Comencé a correr por los pasillos cuando divise a lo lejos a Sonic, no había notado mi presencia aun por lo que podía sorprenderlo con una abrazo por la espalda.

A pesar de que lo veía toda la semana no dejaba de emocionar me el hecho de que él fuera mi novio, era tan feliz, unos centímetros antes de llegar a él salte tanto como pude y caí abrazándolo con cariño y algo de fuerza.

— Hey Amy. — Saludo, una vez que se volteo hacia mi. Tenia una expresión tranquila, como siempre. Dejo un cálido beso sobre mi mejilla y luego paso su brazo por mi pequeña cadera.

Una vez que llegamos al lado de los chicos ellos empezaron a hablar de manera animada, de vez en cuando yo reía por las locuras que decían a propósito o simplemente observaba con una sonrisa en mis labios. Era divertido ser parte de un grupo de amigos tan unidos.

Amigos.

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Una vez más me encontraba corriendo por los pasillos, no dejaba de reír ante la idea de la sonrisa de Sonic cuando le entregara mi regalo del quinto aniversario. Daba todo de mi en esta relación de dos. Era tan dulce conmigo, y pensar que hace un año me la pasaba persiguiéndolo por querer recibir un poco de atención de él y ahora sea su todo.

Me sentía tan segura a su lado.

Sentía.

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Pero, algo no esta bien esta vez. Me ha rechazado cuando lo abrace como de costumbre, tal vez solo esta teniendo una mala mañana por haberse levantado de lado izquierdo de la cama.

Rechazado...

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¿Pero qué les pasa a todos? ¿Por qué me miran con tanto odio? Quizás son solo imaginaciones mías, salude como de costumbre a los chicos cuando me senté en nuestra mesa habitual, y por segunda vez esta semana, no recibí respuesta, solo miradas vacías. Así no actuaban los amigos, menos los que se llevan conociendo toda la vida. ¿No eramos como familia?

¿Familia?

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¡Esto es desesperante! No entiendo que fue lo que hice para que me trataran de esta manera de manera repentina. Ni siquiera Sonic me quiere hablar y ahora él y los chicos me ignoran, no lo entiendo, e incluso las personas en los pasillos me miran de reojo. Tenía que saberlo...

¿Qué hice mal?

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Estaba decidida a hablar con los chicos, me acerque a nuestra mesa de siempre saludando ahora de manera algo insegura, no respondieron, intente hablar con ellos pero tampoco respondieron a mis preguntas e incluso miraban hacia otro lado, no decían nada.

Al menos hasta que llego ella.

Sonreían  y reían como antes, respondieron a su saludo y comenzaron a hablar como si yo no estuviera ahí, en frente de sus narices. Comencé a mirar a Sonic, esperando a que él sí me mirara y sonriera como de costumbre pero, no hacia nada más que hablar junto con todos, junto con ella.

Me sentía excluida totalmente.

Sin embargo, hubo algo que me dolía en el alma, demasiado, me sentís horrible presenciando eso. La había sujetado por la cadera, tal como hacia conmigo cada vez que lo sorprendía, la había besado de manera lenta mientras se miraban a los ojos de manera apasionada. Luego de que terminaran me miraba como si nada, todos me miraban de la misma manera que él, con...

Frialdad.

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Esa palabra de había convertido en mi vida diaria, todos a mi alrededor me trataban de la misma manera una y otra vez, e incluso se metían conmigo hasta el punto de agresión física, no comprendía, nunca me había hecho enemiga de nadie aquí, intente hablar con el director y los profesores sobre esto pero ellos también actuaban de la misma manera.

Era como un forastero en un pueblo lejano, pueblo que antes era mio también, mi hogar, lugar en donde vivían mis amigos y a la vez familia.

Me sentía fatal aquí. No debía estar aquí, tenia una razón para quedarme, ¿Verdad? No, no la tenia ahora, él estaba feliz con ella mientras caminaban de la mano por el pasillo y el patio central.

No había nada para mi aquí.