10
Me levante de mi silla de golpe cuando reconocí sus ojos en lo alto, solo me miraba de manera tranquila y neutral en algún ámbito, por mi parte: bueno, era un desastre interno. Se supone que él debería estar del otro lado del país, ¡No en una heladería junto a mi!
— ¿No me darás un abrazo? — Dios, incluso su voz se volvió más ronca. Extendió sus brazos a los lados y siguió sonriendo.
— No. — Respondí en seco mientras me agachaba un poco para tomar la mochila, cosa que no tuvo efecto ya que él fue más rápido y la tomo primero, empezando a agitarla un poco en el aire. — De vuelve la. Ya. — Ordene mirándolo fijamente, mi humor estaba perfecto, ¿y luego aparece él a joderlo más? Debe ser una muy mala broma.
— No hasta que me des mi abrazo. — Respondió él mientras seguía con esa sonrisa estúpida en su estúpido rostro de niño rico. Le saque el dedo corazón he intente nuevamente quitársela, ¿¡Qué se supone que les hace la pubertad a los hombres, los viola con una escalera?! ¡Crecen demasiado!
— ¡Maldita seas, Silver! — Exclame provocando que todos los presentes en la tienda se giraran para chismosear, ¿Qué no tienen vida social propia? ¡Vayan a ver si la gallina puso o algo!
— Uy que lengua tan sucia niña, mejor vayamos afuera para no darles tanta diversión a las personas. — Comencé a seguirlo fuera del local después de mirar una ultima vez a los presentes en la tienda. — ¿Y cómo has estado Amy? — Pregunto mientras me miraba por encima de su hombro, seguía con esa sonrisa.
— No te importa, ¿Ahora puedes darme lo que me pertenece? — Pare en seco cuando me di cuenta de a donde quería llegar con este juego, no señor, me di la vuelta y comencé a caminar hacia la otra dirección.
Dure así unos segundos hasta que él se dio cuenta de lo que sucedía y habló.
— ¿A donde vas? — Oí a mis espaldas como sus pasos apresurados por alcanzarme de acercaban y finalmente estaba a mi lado, mirándome algo desconcertado y a la vez extrañado. — Pensé que querías tu bolso.
— Tu lo has dicho, QUERÍA, pero puedes quedarte lo, tengo otro en casa. — Respondí mientras no me esforzaba en intentar quitársela de nuevo.
— Pero tus libros, tendrás que escribir todo de nuevo. — Habló ahora mientras apuntaba con sus dedos las libretas que se encontraban en el interior del bolso.
No dijo nada más hasta que ambos llegamos a la esquina de la calle por la que debía ir, realmente quería que esto terminara aquí. Agite mi mano en forma de despedida para no hablar y comencé a caminar sola hacia mi casa, realmente me daba igual el bolso y sus libros, de todos modos no había escrito nada en ellos aun. Me quede quieta cuando note como un peso se ponía sobre mis hombros, mire por encima de mis hombros y note que se trataba de bolso tal y como lo había dejado antes de que Silver lo tomara.
Levante mi vista un poco más y vi como él sonreía y luego hacia que desapareciese el aura de color turquesa en su mano, había pasado bastante tiempo desde la ultima vez que lo vi utilizando sus poderes.
Gire de nuevo hacia el frente cuando él se fue en la dirección contraria.
Si se lo preguntan — Cosa que dudo mucho pero bueno, a romper la cuarta pared. —, desde que por fin se había encerrado a Eggman en una cárcel subterránea de máxima seguridad, no habías vuelto a utilizar nuestros poderes y casi no habían actividades criminales en la cuidad. Claro a excepción de Sonic, que corría como siempre, cual alma que lleva el viento.
Tails... Bueno él seguido creando inventos en su tiempo libre después del colegio.
Nudillos, al no haber más peligro dejo de proteger a la esmeralda madre y comenzó a estudiar junto con nosotros.
Y yo, bueno era feliz hasta que paso «Eso».
Introduje la llave en la cerradura y una vez abierta la puerta entre y la volví a cerrar, como de costumbre el silencio fue el que me dio la bienvenida a mi hogar. Deje la mochila en el suelo y comencé a subir por las escaleras hacia la primera plata, ni siquiera tenia hambre, solo quería... ¿Dormir?
— Feliz... — Susurré una vez que estuve sobre mi cama, completamente desnuda a excepción de las bragas. — Y una mierda.
Cerré mis ojos con fuerza y apreté las sabanas cuando el interminable odio contenido se alojo en mi pecho, dejando una sensación desagradable, demasiado.
Era completamente feliz junto a ellos, era.
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