Chapter 18: ¡Gran fiesta!
Como era de esperar, la semana de evaluaciones comenzó con aquel lunes, y para evitarse malas notas. Naemi dio la idea de separarse de sus parejas durante esa semana, y no verse hasta el sábado, justo día de la gran fiesta de Akatsuki.
La idea no era mala, pero ambos chicos no estuvieron del todo contentos con aquella idea. Pero al menos así pudieron concentrarse más en estudiar. Ya en la fiesta se encargarían de sacar la mitad de su estrés...y cuando estuvieran solo sacarían el resto.
Lenta y tortuosa, como cualquier semana de evaluaciones, pesada y llena de estrés. Simplemente horrible, y era aún peor ser de la Universidad.
Más trabajo, más estrés, mas estudio....Más horrible.
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Y por fin, el bendito viernes había llegado. Siendo el último día de exámenes, dos muchachos caminaban a paso apresurado, una semana alejada de sus mujeres les afectaba. A tal grado que tan solo la idea de besar sus labios nuevamente era excitante.
Pero, la mente brillante, llena de maldad, cuyo nombre era Naemi, había tomado a Hinata y ambas salieron de la Universidad. Sabía que aquellos hombres las buscaban, sabía lo desesperados que debían estar... Y con aquello no pudo evitar que su retorcida mentecilla planeara algo, solo por hacer la maldad, y verlos sufrir un rato más, aunque claro, luego sabría qué la castigarían.
Hinata y ella estaban en la entrada de la institución, detrás de ellas el auto de Yugito, con la propietaria adentro, esperando paciente a que ambas chicas entraran. Conocía el plan, y sin duda alguna apoyo a ser la conductora de su huida.
¿Qué fue lo que planeo Naemi?... Bueno, no era nada grave, tan solo sería hacerlos enojar. El salón de ambas quedaba en la planta alta, justamente al salir y mirar por la venta se veía perfectamente la entrada. Dado que ellas no tuvieron la última hora, la pelirrubia coloco una nota en la puerta.
-"Miren por la venta"-Repitió Naruto mirando aquella nota. No fue necesario ser un genio para que ambos tuvieran esa mala sensación de que algo pasaría.
Al asomarse por la ventana, lograron ver perfectamente a Hinata y Naemi. La Uchiha con la sonrisa más amplia y brillante, a claro, y con malicia, les miraba. Levanto su mano, la cual comenzó a mover en forma de despedida.
Y en cuanto ambos miraron aquello no dudaron nada en salir disparados por la puerta. Hinata sentía el pulso alocado, y la adrenalina corriéndole por las venas a la velocidad de su alocado pulso. Ella jamás le habría hecho eso a Sasuke, nunca se le hubiera cruzado por la cabeza, pero siempre hay una primera vez para todo.
Naemi mantenía una sonrisa ladina, lo que daría por ver las caras de ambos cuando el auto arrancase y les dejara una nube de humo. No quería ser mala con ellos, pero no pudo evitar aquella idea, se dio la vuelta junto con Hinata y ambas subieron al auto con Yugito.
-¿Ahora?-dijo la cómplice de su huida.
-No...Aún no.-Naemi siguió mirando y espero hasta que los vio salir por la puerta corriendo. Ya cerca de ellas, dio la orden.- ¡Ahora!-
En cuanto sus palabras salieron, Yugito acelero el auto, alejándose a toda velocidad. Lo último que ellos escucharon fue la fuerte carcajada de la Uchiha. Dicha carcajada llena de burla en cada sonido.
-¡Maldición!-bufo Sasuke.
-Tenía que ser pariente tuyo, Teme-gruño el Uzumaki. A lo que respuesta del pelinegro fue fulminarlo con la mirada.
Naemi ya se las pagaría... No solo por lo que les hizo, sino por haberse llevado a su amada Hyuga.
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Tras la pequeña broma del viernes, el sábado se hizo presente y antes de que pudieran pensarlo, la noche había caído, y dos chicas se encontraban en su departamento, terminando de arreglarse.
Hinata no quería llamar la atención, pero tampoco quería lucir mal. Opto por usar un vestido morado, de un tono muy oscuro, sin tirantes y con corte circular, un cinturón lila que remarcaba su fina cintura a conjunto de un suéter blanco, a conjunto de unos zapatos de tacón. Cepillaba su cabello con suavidad, para dejarle a Naemi la tarea de peinarlo.
Por su parte, la joven Uchiha, decidió usar una blusa negra, sujeta a los brazos y de mangas largas. Una falda de mezclilla a medio muslo, con mallas negras debajo y unas bellas botas con tacón corrido en el preciado color negro. Como siempre, se dejó su cabello suelto, un poco de maquillaje y nada más.
Una vez que la Hyuga hubiera terminado de peinar su cabello, Naemi empezó su tarea de arreglarlo. Hinata le pidió amablemente que le peinara con media coleta.
Tras que su tema actual terminara, ambas quedaron sumidas en una especie de silencio, no podía ser catalogado como incomodo, pero tampoco es que fuera tan agradable. Naemi había estado temiendo toda la semana ese momento, el momento en el que tuviera que hablar con Hinata con respecto a lo que había pasado con Naruto.
Su corazón latía rápido, como si hubiese corrido una maratón, comenzó a morderse los labios, desesperada por no saber cómo iniciar aquel tema.
-Hinata...-Por fin pudo pronunciar alguna palabra.-Lamento no habértelo dicho antes...-sus palabras salían pausadas, como si a cada una que soltara, su garganta fuera raspada con alambre de púas.-No...no sabía cómo decirte...yo...-frunció sus labios.-Perdón...Por favor...¡Por favor perdóname!-
Mantuvo sus labios fruncidos, mirando la cabeza de Hinata, esperando impaciente lo que le diría o lo que fuera a decirle. Aquella espera le pareció eterna.
-No tienes nada de que disculparte...Naemi-soltó Hinata de repente, haciendo que Naemi abriese sus labios sorprendida.-Nadie decide a quien amar-
Extrañamente, aquellas palabras no le hicieron sentirse bien, pero tampoco tan mal como esperaba. Puede que no conozca a Hinata tanto como le gustaría, pero sabía, algo le decía que ella no estaba siendo honesta.
Tenía que entender que Hinata amo durante mucho tiempo a Naruto, y verlo ahora con ella, debía ser doloroso. Suspiro, y no quiso volver a tocar ese tema.
No quería presionar a su amiga a que le dijese algo que no tenía comprobado. Solo una teoría, una suposición.
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Caminando por las solitarias calles, de regreso a la mansión donde se realizaría la fiesta, iba el misterioso encapuchado, con una sonrisa que nadie podría borrar.
//Flashback//
Su misión era ir a buscar a una pandilla rival. Misma que sabía que odiaba a Naruto.
Encontrarlos no fue difícil, puesto que según su "Informante", esta pandilla no hacía el más mínimo esfuerzo en ocultarse, según la información, les gustaba hacer alarde de su poder. Estaban en un parque, bebiendo, fumando y quizá hasta drogándose. El jefe estaba sentado en una banquilla del mismo parque con dos chicas a cada lado, aquel hombre alto, de complexión robusta, cabello corto y de color negro al igual que sus ojos. Había otros más a su alrededor, chicos que no tardaron nada en posar sus ojos en cuanto el encapuchado había hecho su aparición.
El encapuchado camino sin miedo, sin inmutarse, hasta llegar delante de aquel hombre. El Jefe le miro de pies a cabeza, de momento aquel muchacho no representaba una amenaza.
-Tienes mucho valor para venir aquí, enclenque-dijo aquel hombre seriamente. Tratando de descubrir quién era.
-Vengo a hablar con usted...y proponerle algo-pronuncio el encapuchado.
El hombre dio una señal con su mano, haciendo que el resto de sus secuaces se acercaran a él y a su invitado. Algunos cargaron un bates de béisbol, otros más se acomodaban las mangas de sus chaquetas y unos más, golpeaban sus puños contra la palma de sus manos, tratando de lucir amenazante. Pero el encapuchado no parecía asustado, ni mucho menos. Solo mantenía una sonrisa ladina al verlos acercarse a él.
-Para hablar conmigo...tienes que pasar por ellos...así que...-hizo otro movimiento con su mano dando la señal de que atacaran.
Pero aquel fue un grave error de aquel hombre, puesto que sus subordinados no duraron demasiado contra aquel chico. Ni siquiera con aquellos bates pudieron hacerle algo a ese encapuchado. Tras unos minutos de pelea, y que los subordinados del jefe quedaran en el piso. El encapuchado se acomodó su ropa, y la capucha que ocultaba su identidad. El jefe se le quedo mirando bastante sorprendido por haber visto aquella forma de pelear.
-¿Qué es lo que quieres?- se levantó de su lugar mientras las chicas ayudaban a los que estaban en el suelo.
-Uzumaki Naruto-la mención de aquel nombre le causo escalofríos por todo el cuerpo. Casi por reacción aquel hombre se llevó una mano a la mandíbula. Aquellos recuerdos eran para causarle dolor en el cuerpo.-Sé que aún tiene una cuenta pendiente con él...y yo vengo a ayudarle.-
El jefe se convirtió en todo oídos para él, escuchando atentamente cada palabra que salía de los labios de aquel joven.
-Ya ha visto de lo que soy capaz...-señalo a los subordinados del piso.-Con mi ayuda...podrá zanjar cualquier deuda que tenga con él-
Aquello no le disgustaba en lo absoluto, aquel chico misterioso tenía un talento inimaginable. Y tan solo imaginar al gran Uzumaki bajo sus pies, agonizando de dolor era la imagen más perfecta que jamás se podía imaginar. Y con aquel muchacho su sueño se volvería realidad.
-¿Aceptara?-
-¿Dónde y cuándo?- El misterioso chico sonrió ladinamente. Y después de contarle los demás detalles se marchó de aquel lugar.
//Fin del Flashback//
Ahora solo restaba esperar, esperar a que llegara la hora del juego.
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Por su parte, nuestro querido Sasuke se encontraba en la mansión donde la fiesta se llevaría acabó. Aquella era la casa de nada menos que el líder de Akatsuki. Yahiko o "Pain", como era su sobrenombre, le pidió al moreno que le ayudara con los preparativos.
Desde ayudar a montar bocinas y las cosas del D.J, hasta ayudar a comprar las bebidas de esa noche. Claramente para Sasuke todo eso había resultado ser una autentica perdida de su preciado tiempo, pero no podía aponerse a la orden directa de Yahiko, no a menos hasta que su plan terminara. Así por mientras se encontraba ayudando a Hidan, ambos terminaba de conectar las bocinas y comprobar el sonido, a su vez, Pain y Konan llegaban de hacer la última compra de alcohol para noche.
-Parece que todo está listo-hablo Yahiko a la par que baja la última caja de alcohol del auto.
-Solo resta esperar a los invitados.-Pronuncio Konan, cerrando la cajuela del auto.-Yahiko... ¿Puedo preguntarte algo?-
-¿Qué pasa?- Ambos comenzaron a caminar uno al lado del otro en dirección a la puerta de la casa.
-Sobre lo que pasara hoy...- Claramente Konan estaba al tanto del plan, pero no sabía mucho sobre los pequeños detalles que este abarcaba. El líder suspiro, no quería preocuparla, pero tampoco quería contarle a detalle lo que pasaría. Conociéndola sabía que se preocuparía y eso era lo que menos quería, dado que quizá podría ser la última fiesta que harían donde estuviesen todos, no iba a permitir que nadie la arruinara.
-Solo será una discusión-respondió.-No habrá nada de qué preocuparse-
-Eso espero...-respondió con un suspiro.-Eso espero...-
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Y por fin...había llegado la hora de la fiesta. Hinata estaba en su habitación leyendo un libro que Yugito le presto, mientras su compañera de piso estaba en la sala mirando televisión, después de la charla que tuvieron, se hundieron en un silencio que ahora si resulto incomodó, así que cuando Naemi había terminado de peinarla se fue a la sala.
Porque aquellas sospechas que tenía Naemi eran ciertas, Hinata no estaba siendo honesta con ella, y claramente no podía serlo. Tenía sus razones para no serlo.
El reloj marcaba diez menos veinte, y Naemi estaba cambiando de canal en canal, mirando rápidamente las películas que pasaban, eso hasta que dio con una, misma que ella y Naruto habían visto esa tarde romántica. No pudo evitar sonreír cómo estúpida tan solo recordarlo.
Mientras empezaba a perderse en sus pensamientos, el sonido del llamado de la puerta le trajo de aquel viaje que estaba a punto de emprender. Se levantó del sillón para abrir la puerta, esperando que lo más seguro sería Sasuke, a él se le notaba más desesperado el viernes, y a causa de su pequeña broma era seguro que quería cobrarse.
Pero en cuanto abrió la puerta un par de labios se unieron a los de ella en un beso demasiado brusco y claro, con mucha desesperación, cómo si la persona que la estaba besando fuera a morir sino lo hacía. Estaba a punto de empujar al que la besaba de esa manera, sin embargo aquel aroma a vainilla, ese aroma que jamás se borraría de sus sentidos inundo sus fosas nasales haciendo le saber quién era la persona que la besaba con tanta desesperación.
-Naruto...-hablo entre aquel beso. Pero él ni siquiera respondió, estaba tan ocupado atacando que antes de que se diesen cuenta este ya le tenía contra el respaldo del sofá.-Naru...-hablo Naemi de nueva cuenta, pero nada, él no cedía y no tenía la más mínima intención de frenarse. Y menos cuando su lengua logro entrar a la cavidad bucal de ella, explorándola cómo si se tratase de terreno desconocido, aunque fuera tan conocida para él cómo la palma de su mano.
El beso empezaba a largarse más, el cual sino era detenido podría desatar el acabose, pero gracias a aquel pequeño tirón que Naemi hizo a los cabellos dorados de su pareja para separarlo, no llegaron a más.
-También te extrañe-ella sonrió, mientras un pequeño hilo de saliva de escapaba por la comisura de sus labios.
-Esto paso, por alejarte de mí una semana... y por hacerme eso el viernes-Su sonrisa zorruna no se hizo esperar en sus labios.-Esto...y esto también.- Aprovechando que estaban solos en la estancia, el Uzumaki simulo penetraciones juntando ambas caderas para que ella sintiera lo deseoso que estaba tras aquel salvaje beso.
-¡I-Idiota!-Naemi hundió su rostro en el pecho de él, dando le pequeños golpecitos al mismo. Sonrojada a más no poder por sentir la hombría que había ocasionado con aquel beso.-Más te vale bajar eso antes de que Hinata nos vea.-
-Puedes ayudarme a hacer eso....claro si quieres-ttebayo-Aquello amplio enormemente su sonrisa.
La Uchiha se separó de él, y le miro haciendo un adorable puchero, casi por mera reacción, el ojos azul levanto ambos brazos, como tratando de protegerse, cosa que desubico a Naemi.
-¿Qué pasa?-
-No... ¿No vas a pegarme por lo que hice y dije?- bajo sus brazos. Si fuera Sakura, ya le habría metido tremendo golpe que le mandaría a volar casi un metro de distancia.
-Suficientes golpes has tenido antes-ella le abrazo, por un impulso extraño.-Te extrañe mucho-
-Yo también-este correspondió al abrazo. Y ahí estaban aquellos dos amantes, demostrando el amor que emanaban juntos.
-¿Lista para la súper fiesta?-
-¡Claro que sí!-ella sonrió.-Solo iré a decirle a Hinata que ya me voy-
Por su parte la Hyuga estaba tan metida en su lectura que no había escuchado nada de lo que había pasado en la sala de estar hace unos minutos. Su móvil sonó sacando la de su trance dentro de aquel libro, el nombre de Sasuke, acompañado de una foto de él sonriendo ladina y sexymente, apareció en la pantalla del dichoso aparato.
-H-Hola Sasuke-saludo ella, algo nerviosa, dado que no se habían hablado en una semana y tras lo pasado el viernes pensaba que quizá él estaba molesto por lo que pasó.
-¿Naemi aún no se ha ido?-su tono sonaba calmado.
-N-No, aún no...-
-Bueno, cuando ella se venga, quiero que vengas con ella, Itachi y sus amigos no me dejan irme de este lugar para pasar por ti-El sonido de la música comenzaba a sonar de fondo.
-E-Esta bien-El alivio no podía sentirse mejor.
-Y cuando vengas...-El sonido de alguien cerrando una puerta se escuchó de fondo, y tras eso la música dejo de escucharse.-Voy a castigarte por tu "bromita" del viernes...-aquellas palabras salieron de los labios del Uchiha de una forma tan seductora, tan ronca y tan sensual, que Hinata estaba un suspiro de estallar en colores.-Y creme...no podrás sentarte bien toda la semana...- Y tras eso ella estallo.
Hinata soltó el aparato para llevarse ambas manos a la cara, y comenzar a mover su cabeza a los lados, tratando de calmarse, tratando de volver a su tono de rostro normal, pero lamentablemente aquellas palabras no dejaron de resonar en su cabeza aumentando así el rojo intenso de sus mejillas.
A veces Sasuke era demasiado "malo" con ella....pero, siendo honestos...a ella le encantaba esa maldad. Algunas veces claro...
-Toc, toc...-Naemi llamo a la puerta.-Hinata ya me voy- La Hyuga paso duramente saliva por su garganta para tratar hablar.
-E-E-Espera-soltó aquello como un extraño jadeo, puesto que haber entrado en aquel estado de "tomate" le provoco el vaciar sus pulmones.
Hinata se levantó de la cama tomando sus cosas, y salió de la habitación apagando la luz de la misma, Naemi le miro, aún estaba roja, pero no tanto como antes.
-S-Sasuke me dijo que no podrá pasar por mi...y me pidió que te preguntara si me puedo i-ir contigo-trato de calmar su sonrojo.
-Claro...-La Uchiha entendió el por qué su amiga estaba en ese estado.- ¿Estas bien?-
-S-Si-afirmo con un movimiento de su cabeza.
-Está bien...vamos...-Ahora Naemi no sabía si quería reír o preguntarle a Hinata que clase de barbarie le había dicho Sasuke esa vez. Pero viendo mejor a su amiga, opto por que no sería una buena idea, ya suficiente tenía.
Caminaron juntas a la sala donde estaba el Uzumaki revisando su móvil, Sasuke le había mandado un mensaje de que se llevara a Hinata con ellos. En cuanto ambas llegaron a la sala, el ojos azul saludo educadamente a Hinata, quien correspondió a aquel saludo.
Y una vez listos, se marcharon de la casa de las chicas.
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Una vez llegado al recinto de la fiesta, la cual apenas estaba empezando, caminaron al interior de la mansión, avanzando entre los invitados.
Naruto había decidido quedarse con ellas hasta que Sasuke llegara, puesto que en esa clase de fiestas no iba a permitir dejarlas solas.
No con tanto borracho que estaba empezando a generarse y mucho menos si es que algunos de los amigos de Itachi llevaba aquella sustancia blanca y la otra sustancia verde. Conocía bien el ambiente de esas fiestas cuando las horas pasaban, más aun cuando aquellas sustancias eran llevadas a la fiesta.
El ambiente era relajado, y la mayoría de los que estaban ahí querían librarse del estrés que la semana les había dejado gracias a los exámenes. Gracias a eso, la fiesta sería una de las mejores.
Sin embargo nuestro querido Uzumaki necesitaba no solo un trago, sino también el dulce elixir de su amada, pero con Hinata cerca no se atrevía si quiera a pasar de abrazar a Naemi. Y con los ebrios que se estaban generando no las dejaría solas.
Hinata estaba agradecida con el rubio, más que nada porque no solo ahuyentaba los muchachos que se acercaban a Naemi, sino también a aquellos que se acercaban a ella.
Durante unos minutos más, dos amigos de Naemi se acercaron a ellas, nada más y nada menos que el querido Killer Bee y Han.
-¡Hey bebe!-saludo Bee a Naemi con un choque de puños, después saludo a Naruto de la misma forma y por último a Hinata con un gentil apretón de manos. Han saludo a su manera, sin ningún contacto físico.
-No pensé que fuesen a venir-hablo Naemi.- ¿Alguno más vino?-
-Todos vinieron, Yugito por parte de un muchacho que la invito a venir, Fuu con unos amigos, y de Utakata y Yagura no estoy muy seguro del porque hayan querido salir-hablo Han.-Yo vine para cuidar de Bee.-A su respuesta el rapero bufo, alegando que él podía cuidarse solo.
-¡Genial!-celebro Naemi.-Un momento... ¿Y Gaara?-
-De él no sé nada, creo que sus hermanos si iban a venir.-contesto Han. A la Uchiha le resultó extraño que el pelirrojo no fuera a ir, puede que Gaara no sea mucho de salir a fiestas, pero su comportamiento ya le estaba preocupando.
Desde el no molestar a Naruto, hasta el que se marchara sin despedirse. Claro, eso si añadimos el que la había estado evitando los último días. Algo le pasaba a su amigo, y por su forma de actuar debía ser algo muy malo.
Mientras que Naemi iniciaba una charla con sus amigos y Naruto, la Hyuga buscaba con la mirada a Sasuke. Después de todo, no verse una semana le hacía extrañarlo cómo nunca. Casi parecía que tenía un año sin verlo, pero eso pasaba cuando estás enamorado, el no ver a esa persona en especial.
Estaba tan metida en su búsqueda que no se dio cuenta de cuando el Uzumaki le estaba llamando, eso hasta que Naemi le movió el hombro para que reaccionara. En cuanto su mente volvió a su cuerpo, giro a ver a sus acompañantes que le miraban.
-¿Vas a querer algo, Hinata?-hablo Naemi.
-¿A-Algo de qué?-pregunto, dando a destacar que su mente no se encontraba desde hacía un buen rato.
-Algo de beber-dijo Han.
-N-No, m-muchas gracias.-respondió con una sonrisa nerviosa, estaba apenada. Tenía que empezar a disimular mejor sino quería pasar otro momento de vergüenza.
-Bien...ahora regreso-dijo Naruto, no sin antes robarse un beso de la Uchiha e irse con una sonrisa, dejando a Naemi sonrojada delante de sus amigos.
La Uchiha se le quedo mirando hasta que este desapareció de su campo de visión, perdiéndose entre las personas. Suspiro, ¿hasta dónde había llegado?
Bee le miraba, sonriente de verla así, como uno de sus mejores amigos, siempre le deseaba la felicidad, sobre todo en el amor. Y verla en ese estado, sonrojada, feliz y más que nada, con aquellos ojos que derramaban amor cuando veía aquel joven de cabellos dorados. Puede que haya tenido sus dudas con respecto a ese chico, sobre todo con el pasado que se cargaba, pero tras conocerlo un poco más, tras pasar más tiempo con él y lo que era aún más significante, al menos para Bee, era ver la forma en la que se comportaba el Uzumaki con ella cerca, ver como él no despegaba los ojos de su mejor amiga, era la prueba que necesito para saber que él era el indicado.
Incluso antes del noviazgo de su amiga, Bee siempre notaba como el rubio solía posar sus ojos sobre ella, porque aquel chico no volteaba a su mesa por Sasuke, o Hinata...sino que lo hacía por ella. Y de eso tanto él como Gaara se dieron cuenta.
Naemi vio a su amigo, quien le dedico una sonrisa, seguido levanto su pulgar. Sabía lo que aquello significaba, y no pudo evitar sonrojarse. Aquel gesto, era la aprobación de Bee.
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Sasuke caminaba con prisa entre los presentes, buscando con desesperación a Hinata. Ya la necesitaba cerca, necesitaba probar de nuevo sus labios, tocar su piel, sentir su calor...la necesitaba. Ya no podía aguantar más tiempo alejado de su amada Hyuga.
Y justamente, la vio, recargada sobre una pared, a un lado de Naemi y junto a los amigos raros de ella. Suspiro aliviado de verla, ahora las personas estarían seguras de él...
Camino más rápido hasta que llego a ella y sin saludar a nadie la tomo entre sus brazos besándola como si no existiese un mañana. Ante claro acto a Hinata le había tomado tiempo reaccionar, había vuelto a caer en sus pensamientos, que cuando menos lo espero ya estaba siendo besada con desesperación por el moreno, que no dejo de besarla hasta sus pulmones reclamaron por aire.
Una vez que se separaron a exigencias de sus pulmones, se miraron, y Hinata podría jurar como este le comía con aquellos ojos negros que no dejaron de estar sobre los suyos. Aquellos ojos que precian agujeros negros que la tragaban.
No hacía falta palabras entre ellos, solo basta sus miradas para darse a entender todo.
-H-Hola Sasuke...-tartamudeo Hinata con sus mejillas adorablemente sonrojadas. El moreno respondió con una de sus más sensuales sonrisas ladinas.
-Ven conmigo-este le tomo del brazo y tiro del mismo con sumo cuidado de no hacerle daño, ella le siguió, no sin antes despedirse.
-¡No abuses!-le grito Naemi en forma de burla. A lo que el Uchiha sorprendentemente respondió.
-¡No tanto como Naruto de ti!- Con aquello la hizo quedarse callada y con la cara de color rojo intenso.
-Maldito-chasqueo molesta.
Sasuke tiraba de la mano de Hinata hasta llevarla a una de las habitaciones, donde en cuanto hubo cerrado la puerta se abalanzo sobre sus labios, besándola como si jamás lo fuera a volver a hacer. Aquel beso era tan salvaje que a la pobre Hyuga le costaba mucho seguir tan salvaje ritmo.
Sus labios sabían a gloria, sabían al más perfecto elixir que alguna vez fuera a probar en toda su vida. Introdujo su lengua dentro de su boca, probando aún más aquel elixir tan perfecto.
Cada parte de su cuerpo suplicaba por el cuerpo de ella, suplicaba por sentirla, por hacerla suya otra vez y cumplir su cometido. Pero no podía hacerlo, no al menos en ese lugar. Un lugar que no merecía tocar la suave y tersa piel de su amada. Así que cómo pudo y a oposiciones de su cuerpo, tuvo que controlarse.
Hinata no estaba tampoco en las mejores condiciones, ella también lo necesitaba. Anhelaba ser suya otra vez, sentir su contacto, sentir su manos por cada parte de su cuerpo, recorriendo su espalda y tocando cada parte prohibida.
Si no fuera por sus modales y esa condenada timidez, lo habría tomado del cuello y le arrojaría a la cama y "violarlo". Pero... ¡Condenados modales y esa maldita timidez!
Aunque claro, gracias a aquella cercanía en la que estaba con el pelinegro, pudo sentir que él estaba tan deseoso como ella, sino es que más. Como había dicho antes, con solo imaginar que sus labios volvían a unirse, era excitante. Pero lamentablemente el lugar en el que estaban no era el más apropiado para hacer su cosas... Aquel baño podría ser testigo, pero el moreno no lo iba a permitir.
Al momento de encender la luz, y ver la habitación a la que habían entrado gracias a la desesperación del Uchiha, la cual era nada más que el baño, los dos amantes se miraron a ver a los ojos y después soltar algunas risas.
Era quizá la primera vez que Sasuke reía de esa forma delante de ella, esa risa tan alegre y honesta que era recién salida de su alma.
La risa de Hinata se escuchó como un coro angelical para él, esa risa tan hermosa que le contagio.
Ambos se miraban, aun con esas sonrisas en sus labios. Quien los viera rápidamente pensaría en que eran dos tontos enamorados....
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La fiesta siguió su curso, y la noche se adentraba más. Cada vez eran más personas las que se encontraban en la fiesta, tanto así que varios empezaron a salir al jardín delantero y trasero de la casa. Menos mal que el lugar era una gran mansión.
Hinata y Sasuke estaban junto a los raros amigos de Naemi. Ellos estaban fuera charlando sobre cómo había sido su semana. Aquella charla resultaba muy entretenida.
Naruto, a quien ya se le estaba terminando su trago, opto por ir por otro más, sabiendo que dejaba a Naemi a en buenas manos.
Claramente ir por otro trago sería una tarea difícil, dada la cantidad de personas que tenía que atravesar para llegar. Pero después de tanto empujones y uno que otro pequeño apretón a su trasero por parte de algún desconocido, llego.
-¡Hey, Naruto!-dijo un chico rubio que se colgaba de los hombros del Uzumaki.- ¡Sin rencores!-dijo.
Aquel muchacho sería casi imposible de olvidar para Naruto, era uno de los amigos de Itachi, Deidara, a su vez uno de los que le habían golpeado tiempo atrás.
-Como digas-respondió el ojos azul, algo fastidiado por esa forma en la que estaba aquel chico sobre él.
-¿Eh?, ¿Por qué tan de malas?...O cierto, cierto, esa muñeca que viene contigo...-Los ojos azules del muchacho no tardaron nada en posarse sobre aquel ebrio que colgaba de sus hombros.-Es muy sensual... ¿Ya te la has...?- El rubio apretó sus dientes tratando de controlarse, de no ser por la aparición del festejado, Sasori, se habría empezado la primer pelea de la noche.
-Déjalo tranquilo, Deidara-El pelirrojo tiro del brazo del rubio haciéndolo apartarse del Uzumaki, quien suspiro frustrado.-Naruto...alguien afuera te está buscando-
-¿A mí?-
-¿Conoces algún otro Naruto?-respondió algo fastidiado el pelirrojo al verse haciendo el papel de mensajero.
-No-se encogió de hombros.
-¿Entonces?-
-Qué carácter-ttebayo...-el rubio agradeció y tras eso se fue sin su querido trago. Pero no sin dejar de pensar en quien podría buscarlo a él.
Tras pasar de nueva cuenta por lo mismo para lograr salir, se fijó que los demás ya no estaban donde antes, quizá debieron moverse dado que los chicos que estaban cerca de esa posición habían empezado a fumar. Y no precisamente cigarros...
Camino hacia fuera, y lo que vio después le revolvió el estómago. En la esquina contraria a la calle donde estaba él, estaba el jefe de la banda enemiga al que él se enfrentó hacía tiempo atrás.
Emprendió su camino hasta aquel hombre que al verlo moverse se retiró a aquella calle de donde había salido.
Una vez que giro y entro en esa calle vio a la pandilla del jefe. Aquel hombre le miraba con una sonrisa amplia y cargada de veneno.
-Creí haberles dejado en claro que no se volvieran a aparecer por aquí.-dijo el Uzumaki molesto.
-Es verdad...-respondió aquel hombre sin dejar de sonreír.-Pero ahora no podrás contra nosotros hijo de perra-
-La única forma en la que puedas vencerme es si me disparas...Pero eres demasiado cobarde para hacerlo-
-No tengo un arma de fuego...pero lo tengo a él-Aquel hombre dio paso al encapuchado que hacia su aparición con una demoniaca sonrisa ladina.
-¡No importa a cuantos traigas, yo siempre voy a vencerte dattebayo!- choco su puño contra la palma de su mano, a la par que su sonrisa zorruna se formaba en sus labios.
-Ya lo veremos-
Tras aquellas palabras una pelea callejera había comenzado. Entre golpes, patadas y puñetazos, aquella pelea era demasiado igualitaria, ambos eran buenos, y su fuerza era muy igual. Los subordinados del jefe les rodearon en un circuló, mientras le daban ánimos al encapuchado de que lo venciera.
Pero incluso para él, era complicado. Naruto había pasado sus entandares de pelea y superado sus expectativas, temió por un momento no poder ganarle a aquella máquina de golpes. Una patada por parte de Naruto al misterioso chico le hizo soltar un quejido de dolor, y cuando el Uzumaki estaba por rematarlo, los subordinados se lanzaron a él, y comenzaron a pelear.
-¡¿Qué ocurre contigo!?-exigió el jefe.
-¡Hora del plan B!-respondió el encapuchado. A lo que el jefe chasqueo molesto con la lengua, tal parecía ser que el encapuchado no era tan bueno como alardeo.
Con una orden, dos chicos hicieron acto de presencia, sosteniendo a alguien. La persona se movía en un vano intento de zafarse de tan buen agarre.
-¡Malditos bastardos!-Esa voz hico eco en la cabeza de Naruto, quien giro en dirección de donde venía aquella voz.
-Naemi...-susurro. Justo antes de que un puñetazo le derribara.
Aquellos tipos tenían sujeta a Naemi, quien no dejaba de luchar por zafarse. Naruto cayó de rodillas y después levanto la vista de nuevo, para verla.
-¡Naruto!-grito la Uchiha al verlo.
-Vaya, vaya...-Un horrible silencio entre los presentes se hizo presente, solo se escuchaba el sonido de la música a la distancia, y el forcejeo de Naemi.- Tienes una novia muy bonita...-El jefe se acercó a ella, y le tomo de la barbilla.- Eres demasiado hermosa para estar con un perro como este... ¿no te gustaría estar mejor con alguien como yo?-
-¡Antes se termina One piece, a yo este con alguien como tú, asqueroso puerco!-Gruño Naemi moviendo su cabeza y soltarla del agarre de ese hombre. Aquel comentario hizo reír a algunos de subordinados, cosa que enfureció al jefe.
-¡Maldita puta!-Y tras eso, una sonora bofetada contra la mejilla de Naemi proporcionaba por la mano de aquel hombre.
Aquel sería un grave error por parte de aquel hombre, puesto que antes de haberlo visto, Naruto estaba sobre él, golpeándolo como si no hubiese un mañana. Puñetazos, patadas y demás golpes que daba Naruto contra aquel hombre, lo haría arrepentirse de haberle puesto una mano encima a su Naemi.
-¡Hijo de puta!-rugía furioso el Uzumaki.-¡¡Nadie toca a mi chica!! ¡NADIE!-
Aquel hombre no podía contra aquella vestía que le atacaba sin piedad alguna. Entre los golpes que recibía pidió la ayuda de sus subordinados que dudosos se lanzaron contra el rubio. El jefe se levantó, y sacó una navaja de su bolsillo, era tiempo de la segunda ronda.
-¡Mas te vale detenerte o le rajo la garganta!-El Jefe sujeto a Naemi y coloco la navaja sobre su garganta. Naruto freno su ataque, dejando ver un extraño matiz rojo en sus ojos.-Buen chico...-hablo el hombre.
-¡Déjala ir, ella no es parte de esto!-dijo Naruto con una extraña voz más gruesa y ronca.
-¿Y hacerla perderse de tan hermoso espectáculo?-respondió.-Cómo te atrevas a meter las manos para defenderte, le rajo la garganta-
-No te atreverías.-gruño entre dientes Naruto.
-¿No me crees?-Guio la navaja justo a la mejilla de Naemi y le causo un pequeño corte.- ¡Haz lo que te digo!-
Ese sujeto jamás le habría hecho daño a una mujer, pero al verlo en ese estado, verlo con aquella navaja le hizo saber a su rival que estaba desesperado por ganar.
El Uzumaki apretó los dientes, y bajo sus manos hechas puño. No quería que lastimara a Naemi, no iba a permitirlo, y debía dejarse golpear, si debía soportar todo el dolor que se imaginaba lo haría por ella.
-¡De rodillas!-Vio a Naemi, quien tenía sus preciados ojos en él, esos ojos que se aferraban a no soltar una sola lagrima. Le sonrió y después empezó la lluvia de golpes.
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Sasuke caminaba por la mansión buscando a su rubio colega que no regresaba, sabía de antemano que había muchas personas, pero eso no significaba que debía tardarse tanto. Así que por petición de su Hyuga, fue a buscarlo.
Le resultó extraño que Hinata se preocupara por aquel tonto, pero lo que él no sabía era que ella quería regresarle el favor al Uzumaki por cuidarla en la ausencia del moreno. Además también tenía que buscar a Naemi, quien había desaparecido. Pensó de antemano que quizá aquellos dos estaban juntos. Conocía bien a Naruto, y lo más seguro era que se la hubiera llevado a alguna habitación y en ese momento estuvieran jugando.
Llego a la zona donde servían los tragos y vio al ebrio de Deidara.
-¿Has visto a Naruto?-pregunto el moreno.
-¿Eh?,...Así, si...salió,...Sasori vino a decirle que alguien lo buscaba-
-¿Alguien?, ¿Qué "alguien"?-
-Hombre, no lo sé- El rubio volvió a tomar de su bebida.
Con un mal presentimiento salió a buscar a su rubio amigo. Tras pasar por lo mismo que Naruto para salir, solo que este tuvo más apretones a su trasero, logro salir. Empezó su búsqueda por el jardín esperando encontrarlo, pero por más que buscaba no lograba dar con él.
Un oleaje de viento soplo en dirección de la salida, a la cual, haciendo caso a esa extraña señal de la naturaleza salió. Vio en ambas direcciones pero no había nadie, solo una pareja que estaba en una esquina que miraba aterrados hacia la calle.
-¡¿Qué están mirando?!-salió un subordinado de aquella calle espantando a esa pareja.
Sasuke sudo frio, ahora sabia donde estaba su amigo.
Sin pensarlo dos veces, corrió en esa dirección.
-¡¡Ya basta! ¡¡Por favor deténganse!!-escucho como gritaba Naemi.
En cuanto hubo doblado la esquina, se quedó paralizado unos minutos mirando aquella horrible escena.
Su amigo estaba siendo sujetado por dos tipos, mientras que el resto pasaba a golpearle, entre patadas, puñetazos, sin dejarle oportunidad de protegerse. El encapuchado le miro, y no evito aquella sonrisa ladina en sus labios.
Vio a Naemi siendo sujetada por dos hombres, ella lloraba, lloraba amargamente por no poder hacer nada para salvarlo.
-¿Qué pasa muñeca?, ¿No te gusta lo que ves?-hablo el jefe, la sujeto de uno de sus brazos con fuerza y la acerco a Naruto, solo para que pudiera ver cómo le estaban dejando.
Su ojo izquierdo estaba amoratado, su labio sangrante, su mejilla hinchada, y su otro ojo estaba por ponerse igual de morado. De su frente corría sangre y su nariz estaba sangrando también. Sin duda era una horrible escena.
Sus fuerzas flaquearon en ese momento, verlo así... aun cuando había prometido cuidarlo, no pudo salvarlo, no pudo hacerlo. Sus ojos dejaron salir lágrimas que quemaban sus mejillas sin compasión alguna.
El hombre tiro del cabello de Naemi y la arrojo de nuevo a aquellos que la tenían sujeta, pero antes de ser el siguiente en golpear a Naruto, fue detenido por una patada. Sasuke, quien ya no había tolerado ver todo aquello entro en acción sin pensarlo más.
-Vaya...el poderoso Uchiha...-sonrió con burla ese hombre.-Otro más que morderá el polvo-
Otra pelea había empezado, pero eran demasiados, incluso para el moreno. Y con la ayuda del misterioso chico, termino sometido al igual que su amigo.
Ni él, Ni Naruto podían zafarse, sus cuerpos habían llegado, tristemente a su límite.
-Esto sí que es maravilloso...-hablaba ese hombre.-No solo tenemos al poderoso Uzumaki a nuestros pies...sino que también tenemos ahora al poderoso Uchiha... ¡¿Verdad que es maravilloso?!-
Sus subordinados festejaron.
-Y no solo acabaremos con ellos...sino que también tenemos a una hermosa mujer con nosotros...y con quien vamos a divertirnos más tarde-su sonrisa hacia la chica expresaba una asquerosa lujuria.
-C-Cómo...te...a-atrevas...-jadeo Naruto, lo que llamo la atención del jefe.-A...t-tocarla...-Levanto su mirada a ese hombre dejando ver de nueva cuenta aquel extraño matiz rojo en sus ojos.-Te matare-
-¡Qué miedo!-se burló aquel hombre antes de darle tremendo puñetazo a la ya hinchada mejilla del rubio.
Sin decirle nada más, empezó a repartir golpes, y más golpes a los dos muchachos. Naemi se retorcía en su lugar, tratando de liberarse, pero no podía. Sus lágrimas volvieron a quemar sus mejillas, inútil, débil... aquellas palabras resonaron con fuerza en su cabeza.
-¿Por qué?...-sollozo. Sus ojos se fijaron ya no solo en Naruto, sino en Sasuke. Ambos recibían una golpiza que de seguro no olvidarían. Frunció sus labios, y cerro sus ojos para ya no ver más aquella horrible masacre. Era una inútil, una débil....
-E-Eres...una...U-Uchiha...-aquellas palabras salieron débiles de los labios de Sasuke.-A-Actúa...c-como tal...m-miedosa...- Una sonrisa cansada se postro en sus labios.
Abrió sus ojos nuevamente para toparse con los ojos negros de su familiar. Los cuales fueron cerrados a causa del nuevo golpe que recibió de nuevo a su cara.
Tenía razón...ella era un Uchiha. Y debía actuar como tal... Un Uchiha no es débil, no es inútil, no es un cobarde, y ellos jamás se rinden. Son fuertes, astutos, inteligentes y muy orgullosos. Apretó sus dientes, dejándose llenar por aquella rabia, dejándose abrazar por su coraje.
Como pudo, y gracias a que las botas con tacón, levanto su pierna lo suficiente para el momento de dejarla caer, causara gran dolor a que la sujetaba. El tipo la soltó y aprovecho aquello para meterle un buen golpe a la cara, golpeo al otro tipo que estaba aún lado de ella apunto de sujetarla otra vez, y después se lanzó contra el jefe al que logro empujar.
Siendo un hombre más pesado y fuerte que ella, no logro moverlo tanto como hubiese querido. Se puso en guardia, dispuesta a luchar.
-¡Voy a darte una lección maldita puta!-hablo el jefe.
No es lo mismo luchar con una mujer, que luchar con un hombre, y más aún, luchar con uno de su peso y tamaño.
Se lanzó a ella, dispuesto a golpearla, Naemi se movía esquivando sus golpes, sabía que sería difícil pelear contra aquel hombre, pero lo que era peor era que sus ropas no le daban la libertad para pelear, y a causa de eso un pequeño descuido le provoco que este le pegase en el estómago haciéndola caer de rodillas a él. Se sujetó el estómago, y trato de tomar aire. Pero antes de poder hacerlo, su puño impacto contra su mejilla y la hizo caer por completo. Trato de ponerse de pie, pero aquel golpe le dejo aturdida.
-Me divertiré ahora contigo...-aquel tipo se empezaba a acercar a ella, Naruto y Sasuke se movían como sus cuerpos permitían, pero no podían hacer nada.- Muero por escuchar tu dulce voz gimiendo mi nombre.- Al paso que caminaba se empezó a quitar el cinturón de su pantalón.
-¡¡Maldito!!-rugió Naruto, envuelto en su rabia. Y en un arranque de adrenalina, se liberó de sus opresores y se lanzó contra él, empujándolo, pero sus movimientos a causa de su ya maltratado cuerpo fueron lentos, y el jefe pudo esquivar su ataque. Naruto cayó cerca de Naemi, y ella como pudo llego a él, y le abrazo con fuerza, tratando de protegerlo.
El jefe levanto su pie, dispuesto a terminar, Naruto se aferró a Naemi, tratando de protegerla y después...
-¡Lariat!- El jefe giro a ver de dónde venía aquella voz, para recibir un terrible golpe, aquel golpe que mezclo una gran velocidad y fuerza para así atacar con su brazo de forma directa a su enemigo, con el fin de impactar y atacar el pecho del enemigo principalmente.
El hombre fue lanzado un par de metros de distancia gracias a ese fuerte ataque.
-¡Bee!-dijo Naemi, no podía estar más contenta de verlo.
-¡Hey bebe!-dijo Bee.
Tras él, iban llegando el resto de los Jinchurikis, y Hinata claro. Yugito y Fuu se acercaron rápidamente a su amiga y al muchacho golpeado muchacho. Hinata fue en ayuda de Sasuke, y gracias a la fuerza de Han, aquellos tipos que lo tenían sujeto salieron despavoridos.
-¡Sasuke!-Hinata le sujeto y lo recostó sobre sus piernas. Estaba preocupada por él, y verlo en esas condiciones le causo un hueco en su corazón.
-E-Estoy bien...-trato de levantarse, pero su cuerpo le obligo a volver a donde estaba, después de todo, no era tan mal lugar.
-Pagaras por haber tocado a Naemi-chan-dijo Fuu acercándose junto a Bee y Utakata a aquel hombre que no hacia más que temblar de miedo, mirando a aquellos chicos, sobre todo a Bee.
Ya no había nadie de sus subordinados, solo estaban aquellos Jinchurikis que no estaban para nada contentos.
-¡E-El encapuchado!, ¡Él fue quien nos hizo hacer esto!-apunto al muchacho que estaba a punto de escapar, pero que fue detenido por Yagura y Han.
-¡Tú no te vas!-tiro Yagura de él.
-En ese caso, el pagara también como tu.-dijo Utakata, acercándose al encapuchado, y con un movimiento le retiro aquella capucha. Dejando ver una mata de cabello rojo.
-¡¿Gaara?!-dijeron casi todos al mismo tiempo.
Y ahí estaba, la última persona que ellos esperaron ver. El pelirrojo empezó a pasar sus ojos sobre sus compañeros, que le miraban asombrados, estupefactos y claro, molestos. Pero aquel par de ojos oscuros que lo miraban decepcionada, fueron los peores.
El silencio reino entre ellos, dejando solo el sonido de la música a la distancia. Nadie sabía que decir. Y mucho menos que hacer.
Los Jinchurikis giraron a ver a Naemi, al igual que Gaara, quien mantuvo su mirada sobre él, de esa triste, dolida y traicionada.
Entre ellos era sabido que esos dos eran más cercanos que el resto, y ver esa traición cometida, no sabían cómo debía sentirse Naemi en ese momento.
Gaara dejó escapar una sola lágrima, una sola. Una que representaba el resto que estaba atrapada dentro de sus ojos y que se aseguraría de guardar con candado en su corazón.
Volvió a pasar sus ojos azul turquesa sobre sus compañeros qua ya no le miraban, todos bajaron la mirada, decepcionados por lo que paso, dejando a Gaara solo.
-Yo...-hablo el pelirrojo.- ¡Yo hice todo esto por ti!-su grito de dolor escapo de sus labios, antes de salir corriendo de ese lugar. Dejando a los demás sumidos en un silencio sepulcral.
Bee y Han se giraron a ver al Jefe que aún seguía en el suelo.
-¡Largo de aquí o sabrás lo que es el verdadero dolor!-Grito Han.
El jefe sin titubeos se levantó tambaleándose y salió disparado de ahí.
-Matatabi (Yugito), Isobu (Yagura), Chomei (Fuu)....Vayan tras Shukaku (Gaara) y averigüen por que hizo esto...-la voz de Naemi, esa voz carente de su encantadora alegría.-Kokuo (Han), Saiken (Utakata)...Acompañen a Hinata y Sasuke a la fiesta o a donde quieran irse...- Su voz no era la misma de siempre, una voz fría y dolorosa.-Gyuki (Bee)...-ella levanto sus ojos, esos ojos que suplicaban dejar escapar miles de lágrimas, lagrimas que necesitaban salir de ella, lagrimas que salían del fondo de su alma.- Ayúdame a llevar a Naruto a su casa...-
La chica poso de nueva cuenta sus ojos sobre el ya inconsciente muchacho, que nada más verse a salvo por los Jinchurikis, se permitió rendirse ante el cansancio.
Bee afirmo, y el resto obedeció, Hinata no lo entendía, pero con aquello supo que su numeración no era solamente por su talento artístico, sino que había algo más.
Pero lo que más le había dolido a ella, era haber visto a aquel pelirrojo, siendo cómplice de esa horrible golpiza, y peor aún, de la casi violación de su amiga. No se imaginaba como debía sentirse su amiga, la peor de las traiciones era la que se causaba de la última persona que imaginabas.
De lo poco que Naemi solía contarle, sabía que ella y Gaara eran demasiado cercanos. Tanto como lo eran Sasuke y Naruto...
Sabía lo que es la traición de aquel que considerabas un hermano, de aquel que pensaste que siempre recibiría balas por ti, de aquel que siempre estaría a tu lado apoyándote incondicionalmente.
La traición de un verdadero amigo... Era doloroso...agonizante...
-¿Por qué?... ¿Por qué Gaara?-
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:( No se que decir... Solo un u.u No culpen a Gaara aun!, el tiene sus razones! de verdad que si :c
Solo espero que les haya gustado, y muchas gracias por el apoyo y todos sus lindos comentarios ^^
Att:
Midna-Nightlt ;n;
PD: ¿Habían pensando que sería Gaara nuestro querido y misterioso encapuchado?
PD: Les dejo una imagen de como me inspire y para que maso menos vean como dejaron a Naruto y Sasuke y una canción que ayudo en la inspiración
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