiro con tristeza.
Naruto lo entendió, y suspiro, apretó el volante frustrado consigo mismo, era su culpa que Hinata pasara por esas cosas.
-¿Quieres que me vaya contigo ahí detrás?-ofreció Naemi.
La Hyuga pasó la manga del saco negro que traía puesto para no sentir tanto frío por sus ojos limpiando sus lágrimas. Negó y solo atino a formar una sonrisa triste, alego que estaría bien.
Naemi torció un poco sus labios, sabía que fingía... pero, ¿Quién era ella para molestarse por una sonrisa fingida?
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Una vez que llegaron a la casa, y que Naruto hubiese estacionado el auto. Bajaron y empezaron a caminar al interior. Había uno que otro pequeño grupo fuera de la casa fumando, otros más charlando y una que otra pareja.
Naruto la hizo de guardián alejando a todo aquel pervertido y depravado que quisiera acercarse a Naemi o Hinata.
Por suerte no hubo muchos que se atrevían a hacerlo.
Tras caminar y abrirse paso dentro del lugar para buscar al moreno. La ojos azul se aferraba al brazo de Naruto, como si quisiera irse de ese lugar. Esa noche pasaría... esa noche sería el final y como todos, le tenía miedo.
Ya había pre visualizado a sus amigos, a quienes daba gracias por estar ahí.
Unos minutos más, Sasuke hizo su aparición, tomando a Hinata entre sus brazos y besándola rápidamente.
-¡Vaya fiesta la que se va armar!-dijo el rubio con una sonrisa amplia en sus labios.
-Y que lo digas...-le respondió Sasuke.-De hecho... tengo una pequeña sorpresa para todos- Casi al momento de terminar de hablar, Naemi tenso su cuerpo, era como si esperara que le atacaran.
-¡¿Enserio?! ¡Maravilloso-ttebayo!-decía el Uzumaki bastante enérgico.-Bueno, dejo a Hinata contigo, llevare a Naemi a la playa un rato-
-No hagas depravaciones-le reprocho el moreno.
-Tu tampoco-se defendió el rubio.
Hinata paseo sus ojos sobre su amiga que se notaba preocupada, pero la pregunta era... ¿Por qué?
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Las horas se hicieron paso rápidamente. La gente llegaba y se iba, algunos ya había bebido tanto que perdieron el juicio.
Sasuke y Hinata estaban en la playa. A pesar del frio de esa noche, no les impedía disfrutar de aquella encantadora vista que ofrecía la naturaleza.
Olas que habían pasado de estar tranquilas a volverse salvajes cuando la luna se dejó ver tras el manto de nubes, las cuales se dispersaron dejando ver las miles de estrellas que no se dejaban ver por las luces de la ciudad.
La Hyuga apreciaba la vista, pero sin duda alguna, la vista que más disfruto, fue cuando sus ojos se posaron sobre el Uchiha. Sasuke estaba a su lado, sentado sobre la arena al igual que ella, ofreciéndole su perfil griego.
Era extraño como fue que terminaron juntos, como fue que él había terminado siendo la persona que amaba, la persona a la que le confiaría su vida.
Sasuke Uchiha... ese chico al que miraba con cierto miedo por su mirada tan fría y penetrante. Ese chico que si bien siempre levantaba su curiosidad, pero que jamás se atrevió a mirar más allá de un simple amigo en el mejor de los casos. Quizá como toda chica sintió una atracción física por él, pero nunca había pasado de eso.
Pero ahora... él era el chico del que estaba enamorada, del que podía jurar amor eterno si así lo quisiera, se convirtió en su todo cuando ya no tenía nada.
Se enamoró de él en la oscuridad, y juntos salieron de su abismo, emergiendo como un fénix de sus cenizas. Con un amor puro y resplandeciente.
Si bien, durante su relación nunca le dijo que lo amaba, era por que muy a su pesar conservaba dudas, conservaba aun pequeños rastros de su antiguo amor. Muy a su pesar, aun había cierto cariño hacia Naruto... Siempre se reprochaba cuando lo pensaba, y siempre sentía asco hacia sí misma cuando pensaba en eso. Se sentía mal por aun sentir algo por el Uzumaki, pero, nadie puede limpiarse de un amor como el que ella sentía por él. No al menos en poco tiempo.
Pero esa noche, ante la luna llena, ante el salvaje océano y con la presencia de las hermosas estrellas, aclararía cualquier duda que existiera en su corazón. Y por fin podría decirle que lo amaba con todas sus fuerzas. No dudaba ya de su amor hacia él, fue él quien brillo para ella en la oscuridad, fue él quien le ayudo a salir del abismo, fue él quien estuvo a su lado desde las cenizas.
Poso sus perlados ojos sobre el mar otra vez, aspirando profundamente la brisa marina dejando que llenase hasta el más profundo rincón de sus pulmones.
Sasuke le observo de reojo, con una sonrisa de tonto en sus labios.
Ni él podía creer que ambos hubiesen terminado juntos.
Hinata bien podría ocupar el lugar de la chica invisible, pero extrañamente para él jamás había sido así. Desde un principio se había dado cuenta de su existencia, y de la forma en la que siempre miraba a su amigo. Mentiría si dijera que nunca quiso que aquella forma de ver a Naruto fuera dirigida a él.
¿Por qué de todas las chicas tuvo que ser ella de quien sintiera un pequeño piquete de curiosidad y una ligera sensación de cariño?, ni él lo sabría.
Quizá fue esa dulce forma de portarse, esa amabilidad, esa timidez que provocaba molestarla con palabras obscenas y verla colapsar de vergüenza. O ese adorable sonrojo que llenaba toda su carita angelical haciéndola lucir como sus amados tomates.
Esa chica que bien pasaba desapercibida para el idiota de su amigo, pero que nunca pasó desapercibida para él.
La amaba... eso era un hecho, sus almas se encontraron en medio de la tormenta, en medio del dolor y la oscuridad.
Ella fue su luz... ella fue su todo.
Desvió su mirada al mar, y suspiro. Esa noche todo terminaría y por fin sería feliz... por fin, sería libre.
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Naruto estaba abrazando a su novia por la cintura y hundía su rostro en su cuello aspirando profundamente su encantador aroma. Naemi por su lado charlaba amenamente con Bee y Fuu, necesitaba distraerse o terminaría explotando.
Naruto había ayudado cuando le saco a la playa para que pasearan juntos. El sonido de las olas chocando le tranquilizo lo suficiente para poder disfrutar de ese tiempo con él.
Ese muchacho que a simple vista cualquiera se daría cuenta de que es un imán de problemas, de que es un idiota y pero muy simpático sin duda alguna. Ese chico por el cual solo sentía lastima, pero que a medida que pasaba tiempo con él, poco a poco empezó a enamorarse y perderse en sus ojos cada que lo miraba.
Sabía lo que se aproximaba esa noche, y quería largarse de ese lugar con Naruto, pero maldecía una y mil veces a Akatsuki que cuidaban el lugar. Sasuke ya se olía que su querida prima trataría de irse, así que pidió que cuidaran que no se fuera.
No era ningún problema decirle a Naruto que se sentía mal y que quería irse para que ambos se marcharan, pero si los amigos de Itachi intervenían, no quería imaginarse a Naruto en otra pelea a causa de ella.
Tuvo que resignarse y quedarse en ese lugar, rogando porque un milagro pasara.
El joven Uzumaki ajeno a todo pensamiento y charla que tenía la Uchiha, seguía en esa misma posición con ella. Le agradaba abrazarla de esa manera, no solo por el hecho de dejarle en claro al mundo que era suya, sino que esa agradable sensación que provocaba estar junto a ella era perfecta.
Y pensar que cuando la conoció solo le parecía una chica presumida y arrogante al igual que lo sería Sasuke cuando le conoció por primera vez. Su sorpresa fue mucha cuando se dio cuenta de lo diferente que era, de lo encantadora y linda. Una chica que era diferente al resto que concia. Una chica que le tendió sus brazos para refugiarse del dolor del cual era víctima su alma, una chica que se fijó en él, que cuido de él... aun a pesar del pasado que cargaba. A pesar de lo que le hizo a Sasuke y a Hinata, ella estuvo ahí, a su lado.
Inconscientemente le apretó más hacía su cuerpo, dejándose llenar aún más por el agradable calor que emanaba y esa dulce fragancia.
Deseaba desde lo más profundo de su corazón que aquello nunca terminara.
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Una vez que Sasuke y Hinata regresaran a la casa, el moreno dejo a Hinata en compañía de Naemi y sus amigos raros como a él tanto les gustaba llamar. Para darse una pequeña vuelta por la casa. Tras comprobar que todos habían llegado, fue hacia el sistema de sonido y bajo el volumen llamando la atención de todos.
Hidan le lanzo un micrófono y fue así como empezó el espectáculo.
-Gracias a todos por haber venido hasta aquí esta agradable noche de invierno-hablo por el aparato.-Ahora que están todos aquí, quiero empezar con un espectáculo que espero disfruten tanto como yo...- sus palabras acompañadas de una sonrisa perversa tenso el cuerpo de Naemi.
Aterrada por lo que pasaría después empezó a tirar del brazo de Naruto, alegando que debían irse.
-¿Por qué quieres irte?-dijo Naruto mirándola con preocupación.
-Po-Por favor debemos irnos-tiraba de su brazo.
Hinata los vio, y en ese momento lo recordó todo... La venganza. El golpeteo intenso contra su pecho empezó, comenzó a sudar frío solo por recordar lo que venía, ahora entendía el porqué de su amiga.
Naemi tiraba del brazo de Naruto quien le seguía, la Uchiha trato de hacerse paso entre los presentes, pero su voz le congelo la sangre.
-¿A dónde vas, Naemi?-la voz de Sasuke atravesó de la bocina le detuvo en seco.-Vamos, acércate...o empezare sin ti-
Naruto le miraba confundido, y se intercalo miradas con Sasuke, quien mantenía una mirada extraña y semblante tétrico en sus ojos. Sin embargo Naemi no se movió.
-Bien...-la sonrisa maligna en los labios del moreno no se hizo esperar.-Naruto... ¿puedes venir?-
El Uzumaki se soltó del agarre de su novia y empezó a caminar hacia Sasuke. La Uchiha se aferró a su brazo, suplicando que se marcharan.
-Solo será un minuto-le dijo el rubio besando sus labios rápidamente.
Se alejó de ella, y camino hacia su perdición. Sasuke no dejaba de lado aquella extraña sonrisa dominica en sus labios, la cual aumento su malicia cuando el Uzumaki llegaba hasta él.
Ante la mirada de los presentes que seguían sin entender lo que pasaba. Hinata miraba todo, y realmente no sabía cómo debía sentirse. Paseo sus perlados ojos a su alrededor, y el miedo creció de un solo golpe. Sakura e Ino, Tenten, Choji, Kiba, Sai, Shikamaru y los demás estaban ahí mirando... tal y como esa vez.
Cuando Naruto llegó hasta su amigo, el Uchiha dejo escapar una sonora carcajada. Naemi estaba mirando y con su mirada suplicaba a Sasuke que no lo hiciera, pero ya era demasiado tarde.
-¿Qué ocurre, teme?-Naruto inocentemente sonrió.
-Sí que eres un idiota...- Era cierto que el moreno siempre le decía que era un idiota, pero su tono y la forma en la que lo dijo no fueron para otra cosa que no fuera hacerlo sentir mal.-¿De verdad te has creído toda esta farsa?-
Sus ojos se abrieron de sorpresa por las palabras del moreno, quien no dejaba de lado aquella mueca perversa.
-¿D-De que hablas?-tartamudeo.
-No te creí tan idiota...-volvió a hablar el moreno.-Hablo... de todo... es decir...-poso aquellos orbes negros sobre él, aquellos orbes que derramaban maldad y odio.- ¿Creíste que enserio te perdonaría, después de lo que has hecho?-
Los murmullos se hicieron presentes. Hinata intercambio miradas con Naemi, quien solo podía mostrar terror en sus ojos.
-Sasuke...-susurro el rubio.
-La parte más difícil de todo esto, debía ser cuando tuve que escucharte a ti ya la zorra de cabello rosa...-Sus ojos se fueron directo hacia la joven pelirosa que miraba acompañada de Ino.- Escuchar sus patéticas excusas, sus mentiras... escucharlos fue la parte más complicada y difícil para mí... El fingir perdón y ser falso, fue pan comido.- Explicaba con aquella mueca de burla.- Fingir que les perdonaba y que volvieran a poner su confianza en mí fue más rápido de lo que pensé...-
Naruto le miraba con ambas manos echas puño. Sakura hacia lo que podía para no romper a llorar, entendiendo a donde iba todo aquello, y Hinata solo observaba con un extraño hueco en el pecho y un punzante golpeteo contra el mismo.
-La segunda parte necesito de ayuda...-Camino pasando de Naruto y saco a Naemi al centro, arrojándola contra el rubio quien la atrapo.- Te presento a la herramienta clave de la segunda parte del plan... Naemi Uchiha-
-¡¿Qué?!-El Uzumaki clavo sus ojos en los de ella, los cuales se aferraban en no llorar.
-¿Quién diría que el amor que jurabas a Sakura, se haya hecho basura cuando Naemi entro a tu vida?... ¿Qué opinan de eso?- hablaba Sasuke aun.- Honestamente tuve la falsa ilusión de que te tomaría más tiempo enamorarte de ella... pero, solo se te abrió de piernas y ¡Bum!, te enamoraste... Encantador, ¿verdad?-
Naemi rechino sus dientes molesta por las palabras que usaba Sasuke. Naruto clavaba su mirada en ella y después en el que se hacía llamar su "Amigo".
-¿Acaso pensaste que ella realmente te amaría después de lo que me hiciste a mi o a Hinata?-su tono burlón cambio a uno más serió y enfadado.-Ella jamás amaría algo como tu... un ser que no merece nada que no sea desprecio-
-¡Es mentira!-dijo Naemi.- ¡Naruto, por favor yo...!- estaba por continuar pero la risa de Sasuke le detuvo.
-Ya basta Naemi, deja de fingir...-su sonrisa demoniaca volvió a tomar control de sus labios.-La farsa termino-
El Uzumaki clavo la mirada al piso, confundido y lastimado. La voz en su cabeza comenzó a hablar, haciéndolo sentir más culpable, más confundió, molesto y claramente dándole la razón a Sasuke.
-¡Eres un...!-dijo Naemi envuelta en su enfado.
-¿Un qué?-reto Sasuke.- ¿Crees que soy malo por la venganza que he tomado?, ¿por querer cobrar algo del dolor que me causaron esos dos bastardos?...-exclamo enfadado.- ¡Ellos me lastimaron!, ¡Humillaron y traicionaron mi confianza!-
-¡Pues no eres mejor persona que ellos!- contradijo la Uchiha.
-¿Aun piensas defenderlo?, ¿aun piensas que vale la pena?... El no merece nada, es solo un cobarde que me arrebato lo que amaba en este miserable mundo.-Aquellas palabras dañaron como dagas el corazón de Hinata.- Era difícil para mí confiar en las personas...enamorarme era aún peor...- El matiz triste resalto en su voz.- Amaba a Sakura como no pensé amar a otra persona... quería a Naruto como mi mejor amigo, como mi propio hermano... y habría dado mi vida por ellos...- Frunció su entrecejo antes de dejarse caer de nuevo a las lágrimas.-Ellos merecen más dolor del que me causaron-
Los murmullo seguían escuchándose, y el intercambio de miradas entre todos. Nadie sabía que pasaría ahora, ni lo que el menor de los hermanos Uchiha siguiera contando.
-Solo son bastardos que no merecen ser felices... que no merecen nada... ¡Nada!-decía el Uchiha.
Sin embargo, las palabras de Sasuke no solo dañaron a Naruto y a Sakura, sino también a Hinata. Sus palabras al decir que Sakura era la persona a la que él amaba, la persona a la que consideraba su alma gemela... extrañamente eso lastimo demasiado su corazón, lastimo y re-abrió aquellas heridas que creyó curadas.
El silencio reino, uno incómodo y sepulcral que estaba matando a todos por dentro. Pero el sonido de los pasos de Naruto rompió eso.
El rubio empezó a caminar rumbo a la salida, aun con la mirada sobre el piso. Paso de Sasuke sin tocarlo, sin hacerle el más mínimo caso. Y tras él Uzumaki, las demás personas empezaron a salir. Nadie quería estar ahí más tiempo, la fiesta se había arruinado a causa de una Venganza.
-¡Bien!, ¡Largo de mi casa entonces!-exclamo colérico el Uchiha, al notar como la gente se marchaba.
Naemi pasó de su primo golpeando su hombro, y saliendo tras el rubio. Lo último que Sasuke noto de ella, fueron aquellas lagrimas que cubrían sus ojos.
-Ahora entiendo por qué Pain no quería estar aquí-dijo Deidara. Saliendo con sus amigos, que no hacían más que mirar con tristeza al Uchiha.
Pain bajo junto a Nagato, y le dedico una mirada de decepción a Sasuke, quien no hizo más que gruñir enfadado.
Poco a poco la casa se fue vaciando hasta que solo quedaron ellos dos. Hinata estaba aún de pie, mirando a Sasuke, quien en el momento en que poso sus ojos negros sobre ella, sonrió aliviado y empezó a caminar hacia ella.
Hinata reacciono a alejarse de él uno pasos, ni ella entendía por qué lo había hecho, fue como una reacción involuntaria, como cuando te golpean la rodilla y tu pierna se mueve por un impulso del nervio. Aquel gesto, solo alimento más la ira del moreno, quien frunció el entrecejo enardecido.
-¡¿Acaso piensas como los demás?!-levanto su voz contra ella.- ¡Entonces lárgate con ellos!, ¡No te necesito ni a ti ni a nadie!-
Sus palabras no calaron, destruyeron a la Hyuga. Sus perlados ojos se abrieron sorpresivos por sus palabras, sabía que solo estaba molesto, sabía que era por el alcohol... pero, eso no evito que aquel dolor punzante se clavara tan dolorosamente en su corazón como un cuchillo mal afilado. Las lágrimas salieron poco a poco, abrió sus labios dispuesta a disculparse, incluso trato de acercarse a él, pero al solo momento de acercar su mano hacía él, este le aparto de un fuerte manotazo.
-¡Te dije que te largaras!-Grito mirándola a los ojos, esos oscuros orbes que derrochaban solo odio y rabia.
Las lágrimas no dejaron de salir de sus ojos como cascadas, y dando hipitos salió de la casa llorando amargamente.
El dolor punzaba en su pecho, aquel cuchillo se había enterrado más en ella, y causándole un dolor más agudo que no cesaba, el cual entre más se alejaba mas era el dolor que causaba.
Nada más salir, se detuvo en seco tratando de tomar aire, tratando de calmarse. Pero el dolor... era demasiado.
Naemi había corrido hasta el rubio que no hacía más que ignorarla. Las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos y el dolor amenazaba con explotar en su corazón cual bomba atómica.
Como su último y desesperado intento se lanzó hacia él, abrazándole por la espalda y llorando contra su espalda, suplicando perdón.
-¡Por favor escúchame!-suplicaba con las lágrimas y el nudo en su garganta. Naruto se detuvo.- ¡Todo el tiempo que pasamos juntos, todas la veces que te dije que te amaba eran ciertas!... ¡Lo siento!, ¡Perdóname por favor, Naruto!- sollozo.
Sin embargo, él estaba lastimado... humillado, y dolido. Lo único que hizo fue llevar sus manos hacia las de ella y soltarse de su agarre sin siquiera mirarla. Camino hasta su auto, dejando a Naemi llorando detrás de él.
¿Cómo había sido tan estúpido como para no haberse dado cuenta de aquella farsa?... Sabía que Sasuke tomaría su venganza en algún momento, lo sabía y estaba dispuesto a aceptarla. Todo fuera por que las cosas volvieran a ser como antes.
Pero jamás imagino que ella estaría metida en todo eso. Jamás se le habría cruzado por la cabeza que la chica que amaba fuera cómplice de esa venganza. Traiciono su confianza, jugo con su corazón, y le mintió por tanto tiempo.
Si Sasuke quería causarle el mismo dolor que él lo hizo... lo había logrado, y el horrible dolor que apuñalaba su corazón lo confirmaba.
Así que, solo subió para alejarse... alejarse de todos, de todo... y de ella.
La Uchiha se llevó ambas manos a la cara, y siguió llorando. Hasta que los brazos de Gaara la envolvieron.
-Todo estará bien...-susurro hacia ella.
Con ella en sus brazos camino hasta su auto donde los demás le esperaban. Para irse cuanto antes.
Hinata dejaba que las lágrimas salieran de sus ojos sin el más mínimo esfuerzo en detenerlas. Mantenía su mirada perdida, siendo presa del dolor que azotaba su alama y su cuerpo sin piedad alguna. Empezó a temblar, y no sabía si era por el frío o por alguna otra cosa.
Estaba rota... la habían roto por segunda vez. Se dejó caer de rodillas, y se llevó ambas manos al pecho, el cual subía y baja con rapidez en un vano intento por calmarse.
-¿Quieres que te lleve?- levanto sus ojos al ver aquel cabello blanco y esa sonrisa tranquila. Toneri estaba de pie delante de ella ofreciéndole su mano para levantarse y una sonrisa amigable.
En su estado... en sus condiciones, ya ni siquiera le importaba lo que pensaba antes de él, solo quería irse antes de que su corazón estallara en llanto al igual que ella.
Tomo su mano, y emprendieron su camino hacia la limusina del albino.
Sasuke se quedó solo en esa casa, frustrado, enfadado, ya ni siquiera le importaba. Solo sabía que no se sentía para nada bien.
Aquella que se suponía sería la noche que le daría la libertad que su alma tanto pedía, término por ser la noche en la que lo había perdido todo.
Pensaba que esa noche toda saldría bien, que se quedaría con su amada Hyuga. Sin embargo, termino por alejarla al igual que el resto. Estaba demasiado enojado consigo mismo, si bien es sabido que cuando uno se encuentra molesto suele decir cosas que no debería.
Dejamos que la rabia sea la que hable por nosotros lastimando a las personas que más nos importan, dañado a quienes menos queremos y alejando a los que solo trataban de ayudarnos.
Sasuke había aprendido esa noche aquella lección por las malas.
Daño a su Prima, que no había hecho nada más que ayudarlo y apoyarlo cuando más lo necesito. Cobro su venganza contra su mejor amigo, aunque el mismo pensaba que con que le hayan apuñalado y le hayan metido golpizas que jamás olvidaría era suficiente. Cobro su venganza contra Sakura y ella lo había pagado justamente.
Y por último, estaba lo más importante para él...Hinata.
Ver como ella se alejaba de él, causo su estallido de cólera, no pudo soportarlo más y solo estallo contra la última persona que él se atrevería a dañar.
Se quedó solo... con un corazón roto... Pero eso si... con su venganza cumplida y con el alivio de su alma...
¿Cierto?
H�LBH�4c���:E
¡WOW! Por fin... Sasuke a cumplido su ansiada venganza y vaya que resultado...
Termino alejando a todos :c Y las cosas van en peor...
¿Que planea ahora Toneri?, ¿Como es que llego a ese lugar?, ¿Hinata sucumbira a ese albino?, ¿Naemi caera a los brazos de Gaara?. ¡Mas en el proximo capitulo!
(Del cual estoy segura que me darán presión para que lo actualice rápido xD)
Como siempre les doy las gracias por apoyarme con sus comentarios que siempre leo aun que no siempre pueda responderlos. También por desvelarse leyendo cuando actualizo tarde (?), Pero hoy no lo e hecho por que YOLO-SWAG ... (?)
¡Gracias por leer personas lindas del mundo mundial! x3
Att:
Midna-Nightly ;n;9
PD: Quizá... ¡Quizá!, cuando el siguiente capitulo este listo, suba el primero de la siguiente historia que estoy haciendo. Por que si... tristemente Revenge ya esta llegando a su final xC
PD: ¡No odien a Sasuke!... El pobre esta lastimado y tiende a cortar a las personas que quieren ayudarlo :C
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